Disclaimer: No soy rubia, por lo que Harry Potter no me pertenece.
Nota: Este fic participa en el minireto de octubre para "La Copa de las Casas 2014-15" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black. Esta vez trataba de las fobias. Me tocó la ictiofobia, el miedo a los peces. Y, bueno, esto es lo que me ha salido. He intentado hacer una especie de parodia, y espero vuestros tomatazos. No soy buena en esto xD También quiero advertir que no tengo ni idea de francés, por si lo he escrito mal. Según word, tiene 398 palabras. Justito.
De como Sirius se quedó sin cenar
Sirius Black se encontraba sentado en la mesa de Gryffindor. Y, bueno, todo el mundo conoce a Sirius Black, ¿verdad? ¿Quién no iba a conocer al chico más sexy de Hogwarts? De todas formas, si alguien no lo conoce, diré que Sirius es el chico perfecto para las chicas: moreno, ojos grises, tez bronceada… Vamos, un dios.
El caso es que era la Ceremonia de Selección de su séptimo año en el castillo y todo el mundo estaba esperando a que los nuevos alumnos se sentaran en su nueva casa para poder llenar sus vacíos estómagos; sobre todo él, ya que era un pozo sin fondo por naturaleza.
—Ahora que los de primer año han sido seleccionados —dijo el profesor Dumbledore—, tocaría el discurso de bienvenida de todos los años —Se escucharon varias protestas—. Sin embargo, creo que me lo voy a saltar. Creo que ya somos mayorcitos y no hay necesidad de repetir siempre lo mismo.
—Pero Albus —susurró McGonagall—, ¿qué pasa con los de primer año? ¡Ellos no saben las normas!
—Bueno, podrían hacer algo útil los prefectos, ¿no? En vez de aprovechar sus turnos de guardia para irse a la Torre de Astronomía con sus parejas —le contestó. Y volviendo a dirigirse a los alumnos dijo:
—Solo comentaré que lamentablemente hemos tenido que cambiar este año el menú de la escuela. El Consejo Escolar parece pensar que no es muy saludable el que se ha estado poniendo estos años.
—Me preguntó por qué… —comentó McGonagall por lo bajo.
—Por lo que solo me queda decir. ¡Bon appétit!
Y ese era el momento que Sirius había estado esperando.
Estaba dispuesto a atacar lo primero que encontrase en su camino, pero entonces, lo vio. Allí, en medio de varios platos llenos de una sustancia verde e irreconocible para la mayoría de los alumnos, había pescado. Pero no un pescado cualquiera, sino que era de la misma especie que Nemito, su querido pez de la infancia que le regaló su tío y que su madre mató porque consideraba que no era la mascota apropiada para un Black. Cuando tenía un pez delante, no podría evitar recordar cómo su madre lo había calcinado delante de él, haciendo que huyera de cualquiera ser con aletas.
Y levantándose de la mesa, se marchó llorando hacia su dormitorio.
Y así fue cómo, al final, Sirius se quedó sin cenar.
