Hola, ¿Qué tal estáis? Espero que bien :D Esta es la primera vez que me paso por este Fandom, uno de los más grandes de Fanfiction: Bleach, así que no espero muchas Reviews, pero igualmente estoy seguro de que disfrutaré escribiendo esta historia ambientada en un mundo alternativo. Igualmente, espero que disfrutéis al leerla. Si alguien le interesa (lo dudo), mientras escribía esta historia he escuchado la canción "Rambu No Melody" Opening 13 de Bleach, y para mí el mejor de esta grandísima serie.
El ser humano es egoísta de por sí, pero esta vez se había pasado. Definitivamente, destruir la superficie terrestre hasta reducirla a una cúpula de mil kilómetros de diámetro era síntoma de que se había pasado. Os estoy hablando del desastre natural más grande de toda la historia de la humanidad. ¿Habéis oído hablar del agujero de la capa de ozono? Bien, pues el ser humano siguió abriendo ese agujero hasta que se produjo un efecto invernadero en tres cuartas partes del planeta. En otras palabras: Exceptuando un círculo de mil metros de ancho, todo el resto de la Tierra era la viva imagen del infierno: desolado y árido.
*CARTA*
21 de Septiembre de 2035
Tokio (El círculo Este)
Si estás leyendo esto es que estamos muertos, Ichigo, TODOS. Escucha, los sagrados tienen un poder inmenso, y un ejército de tres mil hombres nos persigue por todo el círculo. Nos están acorralando. Pronto no tendremos otra que salir al exterior para sobrevivir, o moriremos, aun que en ése caso también moriremos. Solo quiero decir que te quedes tú al cargo. Compañero, se que nunca me he portado bien contigo, pero que sepas que reconozco tu valor y carisma como uno de los oficiales de los Herejes. Algún día, abriremos los ojos al mundo y ellos verán que los sagrados no son más que manipuladores que desean el poder del círculo. Ichigo, debemos salvar el mundo, y des de aquí te proclamo el nuevo general de los Herejes. Hasta nunca, compañero.
General Kuchiki.
-Mierda- Un pelinaranja vestido con traje negro y mocasines, quebró en dos la carta, furioso. Todos habían muerto, el General Kuchiki, y los tres oficiales en jefe: Ichimaru, Zaraki y Soi Frong. ¿Él al mando? Que no digan chorradas, él no podría encargarse de una organización tan importante en la lucha por el círculo como eran los Herejes. No tenía el carisma, lo máximo que quería lograr era ser oficial en jefe, ¿pero general? Ése era un puesto demasiado alto, incluso para su ambiciosa personalidad.
-¡ICHIGO!- Alguien le estaba llamando, y ese llamado le sacó de sus pensamientos. Ahora se encontraba sentado en el sillón de su cuarto, y parecía que una chica reclamaba su atención ya des de hace un rato, pero todo lo que había pasado lo tenía en vilo, y no la había oído.
-¿QUÉ QUIERES ENANA?- Le gritó a la pelinegra que tenía delante, que aún de pie, solo igualaba a un Ichigo que estaba sentado.
-QUE NO ME LLAMES ASÍ, AUN QUE SEAS MI JEFE, NO TE PERMITO QUE ME LLAMES ASÍ- Le gritó de vuelta la chica, furiosa.
-Pues eso, suboficial, ¿porque no me limpias los zapatos?- Rió Ichigo, levantando unos de sus mocasines negros.
-¿Qué haces tan elegante, oficial, si siempre vas en chándal, hecho un mendigo?- Rió la chica, devolviendo en gran medida el insulto recibido. Ichigo sonrió, dibujando una sonrisa que no le gustó nada a su suboficial.
-¿Oficial? Querrás decir, general- Dijo él, haciendo que la chica abriera mucho los ojos.
-No me… ¿¡TE HAN ASCENDIDO!?¿¡PERO ES QUE TE PROSTITUYES O ALGO!? Yo llevo mucho más tiempo que tú en los Herejes y no he subido de suboficial, no es justo…- Contestó ella, enrabiada. Ichigo cambió su sonrisa por una expresión seria y monótona, haciendo que la chica pelinegra se preocupara.
-Todos han muerto, Rukia, El general y los tres oficiales en jefe- Rukia abrió mucho los ojos ante esa horrible confesión.
-No me digas que…- Dijo ella, con un rostro enfadado. Ichigo asintió.
-Han sido los sagrados, siempre son ellos, los malditos manipuladores de siempre, ¿Quiénes si no?- Rukia pegó un sonoro puñetazo en la mesa, haciendo que el general Ichigo desviara su vista hasta el puño de su suboficial.
-Esos cabronazos, no tienen bastante con encarcelar las mentes de los ciudadanos del círculo, no, tienen que matar a los que no piensan igual que ellos, son de lo peor- Se enrabió Rukia, con su melena negra ondeando al viento.
-Deja de pensar en eso, Rukia, esta tarde haré la reunión para decidir quienes serán los próximos oficiales en jefe, ven- A Rukia le brillaron los ojos.
-¿En serio vas a hacerme oficial en jefe?- Ichigo sonrió ante la ilusión de la chica.
-Ni los sueñes, enana, solo quiero que vayas para joderte un poco, y si me desobedeces te bajo el puesto- Rió Ichigo, ante una cabreada Rukia, que parecía que sacaba humo por las orejas.
-Maldita Zanahoria, ya me vengaré, ya- Ichigo, saludó con la mano, mientras se iba de su cuarto dejando a Rukia allí sola.
Y entonces, esa tarde…
Se encontraban todos los suboficiales y oficiales reunidos en una misma sala, dirigida por el nuevo general: Ichigo. Un alboroto muy grande se respiraba en el ambiente, y entonces Ichigo pegó un fuerte y sonoro golpe en la mesa, que izo que todos callaran. Parece ser que Ichigo era alguien muy fuerte, ya que todos le temían. Bueno, todos excepto Rukia, que reía en una esquina; un pelirrojo y un peliblanco.
-Vale, comencemos, que quiero irme pronto a cenar- Todos se mantenían callados, y Rukia mantenía su cara de rabia. Aunque sus habilidades no eran tan fuertes como para ser Oficial en jefe, por lo menos podría subirla a oficial. Con los que habían compartido ella y la zanahoria, maldito desagradecido…
-Bien, el primer oficial en jefe es…- Todos guardaban la respiración, ya que era un puesto muy importante.
-Toshiro Hitsugaya, por su fuerza, valor y entrega con los herejes- Rukia se mordía su túnica negra con rabia. "Maldita zanahoria, cuando esté durmiendo lo mato" pensó la pelinegra, muy cabreada.
-El segundo es…- Todo el mundo cayó de repente, al borde del infarto colectivo.
-Renji Abarai, por su combate espectacular, agresividad y carácter- Rukia volvió a matar mentalmente a Ichigo. "Definitivamente disfrutaré viendo como muere" pensó.
-Y el tercero y último es…- Ichigo sonrió, y se tronó los nudillos.
-Rukia Kimura, por su baja estatura y…pues…esto…por su baja estatura- Rukia era muy feliz, pero también tenía ganas de matarlo. Era una macedonia sentimental difícil de explicar.
-Y ahora, vamos a idear un plan para interferir directamente en la base del imperio Sagrado, debemos vengar la muerte de nuestros Nakamas y honrar el nombre de los herejes, ¿VERDAD?- lo último lo dijo, como un grito de guerra. Todo el mundo empezó a gritar "Sí", e Ichigo sonrió, se esperaba una interesante aventura, y eso siempre era motivo para sonreír.
CONTINAURÁ…
Espero k os haya gustado, y un poco de paciencia es mi primera vez en este Fandom xD REVIEWS PLS BYE!
