¡Hola a todos, preciosos lectores! Díganme, ¿cómo van todos los preparativos para esta Navidad? Dentro de unas horas yo tendré que salir a comprar lo que falta y para ser sinceros aún queda mucho, jeje. Pero como las compras no son lo único navideño les he traído este pequeño reto de ''los diez días para Navidad'' para que se contagien un poco más del hermoso espíritu navideño. Supongo que si les gusta la Navidad, ¿no? Bueno, sin más que decir los dejo con este capítulo, realmente espero que lo disfruten pues lo he hecho con mucho amor (y en un tiempo record, debo agregar XD)

Disclaimer: Los personajes de Resident Evil no me pertenecen, yo sólo los he tomado prestados para ponerlos en mis locas historias.

Este fic pertenece al ''Reto de 10 días para navidad de La pagina de Facebook Lo Que Callamos Los Fanfickers.''


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Capítulo 1: Fiebre Navideña

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Apenas el despertador sonó saltó de inmediato fuera de la cama, no podía evitar estar emocionada, no a estas alturas. Solo quedaban diez días para Navidad y eso significaba planear muchas cosas, comprar otro tanto más y divertirse un montón. Respiró una gran bocanada de aire y no pudo evitar que tuviera ese delicioso sabor navideño que degustó hasta embriagarse completamente de él, luego de eso decidió no perder más tiempo y corrió rápido a la ducha. En menos de diez minutos ya estaba fuera, incluso sentía que había roto un record en aquello pero realmente no le dio importancia; no la necesitaba. Había un millón de cosas que pasaban por su cabeza a una velocidad impresionante y sentía que cada vez se parecía más a Sherry: en cualquier momento comenzaría a gritar de la emoción… o al menos eso pensaba, pero el timbre de su celular sonó justo para evitar que aquello sucediera y gracias al cielo era la persona que deseaba escuchar en ese preciso momento.

¿Debería suponer que ya estas lista?

—Lista y tú aún no estás aquí.

Mencionó mientras corría escaleras abajo. Del otro lado de la línea se escuchó una pequeña risa y una sonrisa se acomodó en sus labios tras oírle.

¿Segura? Asómate a la puerta.

Apenas había escuchado aquello y ya se encontraba jalando de la manilla, ahí bajo los primeros copos de nieve, un chico rubio le sonreía divertido recargado en el marco de la puerta y sosteniendo el móvil con una mano. Tras ya no ser necesario cortó la llamada y lo guardó dentro de su abrigada chaqueta.

—Al menos tú si eres puntual.

— ¿Qué esperabas?

Claro, él no era como su hermano quien a veces la dejaba plantada por más de una hora aguardando. Realmente agradecía al cielo que Leon no fuese igual.

Ni bien el chico logró dar un paso adentro cuando ella saltó para abrazarle, más sin reclamos correspondió gustoso. Ella realmente desprendía algo contagioso esa mañana, algo que en ese momento no podría haber explicado bien.

—Me da gusto verte. De verdad te deberé una por esto.

Le dijo al oído aún en medio del abrazo. El ojizarco sonrió, con todas sus suplicas bien que no podría haberse negado, además, tampoco la dejaría sola.

—Tranquila, más tarde te la cobraré. Ahora será mejor que subas al auto antes de que me congele aquí.

—Claro, solo deja que vaya por mi abrigo.

Pero antes de que lograra entrar él la retuvo por la muñeca trayéndola de regreso.

—Aguarda, tengo algo para ti.

De entre su abrigo sacó un pequeño bulto que pasó por detrás de su cuello y lo ató dándole una pequeña vuelta adelante. Era una hermosa bufanda roja con dos pompones blancos a cada extremo y unos diseños bordados en hilos dorados.

—Leon, es preciosa. Gracias.

Mencionó para abrazarle nuevamente.

—Me alegra que te guste, pronto te regalaré un sombrero con cascabeles y una nariz roja para completar un lindo conjunto.

—Gracias, pero creo que la bufanda es suficiente para mí.

Mencionaron mientras ambos se echaban a reír bajo el cálido soplo de sus respiraciones.


—Chris, ¿recuerdas dónde están las cosas navideñas?

El castaño estiró un poco el cuello por el respaldo del sillón y vio como su novia se movía de un lado a otro trayendo cajas y bolsas de diferentes tamaños para regarlas por el piso, seguramente eso terminaría siendo un desastre incluso antes de que fuera el medio día. Suspiró con cansancio y se levantó de su lugar para acercarse hasta ella, quien venía trayendo quién sabe de dónde una nueva caja.

— ¿Qué buscas exactamente?

—Pues todo. ¿Sabes dónde están las esferas?

Preguntó registrando su nueva caja sin éxito alguno.

— ¿En la basura?

La castaña se detuvo y volteó lentamente hacia él, al instante el chico se encogió de hombros y negó con la cabeza.

—A mí no me mires, esta vez yo no he hecho nada.

— ¿Por qué dices que están en la basura?

Se cruzó de brazos a la espera de su respuesta; luego de un año y con todo el que hacer de una nueva Navidad lo había olvidado.

— ¿Jill, recuerdas cuando aceptaste cuidar a los gemelos el año pasado?

Se quedó pensativa un momento hasta que poco a poco las imágenes fueron llegando de regreso a su memoria. Su rostro cada vez iba tomando una expresión relajada y conforme fue recordando no pudo evitar comenzar a reír.

— ¿Cuando se subieron a las cortinas y cayeron sobre el árbol quebrando todos los adornos? Sí, creo que ya lo recuerdo. Entonces ahora…

—Ahora se cancela la Navidad, así que si me disculpas creo que volveré a mi película.

Mencionó caminando de regreso a su lugar en el sillón. La chica le miró mientras procesaba lo que había dicho, un momento… acaso ¿hablaba en serio? Corrió hasta el sofá y le quitó el cojín en el que estaba apoyado haciendo que se diera un golpe contra el respaldo.

— ¡Oye! ¿Pero qué te sucede?

Tomó el control y apagó el televisor, luego utilizó el mismo cojín para darle un golpe en la cabeza y así conseguir al cien por ciento su atención.

—O te levantas y vamos ahora de compras o te juro que hoy dormirás afuera.

Dijo decidida y amenazándolo con el cojín.

— ¡Wow, wow, wow! tranquila, solo bromeaba. Ya me encargué de todo eso.

— ¿A sí? — preguntó alzando una ceja.

—Claro. Envié a mi hermana de compras hoy, así que de seguro nos traerá muchos adornos esta tarde. — dijo relajado acomodándose otra vez en su sitio.

— ¿Enviaste a Claire a hacer nuestras compras? — él asintió. —Esto definitivamente va a ser un desastre.

—Calma, no la envié sola. Está con Leon.

Mencionó como si fuese la solución perfecta para todos sus problemas, Jill por su parte soltó el cojín y se dejó caer en el sofá.

—Sí, definitivamente esto va a ser un desastre.

—Oye, no es tan malo. Mi hermana es una gran decoradora, aunque a veces se le pasa la mano… pero para eso está Leon.

Jill le miró sin estar muy segura.

—De acuerdo, supongo. Pero, entonces... ¿qué nos queda a nosotros?

Esa era la precisa pregunta que él estaba esperando. Se acercó hasta ella y le tomó por la barbilla mientras le sonreía.

—La mejor parte, linda, ir a por el árbol de Navidad.

Dijo para luego darle un casto beso en los labios, pero ella, no conforme con aquello, le sujetó del cuello reteniéndolo en su lugar.

—Pero tendremos todo el día antes de que lleguen, podríamos hacer un poco de tiempo antes de salir.

Sonrió juguetona. el castaño le devolvió la sonrisa mientras se unía a su juego.

—Me parece una perfecta idea…


Alzó la vista recorriendo detenidamente ese piso, cientos de personas transitaban por el lugar entrando y saliendo de diferentes tiendas, todos con esas sonrisas que le encantaba disfrutar. Las decoraciones, la música que sonaba, todo se veía tan navideño que no podía evitar sentirse contagiado también con ese espíritu. Dio un ligero vistazo esperando a que la chica saliera de la tienda, extrañamente era la única de todas las que habían recorrido a la que no le había dejado entrar, no estaba muy seguro de por qué si solo era una tienda de ropa, pero agradecía poder aguardar sentado afuera o el cansancio lo iba a acabar pronto.

Y apenas son las diez de la mañana. Aún queda un largo día por delante.

— ¿Vamos?

No se había percatado en qué momento la chica había salido y se había parado frente a él. Cargaba una pequeña bolsa en sus manos y le sonreía aguardando a que él reaccionara. Leon sacudió la cabeza y se puso en pie casi de un salto.

— ¿Quieres que lleve eso?

Preguntó señalando la bolsa, aún pese a que ya tenía un buen harto en las manos.

—No, está bien así. Esta la llevaré yo. Ahora vamos, vi algo en una tienda de enfrente que me gustaría comprar.

No entendió muy bien por qué no quería que llevara esa bolsa en particular, pero tuvo que restarle importancia cuando ella le jaló de la mano y lo llevó; el juego había vuelto a comenzar una vez más.


—No lo sé, no me parecen del todo rectas. ¿Tú qué dices Jake?

El chico que sujetaba la escalera solo se encogió de hombros, realmente no estaba muy interesado en si esas cosas estaban derechas, chuecas o si hacían corto circuito, la Navidad simplemente no era algo que le atrajese demasiado.

—Para mí están bien así.

Ella lo miró un momento, ni siquiera había reparado en las luces como para decir aquello. Bajó de la escalera y se paró en frente de él. Aunque la altura no le favorecía demasiado a su lado intentó mirarle a los ojos a lo que él bajó ligeramente el rostro para ayudarle en ello.

—No te gustan, ¿no es así?

Mencionó con un deje de tristeza que hizo que el pelirrojo diera un pequeño respingo. Maldición, ahora había hecho que la chica se sintiera mal, justo lo que le faltaba. Le dio un vistazo a las luces que Sherry había colocado y las recorrió cuidadosamente, la verdad es que no estaban nada mal y, para ser sinceros, le gustaba cómo se veían. Volvió a mirarla a ella e intentó darle su mejor sonrisa.

—Quedaron muy bien así.

Los ojos de la muchacha se iluminaron y la amplia sonrisa en su rostro no se hizo esperar.

— ¿Lo dices en serio?

Tal vez no quisiera admitirlo, pero sí era cierto, así que intentando mantener un poco de su orgullo solo le respondió con un asentimiento de cabeza. Eso fue todo lo que bastó para que ella saltara y le abrazase.

—Sabía que te iban a gustar.

Soltó emocionada mientras le apretaba con fuerza. Él intentó responder lo mejor que pudo, pero aquel abrazo realmente le había tomado por sorpresa.

— ¿Me ayudarás entonces a terminar las decoraciones adentro?

Preguntó finalmente soltándolo. El chico le miró un momento, no era que le gustase hacer esto, pero realmente ella se veía demasiado feliz y emocionada con todo el asunto y no quería arruinar aquello, así que solo suspiró y volvió a sonreírle.

— Vine para ayudarte, ¿no?

Al menos si puedo verla sonreír supongo que valdrá la pena.


— ¿Crees que esto les guste?

Mencionó tomando una esfera rellena con nieve artificial. Leon la miró por un segundo y no estuvo muy seguro de qué contestarle, ya llevaban más de diez bolsas sin contar las otras tantas que estaban en el auto y ella aún no se cansaba. Seguían entrando a todas las tiendas que tuviesen cosas navideñas y de todas ellas salían con al menos más de dos paquetes. Realmente no le importaba pues Chris le había entregado su tarjeta a ella para que comprase, lo que por cierto, era una pésima decisión, pero a él no le afectaba, lo que sí le perjudicaba era el hecho de tener que cargar todas las bolsas solo, a excepción de la única que ella traía; sus brazos comenzaban realmente a pedir auxilio.

La pelirroja aún le miraba expectante de su respuesta, realmente parecía una niña en una juguetería y esa mirada… para ser sinceros no podía decirle que no. Suspiró derrotado para luego regalarle la mejor de sus sonrisas.

—Yo diría que les va a encantar.

— ¡Perfecto! Iré a pedir unas tres cajas.

Aguarda, ¡¿tres?! Bien, Leon, otra buena tanda de peso más para cargar. Esto me pasa por ser un caballero y aceptar llevar todo, pero… es época navideña, así que ¿Qué más da?

Al menos sacaría algo bueno de este día, ver la cara del mayor de los Redfield cuando descubriera que necesitaría una casa más grande para todo lo que habían comprado… y un nuevo empleo para pagar todas las cuentas.

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Uf, realmente siento que mis dedos no pudieron teclear más rápido para terminar este capitulo. Aunque realmente se supone que solo son One-shots sentía la necesidad de hacerlo más largo. Y qué decir, claro está que van a haber sus conexiones por ahí entre caps, así que no sé si clasificarían exactamente como One-shots. Díganme que les parece, acepto tanto flores como tomatazos.

Esperaré con ansias sus review y ahora para todos hay deliciosos chocolates con forma de santa, el que no deje review ya sabe donde está la salida, y si no, mis guardias se la mostrarán ''amablemente''.

¡Besos para todos, abrazos por montones y mucho espíritu navideño!