Capitulo 1
-¨Último aviso a los pasajeros del vuelo con destino a Londres abordar por la puerta numero 5¨
Aquí estaba yo abordando un vuelo a Londres junto a mi pequeño, el gorgoteaba feliz agarrado a mi blusa. Todavía no se qué hacia aquí pero lo que si sabía que necesitaba un cambio de aire y todo lo hacía por él.
Me llamo Isabella Marie Swan, para los amigos bella, tengo 24 años, siempre me he caracterizado por ser una persona normal, tengo el pelo largo color caoba, de tez muy clara casi como el papel, unos ojos color chocolates bastante grandes y expresivos, una nariz pequeña y respingada y era de contextura más o menos pequeña, respecto a mi personalidad soy muy introvertida, prefiero quedarme en casa a leer un buen libro por eso estudie literatura, normalmente no me gusta la compañía, pero todo cambio por él, mi pequeño que ahora es mi vida, Max.
Max tenía 11 meses recién cumplidos, nació un 10 de enero, el era una criatura preciosas con sus ojos color chocolate y pelo café unos tonos más claros que el mío, debo dar gracias que no se parecía a su padre el desgraciado de Mike Newton, ese vil hombre cuando supo que había quedado embarazada casi me mata, por eso decidí denunciarlo e irme a vivir tranquila con mis padres en la pequeña localidad de forks en Washington para disfrutar de mi embarazo, Renee y Charlie mis padres me apoyaron en todo pero necesitaba salir de allí así que contacte a unos tíos que vivían en Londres para ver si podía pasar una temporada allá, cuando lo hice ello me dijeron que estaban en su casa de vacaciones pero si quería podían prestarme su casa igual, feliz les dije que si.
-por favor abróchense sus cinturones estamos por aterrizar en la ciudad de Londres-avisaron por el parlante.
Cuando estuvimos ya en tierra fui a buscar mi equipaje y el de Max, para poder tomar un taxi hacia la casa de mis tíos, cuando estuve segura en uno vi a mi precioso hijo durmiendo plácidamente en mi pecho, como adoraba a ese niño.
-señorita ya llegamos- hablo el taxista con su acento ingles
-muchas gracias cuanto es?-
-no se preocupe no es nada tómelo como una bienvenida- lo único que hice fue sonreírle y bajarme, el me ayudo con las cosas y le volví a darle las gracias y una propina se lo merecía.
Ya en el la entrada de la casa deje a Max en su coche que me había abierto muy amablemente el taxista y busque la llave arriba de la puerta donde me había dicho mi tía que estaba, cuando la encontré abrí la puerta y entre a Max primero que miraba todo a su alrededor ya que estaba helando y luego entre las maletas para cerrar la puerta y suspirar.
La casa estaba igual como la recordaba con tonos beige y café y una chimenea preciosa, empecé a caminar buscando todo a un lado del recibidor estaba la cocina de ensueño de mi tía y al otro lado la sala de estar por donde estaban las escalera para el segundo piso, tome a Max y empecé a subir las escalera, mi tía había dicho de las del lado derecho eran de visita así que entre a la primera que había, era muy amplia y tenía su propio baña aparte había una preciosa cuna blanca al lado de la cama, que considerada mi tía.
Deje a Max en la cuna y fui a buscar las maletas las subí rápido para ir a prepara algo de comer estaba muerta de hambre y sabia que Max también.
Saque a Max de su cuna y bajamos, pero ahora que me acordaba mi tía había dicho que no dejaba comida cuando salían de vacaciones no sé porque así que tendría que salir a un supermercado, había visto uno cerca cuando venia para acá podríamos irnos caminado y luego volver en taxi, estaba considerando seriamente alquilar un auto.
Abrigue a Max con una mantita y gorrito, yo me puse una chaqueta y bufanda y puse a Max en su cochecito y salimos hacer las compras, revise que llevara todo y empezamos a caminar por la vereda que había, el viaje no duro más de 10 minutos, entramos hacia el súper y por lo que se veía no estaba muy lleno, tome un canasto ya que no podía tomar un carro con el coche y nos adentramos.
Empezamos por los cereales, luego unas galletitas para Max y así seguimos con la lista que había hecho, ya me faltaban unas pocas cosas pero el canasto ya no daba más aparte estaba pesado y con una mano era más difícil todavía.
-si quieres puedes poner tus cosas en mi carro- hablo una voz masculina, como terciopelo, me gire para ver quién era y me encontré con un dios griego de unos hipnotizantes ojos verdes y cabello cobrizo vestido de jeans y una polera negra con una chaqueta de cuero, me quede sin palabras.
-hey, estas bien?- pregunto ya que habían pasado unos 2 minutos que no había dicho nada
-mmm…si-
-entonces que dices quieres que te ayude- y recordé sus primeras palabras, el me sonrió y juro que quede sin palabras, era la sonrisa más linda y sexy de todo el planeta.
-ehh…claro creo que la necesito- y mire mi canasta llena en el suelo, trate de levantarla pero estaba muy pesada, el desconocido dios griego vio esa acción y se acerco hacia mí y la levanto con facilidad, en ese momento me di cuenta que tenía muy buen cuerpo, ni tan musculoso, ni my musculoso la mezcla perfecta.
-por cierto soy Edward-volvió hablar mientras dejaba mis cosas en su carro que no iba tan lleno
-yo soy bella y este pequeñín de aquí es mi hijo Max-
-eres casada?- wow que rápido
-en realidad no soy madre soltera- no sé de donde había sacado tanta confianza hacia este extraño pero sentía que podía confiar en el
-eso es bueno- lo oí murmurar pero no estaba segura si era eso lo que dijo
-perdón que dijiste?-
-ehh nada-contesto rápidamente, decidí no prestar tanta atención
-es todo lo que llevas?-me pregunto mirándome fijamente
-ehh no, me podrías acompañar a buscar lo demás?-
-claro a mi no me falta nada-respondió rápidamente
Fuimos a buscar lo que faltaba el empujaba el carrito y le hacía muecas a Max que había estado pendiente de todo, mi bebé solo se reía y yo lo hacía junto a el, parece que Edward le había caído bien. Cuando terminamos de buscar mis cosas fuimos a pagar, estuvimos listos en unos 10 minutos, habría sido menos pero la cajera no dejaba de mirar a Edward, eso removió algo extraño dentro de mí pero no le tome importancia.
Estuvimos afuera y Edward me acompaño a tomar mi taxi, estuvimos unos minutos y llego uno, el me ayudo a subir las bolsas y el coche a la maletera.
-no te importaría que tomáramos el mismo taxi ya que vamos en la misma dirección-yo me extrañe ya que no le había dicho hacia donde iba
-como sabes en que dirección voy?-le interrogue
-ehh…es que te vi cuando salías de la casa, yo también venia para acá, vivo en la casa de al lado-sus mejillas se sonrojaron un poco
-ahh entonces no hay problema- le sonreí y el respondió esa sonrisa, se subió a mi lado y en ese momento Max que estaba sentado en mis piernas miro a Edward y le estiro los bracitos, esa acción me sorprendió y parece que a el también porque se le quedo mirando con los ojos bien abiertos y luego me miro a mi pidiéndome permiso para tomarlo, yo solo le asentí un poco aturdida ya que Max era muy quisquilloso con la gente, Edward tomo en sus brazos al pequeño y este se acurruco en su pecho, todavía no entendía nada no llevábamos ni 10 horas en Londres y Max estaba acurrucado a un completo extraño. Pero Edward tenia un no se que te hacia confiar en el y eso me asustaba.
Cuando llegamos a nuestro destino Edward bajo con Max y me lo paso para que pudiera sacar nuestras bolsas y el coche, le pago al taxista y me ayudo a entrar las cosas.
-fue un gusto conocerte bella y este campeón-revolvió el pelo de Max y me sonrió
.para mí también lo fue y gracias por todo-
-espero que volvamos a vernos-luego que dijo eso me beso en la mejilla y a Max en la frente y se fue.
