Hola soy nueva aqui, espero que sea de su agrado mi fic, este es el primero que hago y se me ocurrio un dia que no podía dormir, ojala les guste...

por cierto los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto, por que si Naruto fuera mio estaria casada con el jajaja Arriba el naruhina!


Mi inspiración eres tú…

Parecía un vago caminando por las calles de parís, con una maleta llena de pinceles olor a nuevo, lienzos sin pintar, tubos de arcoiris y suspiros sin inspiración, ahí iba cruzando y caminando sin rumbo fijo esperando a que sus pies lo llevaran a un buen lugar por inercia, esperando que un poco de iluminación le tocara la cabellera como un rayo de luz, pero caminaba y caminaba y suspiraba y suspiraba pero aquella excitación que anhelaba nada más no se indignaba a llenarlo.

El joven de 25 años era uno de esos niños prodigios, si de esos que desde muy pequeños tienen marcado su destino, ya que siempre desde pequeño Naruto Uzumaki tenía el don para buscarle su buen ángulo a cualquier paisaje a cualquier persona, siempre había sido bueno para darle vida a lo inerte, para llenar de color el punto más oscuro, pero todo eso había cambiado y fue por aquella muchacha que se le había desvanecido de las manos, aquella cruel pelirosa que le había arrebatado toda su inspiración sin misericordia, que le había quietado la vida a sus pinceles y el color a sus colores, aquella muchacha de los ojos jades, por que ella misma era arte, la combinación de su cabello con el Suave tono de sus relucientes ojos y la sencillez de sus labios hacían de ella una exquisita pintura dispuesta hacer plasmada en los más pálidos lienzos, belleza que el deseaba que todos y nadie la conocieran por que solo el podía poseerla.

Pero todo se había roto, así como el día termina, su inspiración termino, Sakura la había metido en sus maletas y se la había llevado consigo para entregársela a cualquier costo a aquel famoso fotógrafo: Sasuke Uchiha, dejándolo a el como un pintor resignado, herido y despechado, pero no todo era tan malo, por que aún guardaba la fragancia de su cabello entre sus chaquetas, aún tenía la figura de ella sonriéndola y tristemente aun podía escuchar el resonar de su voz pronunciando su nombre con sus finos labios, si esos labios tan suaves, tan calidos, su lugar de refugio cuando tenía frío.

No había notado su ambición, lo mucho que ella deseaba ser famosa y rica, esa era su única diferencia, por que el siempre viajaba en busca de nuevas pinturas que la naturaleza y los atardeceres le pedían a gritos un lugar en sus lienzos, ella se había marchado sin decir adiós sin despedirse de el, como si aquel amor que se habían jurado hubiera muerto desfallecido como un viejo gastado por los años, y ya habían pasado cinco meses pero su corazón aún no asimilaba la partida de aquella muchacha, su corazón aún creía que ella volvería, gritándole lo mucho que lo ama y necesita, pero los días y semanas transcurrieron y ella nada más no regreso.

Tratada de consolarse sabiendo que ella debe estar en un lugar mejor, pero le daba tanto coraje el aceptar que cada caricia y sonrisa serían para otro que no es el, sentía la sangre hervirle hasta el punto más alto de ebullición, tan caliente que podía quemarle la piel.

Había perdido prestigio como pintor no tenía inspiración y su consecuencia es que no tenía trabajo, y su alma se encontraba sola eso era el costo más caro de todo el asunto, la absoluta compañía de la misma soledad que esta ahí sin acompañarte, pero el aun con un corazón roto y el alma desolada se encontraba pensando en ella, en como estará? En que estará haciendo? En… será que piensa en mi?, será que es feliz? Si, todas esas preguntas abundaban en su mente como una temblorosa tormenta de sufrimiento haciendo de su incertidumbre su obstáculo más grande.

Hasta que un día todas sus dudas se resolvieron y es por que encontró su foto en la portada de una revista, si, aquella fina muchacha ahora se había vuelto una modelo famosa, y seguro fue por ayuda del Uchiha, una lagrima broto y recorrió por su mejilla, haciendo de su sufrimiento una agonía –El te dio lo que yo jamás podré…- dijo así mismo y se sintió mejor de que ella estaba cumpliendo todos sus sueños que con el jamás podría cumplir, eso había pasado hace como dos semanas, ahora se encontraba deambulando como muerto en pena por aquellas hermosas calles de París, por qe lo que un día fue hermoso ahora era tan insignificante, mantenía la vista en el suelo como si este fuera de lo más interesante, subía la mirada de vez en cuando, pero no veía nada más que caras extrañas, gente hipócrita, mujeres con exceso de maquillaje en la cara, ninguna, ninguna sola mujer podía competir con la belleza de esa hermosa pelirosa.

Tanta gente rozaba su hombro al caminar y a el sin importarle no les dirigía la mirada, por que habría de hacerlo? Hasta que de pronto choco con alguien que estaba muy aprisa, pero estaba tan absorto que sin querer el golpe hizo que soltara su maleta con instrumentos y que esta se desparramara en el interesante suelo –Lo siento…- dijo una suave voz mientras se inclinaba a recoger lo que había botado, el solo se shockeo por un instante tan minúsculo pero tan importante, la chica recogió todo –veo que eres pintor…- dijo mientras le entregaba la maleta y le sonreía tan dulce y mágicamente que el había olvidado respirar, .-en verdad lo siento- dijo la chica y a toda prisa se marcho, el la siguió con la mirada y vio como se subía a un taxi perdiéndose entre todo ese ostentoso tráfico, miraba el taxi hasta que este desapareció de su vista, y un extraño gesto apareció en sus labios, y comenzó a sentir el corazón a punto de escapársele del pecho, siendo preso de su pecho, trago saliva preocupado, y sujeto con fuerza su maleta contra su corazón.

Esa sonrisa que el estaba guardando en un cofre de soledad, comenzaba a vislumbrar alegría a chorros, sintió que sus manos le suplicaban pintar, sentir la extraña sensación de sus pinceles recorrer los lienzos empapados de pintura, sintió las ideas rebozar en su mente y sentía su corazón estremecido por tan bella sonrisa, tan pura y dulce sonrisa, tan angelical rostro y tan mágica voz, corrió… corrió hasta su departamento teniendo miedo de que el recuerdo de su hermoso semblante sonriéndole con tanta amabilidad se perdiera por su estupidez , tomo sus pinceles y comenzó a pintar como siempre lo hacía como nunca disfrutando y haciendo disfrute de su corazón satisfecho por sentir la intensidad de los colores opacando su vista, pero uno no era suficiente, hizo muchas, muchísimas, pinturas por que había encontrado a una modelo digna de ellas.

Al principió estuvo bien, su fama regreso a su bolsillo, sus pinturas se vendieron al mejor preció y en un santiamén, pero ella ahora había dejado un vació en su corazón, una frustración de querer verla de nuevo, de comprobar la magia de su sonrisa y la frescura de sus pálidos ojos, pero donde? Donde podría hallar a tan bella modelo? Y salió y busco y busco y camino y corrió y exploro y observo pero nada más no podía hallarla, la fuente de su inspiración y del olvido de Sakura se había perdido –Será que era extranjera?- pensó –no, no, tenía un acento magnifico estoy seguro que es de aquí, pero donde estarás? Si tan solo supiera tu nombre…quizás solo con eso conformaría con saber tu nombre o quizás no…- comenzó a tener una obsesión un problema de depresión que lo comenzaban a enterrar en una desesperación infalible.

Quizás sonaba estúpido enamorarte de alguien que solo viste una vez, por una fracción de segundo y que es más no le pudiste dirigir la palabra, su obsesión comenzó a hacerse más grande, hasta el punto que comenzó a preocupar a Kiba Inuzuka su mejor amigo, que entre copas y en un bar le dijo que necesitaba y que buscara ayuda profesional para todos sus conflictos amorosos, Naruto se ofendió al principio, pero había vivido muchos años en las calles con Kiba y el era su más fiel amigo y compañero de arte, así que quizás estaba en lo cierto, quizás sea bueno, pensó el rubio, y acepto la propuesta de Kiba que le dijo bebiendo el último sorbo de su copa junto con el –que bien por que el martes tienes tu primera cita a las 5:00 pm, aquí tienes la dirección- dijo dándole un papelito doblado –que! si apenas y acabo de aceptar y ya tengo mi primera cita?- el chico de cabellera marrón solo rió –es que sabía que aceptarías…- dijo mientras le daba unas palmaditas en la espalda –bien, dame la dirección…- dijo mientras la tomaba –gracias…- dijo mientras se despedía de el y dejaba dinero sobre la barra, levantándose de la silla y yéndose…

Pasaron algunos días y la fecha de su cita llego, el estaba esperando justo en la sala de espera, sintiéndose raro de la forma en la que lo miraba la recepcionista le estaba coqueteando? O solo era que se burlaba de el por que quizá estaba loco? No estaba seguro así que solo se escondió entre la revista que leía, y sin querer noto que en ella habían fotos de Sakura modelando para varias compañías de ropa, cerro la revista y mejor comenzó a jugar con sus dedos bamboleándolos sobre su pierna haciendo señal de desesperación y nerviosismo –como llegue aquí?- pensó mientras comenzaba a cambiar de decisión, se puso de pie recapacitando en que lo que estaba a punto de hacer era una tontería, por que después de todo, el no estaba loco, no, solo era confusión en su cabeza, no locura…

Pero fue demasiado tarde, -Señor uzumaki?- pregunto la recepcionista con firmeza, el vacilo un poco –soy yo…- dijo alzando la voz –por favor pase…- le abrió la puerta cortésmente y el solo asintió con molestia entrando al consultorio.

Creyó que tendrían sogas e instrumentos de tortura en las paredes, o una silla eléctrica como mínimo o que quizá tenga olor a hospital, pero nada… era una habitación bastante acogedora, un lugar tranquilo, tenía cortinas y la luz del sol entrada sutilmente por la ventana, vio un sillón, si como esos de las películas en donde el paciente se recuesta a contar sus penas, -Señor Uzumaki?- pregunto la voz ronca de la mujer, -Soy yo…- dijo sin ver su rostro, puesto que le daba la espalda con su silla giratoria, -por favor tome asiento…- dijo con mucha delicadeza, el nervioso asintió pero ella no pudo verlo.

Era claro, era una voz femenina pero era opacada por su malestar de garganta, se notaba la voz ronca por enfermedad, una gripa quizás pensó Naruto.

-y bien cual es el problema?- pregunta le fémina, el rodeo un poco los ojos, antes de hablar, no sabía como pero ahora estaba recostado bocarriba mirando el elegante techo de esa bonita habitación –mmm…- balbuceo el chico, ella lo noto y rió un poco –por favor relájese y tómese su tiempo… todo lo que usted diga no saldrá de esta habitación…- era bastante amable pensó el chico, trago un poco de saliva antes de comenzar su relato, después de ordenar sus ideas y pensar que los psicólogos eran graciosos por ser como baúles de penas, si como los contenedores de las demás personas.

-hace unos 9 meses, me dejo mi novia y caí en una depresión muy fuerte- dijo aun un poco desconfiado -sonara estúpido pero soy pintor y sentí el mundo derrumbarse a mis pies, sin que yo pudiera evitarlo, caerse a cachos…- guardo silencio esperando a que ella dijera algo, y al no haber respuesta continuo con su relato.

-mmm… yo perdí la inspiración, el deseo de pintar, las ganas de vivir, no hacia nada más que lamentarme y preguntar por que se había ido…- comenzó a sentir como su corazón y sus penas comenzaban a delatarlo, saliendo de su pecho a oídos de esa extraña.

-hasta que conocí a una chica, la conocí mientras caminaba con mis lienzos en blanco por la calle, estaba caminando sin rumbo fijo, sin mirar mi camino, sin tomarme la molestia de voltear a ver antes de cruzar la calle, como si retará a la muerte, choco conmigo por accidente, y la vi… perdí la razón, esa razón que opaca mi inspiración, ella me sonrió tan dulcemente, pero como una extraña Siguió su camino sin darse cuenta que en su bolso se estaba llevando mi corazón, pero pienso que fue como un cambio… mi corazón por inspiración, un preció muy bajo al principio, por que ahora tenía excitación de sobra para darle vida a esos lienzos, regrese a ser un éxito, pero con el tiempo, me dí cuenta de que no era suficiente de que aquella sonrisa que me regalo una vez quería verla todos los días, regrese a la calle y a recorrer el camino donde la había encontrado una vez, en espera de que ella me esperara… pero nada… y me siento patético de estar enamorado de una extraña, de alguien que ni se su nombre…- al final de su relato suspiro sintiendo como la frustración se despedía de el y se sintió mejor, sintió que aquello oídos extraños eran más eficientes que el mismo Kiba.

-Se que es estúpido, pero estoy enamorado de una extraña… y me duele…- dijo el chico dándole un final triste a su historia, la mujer le dio unos consejos que el escucho con atención, y después de eso sintió una sonrisa volver a su rostro, aunque le quedaba un vacío en el corazón que trataría de llenar después –gracias Doc usted ha sido de mucha ayuda…- dijo el al levantarse del sofá y acercarse al escritorio en busca de estrechar su mano en agradecimiento –no hay de que…- dijo la voz al girar para mirarlo de frente.

Me quede sin aliento al mirarla de frente, había olvidado lo mucho que trabaje para poder revivir, sus ojos en el lienzo, dos hermosas lunas llenas, grandes y plateadas, el mucho trabajo que me había dado conseguir un color similar al de su cabello azul oscuro, como el manto de la noche, lo difícil que fue delinear los detalles: sus labios, sus finos labios, los delicados cabellos traviesos que se aventuran en su rostro, estrellas, si, mi obra se llamaba, "La luna esta en tus ojos y la noche en ti" era tan hermosa como la misma noche, noche de luna llena, de luna llena y tupida de estrellas, no se si ella me reconoció, tal vez pensara que soy un psicópata por plagiar su belleza, pero si por ella iba ir a la cárcel, no importa, esta bien por que no planeo arrepentirme de plasmarla en mis lienzos, trague saliva tratando de retener a mi palpitante corazón que me decía que saltara y la tomara entre mis brazos, pero podía ver un extraño brillo en sus ojos y en ese mágico momento cuando los dos comenzamos a caer en un mundo sin razón solo rodeado se sentimientos, un molesto ruido comenzó a sonar.

-Alo?- contesto la chica –que pasa mi amor?- dijo mientras ignoraba al rubio frente a ella –mi amor?- pensó el cabizbajo, en que estaba pensando era obvio era hermosa y joven, seguro tenía novio, o estaba comprometida quizás casada y con hijos, era un completo estúpido – y papa a que horas llega amor?- pregunto la joven a la voz, mientras el chico sentía como su corazón se partía en pequeños pedazos, tan pequeños que eran casi polvo, -si, hoy llego temprano a la casa… un beso, bye…- dijo mientras colgaba y prestaba su completa atención a ese par de ojos, ella sonrío y el por un momento pensó que estaba bien seguir viendo esa sonrisa, ya que después de todo estaba bien estar enamorado, sin que ella lo sepa… -entonces hasta luego…- dijo ella mientras estrechaba la mano –si, yo creo que en nuestra próxima sesión podemos hablar de algunos traumas que me persiguen desde la niñez…- ella se sorprendió pensó que esto era cuestión de una sesión, tan solo un desahogar de penas… -cla… claro señor uzumaki…- dijo ella con una sutil sonrisa –pídale nuestra próxima cita a la recepcionista esta bien?- -si… gracias Doc… emmm… Doc…- solicito el –que pasa?- pregunto extenuando una mirada en espera de algo… -como se llama usted…- la chica carcajeo un poco –Hinata Hyuga…- dijo la chica –Hinata Hyuga…- repitió el, en susurro, sintiendo como sus labios disfrutaban de pronunciar su nombre, un sonido del que nunca se iba a hartar… -gracias… Hinata…- dijo el sonriendo –de nada Naruto…- dijo ella haciendo que el se sonroje repentinamente…


No lo quiero dejar así, pero diganme su opinion, para saber si lo continuo, dejenme muchos reviews... se les quiere mucho un beso...