Disclaimer: Nada me pertenece, todo se lo debo a la BBC y a queso. con. queso que es la autora original de la historia, yo solo la traduzco.
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Ella tenía la mirada perdida, hacia nada en particular, distraída. Recuerdos de hace aproximadamente un mes vinieron a su cabeza cuando se sentó allí, detrás de la puerta cerrada.
Ella se inclinó hacia él, no sabía el por qué, ni esperaba todo lo que le siguió.
"Rose" dijo mirándola a los ojos, con la mirada fija en ella.
Ella presionó un dedo contra sus labios, y tiró de él de nuevo, sus labios hicieron contacto y se dirigieron hacia una habitación en la cual ella nunca había entrado antes. "Debe ser la suya" pensó.
Una mano estaba en su baja espalda y la otra en su cara, acercándola más y más hacia él. Ella lo dejó, porque ella quería esto, había deseado esto durante un tiempo, esta intimidad.
"Doctor", se detuvieron brevemente, "Errr, ¿necesitamos ..." se fue apagando.
Él negó con la cabeza sabiendo a qué se refería y continuó besándola por el cuello hasta llegar al botón superior de su blusa. Comenzó a desabrocharla y mientras se la quitaba fue dejando más besos por su cuerpo.
Ella estaba extasiada, lo amaba y siempre había tenido que esconderlo, pero ahora, después de haber vuelto luego de la profecía y todo, algo se había encendido entre los dos y a ninguno de los dos parecía importarle lo que esto pudiera implicar después de haberlo hecho.
En muy poco tiempo los dos estaban desnudos y él les movió lentamente hacia atrás hasta que la sintió caer de espaldas sobre la cama cuando sus rodillas cedieron. Él estaba encima de ella, con una mirada y una sonrisa, y un guiño en respuesta, él se inclinó y entró en ella.
Ella dejó escapar un gran gemido.
Bajó su mirada hacia el objeto que tenía entre sus manos, esperando a que cambie. No lo hizo y se unió a los otros cuatro que ya se hallaban esparcidos por el suelo. Ella los había arrojado. Esto no puede ser real, no puede haber ocurrido, pero sin embargo había visto cinco veces aquel estúpido símbolo que acarreaba tanto peso.
Rose Tyler se sentó en el suelo al lado de la pileta, frente a ella estaba el excusado, a su izquierda el recipiente de la basura, y a su derecha la puerta cerrada con llave.
Él pensó que era extraño el no haberle visto en todo el día, y era casi de noche. Podría haberla buscado, pero decidió no hacerlo dado que ella debiera estar realmente cansada, habían estado corriendo, saltando de planeta en planeta por una semana, sin descansar.
Este fue el primer día en una semana en el que no hicieron más que viajar sin un destino fijo, incluso él los había puesto en órbita para ver si recibían algunas lecturas, para no tener que preocuparse en guiar a la TARDIS.
Sin embargo estaba empezando a preocuparse por ella, parecía un poco cabizbaja cuando la había visto brevemente mientras se dirigía por su taza de té matutina. Después él había ido a la zona de los controles y había estado allí, trajo una silla y unos pocos libros, pero ahora, mientras estaba sentado con los libros que se terminó, decidió que lo mejor era ir a ver si Rose a ver si estaba bien.
Desde esa noche no había sucedido nada más entre ellos dos más que un beso aquí y allá, en lugar de un abrazo. Sus abrazos se han hecho más largos y más apretados.
Luego de esa noche no habían hablado de ello, siguieron coqueteando el uno con el otro, lo usual, pero tampoco hablaban sobre eso, y ella creía saber el por qué.
El doctor era un hombre de autocontrol, y sabía que aunque ella le amaba, y sabía que él tenía algunos sentimientos hacia ella, que esa noche no estaba prevista y probablemente no debería haber ocurrido de acuerdo con el Doctor.
A pesar de que él la deseaba, lo cual había sido obvio, Rose no pudo evitar pensar que no tenía la intención de llegar hasta el final, de que ocurriera lo que ocurrió.
Él se levantó de su silla y se dirigió a la habitación de ella, cuando llegó a la puerta, a la cual estaba a punto de tocar, se dio cuenta que estaba ligeramente entreabierta.
Abrió la puerta de a poco y vio una luz proyectada en el suelo, la luz del baño. Se acercó a la puerta. Estaba cerrada con llave.
"¿Rose?" golpeó la puerta.
Ella se sobresaltó un poco y recogió las pruebas que había tirado en el suelo durante todo el día, las reunió y las tiró a la basura.
"¿Estás bien?" preguntó.
Ella permaneció en silencio y se levantó para mirarse en el espejo y para quitarse de la cara las lágrimas y el maquillaje corrido.
Llevó el destornillador sónico hacia la cerradura, y cuando estaba a punto de usarlo, la puerta se abrió.
"Hey" su voz sonaba un poco debil y ronca, según él pudo oir.
Levantó su destornillador y la escaneó "¿Estas…" dijo mirando los resultados de su análisis.
La mandíbula del Doctor cayó, al igual que lo hizo su destornillador sónico, y tan pronto como ella se acercó para recogerlo vio el por qué.
"Esto… ¿estas…" él no podía pronunciar palabra y ella se quedó frente a él mirando al destornillador.
"Yo ... creo que ya es oficial entonces, ¿no?" pensó que diciendolo podría hacerlo sentir un poco menos en shock.
El Doctor, todavía con la boca abierta se pasó los dedos por el pelo.
"Doctor"
Se detuvo, cerró la boca y tragó saliva.
"Rose", balbuceó: "¿Es por eso que has estado aquí todo el día?" ambos se sorprendieron de que las palabras salieran tan bien.
"Err, si" señaló ella con el destornillador todavía en la mano, apuntando hacia la basura.
Miró hacia abajo y vio las pruebas, las pruebas de embarazo y vio en la de más arriba el a veces tan temido y a veces tan alabado signo positivo.
Rose se acercó y lo rodeó con los brazos, poniendo su cabeza contra su pecho. Él también la envolvió con los brazos y la abrazó con fuerza.
"Tengo miedo"
Él la miró, separandose solo lo suficiente para que ella pudiera ver sus ojos y él los suyos.
"Rose Tyler, si yo fuera tú también lo estaría, demasiado" Sus ojos se abrieron, y luego se dio cuenta de como sonaba en comparación con lo que quería decir. "Lo que quiero decir es que eres joven, hemos estado viajando juntos, lo hicimos una vez y yo te dije que no necesitabamos… ya sabes, protección, porque no creía posible que te quedaras así, bueno, embarazada, y…" ella puso un dedo en sus labios antes de liberarse de su abrazo.
Él siempre hablaba tanto y sí que tenía razón, pero ahora sólo necesitaba que algo más que lo obvio saliera de su boca, tal vez un poco de consuelo. Tenía un miedo principal aparte de este de todos modos todos. La pregunta que ardía en su cerebro. "¿Podría quedarme?"
Mil gracias a queso. con. queso por permitirme traducir esta hermosa historia, espero haberlo hecho bien. ¿Tomatazos o aplausos? Espero sus opiniones en un review.
Nos leemos en el próximo capítulo.
Harriet
