Disclaimer: Los personajes de Fire Emblem Awakening no son de mi pertenencia.
Abrí los ojos con pesadez y algo de dolor. Miré a mi alrededor y me di cuenta que me hallaba en mi habitación, tal cual la había dejado una noche antes. Entonces…
¿Era una pesadilla?
Me quité las cobijas, sorprendiéndome de mantenía puesta mi armadura azulina y dejando notar que me encontraba con algo entre mis brazos, atrapándolo en un abrazo, era algo conocida… Una tela… Color oscuro, con detalles rojizos y unos levemente dorados.
- ¡Morgan!
Era obvio que no era mi imaginación que aquella tela, era la túnica que mi hermano siempre traía puesta. Me levanté haciendo sonar mi armadura, tomé mi espada y la coloqué en el cinturón donde acostumbraba, me coloqué mis botas y arreglé el cabello dispuesta a salir.
- ¡Morgan! – Grité
- ¿Lucina?
No, aquella no era su voz. Me acerqué temerosa de ver qué o quién se hallaba detrás de la puerta… Hasta que ésta se abrió y por fin, vi al desconocido.
- Inigo…
- Hola, Lucina
Sin dejarlo decir nada, lo abracé. Nunca me había alegrado verlo tanto. Sin embargo, sus ropas eran diferentes a como yo las conocía y, su cabello…
- Inigo… - Lo miré curiosa - ¿Qué le pasó a tu cabello?
- ¡¿Qué?!
Se alejó de mí para correr al espejo más cercano, el cual se encontraba al lado de la puerta, y suspirar completamente relajado tras verse en él por varios segundos.
- No tiene nada – Comentó frunciéndome el ceño levemente molesto, tal vez por el susto que le causé
- Sí… - Me le acerqué para tocarlo y verlo más de cerca sin importar que lo jalara hacia a mí – Es azul…
- Es normal – Me miró y sonrió – Así tendría que ser, si soy el hijo de Chrom
Mi mirada cambió en sólo segundos. ¿Inigo? ¿Hijo de Chrom? Sí, en definitiva era una pesadilla muy cruel. ¡No podía ser real!
- ¿Hijo de Chrom…? ¿Mi…hermano?
- Claro
- ¿Y q-qué pasó con Morgan? – Pregunté temerosa a la vez retrocediendo
La cara de Inigo no podía mostrar más extrañeza.
- ¿Quién…?
- ¡Morgan! – Alcé la voz molesta - ¡Mi verdadero hermano!
- ¡Yo soy tu hermano! – Y ahora fue su turno de alzar la voz a casi gritarme
- ¡No! – Me harté y grité - ¡Tú eres mí-!
- ¿Lucina…? ¿Inigo….?
Una voz femenina interrumpió mi confesión. Ambos dirigimos la mirada hacia la puerta para verificar que dos personas nos miraban con preocupación… Dos personas que conocía muy bien
- ¡Padre!... ¿Olivia…? – Alcé una ceja - ¿Qué estás haciendo aquí?
- Señorita – Dijo mi padre en tono de regaño –Más respeto a tu madre
- Está bien, Chrom
Me alejé con miedo.
- ¡¿Madre?! N-No… ¡Ella no es mi madre! ¡Inigo tampoco es mi hermano! ¡¿Dónde están Robin y Morgan?!
- ¿Quiénes? – Preguntaron los tres
Mis pupilas se contrajeron de la impresión y mi cuerpo comenzó a temblar levemente.
- Robin… y Morgan… ¡Tu verdadera esposa y tu verdadero hijo!
- ¡La única Robin que conozco es la hija del Pintor real y tiene cuatro años! – Alzó la voz
- Lucina… - Se me acercó Olivia mostrando preocupación, tocando mi mejilla derecha con cariño - ¿Estás bien, linda?
- ¡No! ¡No estoy bien! – Me alejé de ella - ¡¿Dónde estoy?! ¡Quiero a mi madre! ¡Quiero a mi hermano!
Sonará tan cliché, pero no soporté todo el acontecimiento, así que salí corriendo de mi propia habitación.
- ¡Lucina!
¡Esto no era mi hogar! ¡Esta no era mi familia!
Llegué a la entrada del castillo mientras jadeaba de cansancio, me giré para ver el interior y verificar que Inigo no tardaba en alcanzarme.
- ¡Luci! – Gritó mi nombre
Chasquee la lengua y continué mi camino.
Tuve que darle la vuelta al castillo para llegar al simple establo detrás de éste. Si me detenía a preguntar y esperar respuestas sería atrapada en segundos. Cuando llegué al establo, tomé las riendas de mi caballo –Que parecía ser el original- y lo saqué de su lugar. Lo monté, lo obligué a saltar la entrada, que más bien era una cerca de madera, y comencé a galopar hacia la capital no tan lejos
- ¡Lucina!
Algo aquí no estaba bien y eso, era algo de lo que yo debía encargarme. Averiguar a fondo qué pasó y quién lo ocasionó.
