Capítulo 1 LA HUIDA
— "Encárgate de eso Félix"— dijo Jane con indiferencia y con un gesto del mentón hacia mi— Quiero volver a casa.
—no mires— susurró el pelirrojo y cerré los ojos ́ ́. Esperé que llegara el dolor, pero no llegaba, comencé a recordar la conversación con Fred, y sentí un tirón hacia la derecha,
de pronto, sentí como volaba y olfateé asustada, ese olor tan conocido me hizo abrir los ojos sorprendida, allí estaba el
—En este momento me ayudaría que corrieras sola— me dijo Fred sin parar de correr, recobrándome del susto lo solté y comencé a correr
—¿Qué haces aquí? ¿Porque me salvaste? ¿Como me encontraste? — pregunté aceleradamente
—Salvándote, porque si y por tu olor— me contestó igual de acelerado
Nos miramos y reímos
—¿nos siguen? — Pregunté asustada, mirando hacia atrás
—Aún no, pero en poco tiempo lo harán, debemos acelerar – me advirtió Fred
Corrimos lo más rápido que podíamos, cruzando el bosque, sentimos un olor horrible pero no le dimos importancia. Continuamos hasta que un lobo nos cortó el paso, era enorme, frenamos en seco y gruñí mostrando los dientes, Fred dio un paso hacia delante, el lobo movió la cabeza de un lado a otro como asqueado y retrocedió tambaleante, Fred siguió hacia adelante y el lobo se encogió sobre sí mismo, yo comencé a correr cuando el camino se desbloqueó y sentí como Fred me seguía
—No me has dado tiempo a matarlo— se quejó Fred
—no tenemos tiempo— contesté
Llegamos a una playa y sin pensarlo nos arrojamos al mar, en ese momento escuchamos un aullido aterrador, nadamos mucho tiempo hasta que nos topamos con una pequeña isla, al llegar a tierra comenzamos un rápido recorrido y nos dimos cuenta de que ya habíamos estado en ese lugar, vimos los escombros de la última casa que Riley había destruido, los recuerdos vinieron a mí.
Flash back:
"Me apresuré a llegar a la playa rocosa y poco profunda, y a continuación hundí los dedos en el acantilado de arenisca y salí volando. Oí a Diego salir del agua justo al tiempo que me agarraba al tronco de un pino descolgado y pasaba por encima del borde del acantilado, cuando aterricé con suavidad sobre los dedos de los pies, dos cosas me llamaron la atención. La primera, que había mucha luz allí fuera. La segunda, que la casa había desaparecido...estaba amaneciendo con rapidez...-no te asuste Bree- me dijo Diego, que sonaba demasiado un sitio. Vamos. -...Diego había salido ya del agujero y yo me encontré a su lado medio segundo después. Permanecimos de pie en una zona de hierba silvestre a tan solo unos pasos de los árboles que cubrían la isla, a nuestra espalda, a un par de metros, había un acantilado abajo, y, a continuación, el agua a nuestro alrededor, todo brillaba en los colores y a la luz que emitíamos
Guau- masculle...``
Fin del Flash back
—¿Guau, que? — me preguntó Fred devolviéndome al presente
—recuerdos— murmuré
—¿Diego? — Cuestionó Fred con seriedad
—Se me va a hacer difícil vivir sin el— Respondí nostálgica
—Sabes que cuentas conmigo ¿no? — Preguntó Fred tomándome de los hombros
— Sí, pero...nunca será lo mismo— Contesté mirando el suelo
—Lo sé – Respondió, nos quedamos callados por un segundo, Fred me agarro de la mano y me dirigió hacia el corazón de la isla
—espera, conozco un lugar donde ocultarnos— llevé a Fred hacia el mar, nos metimos al agua y lo guie a la cueva submarina de Diego.
Cuando llegamos nos sentamos y volvimos a quedarnos en silencio
—¿Qué edad tenías? — pregunté rompiendo el silencio
— ¿Antes de...? tenía diecinueve— contestó un poco incomodo
—¿Qué pasó? — pregunté curiosa
—¿Cuándo? — preguntó dubitativo
—Cuando te...— hice una mueca al recordar el ardor
—Yo había caído en las drogas— comenzó a contarme— Conocí a Riley por esa razón él era mi proveedor durante la última semana, le debía mucho dinero, pero estaba extrañamente tranquilo, me dijo que le pagaría luego y un día me contó que me había conseguido trabajo y entonces me llevo a un galpón y no recuerdo más que dolor — hizo una mueca
—Ella cambiaba de lugar y sobrevivió hasta el final, en algún momento debemos mudarnos— razoné yo, distrayendo a Fred de sus recuerdos
—¿Como hasta el final? ¿Qué fue lo que pasó? — me pregunto Fred asombrado
—Por lo que entendí, a ella y a Riley los mato el chico pelirrojo de ojos amarillos— informé con satisfacción
—O sea, el vampiro de ojos DORADOS y pelo COBRIZO —me corrigió Fred burlón
—Si ese— contesté ignorando su burla
—A partir de ahora es mi ídolo— me dijo Fred y yo no pude evitar una carcajada
—Lo sé, es mi vampiro favorito en este mundo... DESPUES DE TI CLARO— agregué levantando las manos en señal de inocencia al ver su cara de intento de ofendido.
Volvimos a guardar silencio, nos miramos y comenzamos a reír a carcajadas, reímos un largo rato sin poder parar. Cuando por fin nos calmamos la tranquilidad se apodero del lugar
—Y al final ¿Quiénes eran los encapuchados? ¿Qué derecho tienen a matarte? —me preguntó Fred con rabia
—Son como una poli vampira, al parecer hay reglas y no las estábamos cumpliendo— contesté sintiendo una oleada de odio por Riley
—¿policía?... ¿reglas? —expresó Fred la misma confusión que yo aún tenia
—Si, se llaman Vulturis...y parece que la humana debería estar convertida— informé yo
—¿Por qué tendrían esa humana? -se cuestionó Fred pensativo
—Me parece que la humana era poderosa...y creo que el COBRIZO era su pareja— dije poniendo énfasis en la palabra cobrizo y provocando la risa de Fred
—Yo tengo curiosidad, quiero hablar con ese aquelarre— me dijo Fred como si fuera un niño pidiendo un dulce
—Esta noche consentiremos al niño— dije riendo y el me hecho la lengua infantilmente
—Yo quiero ir ahora— me dijo caprichosamente
—Hay Sol genio podrá ser que no nos quemamos, pero creo que llamamos un poco la atención y por lo que entendí eso está mal— le contesté con fastidio... comenzaba a perder la paciencia
—Ok, ok, mami no te enojes— me dijo con un puchero y yo me reí un poco.
A partir de ese comentario no hablamos más pero no era un silencio incomodo, era muy agradable y pronto comencé a sentir que la luz disminuía
—¿aun quieres ir a ver ese aquelarre? —pregunté rompiendo el silencio
—siiiii— me dijo volviendo a su forma infantil, rodee los ojos, me levante y salí a la superficie, luego de varias horas bajo el mar.
Fred me siguió
—¿por dónde vamos? —pregunté desorientada
—volvamos al prado y rastreamos su olor desde allí— me contestó Fred
Salimos de la isla, nos arrojamos nuevamente al mar y fuimos nadando lo más rápido que pudimos hacia la otra orilla, corrimos por la ciudad por el mismo camino que habíamos hecho para llegar al prado con nuestro anterior aquelarre. Cuando llegamos allí, nos sorprendimos mucho, la vampira menuda de pelo negro nos estaba esperando.
