¡Hey hey hey! 7u7 Qué onda!
Hace tiempo que no publico un fanfic de larga duración, y ya tengo meses trabajando en este bebé JAJAJA

Espero que lo disfruten. Advierto que no sé bien cada cuando podré actualizar.

Sin más, ¡A leer! :3


Hola, mi nombre es Azusa Nakano, soy estudiante en la preparatoria Sakuragaoka, y también trabajo como una agente encubierta. Quizás se preguntarán, ¿qué hace una chica de 16 años trabajando como agente? Bueno, es gracioso, porque mis padres también lo son, y supongo que los gajes del oficio son entrometer a tu pequeña hija al mundo de la investigación y la criminología a tan corta edad. Mis padres normalmente salen fuera del país para resolver trabajos que el gobierno les encarga y paso demasiado tiempo sola, así tengo más tiempo para relajarme y estudiar, vivir la vida que me gustaría vivir si no fuera una agente del calibre que soy.

Mi vida se resume en 5 cosas:

—Estudiar
—Comer
—Dormir
—Tocar guitarra
—Atrapar criminales

Si piensas que es la vida perfecta, déjame decirte que no, es bastante difícil mantener un perfil bajo para que espías o agentes de organizaciones enemigas no te atrapen y te asesinen, porque así es esto. Naces, creces, te entrenan, cumples una misión, cumples otra, y otra hasta que te asesinan, fin. Sí, es bastante triste imaginar que mi vida técnicamente ya fue organizada por la organización. Cuando eres un agente, no tienes tiempo para cosas que otras chicas hacen, por ejemplo, divertirse, reír, llorar, enamorarse; una de las reglas de oro en la organización es que el amor está prohibido. Así es, PROHIBIDO. Genial, ¿no? Para mis padres el amor no es una pérdida de tiempo como todos en la organización lo dicen, incluso me han dicho que si yo llego a enamorarme, ellos me apoyarían. Después de todo llevan casados casi 20 años, el amor es lo que les ha impulsado a seguir juntos más tiempo, y yo soy producto de ese amor. ¿Irónico no? Mis padres son unos sociópatas cuando se trata de seguir las reglas de la organización.

Creo que me he salido mucho del tema. Continuaré.

Cuando tuve uso de la razón, supe que me convertiría en una agente especial sin siquiera haberlo elegido, así que mi entrenamiento comenzó a partir de los 5 años de edad. ¿Cómo quieren que disfrutes tu infancia cuando tienes apenas 5 escasos años? Son unos idiotas. Toda la educación básica la recibí en el instituto dentro de la organización, así es, tienen kinder, básico (primaria) básico-medio(secundaria), preparatoria y una universidad, increíble, ¿no crees?

Para mi no, estudié hasta la secundaria allí, pero por alguna extraña razón decidí que me gustaría estudiar mi preparatoria y mi universidad en una escuela pública, tener una vida "normal". Mis padres accedieron de inmediato creyendo que así podría hacer al menos un amigo. Sí, siempre fui muy poco social, me era difícil entablar conversación con otras chicas de mi edad, siempre pensé que no era igual a otras, no, yo prefería sentarme a leer un libro en los recesos, incluso aprendí a tocar guitarra; producto de mi asocialidad. Lo mejor fue que mis padres fueron quienes me instruyeron. Así es, aparte de agentes, mis padres son músicos profesionales. Al parecer no han comprendido el significado de mantener un perfil bajo. Bueno, supongo que está bien, nadie sospecharía de un par de músicos.

La guitarra desde entonces ha sido mi consuelo, mi mejor amiga, mi confidente, mi todo. Cuando cumplí 11 años, mis padres me regalaron mi primer guitarra eléctrica: Una Fender Mustang MG69/MH Color CAR.

Recuerdo la primera vez que la vi, quedé fascinada, desde entonces no dejo de buscar alguna oportunidad para tocarla, la música es una de mis pasiones y si no fuera por ella y mis padres, me hubiera vuelto loca ya. Quiero decir, los entrenamientos en la organización son demasiado pesados, incluso yo me sorprendo de ser una de las mejores agentes. ¿Ironía? supongo que sí, demasiada.

Mis padres me dieron varias opciones a elegir, había 5 preparatorias de excelente nivel académico, pero sólo una llenó los requisitos que yo requería; era femenina. Sí, una preparatoria exclusivamente para mujeres. Nunca me gustó mucho convivir con hombres que no fueran mi padre, no sé, me sentiría más cómoda en un ambiente sólo para mujeres. Así que accedí, los exámenes de admisión fueron increíblemente fáciles (supongo que la educación de la organización no es tan mala como pensaba) y quedé, como era de esperarse. Ahora tendría una vida "digna de una señorita" por 3 míseros años, bueno, peor es nada, ¿no creen?

Las clases comenzaron y me sentí en un ambiente totalmente diferente, te lo pondré de ésta manera, un salón de clases lleno de chicos y chicas de tu edad, uniformados perfectamente con colores no muy llamativos, todos en absoluto silencio acatando las órdenes de un profesor como si de eso dependiera su vida. Aburrido y macabro, ¿concuerdas conmigo? Ahora, el ambiente de aquí era muy.. distinto. Chicas conversando entre ellas animadamente, uniformes lindos, un ambiente tranquilo y relajante, ah, ¿por qué no se me ocurrió estudiar en una escuela pública antes? Qué idiota fui. De pronto entró el profesor y todas corrieron a sus lugares rápidamente, pensando que el profesor no se daría cuenta de que estaban fuera de ellos. La lógica humana es increíblemente estúpida. Miré alrededor y no pude ver nada interesante, cuando el profesor habló, pidió a todas que diéramos una breve presentación de nosotras, era un cliché típico del primer día de clases. Cuando fue mi turno, me levanté de mi asiento, dije mi nombre, que me gustaba tocar guitarra y el típico "espero que nos llevemos bien", me senté y todas aplaudieron, ¿qué nunca habían conocido a alguien que tocara un instrumento? Después se levantó la chica de atrás mío, de cabello castaño corto hasta los hombros, su voz sonaba muy dulce y ella parecía ser buena persona, ¿su nombre?

Hirasawa Ui.

Ella fue la primer chica que se convirtió en mi amiga, cuando la clase terminó ella se me acercó y me habló, preguntando si en verdad tocaba guitarra. Yo le respondí que sí, que si fuera mentira, no lo hubiera dicho frente a toda la clase, reímos, ella me comentó que su hermana mayor también tocaba la guitarra, y comenzamos a conversar acerca de eso. Después nos hicimos buenas amigas y cada almuerzo comíamos juntas, al poco tiempo se nos unió una chica bastante rara llamada Jun, y así fue como conocí a mis dos primeras amigas.

Pasaron los meses, y yo noté a Ui un poco extraña. Con extraña me refiero a que casi no prestaba atención a clase y durante los almuerzos escapaba del aula de clases con la excusa de tener que hacer una llamada importante a su madre, Jun se la creyó, yo no. Es decir, es muy sospechoso que la más tranquila de tus amigas comience a comportarse extrañamente de un día para otro, así que decidí vigilar a Ui, quizás debía tener alguna situación que la pusiera de esa manera, no lo sé, sólo sé que debo cuidar de ella; eso hacen las amigas, ¿no?


Un día durante el receso, Ui escapó de nosotras con el pretexto de ir a entregar un ¿examen? a un profesor, salió del aula casi huyendo y Jun fue indiferente, ella se fue a su club de Jazz. Yo decidí seguir a Ui, más por preocupación que por soledad, después de todo, casi toda mi vida estuve sola. La seguí sigilosamente hacia la azotea de la escuela y la observé desde la puerta, Ui miraba desde arriba hacia la entrada de la preparatoria como si estuviera esperando a que algo pasara o alguien llegara. Estuve a punto de dar un paso cuando noté que me descubrió; —Azusa-chan, pensé que estabas con Jun— Me dijo desde donde estaba, ¿me había visto? Imposible, cuando yo seguía a alguien, era in-detectable. —Bueno, quise ver si estabas bien, después de todo, últimamente evitas estar conmigo y con ella— respondí con toda la tranquilidad del mundo, Ui se giró y me miró directamente a los ojos.

Está bien, deja de fingir, sé perfectamente lo que eres, yo también lo soy

¿Me lo dices en serio? Ui sabía que yo era una agente secreta, ¿y me decía que ella también lo era? Si bien, a veces actuaba extraño, pero yo jamás hubiera podido sospechar que ella fuera agente. —Estás bromeando— le respondí, ella sólo se giró y me miró con su característica sonrisa de amabilidad —No, no bromeo en nada, Azusa. Pero relájate, no estoy aquí por ti, estoy aquí por algo más— Quedé impactada, ¿Ui tenía una misión secreta? Admito que es imposible imaginarte a Ui siendo una agente, parece ser de esas chicas que no rompen ni un plato; las apariencias engañan. —¿Entonces por qué estás aquí?— pregunté mientras me acercaba a ella, Ui volvió a su puesto de vigilante —Mi agencia me envió aquí en una misión de exploración, puedo decírtelo porque también eres agente, pero si fueras otra persona, tendría que matarte después de revelarlo

Está bien, Ui comenzaba a romper toda la imagen tierna y adorable que tenía de ella. Miré hacia donde ella miraba y sonreí, al menos la preparatoria no sería tan aburrida como prometía ser, teniendo a Ui como mi amiga.
No es necesario que lo hagas, descuida, no le diré a nadie— Me miró y le guiñé un ojo, ella me sonrió. —Gracias, Azusa-chan

Tomamos el almuerzo allí arriba desde entonces, Jun se iba todos los días a su club durante el receso, así que no se enteraría. Ui me contó todo sobre ella, la organización a la que pertenecía, su pasado, sus entrenamientos (igual de duros y crueles que los míos) y su estadía en Sakuragaoka, al parecer la escuela no era simplemente eso, guardaba secretos, muchos secretos. Posteriormente bajábamos e íbamos a clases, al finalizar las clases, subíamos nuevamente a la azotea, quién sabe para qué, yo sólo le hacía compañía a Ui.

Una tarde después de la escuela, nos dirigíamos a la azotea para que Ui completara su vigilancia vespertina, caminábamos en completa tranquilidad charlando sobre algún tema que hubiéramos visto en clase, salimos a la azotea e inmediatamente, la puerta se cerró tras nosotras, ambas volteamos con los sentidos bien alerta —Hace tiempo que no nos vemos, Ui-chan— una voz habló desde atrás —Suponía que vendrían en cualquier momento, Tainaka-san— Ui miró a la chica (¿era una chica?) frente a nosotras. Vestía un traje de gala negro y cubría su rostro totalmente con una máscara tipo "Anonymous". —Yep, mira, tu hermana nos dijo que te advirtió que dejaras esta misión para profesionales, y que accediste, pero veo que le mentiste cruelmente— Sí, definitivamente esa voz era de una chica, no había duda. Miré por el rabillo de mi ojo y pude ver a otra chica (de ésta no tengo duda de que es una chica) detrás de nosotras, junto a la puerta de la azotea. Ella era más alta que todas nosotras, vestía casi igual a su compañera, pero ella usaba una falda negra en vez de pantalón, también cubría su rostro con una máscara, pero tenía un hermoso cabello color azabache.

Ui también la miró y ella la saludó con un ademán de mano. —No te había visto, Akiyama-san— la mencionada caminó y se posicionó al lado de la otra. —Un placer verte de nuevo, Hirasawa-san— Wow, qué voz, las enmascaradas miraron a Ui. —Escucha Ui-chan, es simple, ésta misión nos pertenece, punto— habló la más bajita de ambas —No, ésta es mi misión, les guste o no— Ui se mantuvo firme ante ellas. Digno de admirar, aún sabiendo que ellas estaban armadas, y nosotras no. —No nos hagas ésto más difícil, Hirasawa-san— habló la pelinegra, quien inmediatamente se giró y me vio. —No pensé que la organización enviara a otra agente— Ui me miró, es cierto, yo no debía estar allí.

Siempre metiéndote en problemas, Azusa.

En realidad ella no es parte de la misión, es una amiga— Ui me defendió, bien hecho Ui, quizás luego te invite un helado por ser tan buena amiga. —Es una agente, ¿tú que opinas Akiyama-san?— habló la del traje, maldita seas, quien quiera que seas —Sí, tomando en cuenta que sabe de qué estamos hablando— Vaya, ahora sí que me metí en un lío, sabían mi identidad, bueno, al menos sabían que Ui me conocía, que estudiaba en la misma preparatoria que ella y que estaba en el lugar equivocado justo en el momento equivocado. —Bueno, un placer conocerte— habló la trajeada —Un placer— mi cortesía se hizo presente —Bueno, Ui-chan, es la última advertencia que te daremos, piénsalo bien, no nos obligues a hacerte daño— Rayos Ui, ¿por qué no me dijiste que estabas metida en tal lío? —Tu hermana no querría lastimarte, y lo sabes— Golpe bajo, vi cómo Ui apretó los puños. Ambas se dirigieron a la puerta y al estar a punto de salir, la pelinegra habló, pero ahora refiriéndose a mi —Hasta luego— Y cerró la puerta detrás suyo.

Ui estaba más que enfadada, se le notaba a millas, decidí intentar tranquilizarla —Ui, tranquila, no ganarás nada enojándote— sí, soy excelente dando consuelo —No, no dejaré que me quiten mi misión—Vaya que ésta chica es testaruda, y yo soy muy entrometida —¿Tienes a alguien que te ayude? Es peligroso que vayas tú sola contra esas dos, se nota que no son fáciles de domesticar— eso lo dije por la más baja de las dos —No, soy yo sola, yo pedí que me asignaran la misión, quiero demostrar que no soy sólo la segunda mano de mi hermana— Ui, te admiro, en serio.

Entonces déjame ayudarte— le dije, con mi mismo tono áspero y frío —Eso hacen las amigas, ¿no?

Ui me miró atónita unos segundos y luego me sonrió amablemente. —¿Estás segura de querer hacerlo?— Asentí con la cabeza, más por aburrimiento que por obligación, sería divertido tener una misión mientras tomaba mis "vacaciones" de mi organización, ¿por qué no?

Después de eso salimos de la azotea y Ui me invitó a su casa, teníamos mucho que planear si es que queríamos llevar a cabo la misión que le fue encomendada a Ui. Llegamos a su casa y al caminar hacia su habitación, me pareció ver una puerta al fondo, parecía otra habitación, me abstube de preguntar sobre ella y entré a la habitación de mi amiga. Las siguientes 2 horas Ui me puso al tanto sobre la asignación de su misión y su organización. La organización de Ui es bastante parecida a la mía, vi la oportunidad de lograr una alianza entre organizaciones (entre menos enemigos mejor, ¿no?) Al terminar, me despedí de ella y me fui a mi casa.

Fue el día "normal" más agitado que he tenido, al parecer, de ahora en adelante las cosas se pondrían interesantes. Mis padres estaban fueras, así que no podía contarles acerca de mi más reciente misión. Estuve un par de horas tocando la guitarra en mi casa, me preparé la cena y subí a darme un baño. Mañana sería otro día. Cuando fui hacia mi habitación, me pareció ver una sombra a través de la asomé y no encontré nada, supongo que la paranoia de la azotea me persigue.

Fue a partir de allí que me di cuenta de que mi vida sería más agitada, y la idea me gustaba.

Me gustaba.