- ¿Estás segura de esto, Shinoa? – preguntó Mahiru mirando con tristeza a su hermana menor.

-Estoy segura, Nee-san- respondió tan segura de sí misma que la mayor se sorprendió, jamás pensó ver tanta determinación en la menor.

-Si es así, lo único que puedo hacer es desearte lo mejor- fue y la abrazó fuertemente, a pesar del tiempo seguía preocupándose de ella.

-Gracias Nee-san- pronunció Shinoa mientras unas lágrimas se deslizaban por sus mejillas.

Mientras las Hiiragi se despedían cariñosamente las hermanas Sangu se miraban contradictoriamente, Aoi nunca fue la hermana más amorosa del mundo ni mucho menos demostrativa, pero a pesar de eso Mitsuba la seguía queriendo como tal.

-Te iras con él, ¿Verdad? – preguntó seria y cortante a la menor.

Mitsuba pegó un salto al escucharla de esa forma, al parecer sin importar nada ella la seguiría tratando igual -Así es- respondió nerviosa por lo que diría su hermana.

La mayor desvió su vista hacia el causante de la ida de su hermana menor y lo miró con odio -Más te vale que la cuides…- se acercó al él y le apuntó con su espada, provocando los nervios en la menor -O te mataré.

-Por supuesto- respondió él quitando la espada de su cuello con una mano -No tenías por qué ponerte así.

Aoi enfundó su espada y volteó hacia Mitsuba, la miró de pies a cabeza y sonrió al ver que había crecido para convertirse en una increíble mujer. Se inclinó levemente y le dio un pequeño abrazo a la menor, se acercó a su oído y le susurro -Cuidate.

Mitsuba esbozó una sonrisa y Aoi se separó rápidamente de ella, a pesar de que el mundo estaba fuera de peligro no podía mostrarse débil, no quería hacerlo.

- ¿Tú no dirás nada? – preguntó Krul a su hermano mayor.

- ¿Tendría que decir algo? – respondió de manera irónica -Ya tienes la edad suficiente para saber tomar tus propias decisiones, ¿O me equivoco?

-Claro que no- la peli rosa se acercó aun más a su hermano -Pero tampoco quiero irme si tu no estás de acuerdo.

- ¿Por qué no lo estaría? – preguntó irónicamente, de nuevo, provocando que su hermana se exaltara, ella no esperaba eso -Estás en buenas manos, siempre lo has estado si es Yu.

Ambos miraron al azabache que se encontraba apartado de todos, era increíble pensar que alguien como él sería la clave de la victoria.

-Supongo que ya es hora- dijo el Tepes mayor al ver que las otras dos chicas se acercaban al Hyakuya.

-Tienes razón- respondió Krul mientras ambos se acercaban al grupo.

Cuando todas se despidieron de sus familiares y amigos se reunieron alrededor del Hyakuya, desde ahora tendrían una nueva vida en otro mundo. Yuichiro dio la señal y una gran luz blanca envolvió a los jóvenes, que luego de unos segundos desaparecieron del lugar donde se encontraban para ir hacia el nuevo mundo.

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-Hemos llegado- comentó el azabache a sus otras acompañantes.

- ¿Estás seguro Yu-san? – preguntó Shinoa. Según su perspectiva el lugar donde se encontraban, el cual era una cueva, no era muy diferente al de su mundo.

-Por supuesto- respondió seguro de sí mismo -Solo debemos explorar la cueva para salir y podremos ver el exterior.

Luego de esa pequeña charla los cuatro exploraron sin resultado alguno la cueva, por más que caminaran no encontraban ninguna salida. Mitsuba comenzaban a irritarse al no dar con nada, solo rocas y más rocas, ni siquiera sentía una corriente de aire.

- ¡ESTOY HARTA! – gritó la rubia frustrada - ¡HEMOS CAMINADO POR HORAS Y NO ENCONTRAMOS NADA!

-Tranquila Mi-chan- intentó apaciguar la Hiiragi -De seguro encontraremos la salida, ya verás.

Aunque no fue mucho, la rubia dejó de gritar y eso fue un alivio para el grupo. A pesar de que la situación no era la mejor la peli rosa aún conservaba la calma, sus más de 1000 años no los tenía en vano.

-Sigamos caminando- propuso el Hyakuya -No podemos quedarnos parados mucho tiempo, debemos encontrar la…

Repentinamente se calló al sentir una fuerte presencia, giró su rostro hacia esa dirección y en silencio caminó hacia ella. Las tres mujeres veían sorprendidas el actuar del chico, pero para no separarse decidieron seguirlo hasta lo que sea que estuviera yendo.

Caminaron por mucho tiempo y el Hyakuya no emitía palabra alguna, caminaba sin ningún rumbo aparente. Estuvieron así durante muchas horas hasta que el azabache encontró lo que buscaba.

- ¿Qué es esto? – preguntó la peli rosa al ver que Yuichiro se detuvo frente a una pared.

- ¡CAMINAMOS TODO ESO, SOLO POR UNA PARED! – gritó enfadada y alterada la rubia, fueron horas de caminata por nada.

- ¿Yu-san? – dijo intrigada la Hiiragi al ver que el azabache se acercaba cada vez más a la pared.

Cuando tuvo la pared a centímetros suyo, Yu puso una mano sobre ella y lentamente se fue desvaneciendo como si fuera una ilusión. Una vez la pared ya no estaba se pudo ver una enorme criatura encerrada, era tan grande que no parecía posible que algo de semejante tamaño cayera en la cueva.

A paso lento el Hyakuya se fue acercando a la criatura que aparentemente guardaba reposo, las chicas con mayor temor se acercaron ocultándose detrás de la espalda del chico.

-Esto es peligroso- comentó la Tepes -Será mejor salir de aquí antes de que despierte.

-Estoy de acuerdo- concordó la rubia de inmediato.

-Tal vez sea lo mejor- apoyó la Hiiragi.

Las tres mujeres comenzaron a caminar de vuelta por donde vinieron, pero el Hyakuya se quedó en su lugar, observando a la criatura.

Rubia, peli rosa y peli morada, al darse cuenta de que el único varón no las seguía se voltearon para ver que sucedía y lo que observaron las sorprendió. La criatura estaba despierta y observaba directamente al azabache, quien estaba a escasos metros.

Alarmadas por lo peligrosa de la situación todas le gritaron al Hyakuya que se apartara, pero este las ignoraba y cada vez se acercaba más, como si estuviera hipnotizado.

Lentamente el azabache ingresó al interior de la barrera y ambos se miraron fijamente, sin el conocimiento de los demás ellos compartían un lazo único y especial.

Finalmente, después de mucho tiempo ambos se reunieron para nunca más separarse.

Bestia y líder del apocalipsis estaban juntos de nuevo.

-Trihexa- llamó el Hyakuya con nostalgia y emoción.