Disclaimer: Desde la casa de los astutos hemos osado elegir al moreno de fuego, para darle un protagónico y porque pertenecemos a la Orden Zabinniana, nuestra devoción a él nos hace rendirle tributo en una historia. Claro que los personajes le pertenecen a J.K. Rowling.

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FUEGO EN LA OSCURIDAD

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The Darkness Princess & Lady Muerte

*º*º*º

Encuentros.

Era un sábado de diciembre, la tarde era fría, los copos de nieve caían suavemente para reposar en níveos montículos sobre los techos de las tiendas de Hogsmeade.

Los estudiantes de Hogwarts se encontraban alegremente buscando los atuendos que utilizarían en el Baile, después de todo, el mundo mágico se encontraba de festejo ya que el Señor Oscuro había sido derrotado.

Una hermosa pelirroja perteneciente a la casa de los leones del tan renombrado Colegio de Magia y Hechicería Hogwarts, se encontraba frente al escaparate de una prestigiada tienda.

No muy lejos de ella un atractivo joven caminaba meditabundo sin prestar mucha atención a su alrededor, justo cuando estaba a punto de alcanzar Las Tres Escobas, se encontró con algo que no esperaba, pero aún en contra de su voluntad había pensado, deseado, soñado y anhelado verla de nuevo.

Después de todo, habían pasado casi un año desde la última vez que la había visto, por no decir insultado y molestado, después de todo, no podía permitirse sentir ninguna clase de sentimientos, que no fueran de desprecio por unatraidora de sangre.

Ahí estaba tan vulnerable, una hermosa chica de cabellos de fuego, que caían ordenadamente por su tierno rostro, de labios rojos cual carmesí y mar dorado por mirada, de sutil y delicada silueta, simplemente la que podría ser la musa de sus sueños, su ángel en la oscuridad, pero no podía ser, ya que no seria más que su perdición. Ella era prohibida… porque era una traidora de sangre, una Weasley, una Gryffindor, simplemente un sueño imposible.

*º*º*º

Ginevra Weasley observaba detenidamente un hermoso vestido que sabía que no podría comprar, sería como gastar la mesada de dos meses que no tenía. No podía darse ese lujo y menos para usarlo sólo en una ocasión.

De pronto sintió un extraño escalofrío y una sensación de estar siendo observada la invadió, se giró mirando detrás de ella, topándose con la mirada penetrante de Draco Malfoy y para rematar a su lado estaba su inseparable Blaise Zabinni. Al instante les dirigió una mirada de desprecio y comenzó a caminar alejándose de ese lugar en busca de sus amigas, lo último que quería era comenzar una pelea con ellos.

Blaise se encontraba embelesado cuando alguien tocó su hombro.

—No puedo creer que estés espiando a la Weasley —espetó incrédulo—. ¡Por Slytherin, Blaise! Es una pobretona, traidora de sangre —añadió con desprecio.

Zabinni entendía lo que su amigo decía, en verdad lo hacía, no era ningún tonto. En ese momento la chica volteó, dirigiéndoles una mirada de odio para después irse.

—¿Qué es lo qué te pasa con esa? —preguntó, mirándolo con severidad.

—Nada, no me pasa nada —contestó intimidante, como si quisiera convencerse al pronunciarlo.

—Entonces no me hagas creer lo contrario —manifestó desconfiado de las palabras de su amigo.

—Cree lo que quieras. —Retomaron su andar pasando justo por el escaparate que minutos antes estuviera viendo Weasley.

Blaise observó el lugar con detenimiento, notando el vestido principal, imaginando que no le quedaría nada mal, pero ¿para qué querría un vestido así?, ¿para una cita? El sólo pensamiento le causó un malestar indomable. En verdad esta mal.

—Odio venir cuando hay tanta muchedumbre —exclamó con desdén Draco, molesto por tanta gente.

—Lo sé, debimos haber averiguado el día de salida de Hogwarts, pero ¿qué puede estar pasando? —Lanzó la pregunta y no pensaba quedarse con la duda. De la nada paró a un chico que llevaba una túnica con escudo de su antigua escuela—. ¿Qué sucede? ¿Por qué hay tanto alboroto?

El chico lo miró extrañado y temeroso ya que sabía quiénes eran, muchas veces los había visto en su escuela molestando a otros chicos.

—Eh bueno… es que Hogwarts va a dar un Baile el 19 de diciembre —explicó vacilante, deseando alejarse ya.

Blaise y Draco se miraron entre si, hablando en silencio.

—Con que un Baile —murmuró Draco después de dejar ir al chico. Sus labios se torcieron en una mueca.

—Vaya, ese anciana cada vez esta más loca —añadió burlonamente, refiriéndose a la directora actual de Hogwarts, Minerva McGonagall.

«¿Un Baile? Por eso estaba viendo ese vestido, pero ¿con que idiota irá?, ¿acaso ira con Potty? Pero él y Granger parecen estar juntos, ¿o acaso volvería con ese?, ¿o quizás vaya con Thomas o Longbotton?, ¿o será Corner? ¡Por Merlín! ¿Qué me pasa? ¿Por qué estoy pensando en esto? ¡A mi que me importa, por mi que vaya con quién se le de la gana!».

Se regañó a si mismo, no podía creer que estaba cayendo en ese juego. ¿Qué caso tenía pensarlo? Era completamente absurdo.

—Sí, pero ¿qué esperabas? —cuestionó con ironía—. Vayamos a otro lugar, vendremos aquí cuando la muchedumbre se haya ido —mencionó Draco, parando un carruaje en el que los dos abordaron.

*º*º*º

En tanto Ginny caminaba buscando alguna señal de sus amigas.

«Ese Malfoy…¿qué podría estar haciendo aquí?, ¿qué se puede esperar de él y sus amigos? Siempre tan odiosos. En fin, es una lastima que no pueda tener ese vestido —suspiró largamente—. Definitivamente usaré el que mi madre me confeccionó, aunque no se por qué piensa que aún soy una niña. Tendré que hacerle unas cuantas modificaciones.»

—¡Ginn! —La llamó una rubia tocando su hombro.

—¡Por Gryffindor! ¡Me asustaste Luna! — exclamó con una sonrisa y su mano en el pecho.

—Lo siento, ¿ya escogiste un vestido? —indagó curiosa.

—Si te refieres a escoger con sólo ver, sí —profirió con ironía.

—Al menos me dirás, ¿cuál fue el que te gusto? —inquirió interesada.

—Pues es de color rojo, largo, tiene un escote en "v" muy discreto, se ciñe hasta la cintura y tiene con una abertura discreta en esta parte —replicó, señalando con una mano la parte baja de su pierna, mientras lo describía con ilusión y un brillo en sus ojos.

—Oh, ¿dónde esta ese fantástico vestido? —preguntó risueña y divertida por la respuesta de su amiga.

—Pues en la nueva tienda que esta por Las Tres Escobas —respondió con ensueño.

—Vamos a verlo, no puedo irme sin siquiera echarle una mirada.

—Mejor no, además esta Malfoy y sus amigos por allá.

—¿Eso qué?, él no nos hará nada, además no lo vamos a ver a él —espetó confundida.

—Lo sé, pero mejor evitar un encuentro con él, no quiero escuchar una sarta de estupideces de su linda boca —mencionó con ironía la pequeña Weasley.

—Vamos, puede que ni siquiera este ya ahí, quiero ver ese vestido —insistió.

—No, mejor dime, ¿cuál escogiste tú?

—Aún no elijo… quería mostrarte algunos para ver que opinabas —expuso con un ligero sonrojo y una sonrisa que abarcaba su lindo rostro al pensar en su acompañante.

—Pues vamos. —Tomó el brazo de su amiga y comenzaron a caminar.

Así pasaron la tarde entre vestidos demasiado extraños y vistosos, hasta que encontraron el perfecto.

—Luna, te veras hermosa ese día, Ron se la va a pasar con la boca abierta —alabó alegre, pensando en la cara de bobo que pondría su hermano.

—¿Tú crees? —incurrió con inocencia.

— Claro —afirmó totalmente convencida.

—Eso espero —acotó con un tono ensoñador.

—Creo que no podremos tomar un cerveza de mantequilla —mencionó Ginny notando la hora.

—Si… es tarde, es mejor que nos vayamos. —Salieron de la tienda, caminando hacia donde los carruajes las esperaban.

—Parece que va a nevar más fuerte —predijo Luna al mirar el cielo.

—Sí, vamos… antes de que arrecie la nevada.

—Pero Ginny, ¿estas segura qué no quieres ese vestido? —inquirió mirándola a través de sus largas pestañas.

—No, además es bastante caro —replicó con pena, subiendo al carruaje.

—Pero yo podría ayudarte a pagarlo —sugirió amablemente.

—Me partes el corazón Luna, eres una gran amiga —señaló sonriéndole agradecida—, pero no… ya me ayudaras con los arreglos que le haré al vestido que me mandó mi madre, ¿si?

—¡Ah, esta bien! —aceptó no muy convencida.

Así entre plática y risas llegaron al castillo.

*º*º*º

Zabinni se encontraba en su lujosa habitación, recostado en su amplia cama, hacia unas cuantas horas que Draco se había ido, así que tenía todo el tiempo para darle vueltas a eso que lo carcomía.

—¡Por Slytherin! ¿Qué me pasa? ¡Demonios! —Golpeó frustrado el colchón para después levantarse—. Esto no me puede pasar a mi… soy Blaise Zabinni, un sangre pura, bueno en todo lo que hago, estudio en una de las más prestigiadas Universidades mágicas, puedo tener a la chica que desee, ¿por qué pensar en esa?... ella es tan… tan ¡Weasley!... una pobretona, una traidora, aunque debo admitir que es bragada para atreverse a replicarnos todas esas veces que la molestamos y sin duda es dueña de una belleza admirable.

—¡Qué demonios estoy diciendo! —Se recriminó así mismo—. Bbbbssss —resopló cansado de no encontrarle una razón lógica a lo que le pasaba.

Caminó hasta una cómoda en un rincón, sirviéndose una copa de whiskey, miró el licor y dándole unas vueltas le dio un gran trago dejando vació el receptáculo.

—¿Con quién ira a ese Baile? Ahora, ¿con quién estará? ¿Quién será él que si pueda estar con ella? Acariciándola, sintiéndola, protegiéndola, besándola. Arrrhgggggg sin tan solo… ¡no fuera traidora!, pero ¿qué demonios me hizo?, ¿acaso será un simple deseo que tengo de poseerla?, ¿y fuera eso?, ¿cómo lo sabré si no puedo acercármele?

Fue entonces que su mente creó una idea al calor del whiskey.

—Mmm con qué Baile, ¿no? —pronunció mientras una mueca maliciosa curvaba sus labios y un brillo aparecía en sus pupilas.

En ese instante un sonido, lo hizo voltear a su puerta. —Adelante…

—Blaise pensé que te habías ido con Draco —expresó Oxum.

Él miró entrar a una elegante mujer, su madre, sin duda de belleza incomparable.

—No estaba de ánimo —respondió dejando su copa en un mueble.

—No deberías tomar tanto vino y menos antes de la cena —regañó acariciando el rostro de su hijo—. ¿Qué te pasa Blaise? ¿Algo te preocupa? ¿Es una chica? —preguntó fijando sus ojos en los de él.

—Nada —contestó escuetamente.

—Debe ser una mujer muy especial… para tenerte así —espetó caminando por la habitación de su hijo, a pesar de no pasar mucho tiempo con él, lo conocía y más porque era hombre y ella se especializaba en conocer lo que los hombres pensaban, no en vano se había casado siete veces.

Blaise la miró deambular por su habitación, sin expresar nada, como si sólo lo estuviera analizando.

—¿No dices nada? Entonces es verdad, no olvides ser un caballero —aconsejó—. Vamos es hora de cenar y sabes que no me gusta esperar —Avanzó hasta la puerta y antes de salir se giró y clavó sus pupilas en las de él—. Por cierto, vino el elfo de la señorita Daphne Greengrass y te dejó una carta, esta abajo en el recibidor. —Con esto salió cerrando la puerta dejándolo totalmente extrañado.

—Vaya… justo ahora, ¿esto tiene pasar? —cuestionó a la nada—. Mejor voy a comer.

Abandonó su cuarto encaminándose al comedor, quejándose de su suerte.

*º*º*º

En el Gran Comedor se encontraba Ginny, cenaba alegre hablando con sus compañeras del Baile y sus parejas.

Al terminar se dirigió a su cuarto, pensando en los arreglos que le haría a su vestido, al llegar lo vio colocado en el maniquí. Sus compañeras aún se encontraban en la Sala Común así que estaba sola en la habitación, caminó hasta su cama donde se recostó, acorrucándose en ella, pensando en el que consideraba su gran amor.

—Harry —susurró con unas pequeñas lágrimas en sus ojos.

«Aún lo extrañó, pero él esta bien. Hermione lo ha logrado sacar adelante, para él no fue fácil vencer a ese monstruo, por poco lo perdemos en esa cruel batalla. No puedo enojarme porque ellos estén juntos, siempre lo han estado, pero ¿y yo?, ¿por qué me dejó atrás? Me hubiese gustado ser yo la que estuviera a su lado cuando sufría, curar sus heridas, pero él escogió y no puedo estar siempre triste.»

Era una lucha constante, nunca se había considerado una persona que se deprimía fácil, pero ahora estaba tan vulnerable y no le gustaba, no sentía ella misma. Se limpió el rostro dándose ánimos.

—Vamos a arreglar ese vestido que alguien espera verme hermosa con él ese día… y hay mucho por hacer.

Sí, eso era lo que debía mantener en la mente, respiró profundamente, se levantó y avanzó hasta su vestido.

—Creo que te quitare el moño, te haré un poco más pegado y quizás un poco más de escote no vendría mal —pronunció observando la prenda con ojo crítico.

Caminó hasta el cajón de su mesa de noche sacando un estuche de costura, y comenzando su labor, así pasó un rato hasta que sus compañeras llegaron, platicó un rato con ella para después meterse a la cama.

*º*º*º

Blaise después de la cena, había ido a la biblioteca, sentado cerca del fuego contemplando la carta que tenía en sus manos.

—Nena tendrás que esperar, ahora tengo alguien más en mente —murmuró para si guardando el sobre en un libro y llevándolo con él a su habitación.

Al llegar ahí, dejó el libro en el cajón de su mesa de noche, se despojó de su ropa, colocándose su pantalón de pijama y una camiseta.

Se metió bajo las mantas de su cama, pensando en su plan, tenía mucho por hacer, tenía menos de una semana antes del Baile y si quería que todo saliera bien no podía dejar nada al azar. Pensando en eso, se quedó profundamente dormido.

*º*º*º

Continuará...