Bueno, después de un largo tiempo de no subir nada, vengo a exponer este que es el comienzo de un proyecto que vino a mi mente, espero sea de su agrado.

Técnicas.

-Diálogos.-


El destino que cualquier guerrero podría esperar era el que menos se había dado para el espartano, Kratos, el fantasma de Esparta, el imbatible Dios de la guerra ahora yacía tumbado casi sin vida en el suelo lodoso de una isla que antes podía suponerse fue una enorme montaña, justo antes de que la muerte de Poseidón inundara el mundo.

El cielo mostraba su furia dejando caer una lluvia que parecía infinita, torrentes de agua caían día y noche si es que el tiempo podía medirse aun así, las gotas de lluvia era lo que lograban mantenerlo aun despierto, Kratos aun no podía explicarse así mismo el cómo seguía con vida. La herida ya no sangraba y parecía haber cicatrizado pero había perdido mucha sangre y no era capaz de moverse. Todo a causa de un sacrificio que no pensó que terminaría haciendo dándole esperanza a la humanidad.

-En definitiva… no esperaba que mi venganza terminara de esta manera.- Kratos se hallaba boca arriba con los ojos cerrados permitiendo que la lluvia le acariciara el rostro, eso le brindaba una extraña sensación de calma.

En toda la quietud se puso a recordar las cosas que hizo, esas atrocidades cometidas a lo largo de su vida, recordó sus aparentes muertes, a manos de Ares, la traición de Zeus, la traición de Gaia y por último la traición que más le había dolido en verdad.

-Maldita seas Athena…- dijo el Espartano dejando escapar en cierta medida el resentimiento.- nunca confié en Zeus, incluso pude haberlo esperado de Gaia… pero de ti realmente no esperaba tal acción.- El fantasma de Esparta desecho de su mente la imagen de Athena tan rápido como le fue posible, pero los recuerdos se negaban a dejarlo tranquilo, ya no se culpaba por las muertes de su esposa e hija, pero eso no quitaba que aun les echara de menos intensamente, recordó a su madre y a su difunto hermano Deimos, quien murió en el clamor de su pelea con Thanatos y dejo a su mente guiarse por un campo sin fin de memorias placidas. Así, abrazado de los pocos recuerdos felices que tenía dejo que el tacto de la lluvia fuera lo único que ocupara la bastedad de su mente.

Se regodeo unos momentos en su pequeño éxtasis hasta que un ruido originado en las cercanías capto forzosamente su atención, miro en todas las direcciones que le eran posibles, pero ese ruido aparentemente ceso antes de poder ser claramente ubicado. Justo antes que pudiese volver a su única actividad otra vez el ruido se hizo presente, Kratos se alzo lo más que pudo y miro de nuevo por todas partes.

-Quien quiera que seas… ¡Muéstrate!- Kratos en toda su experiencia sabía que lo mejor era no esperar respuesta, tomo su golden fleece y se la coloco en el brazo derecho tan rápido como le fue posible aun cuando cada movimiento le provocaba mucho dolor, trato de ponerse en pie pero eso si no logro hacerlo, aun estaba demasiado débil, se resigno a su inmovilidad pero aun así no pensó en la muerte como el posible resultado de esa situación. El sonido era cada vez más fuerte, clara señal de que lo que sea que viniera se hallaba más y más cerca.

Finalmente algo salió despedido de un rincón oscuro, era un árbol que había sido arrancado de tajo y que fue lanzado con tremenda fuerza, al árbol lo acompaño un sonoro y fuerte rugido, quizá de la bestia que había arrojado el mismo árbol, Kratos alzo la cabeza e intento mirar en esa dirección, pero solo vio oscuridad.

Otro rugido se escucho, pero esta vez ya demasiado cercano.

-La bestia esta aquí.- Kratos lejos de alterarse se mostro sereno, tantos años enfrentando toda clase de monstros habían forjado en él un carácter casi imperturbable, aun en su estado la posibilidad de encontrarse con algún monstruo era todo menos preocupante, lo que no lograba sacar de su mente, era que tipo de bestia había sido capaz de sobrevivir al mismísimo y literal fin del mundo, dudaba que fuese algún otro humano, él realmente no anhelaba la presencia de otra persona, que obviamente no fuera alguna de las que habitaban solamente en sus recuerdos.

-Ya… sal de ahí y muéstrate.- Kratos estaba ansioso, dentro de sí mismo esperaba la oportunidad de librar algún combate, aun cuando ese significara que tenía que arrastrarse para ello.

Una extraña bestia salto de entre la oscuridad, con su rugido quebró la armonía del sonido de las gotas de lluvia que caían, bramaba furiosa y se veía agitada, como si se hallará en medio de una pelea en contra de algún enemigo desconocido, esto animo más a Kratos, pero por ahora solo observo. La bestia pareció olfatear algo en el aire, giro la cabeza en varias direcciones y finalmente se quedo viendo fijamente a Kratos, pareció haberlo detectado.

El extraño ser tenía una cabeza color blanco, parecía tallada en hueso puro, los ojos brillaban amarillos como dos puntos en medio de dos enormes cuencas oculares, su piel era negro intenso y brillaba por la acción del agua, el monstruo rugió una vez más y esa vez Kratos pudo ver con detenimiento algo, detrás de la boca de la cabeza, podía verse otra boca más, pero más pequeña que la primera.

-¿Lleva una máscara?- parecía una especulación ridícula, pero precisamente eso era lo que aparentaba, realmente ¿por que una bestia llevaría puesta una máscara?, de todas las bestias que enfrento, lo más que había visto eran yelmos, pero jamás mascaras.

La bestia se alzo en cuatro patas pareciendo que era perfectamente capaz de desplazarse en dos y comenzó a caminar en dirección a Kratos, lo miraba fijamente y el espartano le sostuvo la mirada por varios momentos, la bestia rugió una vez más como seña de un inminente ataque, Kratos no desvió aun así la mirada y espero.

Omote, Wabizuke!- una persona salto de la misma oscuridad de donde la bestia había salido, en su salto paso por encima del monstruo y le dio un corte en la espalda con una espada que llevaba blandida en sus manos, Kratos no tuvo oportunidad de observar con atención, pues el ver a una persona viva le sorprendió aun mas que el repentino ataque que acababa de ver. La bestia al recibir el corte se desplomo en piso mientras bramaba aun furiosa, a Kratos le pareció extraño que semejante monstruo, puesto que era bastante grande hubiese caído con solo un corte de la espada, no parecía ser tan débil, aun así el monstruo estiro uno de sus brazos esperando propinar algún afortunado golpe a su enemigo, la persona que había caído de pie justo del lado derecho de la bestia, se movió hacia atrás de un salto para evadir la garra amenazante del monstruo lanzo una rápida mirada al lugar de donde había salido, como buscando a alguien más.-

-¡Rápido Hisagi!- Atendiendo al llamado otra persona salto de entre las sombras, se alzo muy en lo alto y la noche lo cubrió por un momento.

-Karire… ¡Kazeshini!- un resplandor azulado invadió el lugar y el peleador desconocido se dejo caer de lleno sobre la cabeza de la bestia, lo siguiente que se oyó fue el familiar sonido de una hoja afilada atravesando piel y hueso, un sonido que Kratos conocía muy bien, le era normal ya oírlo y a eso le siguió un rugido cargado de dolor que se fue apagando poco a poco, el monstruo dejo de moverse y por fin murió. Los desconocidos al principio parecieron no verlo, solo hasta que Kratos revelo su presencia.

-Ustedes dos, ¿quiénes son y como siguen con vida?- los individuos voltearon sobre saltados y alzaron sus espadas al momento que giraron, pero al verlo se calmaron y abandonaron su postura de guardia. Kratos no hablo y espero a que respondiera, era ambos varones, uno levemente más alto que el otro, el más alto tenía el cabello negro y corto, llevaba un atuendo color negro abierto en el pecho y sin mangas dejando ver sus brazos, tenía unos pantalones de tela bastante holgados y llevaba sandalias al igual que Kratos, pero el desconocido llevaba unas medias color blanco en los pies, su rasgo más característico era un extraño tatuaje que llevaba en el rostro en la mejilla izquierda y una hilera de tres cicatrices en la mejilla derecha que le bajan de la frente hasta la mejilla, además de una cintilla color gris que llevaba pegada desde la parte derecha de la nariz y recorría todo hacia la izquierda quedando justo arriba del tatuaje, mostraba una expresión ruda a comparación del otro, quien lucía más bien con un semblante apagado, el otro sujeto era más pálido y un mechón de cabello rubio le cubría el ojo izquierdo, sus vestimentas era similares, salvo el caso que el tipo pálido llevaba mangas igual de holgadas que sus pantalones de tela, ambos llevaban una insignia atada al brazo.

Ambos se miraron fijamente por un momento y el pálido decidió hablar.-

Soy Izuru Kira, sub-capitán de la tercera división del Sereitei y el.- Dijo colocando su mano en el hombro de su compañero.- Es Shuhei Hisagi, sub-capitán de la novena división del Sereitei- El compañero alzo la mano en modo de saludo.- Y hemos venido a investigar lo que sucedió en este lugar, ¿Sabe usted que paso? O ¿Quién o qué causo esto?-

Kratos los miro sin emitir ninguna palabra por un rato, pero decidió al fin responder.

-Sí lo sé, el que causo todo esto fui yo…- su respuesta fue dura y tajante, como cualquier otra cosa que hubiese respondido.

Kira e Hisagi se miraron el uno al otro nuevamente con una severa expresión de duda en sus rostros, luego parecieron querer hablar a la vez pero al final Hisagi tomo la palabra.

-En ese caso, tendrá que venir con nosotros.- Sus palabras fueron severas, tanto, que a Kratos le supuso un revés de ironía, desde luego no estaba dispuesto a ir con ellos.

-No.- respondió el espartano.

-Creo que usted no tiene opción, si se queda aquí morirá, Hisagi, ayúdame a levantarlo.- Ambos se acercaron y lo sujetaron por la espalda con una mano, Kratos en protesta le propino un cabezazo a Hisagi, pero este no pareció resentirse demasiado por ello, por su parte, Kratos al ser movido fue víctima de una enorme punzada de dolor que le recorrió el abdomen y llego a su cerebro en cuestión de segundos haciéndolo desmayar. Al parecer, sería inevitablemente llevado por esas dos personas.

En sus últimos momentos de conciencia lo único que Kratos logro ver fue una puerta de forma circular abrirse de lado a lado y un gran resplandor blanco lo encegueció. Aparentemente el destino del fantasma de Esparta aun no estaba del todo escrito.


Hasta aquí llega el primer capítulo, para quienes lo lean, les pido dejen el review... ya saben, es una parte importante de todo esto, dejen sus opiniones.