Alegrías y tristezas


Disclaimer: Miraculous: Tales of Ladybug and Chat Noir pertenecen a Thomas Astruc.


Consuelo


Sumary: Adrien quiere animar a Chloe después de lo ocurrido en el desfile de su padre.


Adrien dudó por unos segundos antes de golpear la puerta que daba a la habitación de Chloe. Todavía seguía sorprendido por lo que Chloe había hecho, pero sentía que necesitaba hablar con ella. El problema era que no sabía cómo hacerlo. Sabía lidiar con la Chloe arrogante, la que solía ver a los demás de manera despectiva y que tantos akumas había provocado, pero no con la que anhelaba tanto un poco de atención.

Adrien sabía lo que era mendigar por un poco de cariño de su padre. Quería a su padre y sabía que él también lo quería, pero Gabriel se había vuelto tan distante desde la muerte de su madre. Él y Emilie siempre habían sido podía decir lo mismo de Audrey, la forma en que trató a su hija frente a tantas cámaras fue horrible, no culpaba a Chloe por reaccionar de esa forma o por ser akumatizada.

Quería hacerla sentir mejor, el problema era que no sabía cómo. Ni siquiera tenía las palabras para consolarla o el valor para hablar con ella. Se suponía que eran amigos, pero

dudaba que actuaran como tales. Ella solía estar acompañada de Sabrina y él de Nino, Alya o Marinette.

Al final la puerta se abrió sin que él llamara. no sabía qué era lo que más le sorprendía, si ver a Chloe tan alegre o el hecho de que estuviera empacando sus maletas. Sabía que Chloe era fuerte, pocas veces la había visto deprimida, pero no creyó que se recuperara con tanta rapidez, especialmente porque no sabía que la situación entre ella y su madre había cambiado.

—Adrikin, no esperaba verte por aquí, pasa.

Adrien no tuvo oportunidad de elegir antes de que Chloe lo arrastrara hasta su habitación. Escucharla decir que no lo esperaba le dolió. Mentalmente se preguntó si lo creía tan mal amigo como para no visitarla cuando estaba herida. La respuesta que obtuvo fue amarga. Se dijo que tenía motivos para actuar así, le había pedido que fuera más amable, pero no recordaba haberla defendido de sus compañeros cuando decían que ella no tenía corazón.

—Disculpa por el desorden, me iré a New York con mi mamá y necesito estar segura de no olvidar nada.

Adrien apartó la cabeza al ver lo que su amiga guardaba. Se veía tan feliz, tan diferente a la Chloe que fue rechazada por su madre. Supuso que las cosas habían mejorado entre ellas y se alegró. Pensar en la madre de Chloe le hizo pensar en su padre y la felicidad que experimentó cuando lo abrazó en medio del desfile. Adrien tenía la esperanza de que su padre comenzara a mostrarse menos distante.

—¿Cuál blusa debería llevar? —le preguntó Chloe mientras le mostraba dos blusas casi idénticas.

—La amarilla con rayas negras —respondió Adrien, ver a Chloe feliz le facilitaba las cosas, pero seguía sin saber cómo hacerla sentir mejor.

—La llevaré solo porque lo dices. Creo que podría aprovechar el viaje para cambiar mi armario.

—¿Qué te parece si vamos por un helado? —sugirió Adrien. Decidió que si las palabras no eran lo suyo, dejaría que sus acciones le demostrara cuánto le importaba.

—Dame unos minutos para cambiarme —Chloe empujó a Adrien fuera de su habitación, pero antes de sacarlo agregó —. Esta es la parte en la que me dices que ya me veo hermosa y yo finjo modestia.

—No creo que salir descalza y despeinada sea una buena idea —le dijo a modo de broma.

—Eres malo, Adrikini —pese a sus palabras, Chloe lejos de estar ofendida se mostraba divertida.

Chloe no se tardó solo unos minutos. Retocó su maquillaje y cambió su usual cola alta por dos colas altas. Adrien también notó que llevaba la blusa que él le había sugerido.

—Como te gustó esta blusa decidí que debías verme usarla —. ¿Cómo me veo?

—Brillante.

—Ya lo sabía, pero me gusta escucharte cuando lo dices.

Jean los llevó hasta la heladería y aunque se marchó en cuanto llegaron le dijo a Chloe que estaría allí en cuanto ella lo necesitara. A Adrien le agradaba Jean. Había cuidado de Chloe desde pequeña y siempre se preocupaba por ella pesa a lo cruel que su amiga podía llegar a ser.

—Espero que tengan helado bajo en grasa, una chica debe mantener su figura.

—Chloe —le reprendió con suavidad.

Sabía que había encontrado el miraculous por casualidad, Ladybug le confesó que lo había perdido, pero confiaba en que dentro de su amiga podía haber una heroína. Porque a pesar de sus defectos, Adrien sabía que su amiga también podía tener sus momentos de bondad y que, aunque tratara de negarlo, en su interior se encontraba un corazón noble que anhelaba el cariño de su madre y que deseaba ser como ella.