Este es mi segundo fic yaoi, no soy muy dada a escribirlos y tampoco a leerlos...
ni idea de porque decidi hacer este, pero bueno... ya lo comenze y espero poder terminarlo
Las lineas siempre han sido visibles para mi. Estas lineas dividen las relaciones, aquellas que tienen la oportunidad de formarse en una pareja y durar para siempre, mejor conocido como el verdadero amor, hay algunas otras que solo son momentaneas, el primer paso a conocer a tu persona predestinada, es en este tipo de relaciones con las que la gente suele conformarse, y por ultimo, esta quella lineas que solo se marcan en determinados momentos para confundir nuestros sentimientos.
No soy una persona especial, nunca me he considerado digno de nada maravilloso que se pueda sobrevalorar, simplemente soy capaz de deducir si algo puede funcionar de algo que es un caso perdido. Por lo tanto, se que en estos momentos, mi situacion es algo que no tiene ni pies ni cabeza y aun asi, quiero creer que por primera vez en toda mi vida puedo equivocarme.
Regresando a las lineas, asi como suelo llamarlas desde mi tierna infancia, porque a pesar de que estos ultimos años no he hecho mas que transformarme en un ser revoltoso que suele causar problemas, recuerdo que en mi niñez era todo mas sencillo, nada que temer y nada que perder, y que hasta la fecha no he podido cambiar su destino.
Meses antes:
Era tarde, las clases acaban de terminar y no sentia ganas de regresar a la soledad de su departamento, ademas, el Decimo estaba ocupado haciendo tareas extracurriculares en las que no le podia auxiliar debido a que el maestro se encontraba vigilandolo porque tenia sospechas de que los reportes entregados anteriormente habian sido hechos por el y no por Tsuna
"Maldicion", penso al comprobar que ya no le quedaba ningun cigarrillo en el paquete que guardaba en el bolsillo de la camisa, lo saco y arrogo al bote de basura "Tendre que comprar otros de camino a..."
Se desanimo.
He ahi de nuevo el dilema, ir o no ir a la casa del Decimo, no es que tuviera algun problema con el, sino que no queria encontrarse con el idiota del beisbol al llegar, aun no estaba decidido a aceptat unos sentimientos tan confusos como los que experimentaba hacia apenas pocas semanas.
Gracias a dios, Yamamoto, por su despistez usual, no se habia percatado de que la mirada del peliplata se la pasaba contemplandolo a cualquier hora del dia en que este estaba despistado, y en las ocasiones en que Yamamoto lograba intercambiar miradas con el albino que le sonreia estupidamente y lograba que el corazon de Gokudera se acelerara un poco.
El unico que se percato del inusual interes fue Tsuna, por su superintuicion, pero no dijo nada al respecto pues sabia que su mano derecha solia actuar impulsivamente cuando tocaban temas que le molestaban y solo coneguia que faltara a la escuela.
Por mas que Gokudera se regañara a si mismo por causarles porblemas a su querido Decimo, no podia evitar responder altaneramente a ese tipo de cuestiones, y no era que Tsuna le dijiera abiertamente la situacion con el idiota del beisbol, sino que le tiraba indirectas que interpretaba a la perfecccion.
Debido a este tipo de indirectas la tolerancia, de por si baja, de Gokudera estaba por los suelos y ultimamente preferia pasarse el receso a solas en la azotea cuando el guardian de la nube no se adueñaba del lugar, y si ese era el caso, entonces no quedaba mas remedio que irse a la enfermeria.
Pero no podia escapar por siempre, tarde o temprano tendria que dejar de esconderse y enfrentarse a Yamamoto, por eso, y porque necesitaba su dosis diaria de tabaco, decidio que iria a la casa del Decimo y lo esperaria aunque tuviera que quedarse a solas con el moreno.
- Calmate Gokudera, un verdadero hombre no deberia dejarse llevar por ese tipo de emociones sin sentido...
Inhalo una gran cantidad de aire, necestiba sentirse reconfortado por sus propias palabras y al lograrlo, no le parecio tan mala idea ir a la casa de los Sawadas, quiza podria comr algo decente preparado por la mama del Decimo y de seguro, la estupida vaca y reborn-san estarian ahi y no estaria solo con Yamamoto.
Entro al salon, tomo su mochila y corriendo se retiro dela escuela para que, si por casualidad, el moreno lo interceptaba en el camino le pidiera que lo esperara para irse juntos, mas la suerte le sonrio y pudo llegar a la casa de Tsuna sin mayor inconvenientes.
El problema inicio cuando entro...
Llamo a la puerta una vez siendo el mismo, mas no recibio respuesta alguna, algo que le preocupo porque la mama del Decimo era de esas personas atentas que siempre se encontraban en sus casas para recibir a las visitas, y desde el dia en que reborn llego a la vida de Tsuna, la casa Sawada era un mar de visitantes
Sospechando lo peor, Gokudera abrio de golpe la puerta, sosteniendo sus bombas de humo en las manos listo para atacar a cualquier enemigo que se le presentara, mas no estaba preparado para encontrarse a Yamamoto sosteniendo en sus brazos a Haru
Un dolor en el pecho le hizo soltar las armas, contrajo los musculos de la cara para que no se le notara la rabia y la decepcion que sentia al ver al idiota del beisbol siendo amable con alguien que no fuera el, aunque no existia razon para que no lo fuera, aun sentia que le traicionaba
- Oi, Gokudera! - saludo el moreno como si nada pasara - Tsuna aun no llega, asi que lo estamos esperando
Haru era mas obvia, al estar toda colorada por el nerviosismo y la verguenza de ser descubierta por el guardian de la tormenta, se habia separado del moreno precipitadamente hacia atras y al quedar oculta por el otro cuarto se escabullo por el ventanal de la sala.
"No deberias exaltarte, era de suponerse que el idiota del beisbol tuviera a alguien que le gustara"
Lentamente recoguio la dinamita del suelo, la guardo en sus bolsillos y abrio su nueva cajetilla de cigarros, encendio uno y lo coloco en sus labios
- Tienes suerte, idiota - comento Gokudera pasando de largo al moreno y subiendo las escaleras hacia el cuarto de su amado Decimo - Si el Decimo hubiera sido el que llegaba en ese momento le hubiera dado un susto
Yamamoto solto una carcajada por el regaño del albino, le paso un brazo por los hombros y lo apreto ligeramente
- Oh, vamos, Gokudera, Tsuna ya es un niño de seguro entendera
- Sueltame! - exclamo irritado el albino, arrogando el brazo de Yamamoto lejos de si - El que entienda o no, no significa que lo vaya a tomar bien...
Gokudera sabia bien que si enojo no tenia que ver con el secreto que se le guardaba al Decimo, sino que sus sentimientos no tenian la mas minima esperanza de ser correspondidos, quiza si no hubiera existido una mujer, Yamamoto pudo haberse enamorado de el tambien
Pero, siendo sinceros, una mujer es mejor compañero que un hombre, esa es la logica del mundo, no se puede simplemente de un dia para otro hacer que se vea normal que dos hombres sean pareja
Una vez mas el que pudiera distinguir las "lineas" no le sirvio de nada, bueno, solo le servia cuando iba a rechazar a las chicas que se le confesaban despues de clases.
- Vamos, Gokudera, no es para tanto... - señalo el moreno un poco desconcertado - Porque estas tan enojado?
- Callate! no estoy enojado ... - comento de malas, entrando al cuarto de Tsuna - Simplemente me parece mal, no tiene nada que ver con...
Yamamoto lo tomo del brazo y lo obligo a girarse abruptamente quedando sus rostros separados por escasos centimetros, el peliplata podia sentir a la perfeccion el aliento del pelinegro en sus mejillas y labios
- Pe- pero que haces? - pregunto el albino totalmente sonrojado
Yamamoto se le quedo mirando con una mezcla entre molesto y complacido antes de acercarse mas y depositar sus labios casi encima del del peliplata
- Tu no tienes idea de lo dificil que ha sido - susurro Yamamoto mirandolo seriamente - Cuando me ves intensamente sin siquiera notar lo que siento por ti...
Esas palabras le cayeron como un balde de agua helada en la cabeza, sus latidos se aceleraron considerablemente al percatarse de que aquello era una confesion de amor, pero...
- De que hablas? - lo aparto de si - Que no sales con esa odiosa de Haruhi ? - le recrimino sujetandolo del cuello de la camisa - No puedes simplemente decir que te gusta alguien, cuando sales con otra!
- Te equivocas, Gokudera! - respondio abrazando al peliplata - Eso no fue lo que pensaste, ella y yo, jamas podrias ser algo... - se separo de el solo lo necesario para que el albino lo viera a los ojos - Te amo, desde hace mucho no puedo dejar de pensar en ti
Impactado por la firmeza de las palabras del idiota del beisbol, Gokudera sintio que no cabia en la felicidad que experimentaba, ahora solo necesitaba que aquello fuera confirmado con un beso y seria por completo del moreno.
Yamamoto noto que la resistencia del peliplata habia disminuido, aprovechando el momento le tomo de la barbilla y se acerco para besarle...
Un tonfa entro por la ventana y los obligo a esquivarla, alejandose el uno del otro al extremo opuesto de la habitacion
