Capítulo uno Los tragos amargos pasan mejor con whisky (O un rencuentro un poco inesperado)
- ¿Qué te crees hablándome así?… Sólo te pedí un fin de semana para los dos, UNO… no sé, vamos al cine, a un concierto, salgamos a comer, lo que quieras, pero ¡los dos! Esto ya parece una broma…- Ella lo miraba furibunda, de pie junto a la cama sin que él siquiera despegara por un instante la mirada de la televisión, aunque su quijada tensa y lo fuerte que tenía agarrado el control remoto delataban su mal humor.
- ¿Broma? ¿Qué broma? También son tus amigos sabes, no sabía que ya no te caían bien…- Ella bufó al escuchar esto.
- No dije eso, solo dije que siento que los vemos demasiado, o por lo menos que tú los ves demasiado… Ya no estamos en el colegio, y sé que extrañas esa época, pero hay que avanzar, seguir con nuestras vidas.- él no respondió. Ella se sentó a su lado y suavizó su tono de voz.- En serio Ron, ¿No te dan ganas de estar solo conmigo?
Un silencio incómodo cayó entre ellos.
- La verdad es que no lo sé…- Ella se quedó lívida.- Mione, no es que no te ame, es sólo que… ¿Realmente quieres estar conmigo? ¿Por qué? ¿Para pelearnos por cual película ver? ¿A discutir por el restaurant y que te enfurruñes porque prefiero comer pizza que alguna extraña comida oriental? ¿A un concierto de Jazz el cual yo odiaré y tú me odiarás por odiar? La verdad es que no me da gana, el sólo pensar que llegaremos a casa y te acostarás con dolor de cabeza y yo con las ganas de… Prefiero estar con Harry, Ginny y los demás pasándola bien.
Ella se puso de pie, le picaban los ojos y le temblaban un poco las manos. No estaba preparada para eso la verdad, aunque tenía que admitir que Ron tenía algo de razón, no sabían estar juntos sin discutir por lo menos unas tres veces por noche. Hasta cuando tenían sexo peleaban. Pero, no iba a dejar la discusión sin al menos, tratar de rescatar algo bueno de esta, algo que le quitara las ganas de mandar todo a la mierda.
- ¿Eso es lo único que piensas de estar conmigo?- La voz le salió un poquito más adolorida de lo que le hubiera gustado.- ¿Acaso nunca lo pasamos bien? ¿Acaso no hay nada que te guste de cuando estamos a solas?
Él apagó la televisión y se sentó en la cama, frente a ella, suspirando y sin mirarla a los ojos, perdido en un punto tras ella.
- Mira, estoy enamorado de ti prácticamente desde que te conozco, pero, tienes que admitir que las cosas eran más fáciles cuando no tenía que soportar yo solo tus manías y caprichitos las 24 horas del día.
¿¡Caprichitos! ¿¡Manías! ¡Por Merlín! Él no soportaba otra comida que no fuera la de su mamá o alguna chatarra grasosa de una multicadena de comida rápida, era ella la que tenía que despertarse todos los domingos temprano para acompañarlo a su liga amateur de Quidditch, donde por lo demás no había nada interesante que ver más que una tropa de trogloditas jugando con pelotas. Además por lo menos dos noches a la semana se iba de pinta con sus amigos, dejaba toda la ropa tirada, era incapaz de limpiar cualquier cosa… ¿Y ella era la maniática? ¡No es que lo fuera, sino que él era un puerco asqueroso e infantil! Respiró profundo, procurando en vez de restregarle todo aquello en la cara, contar hasta diez y utilizar su tono de voz más amable para responder.
- Mira, para ninguno de los dos ha sido fácil acostumbrarse a la vida en convivencia, pero con un poco de esfuerzo sé que podríamos…
- Hermione…- él había cambiado absolutamente el tono de voz, y la miraba de una manera que jamás lo había hecho en la vida. Estaba serio, demasiado serio, y en sus ojos se veía una mezcla entre determinación y lástima.- Yo tengo clara esta situación hace tiempo, yo ya no aguanto esto hace demasiado tiempo…y…- Se pasó una mano por la cara, como buscando las palabras adecuadas- Estoy saliendo con otra persona.
Hermione sintió como su corazón dejaba de latir por un segundo, y todo el color de su cara desaparecía.
- ¿Qué?- sintió como su voz se parecía más a la de una rana que a la de sí misma.
- ¿Realmente te sorprende?- el tono venenoso de su voz le dio a entender que él estaba furioso con ella, cómo la estaba mirando ahora, como si fuera ella quién lo estuviera engañando y no al revés.- Desde que vivimos juntos solo te quejas, cuando salimos juntos, aunque sea con más gente, siempre tienes cara de pensar que son todos unos idiotas…Tú problema es que eres incapaz de pasarla bien, de disfrutar de la vida, y la verdad es que al pensar que voy a pasar el resto de mi vida con una vieja amargada me da horror…
- Ah…- La verdad es que no tenía idea que decir, sentía que una aplanadora le había pasado por encima. Le dolía, absolutamente todo le dolía en ese momento. Era como si él hubiera tomado un montón de dinamita y luego hecho explotar no solo su corazón, sino los cimientos de toda su vida.- ¿Desde cuándo?- musitó finalmente, sin rabia, simplemente con infinita tristeza.
- Dos meses…
- ¿Dónde?
- Mira, creo que esto es innecesario…
- ¿¡DÓNDE!- Ok, la información se estaba asentando en su cerebro y se estaba empezando a enojar.
- ¡En el bar donde vamos con los chicos, ok! Es una de las meseras…- Ron suspiró y trato de dar un paso hacia ella, pero la expresión de su rostro lo detuvo.- Una noche se sentó con nosotros, conversamos y nos gustamos…Fin de la historia.
- O sea todos lo saben…- él asintió, casi con timidez. Hijos de puta ¡malditos todos esos hijos de puta cabrones de mierda! Con razón siempre tenían esa cara cuando ella llegaba de visita, ahora tenía sentido que dejaran de insistirle que saliera con ellos cuando se disculpaba diciendo que tenía que estudiar. Iba a matar a Harry, lo iba a descuartizar en pequeños pedacitos y con eso alimentar al calamar gigante.
Sintió como silenciosas lágrimas corrían por su cara y su cuerpo vibraba de ira. Ya no le importaba que Ron quisiera terminar con ella, le importaba una mierda su relación, ahora en lo único que podía pensar era que la gente en la que más confiaba, en aquellos con los que tenía diez años de amistad, de la más hermosa amistad jamás vista en el mundo mágico, la habían traicionado y se habían reído en su cara.
- Me largo.- Dio media vuelta, y estiró el brazo para recibir la chaqueta que voló hasta ella. Ron trató de detenerla, agarrándole el brazo, pero ella solo se dio la media vuelta para estamparle su puño en la mitad de la cara. Luego de eso salió cerdo la puerta de un portazo y se desvaneció lo más rápido que pudo, sin saber muy bien dónde.
Apareció en exactamente el mismo lugar donde se había aparecido junto con Harry y Ron huyendo de los mortífagos luego de la boda de Fleur y Bill. Esquivó un auto y se mezcló con las personas, sintiendo como el nudo que tenía en el pecho se deshacía en un llanto desgarrador, mientras caminaba sin mucho sentido y los demás transeúntes la miraban con un poco de lástima, por lo triste que se veía, pero sobre todo por el hecho de que, en todo el revuelo anterior, había salido sin zapatos.
"Dios, soy tan patética" pensó, cuestionándose realmente de que servía ser la mejor en su curso de teorías políticas mágicas, de que servía tener trabajo asegurado al salir, saber tanto, poder analizar cada pequeña cosa que pasaba, si su vida se le iba de las manos sin siquiera poder luchar contra eso, si, para variar, su inteligencia era su talón de Aquiles, lo que alejaba a cada persona que llegaba a querer.
Era todo otra vez, era como tener trece años y quedarse sin amigos, solo que ahora no tenía ni siquiera un gato, y no había manera alguna de perdonar la traición.
Siguió caminando calle abajo, sintiendo como el cemento le hería los pies, que además se le estaban congelando, pero sin lograr que eso le importase mucho; Las luces de neón de los distintos pubs la encandilaban y hacían que los ojos aun llorosos le ardieran. No sabía muy bien qué hacer. El celular que tenía en el bolsillo no había parado de vibrar, pero no tenían ninguna intención de contestarle a nadie.
De pronto uno de los locales llamó su atención. Estaba en un subterráneo y tenía el cartel menos llamativo de todos. "The red sofá coffee shop", sonaba como algo que le podría gustar, y la verdad es que ya no estaba sintiendo sus pies de frió, así que se acercó y entró. El lugar, a simple vista, era bastante agradable. Tenía algunas mesas repartidas por el centro de la estancia, sillones rojos apoyados a las paredes, y una barra de madera. Todo estaba decorado con pinturas sobrias pero bastante modernas y la luz era tenue. Al fondo del local había una tarima, donde una chica guapa vestida de modo sugerente cantaba una melodía suave al son de un piano.
Estaban todas las mesas ocupadas y, como sentarse en un sillón ella sola era aún más penoso que andar sin zapatos, se acercó a la barra y se sentó en una esquina. Fue sólo en ese momento que notó al rubio familiar que atendía la barra. Vestido con una sencilla camisa negra y un jeans, conversaba animadamente con una pareja mientras les servía lo que parecía ser un whisky. No tenía idea que él estaba en Londres, la verdad es que ni siquiera entendía que demonios era lo que hacía trabajando como barman. Sabía que los Malfoy habían perdido gran parte de su fortuna después de la guerra, pero no pensaba que al nivel de tener a su primogénito limpiando mesas.
Pensó en levantarse y evitarle al orgulloso rubio el bochorno de atenderla, pero no tenía ánimos de seguir vagando sola por las calles. Además no sabía para quién sería más vergonzosa la situación, si para él o para ella, quien parecía sacada de un manicomio con los cabellos desordenados y la cara hinchada, sumando la falta de ropa que tenía. Esperó pacientemente a que él notara su presencia, lo cual fue unos momentos después, cuando la chica con la que conversaba le hiciera notar que había llegado un cliente nuevo. Ella le sonrió con desgana mientras Draco la miraba con el rostro lívido. Luego de quedarse unos momentos en shock, se le acercó y con voz fría le preguntó que hacía ahí.
- Mira Malfoy – le respondió con voz cansada- no tenía idea que estabas trabajando acá, estaba caminando, me dio frío y este fue el primer lugar que encontré, nada más.
Él seguía mirándola con recelo.
- Te lo juro, yo solo…- Sintió como se le cerraba la garganta y los ojos comenzaban a picarle de nuevo. Tragó saliva y continuó con la voz entrecortada.- Ignórame si quieres, pero…
- ¿Qué quieres tomar?- él había suavizado un poco su mirada mientras apoyaba los codos en la barra.
- No lo sé la verdad…Aparte de vino no conozco mucho más de alcoholes.
Draco sonrió con la mitad de la boca en un gesto el cual Hermione fue incapaz de descifrar.
- Te ves fatal, así que asumo quieres algo fuerte, y que te deje inconsciente en el menor tiempo posible.
- La verdad…- Ya estaba completamente arrepentida de haberle siquiera insinuado al rubio que quería beber alcohol- Es que tengo un poco de frió, ¿No puedo tomar simplemente un té? después de todo esto es una cafetería…
Él ahora le sonrió con sorna, con los labios totalmente estirados.
- Hasta las siete, luego se apaga la cafetera.- Había que admitir que él, pese a haberse visto incomodo por su presencia ahí, ahora parecía estar disfrutando de su propia incomodidad. Hermione lo miro sin saber que decir y él, agitando levemente su cabeza agregó, le sonrío con sinceridad- Mira relájate… Te haré una limonada caliente y veré si tenemos algo de comer atrás, se ve que un dulce te haría bien ahora.
Él no espero a que ella le respondiera, y haciéndole un gesto a unas chicas que lo llamaban desde el otro lado de la barra para que lo esperarán un momento, entró por una puerta junto al bar y salió rápidamente.
- Cinco minutos- Le comentó antes de encaminarse donde la mujer que lo había llamado y que la miraba a ella misma con cara de pocos amigos
Hermione esperó, jugando con un papelito que había sobre la mesa, tratando de no pensar en cuál sería su siguiente movida. No podía volver a casa, no se sentía capaz. Pero, por otro lado, no quería que nadie le preguntara que era lo que le pasaba, así que sus padres y amigos de la universidad estaban descartados. El único que se le hubiera ocurrido en otras circunstancias era Harry, pero ahora sabía que tampoco se podía confiar en él.
El celular le volvió a vibrar en el bolsillo. Lo sacó y, como si lo hubiera invocado con el pensamiento, ahí estaba él llamándola. Pensó en dejarlo ahí, pero algo en la postura de Malfoy, quien tenía la misma cara de orgullo de siempre, de saberse mejor que el resto, mientras limpiaba los vasos sucios de persona a las cuales ni siquiera conocía, pero de las que dependía el dinero que recibiría a final de mes, le dio valor. Entonces mientras el rubio se daba vuelta y volvía a la cocina apretó con rabia el botón y habló.
- ¿Qué?- Su voz salió con una dureza inusual en ella.
- Mione, Ron me llamó y me contó todo- Harry le hablaba como si ella tuviera alguna enfermedad terminal o se le hubiera muerto una mascota. Una mezcla de compasión y algo más que la hacía enojarse aún más- ¿¡Dónde estás! Estamos preocupados por ti…
- Y una mierda Potter…- Obviamente cuando estaba pronunciando esas palabras apareció Malfoy con su bebida y un brownie en un platito, como si tuviera un sexto sentido para cuando Harry Potter estuviera siendo insultado y/o humillado.- Donde esté es cosa mía, que ustedes estén preocupados por mí es una mierda y si me vuelves a hablar en ese tono, o mejor dicho, si me vuelves a hablar otra vez me encargaré de terminar lo que Voldermort no alcanzó a hacer.
Draco se había quedado frente a ella escuchando la conversación, con cara de haberse ganado la lotería, y no se movió ni un ápice aun cuando ella, irritada, le hizo un gesto para que la dejara tranquila.
- Mira Herms, te juro que íbamos a decírtelo, le habíamos puesto un ultimátum para que lo hiciera él este fin de semana…
- ¡Oh gracias que consuelo más maravilloso!- Bufó con ironía.- Mis mejores amigos pasan dos meses engañándome como a una idiota, mintiéndome en mi cara, como si…- Su voz estaba cada vez más quebrada y sus ojos empañándose por las lágrimas. De repente miró hacia adelante donde Draco la miraba con dureza mientras negaba con la cabeza. Ella entendió, respiró profundo y controló el llanto antes de que estallará, luego volvió a hablar con dureza y un poco de frialdad.- Mira, no quiero hablar ahora, dile a Ro…Weasley que mañana pasaré por el departamento a buscar mis cosas, que no se atreva a estar o no respondo de mí.
- Hermione por favor.- La voz de Harry sonaba arrepentida.
- No. Háganme un favor y váyanse todos a la mierda.-
Y sin agregar nada más colgó el teléfono. Luego suspiró y se echó a llorar con todas sus fuerzas, enterrando la cara entre sus manos, sintiéndose ahora peor que en ningún otro momento, como si la voz de su amigo la hubiera hecho aún más consciente de todo. Se sentía como una niña pequeña abandonada ante el mundo, ajena a su alrededor.
Pasaron unos minutos antes de que lograra calmarse un poco, incorporarse y darse cuenta que Malfoy seguía ahí, acercándole la taza de limonada y un pañuelo.
- Bien hecho Granger.- y se alejó de ahí, atendiendo a las demás personas de la barra.
Ella lo miró irse, absolutamente confundida. Esta noche era irreal, una completa locura. Ron y Harry los malos de la película, los traicioneros, los malditos hijos de puta que le habían fallado y herido como nadie, y aquel que la recogía del piso y le daba ánimos para seguir era un mortífago renegado, un paria social que hace algunos años atrás había visto como la torturaban en el piso de su casa sin hacer nada. Y ahora le sonreía y le daba una bebida caliente cuando necesitaba cualquier cosa que le calentará el alma.
La vida tiene un retorcido sentido del humor se dijo cuando tomaba un sorbo de su limonada. Limonada que claramente no era solo eso, lo podía notar por el sabor amargo y la leve quemazón en la garganta que le provoco. Pero eso daba lo mismo ahora, el brebaje caliente recorrió su cuerpo y se sintió un poquito mejor. Por lo menos ayudó a que le pararán de correr lágrimas por las mejillas, pese a seguir hipando un poco.
- ¡Malfoy!- Lo llamó quince minutos después.
- Dime…
- Quiero otro de estos, pero esta vez ahórrate la limonada ¿De acuerdo?
Él sacó un vaso de debajo de la barra, y puso un par de hielos en él, luego la miró.
- ¿Segura?
- Sirve.
- Tú mandas- Y Hermione no supo porque esa frase, desde esa boca, de esa persona, le pareció tan insinuante.
Tomó el vaso y miró el líquido ambarino que le acababa de servir danzando entre los hielos. Acercó los labios al borde y bebió un sorbito. Era amargo, mucho, y ahora le quemó la garganta con más fuerza. Tosió. Y Draco rió mientras la miraba.
El flujo de gente había crecido en un momento, mientras ella se bebía el whisky en las rocas, en pequeños sorbos primero, pero como cada momento que pasaba el sabor se iba yendo un poquito más, diluido entre los hielos, apuró lo que tenía en el vaso. Malfoy estaba demasiado ocupado como para pedirle otro por el momento, y ella tomo el tenedor que él le había dejado y probó el brownie. Estaba bastante bueno, pero no se sentía con ganas de comer, de hecho comenzaba a sentir un leve mareo y a la vez, sentía que los problemas que tenía eran cada vez más insignificantes.
- ¡Malfoy!- El flujo de personas disminuía y ya no quedaba casi nadie en la barra.
- Dime…
- Quiero otro de estos, pero esta vez ahórrate los hielos ¿Quieres?- levantó el brazo e hizo sonar el vestigio del hielo que quedaba.
Él le quito el vaso, y lo dejó tras de sí, en un lavaplatos, luego sacó otro de debajo de la barra.
- Realmente no creo que esta sea una buena idea Granger…
- Sirve.- Respondió ella mirándolo con dureza
- Como negarme ante tal poder de convencimiento- Dijo con sarcasmo mientras servía.- Pero que conste que yo te advertí…
Ella no le respondió, sintiendo como, si sabe porque, estaba volviendo a caer en el maldito círculo de la miseria y el despecho. Así que, como el alcohol la había ayudado la primera vez, la segunda seguramente lo haría igual y tomando el vaso con rapidez (y derramando un cuarto del contenido sobre la manga de su chaleco) bebió un trago.
Y luego sintió como una mano la separaba del vaso. Miró furibunda hacia el dueño de aquella mano.
- Mira, si te vas a emborrachar con whisky, por lo menos disfruta lo que estás tomando. Además, limpiar tu vomito de mi barra no es mi panorama favorito de esta noche.- Draco le entregó el vaso de vuelta y Hermione volvió a beber, pero esta vez, como al comienzo, fue un traguito corto, despacio. Y de pronto tuvo la infinita necesidad de saber.
- ¿Por qué?
- Porque el vómito es realmente asqueroso, ¿Por qué otra cosa iba a ser?- El tono extrañado de su voz y su cara, por alguna razón le parecieron infinitamente graciosos.
- No idiota, no eso… ¿Por qué esta es tu barra? ¿Por qué estás trabajando en un bar muggle en vez de vivir de tu asquerosamente rica familia? ¿Por qué estás conversando conmigo? ¿Por qué eres así de amable? ¿Por qué…?
La cara de Draco se tensó de pronto, y él dio un paso hacia atrás. Hermione lo miraba intensamente, sin darse cuenta lo apabullado que él se sentía. Se quedaron mirando unos momentos, inspeccionándose como si fueran a atacar en cualquier momento. Ahí ella notó lo delgado que estaba, lo anguloso de sus rasgos, lo hermoso de sus ojos grises.
- Son demasiadas preguntas a la vez Granger…- Finalmente musitó, rompiendo el contacto visual, mientras atraía lo que Hermione dedujo era un banquito para sentarse frente a ella. Ya no quedaba ningún otro cliente en la barra.
- Lo sé, pero ¿Por qué…?- él la interrumpió con un gesto cansado.
- Déjame responder de a una…A ver, trabajo acá porque en alguna parte tendría que hacerlo, no vivo de mi asquerosamente rica familia porque después de la guerra ya no lo son tanto.- Volvió a sacar la botella de Whisky, rellenando el vaso de la chica, y sirviéndose uno propio.- Estoy conversando contigo porque me diste pena y no soy amable, solamente soy yo mismo, solo que bastante más maduro que la última vez que nos vimos.
- Ah…- La verdad es que su explicación no le había explicado nada en lo absoluto.- Pero…
- No- la interrumpió él.- Es mi turno de preguntar… ¿Primero que nada…Por qué no tienes zapatos? Por lo menos cuatro personas me lo han preguntado…
Ella enrojeció.
- No tuve tiempo de ponérmelos cuando salí.- al escuchar esto él la miro, burlón.
- Haces magia… ¡Aparécelos!
Ella enrojeció aún más y, fijándose de que nadie pudiera verla, apareció unos botines sobre sus pies. Suspiró satisfecha ¡Mucho mejor!
- Pero…Asumo que esa no es la pregunta que querías hacerme…
- De hecho no…-Bebió un poco de su vaso, como pensando bien que decirle.- ¿Qué pasó? ¿Por qué llegaste hasta acá en el estado que llegaste? Deduzco que Potty y la comadreja tuvieron que ver en tu estado pero…
- Ron me engaño. Durante dos meses estuvo saliendo con otra chica mis espaldas y todos lo sabían.-
Y eso fue lo que rompió el dique, se tomó el vaso que tenía en la mano al seco pese a las protestas del rubio y durante la siguiente media hora le contó con detalles todos los problemas de su relación, y con aun más detalles la pelea que había tenido con Ron hace algunas horas atrás. Malfoy escuchaba sin poder creerlo la verdad, nunca se esperó que el trío maravilla fuera tan disfuncional. Aunque, para ser sincero, nunca entendió como Granger podía soportar al otro par de inútiles. Ella que siempre fue mucho mejor que el resto. Así que esperó a que se terminara de desahogar, y que de pasadita se tomará su bebida, para decirle.
- A ver, por un lado esto realmente es culpa tuya…
- Vaya, gracias…
- No en serio, hasta le encuentro algo de razón a la comadreja ¿Qué carajo hacías de novia con él? Es un analfabeto, ignorante y básico y tú una empollona come libros insufrible. ¡No tienen nada en común!- sutil como siempre.
- Eso no quita que no deberían haberlo hecho…Son mis amigos.- Hermione gimió, en parte por la pena que sentía al decir eso, y en parte porque no estaba entendiendo mucho las cosas. Tenía que admitir que sentía como su cabeza daba vueltas y sus manos estaban cada vez más torpes.
- Y por eso estuvo bien que los mandaras a la mierda.- Draco calló un momento, Hermione no sabía si era el alcohol, pero le parecía que se estaba sonrojando.- Eres mejor que ellos Granger, no deberías volver a rebajarte.
Y sin darle tiempo de contestar se puso de pie y le comentó que el bar estaba cerrando. Ella intentó, a su vez, levantarse, pero el mundo giró en 180 grados cuando lo hizo, y, tapándose los ojos, se volvió a sentar.
- Decidido, no puedo moverme.-y, apoyando los brazos en la barra, enterró su cabeza ahí, quedándose dormida segundos después.
Escuchó a lo lejos una voz llamándola, mientras creía estar moviéndose, o algo así…No de hecho, confirmado, se estaba moviendo, al parecer caminando, o intentándolo mientras una mano la agarraba desde la cintura. Maldito bamboleo, quería detenerse, que el mundo dejara de girar un rato "¡Granger!... ¡Hermione, coopera por favor!". De pronto una sensación una muy desagradable comenzó a subir por su tráquea.
- Voy a vomitar.- Y así lo hizo, en el instante justo que la persona misteriosa que la llevaba la ponía frente a un basurero y le echaba el pelo para atrás.
Estuvo así durante unos momentos, mientras toda la mierda que tenía adentro salía a través de su boca, y la mano sobre su frente se sentía helada contra la piel caliente. Luego se alejó del basurero y se dejó caer, agotada, mientras unas manos la sostenían y la guiaban a duras penas a un asiento cercano.
- ¿Cómo te sientes ahora?- La voz suave y ronca de Malfoy penetró en su cerebro. Para ser sincera, ahora se sentía mucho mejor, el mundo ya no giraba tanto y, pese al cansancio y el sabor asqueroso en la boca, ya no estaba mareada.
- Mucho mejor.- Abrió los ojos lentamente y miró a su alrededor. Estaban en un parque, no tenía idea en que parte de Londres.- ¿dónde estamos?
- Llegando a mi casa… ¿Puedes caminar?
- Si.- él se puso de pie y le ofreció la mano. Ella tiró, pero cuando lo soltó trastabillo. Draco le agarró el brazo con firmeza y lo enredo con él suyo. Hermione enrojeció, pero, empujada por el olor hipnótico del chico se apoyó en él y dejó que la guiara por un par de cuadras, la entrara a un hall, la subiera al ascensor y la depositará apoyada junto a una muralla mientras buscaba las llaves.
Entraron a un departamento más bien pequeño y bastante antiguo, cosa que no le quitaba un cierto encanto, además, pese a haber pocos muebles, todos eran de un exquisito gusto, y muy bien cuidados.
- Por aquí- Draco la guió por un pasillo y la hizo entrar en la primera puerta.- Bienvenida a mi palacio princesa.- Bromeó no sin cierta amargura en su voz.
Hermione no se fijó mucho en nada más que en la cama que se alzaba frente a ella. En algún lugar de su cerebro estaba aquella voz que le decía que estaba haciendo una locura, que él podría seguir siendo el mismo sádico de siempre, que esto era peligroso y estaba mal, muy mal. Pero en realidad, el resto de su cabeza solo quería acostarse ahí y descansar un momento. Así que sin mucha delicadeza se arrojó sobre la cama y hundió la cabeza en los almohadones. Un gemido involuntario de placer salió de sus labios cuando sintió el penetrante olor de Draco chocando contra su nariz.
- Sácate los zapatos.- le ordeno Malfoy.
- No puedo moverme.- ni siquiera hizo el amago de mirarlo al decir esto.
- No puedes dormir con zapatos.- él insistió
- Mírame hacerlo.
Sintió como se movía a su lado, y sentándose junto a sus piernas, él se los sacaba.
- Tus calcetines son un asco.- Le dijo mientras los tiraba al piso. Luego se puso de pie y Hermione sintió sus pasos.
- ¡No te vayas!- Gimió.
Los pasos se detuvieron. Ella sonrió y se dejó arrastrar por el sueño mientras Draco volvía a acercarse a ella.
NdA:
Primer Dramione de mi vida, el primer fanfiction que escribo en dos años y, la verdad, me he comido absolutamente todas las uñas preguntándome cómo ha quedado. Aunque al final, creo, lo importante es que lo he pasado genial escribiéndolo y estoy muy motivada en seguir ¡Pero lo que manera de echar de menos esto de los fics! Por otro lado, lo admito... ¡Me ganó el tema del formato! No entiendo como usar esta página infernal... A su vez, el rating puede que suba en capítulos más adelante, pero nada demasiado explícito, sobre todo por el lenguaje e insinuaciones.
Y bueno, he descubierto en estos dos años de stand by que mi gusto ha cambiado y que ahora me interesa de sobremanera los fanfics postHogwarts y soy más flexible en cuanto a las ships que me gustan…Aunque hay cosas que jamás podré pasas (como todas aquellas que son canon xD) Pero en fin, espero les haya gustado esto y me dejen un pequeño feedback, para saber cómo va la cosa y como mejorarla.
Saludos y nos vemos en el próximo capítulo :)
