.
Capítulo 1: El Caballero
.
El chico de rojos cabellos puso una mueca de hastió. Realmente era cansado cuando aquel que era su guía comenzaba a darle un sermón. Para cualquier persona normal, esto sería bastante normal. Pero esa situación no era normal, el no era normal y por su puesto su guía, ese pequeño gato de dorado pelaje, tampoco era normal.
—Solo estoy diciendo que deberías tomar tus estudios más en serio—Comenzó aquel regaño Arión—No puedes vivir de lo que ganas en un trabajo de medio tiempo—Continuo el minino—Es necesario que seas un profesionista. Luchar contra el poder de la oscuridad, no te asegura un sueldo.
El chico se giro para encarar al gato que caminaba detrás de él.
—Tengo muy claro que luchar contra las fuerzas de la oscuridad no me da nada a ganar—Luego hizo una mueca de sarcasmo—Y si no te has dado cuenta, voy camino a clases.
—Solo me preocupo por ti…
—Lo sé—Contesto el chico con una sonrisa. Y camino aun más rápido.
— ¡Karél! —Grito el gato.
— ¿Qué pasa? —Si giro de nuevo.
— ¿Llevas tu almuerzo?
El chico se quedo congelado un momento, como analizando sus recuerdos.
—…Claro que lo llevo, ahora debo correr o llegare tarde.
— ¡Adiós!
El chico paso una mano por sus alborotados y rojos cabellos. Cerró los ojos un momento, recordando como en los últimos tiempos su vida había dado un giro inesperado. Y de repente algo se interpuso en su camino. Por la fuerza del impacto cayó al suelo. Cuando abrió los ojos de nuevo se encontró de frente con un par de hermosos ojos azules y el peso de otra persona sobre si mismo. Una chica rubia había caído encima de él.
—Lo siento—Dijo ella sin dejar de mirarlo—No me fije por donde iba ¿Estás bien?
—Sí, estoy bien. Solo que no puedo respirar—Con un ligero movimiento de cabeza le indico que ella aun seguía encima de él— ¿Podrías moverte?
—Sí, sí, si—Dijo la chica brincando a un lado—Lo siento, voy tarde a clases, estaba corriendo y no te vi.
—También es mi culpa—Sonrió—También voy tarde y estaba distraído.
El chico se quedo un momento en silencio mientras miraba fijamente el par de ojos celestes. Algo en ella le parecía muy familiar. Estaba seguro que la conocía. ¿Pero de donde?
— ¿Seguro estas bien? —Sonrió la chica—Fue un golpe muy duro.
—Sí, todo bien…
La chica extendió su mano en un saludo.
—Mi nombre es Serena Tsukino—La chica estrecho su mano con la de él.
—Un placer—Contesto él.
Serena miro su reloj.
—Lo siento, debo irme o llegare tarde—Dijo alejándose con paso acelerado.
Karél sonrió mientras veía a la chica de coletas correr. Se inclino para tomar su mochila del suelo, y en ese momento se percato de que una pequeña bolsa rosada había sido olvidada por la joven.
Reviso el contenido y vio su tarjeta de identificación.
"Serena Tsukino" "Universidad Juuban"
—Ella va en la misma universidad que yo—Se dijo a sí mismo un tanto extrañado.
Miro hacia atrás y vio al pequeño gato dorado parado en las ramas de un árbol. Su mirada era realmente rara y negaba con la cabeza.
—Lo sé, debo ir a clases—Dijo mientras seguía su camino.
—¡No puede ser!—Se quejó la chica rubia—He olvidado mi almuerzo en casa.
En ese momento su estómago dejo escapar un sonoro gruñido, lo que provoco un ligero rubor en sus mejillas.
—Parece que estas hambrienta—Dijo una voz a sus espaldas.
Serena se giro para mirar a su interlocutor. Delante de ella estaba el joven con el que había chocado por la mañana. Era un joven alto y de piel bronceada. Sus cortos cabellos rojos estaban desordenados con algunos mechones cayendo sobre el esmeralda de sus ojos.
—Sí, olvide mi bolsa junto con mi almuerzo en casa—Dijo con una mueca de resignación.
— ¿Una bolsa como esta? —El chico levanto la bolsa de color rosa.
— ¡Lo has encontrado! —Respondió ella con total felicidad.
—Si, después de nuestro accidente de en la mañana, lo dejaste olvidado. Por suerte estudiamos en el mismo lugar y decidí venir a buscarte en mi hora de receso. Y aquí estas.
— ¡Gracias…!—Serena trababa de recordar su nombre—No recuerdo tu nombre—Dijo un poco incomoda.
—Karél—Le sonrió—Karél Stevens.
—Un gusto de nuevo ¿Te gustaría compartir mi almuerzo?
—Yo…—Un rubor apareció en sus mejillas—Tengo mi almuerzo en la mochila.
—Es lo menos que puedo hacer después de todas las molestias—Le dedico una encantadora sonrisa.
—Sera un placer Serena.
Caminaron hasta la cafetería, y minutos más tarde ya estaban sentados uno frente al otro en un pequeña mesa.
— ¿No eres de Japón, cierto? —Pregunto la rubia, mientras mordía una papa frita.
—Supongo que mi acento me delata—Respondió comiendo una papa también.
—Solo un poco ¿Cuánto tiempo llevas en Japón?
—Sólo un par de semanas. Crecí en los suburbios, en Iowa. No es exactamente el lugar más emocionante en la Tierra.
Serena lo miró con curiosidad.
— ¿Por qué decidiste estudiar en Japón?
—Bueno—Miro hacia el ventanal—Siempre he estado fascinado por la cultura japonesa. La historia, la comida. El anime—Sonrió—Supongo que simplemente me pareció una buena manera de salir de mi zona de confort. Ver y hacer algo nuevo y diferente, ¿sabes? Siempre he querido viajar por el mundo... Japón parecía un lugar tan bueno como cualquier otro para empezar. En realidad ser aceptado en la universidad aquí definitivamente me ayudó bastante a tomar la decisión.
Serena miro al chico. Algo en sus palabras parecía raro, como estudiado. Como si fuera una respuesta ensayada. No sabía por qué, y decidió restarle importancia.
—¿Qué carrera estas estudiando?
—Ingeniería Mecánica. ¿Y tú?
—Ciencia Política—Respondió ella—Ingeniería Mecánica, debe ser complicado.
—Bueno, como mi mamá siempre me dijo, las cosas fáciles no valen la pena—Dijo con un tono de autosuficiencia—Siempre he estado fascinado por saber cómo funcionan las cosas, por lo que me pareció una buena opción—Hizo un gesto hacia ella— ¿Por qué ciencia política? ¿Estás planeando una carrera como política?
—No, nada de eso. Me parecía muy interesante cuando llegó la hora de elegir lo que iba a hacer después de la escuela. Además, supongo que ser una especie de periodista o corresponsal político no parece un mal trabajo—Sintió un poco de vergüenza al haber dudado de la historia del chico, cuando ella misma estaba mintiendo. Aunque tampoco podía decirle que se preparaba para ser la futura reina de un mundo utópico llamado Tokio de Cristal.
—No pareces muy convencida—Dijo mientras mordía su hamburguesa.
—Para ser honesta, yo era un estudiante bastante normal. Fue sólo con la ayuda de mis amigas que pude mejorar mis calificaciones. Sin embargo... —Se detuvo un momento antes de continuar—No tenía ni idea de qué hacer después de que me gradué. Mi novio, Darién... sugirió esta carrera como algo que me podría interesar. Y acertó.
—Parece que te conoce muy bien ¿Llevan mucho tiempo saliendo?
—Tres años—Respondió. Y a su mente llegaron todos lo momento que había pasado junto al pelinegro. Serena esperó a que hiciera otra pregunta. Pero él sólo asintió.
—Bien.
—Así que—Preguntó la rubia— ¿Ya conoces algo de la ciudad?
—Aun no, vivo a una cuadra de donde nos topamos por la mañana, solo conozco los alrededores. Tokio es una ciudad muy grande.
—En realidad vives demasiado cerca de la casa de Mako—Dijo Serena mas para si misma.
— ¿Mako?—Pregunto Karél.
—Oh—Sonrió—Mi amiga, Makoto. Ella vive cerca de ese lugar, y debe conocer los mejores lugares de la zona, sobre todo por la comida. Ella es una muy buena cocinera.
—Está bien. Yo no cocino—Respondió.
—Vives solo, ¿verdad? —Inquirió la joven de coletas.
—Si…
— ¿Qué es lo que comes?
—Bento, en su mayoría—Respondió el chico un poco sonrojado.
Serena dejo escapar una leve carcajada.
— ¿Solo te alimentas de bento?
— ¿Qué hay de malo con eso? —Parecía un poco molesto—Hay gran variedad, con carne o verduras.
—No hay nada de malo Karél, pero sería bueno comer algo casero.
—No creo—Murmuro—Una vez incendie el agua. No preguntes como sucedió. Pero ese día me entere que la cocina no es para mí.
Serena dejo escapar otra carcajada, pero esta vez de manera escandalosa. Aquellas palabras le recordaban a sus amigas. Miro al chico y vio que a pesar de su irritación fingida, se estaba riendo también. Estaba a punto de platicarle de la vez que Minako quemó la cocina de Makoto. Cuando el reloj de pulsera del joven hizo un sonido repentino.
—Oh, lo siento, me olvidé de una cita. Tengo que apurarme o no llegare—Se puso de pie abruptamente—Gracias por el almuerzo, Serena, fue muy divertido, eres una chica muy linda—Le guiño un ojo y salió corriendo de la cafetería.
Un terrible sonrojo lleno las mejillas de la chica.
—Este ha un día extraño—Dijo mientras comía otra papa frita.
— ¿Por qué tardaste tanto?
Karél hizo una mueca de molestia. Realmente había salido corriendo en cuanto sonó su comunicador. Arión podría ser un verdadero esclavista en ocasiones.
—Vine lo más rápido que pude—Dijo con molestia—Tokio es mucho más grande que los suburbios.
—Está bien—Arión suspiro— ¡Ahora mira! —Hizo un gesto hacia la calle.
El chico pelirrojo miro en dirección a donde su guía indicaba, y lo que vio lo dejo congelado.
Era como si alguien hubiera excavado un agujero hacia otra dimensión. Un enorme circulo oscuro en medio de la calle. Algunos curiosos se reunían alrededor tomando fotos en sus teléfonos celulares. Un oficial de la policía intervino para ver de cerca, caminando alrededor de la extraña perturbación.
— ¿Qué demonios es eso?—Se preguntó en voz alta.
—Creo que es una especie de portal—Respondió el minino—Parece algo que hubiera utilizado la reina Metallia para trasladarse de la Tierra a la Luna.
— ¿Metallia?—Pregunto el joven totalmente serio— ¿El reino de las Tinieblas? ¿Podrían atacar de nuevo?
—Destruiste la última de sus bases en Estados Unidos hace más de tres meses. Ellos estaban prácticamente paralizados... sin líder—Sacudió la cabeza—No, no creo que sean ellos.
—Supongo que no son ellos—Karél estuvo de acuerdo— ¿Quién más podría ser? —Miró a su tutor— ¿Alguien nuevo?
—Tal vez—Respondió Arión. Miraba a todos lados tratando de analizar los detalles. Su atención se enfoco en el oscuro portal—De lo que estoy seguro es que tiene que ver con la evidencia que tenemos hasta el momento.
De repente, una masa de color negro emergió del agujero golpeando la calle con la fuerza suficiente para romper el asfalto. La multitud retrocedió de inmediato. Aun así los flashes de las cámaras siguieron.
—Un enorme ser de aura oscura aparece en medio de la calle, y todas las personas tomando fotos ¡Increíble!—Se quejo el joven mirando a su amigo—Esto hace que sea muy difícil salvarlos, cuando ellos mismos insisten en ponerse en peligro.
La mirada de Karél siguió al oficial de policía mientras este se acercaba al objeto que ahora estaba incrustado en la calle.
—Tengo un mal presentimiento sobre esto, Arión—Continuo el joven.
Arión asintió, claramente de acuerdo.
—Creo que será mejor que entres en acción.
—Esperaba que lo pidieras—En sus manos apareció una brillante espada. Símbolo y arma del Caballero Guardián de la Justicia. Sostuvo la espada en alto y cerró los ojos mientras se invocaba su poder.
— ¡Poder Lunar de Justicia!
Una brillante aura plateada rodeo su cuerpo por completo. Una armadura de reluciente acero color plata y finísimos grabados en color carmesí se materializó cubriéndolo de pies a cabeza. Una capa larga blanca con detalles en dorado se desplego detrás de él. Entre sus rojos cabellos un casco en forma de tiara de tres puntas, que cubría la mitad de su rostro dejando solo a la vista el verde de su mirada. La luz se desvaneció y Jasón, Caballero Guardián del Reino de la Luna, ahora se encontraba en el lugar de Karél.
En la calle, el oficial de policía se acerco con cautela a la oscura masa y dio un golpe con la punta de su bota. Un horrible crujido, como de huesos al romperse, lleno por completo el lugar. La masa exploto, revelando un ser de apariencia humanoide. El oficial dio un salto hacia atrás, pero la criatura de las sombras lo agarró por el tobillo y tiró de él hasta el suelo. En un instante, estaba encima del policía; el hombre luchó entre sus garras, pero aquella criatura era demasiado fuerte para él. El hombre se puso rígido de repente, y al siguiente momento quedo totalmente inerte. Una extraña energía luminiscente comenzó a salir de su cuerpo a través de las garras de la criatura.
— ¡Esa es su energía de la vida!—Grito Jasón— ¡Se le está drenando!
El caballero guardián corrió hacia la criatura y lanzo un fuerte golpe que la impacto, lanzándola varios metros en el suelo. El oficial cayó al suelo totalmente inconsciente. Jasón levanto al hombre y lo llevo hasta donde estaban los curiosos.
—Ayuden a este hombre—Ordeno— ¡Y váyanse de aquí!
La sombra se puso de nuevo en pie. Pero no lo ataco, se quedo quieta, como si estuviera estudiándolo. Su forma era humanoide, alta y delgada, pero totalmente desgarbada. Su cara, era un vacío negro sin rasgos. Sus brazos parecían normales, pero sus dedos eran garras de una especie de ave de rapiña; largos y perversamente curvos.
— ¿Qué eres? ¿Una especie de... Youma de sombras? —Pregunto Jasón.
El ser saltó sobre él con una velocidad sorprendente. Jasón apenas logró esquivar los golpes con rápidos movimientos de su espada, y dio un par de pasos hacia atrás. A pesar su apariencia translúcida, aquel maldito ser era fuerte y definitivamente sólido.
Jasón lanzo una rápida estocada con su espada, pero el youma lo esquivo fácilmente. El joven realmente sorprendido apretó los dientes. El youma era rápido y ágil, eso era una mala combinación.
Volvió atacar, pero esta vez mantuvo una postura defensiva. Sería casi imposible golpear a ese maldito youma, solo a la ofensiva. Sin embargo el oscuro ser era demasiado rápido.
El youma lanzo un zarpazo y Jasón se deslizo hacia la izquierda. Escucho el rechinar de las garras del youma sobre el metal de su armadura. Cerca, demasiado cerca como para sentirse cómodo. La única manera seria tomarlo por sorpresa.
Jasón sostuvo su espada ante él, firme e inquebrantable, esperando que el youma atacara de nuevo. El oscuro ser lo rodeaba, como si fuera una bestia acechando a su presa. El caballero bajo su espada lentamente, fingiendo dolor en su hombro izquierdo. En ese momento el youma se lanzo al ataque. Había mordido el anzuelo. Espero a que el youma estuviera cerca y en el último segundo, giró a la derecha esquivando el ataque y blandió su espada en un corte alto. Un alarido de dolor escapo del youma, mientras la espada lo atravesaba de un lado a otro. Una sustancia, como si fuera un humo espeso, salió de la herida del youma.
La oscura sustancia se movió en el suelo hacia el portal. Pero antes de que pudiera entrar, el oscuro portal se redujo en la nada, dejándolo varado.
Jasón sonrió.
—No vas a ninguna parte, amigo—Levanto su espada sobre la cabeza, enfocando su energía en la cuchilla. Esta comenzó a brillar con una luz plateada.
—Corte de Justicia—Murmuro el caballero.
Un haz de energía en forma de media luna plateada salió disparado hacia el youma. Ni siquiera tuvo oportunidad de esquivarlo. Jasón observó con satisfacción como el youma se convertía en polvo.
Los plausos estallaron entre los espectadores reunidos. Una joven corrió hacia él, con micrófono en mano y un camarógrafo detrás de ella
"Mierda, una periodista. No es bueno"
— ¿Puedes decirnos quién eres y de dónde vienes? ¿Qué era esa cosa y cómo hiciste todo eso? ¿Está asociado con las Sailor Senshis? ¿Dónde están?
Jasón miró a su alrededor, buscando una vía de escape. Al no encontrar ninguna, hizo lo único que podía pensar. Levanto su espada, concentrando su energía, generando una gran estallido de luz, y en un parpadeó, había desaparecido del lugar.
—Supongo que teletransportarte en medio de toda la gente fue una excelente salida…—Comento Arión en tono sarcástico.
Karél estaba sentado en el sofá, delante de el en el televisor la noticia del ataque ocupaba todos los noticieros.
"Héroe misterioso"
"Guardián de la justicia"
Entre otros tantos nombres que los periodistas le habían puesto. Usando el poder de su aura se había teletransporto hacia la calle oscura donde Arión lo esperaba; parecía un lugar más seguro en el momento.
Karél suspiró y cruzó los brazos sobre el pecho.
— ¿Qué quieres que diga? Lo siento—Dijo mirando a su tutor—Ni siquiera me di cuenta de los reporteros, hasta que todo había terminado.
—No es tu culpa—Respondió el minino—Tokio tiene una población mucho más densa en relación a los suburbios. Era sólo cuestión de tiempo antes de que alguien nos descubriera. Sin embargo no pensé que sería tan rápido ¿Qué piensas de esa criatura?
—No lo sé…—Medito unos segundo sobre los hechos—Era muy rápido y exageradamente ágil—Señalo la televisión—Mira aquí, lance una estocada y la esquivo muy fácilmente. Cuando se giró hacia mí, atacando más fuerte, apenas podía mantener su ritmo.
—Lo hiciste bien, sobre todo cuando fingiste que estabas herido—Arión miraba la pantalla—Cuando se dio cuenta que era un engaño, fue muy tarde.
—No fue muy honorable—Respondió el chico pasándose una mano por los mechones rojos de su cabello.
—Ser honorable no tiene sentido si estás muerto—Arión lo miro—Hiciste lo que deberías para proteger a las personas.
—Lo sé…—Se enfoco de nuevo en las imágenes de la batalla—Fue muy estúpido al final... tal vez lo suficientemente inteligente como para seguir órdenes, pero no para tomar decisiones por su cuenta.
— ¿Algún tipo de explorador, para tantear el terrero?
—Tal vez—murmuró Karél—Fuera lo que fuese, nunca he visto antes un youma con ese tipo de energía. Eso significa que es un nuevo enemigo.
—Esta ciudad podría estar en grave peligro—Arión miró al youma en la pantalla una vez más—Tenemos que encontrar a las Sailor Senshi.
"Caballero medieval tiene una batalla contra monstruos en las calles"
— ¿Qué? —Murmuro la rubia mientras veía el video de la batalla. Un pequeño gato blanco se situó a su lado.
— ¿Qué es esto? ¿Cuándo sucedió? —Inquirió preocupado.
—Hoy, después de 13:00—Respondio Minako—Me pregunto ¿quién es? —La chica se giro para ver a su tutor. Y vio como Artemis observaba aterrado la imagen en la pantalla— ¿Qué pasa Artemis?
—Minako... —Dijo con una seriedad impropia de el—Debemos avisar a los demás sobre esto ahora mismo.
— ¿Quién es el Artemis? —Pregunto la rubia. Algo le decía que su tutor conocía la identidad del desconocido.
—Es un Caballero Guardián…Y si él está aquí, solo puede significar que la princesa de la Luna está en peligro.
Primer capítulo…
