NADA DE ESTO ME PERTENECE, LOS PERSONAJES SON DE IGINIO STRAFFI, SOLO ME DIVIERTO ESCRIBIENDO.


WINX CLUB: THE DARK.

by

Nefertari Queen.


Capitulo 1.

Desaparecidas.

Era de noche, las estrellas tiritaban en las alturas dando un poco de luz al castillo. La nave roja con azul había aterrizado hacia apenas unos minutos, con el mínimo ruido de sus avanzados motores, y de ella descendía un grupo muy grande de jóvenes. Estos reían entre sí, aunque en el fondo trataban de hacer silencio; no era realmente tarde, el sol acababa de ponerse y ahora que no eran estudiantes podían darse ese lujo… bueno, todas menos Roxy. Y es por ella que llegaban temprano.

Además, desde que se habían convertido en maestras, la inspectora Griselda no paraba de sermonearlas diciendo que ahora debían ser los ejemplos a seguir de las estudiantes. Eso implicaba: ser puntuales, bien vestidas, con modales, educación, dinámica y desde luego, un dominio perfecto de sus poderes y emociones. Claro que ellas no eran perfectas y nadie esperaba mucho de muchachitas veinteañeras. Pero soñar no costaba nada.

En una de las entradas laterales del castillo fueron despidiéndose. Las seis chicas del Club Winx daban un último beso a sus novios, el Escuadrón Principal de Fuente Roja, antes de irse a dormir. Habían pasado casi toda la tarde juntos en unas tiernas citas múltiples dentro de una disco.

Habían llegado de la tierra dos semanas atrás. Roxy se había incorporado como alumna de Alfea, ansiosa de dominar sus poderes y conocer más sobre las dimensiones mágicas. Ventaja para ella era que sus mejores amigas, las Winx, aún fueran maestras de la institución. Faragonda estaba completamente convencida de que las chicas aprenderían mejor a ser responsables y aplicadas si tenían que pasarse toda la mañana explicando y atendiendo a las estudiantes jóvenes. Y Alfea era un lugar donde siempre estaban llegando noticias relevantes de la dimensión mágica, así que podrían enterarse pronto de los lugares donde necesitaran su ayuda.

Las Winx no eran ahora solo las profesoras más populares y modelo a seguir de casi todas las hadas, tanto de Alfea como de otros reinos. Su condición de Hadas protectoras de la Dimensión Mágica había crecido notablemente. En todo Magix y reinos más lejanos no paraban de hablar sobre cómo la Tierra, territorio antes perdido, había vuelto a ser parte del mundo mágico cuando las Winx liberaron a las Hadas Superiores y toda la magia del planeta. Con eso también libraron al mundo de la horrible amenaza que representaban los Cazadores del Círculo Negro.

Y que decir del encantado Reino de Domino, recuperado también gracias a ellas. No había duda que, desde la formación del grupo Winx, el universo mágico se había llenado de una esplendorosa paz gracias a la magnífica protección que estas poderosas hadas brindaban.

Pero, y aún siendo quizá las hadas más fuertes del universo mágico, las Winx seguían siendo unas jovencitas llenas de energía y ganas de diversión, aventura, romance y adrenalina. De ahí que, en los fines de semana, se desaparecieran de Alfea. Y era común encontrarlas en esas ocasiones acompañadas de un grupo de fuertes jóvenes, orgullo de Fuente Roja, que tampoco podían pasar desapercibidos como miembros importantes de Protectores de la Dimensión Mágica.

Esa noche había pasado casi lo mismo. Tras unos diez minutos de despedida, la nave emprendió un vuelo silencioso hacia Fuente Roja. Las Winx charlaban entre ellas mientras caminaban hacia los pasillos, directo a sus habitaciones.

—No lo sé—decía Stella—Brandon y yo cumpliremos cinco años de relación, pero estoy insegura de qué regalarle….

—¿Es necesario darle algo?—interrumpió Layla.—Creía que eran los chicos quienes daban obsequios.

—Aparte, a mí me gusta darle detalles de vez en cuando—fue su respuesta.

—Ahh—dijo Bloom enternecida—La princesita enamorada…

—¿Y qué me dices tú?—preguntó la rubia a la pelirroja—¿No piensas hacer nada por tu aniversario con Sky?

—Para eso faltan cinco meses, tengo tiempo.

—Stella, realmente estás obsesionada con los aniversarios y demás fechas importantes ¿Verdad?—inquirió Musa.

—Algo… ¡Son fechas importantes porque siempre nos traen buenos recuerdos! Y debemos festejarlo.

Eso provocó una ligera risa por parte del grupo.

—Eso sí que fue profundo—les dijo Tecna.

—Y preciso. Yo pienso que Stella tiene razón—aportó Flora—Una debe mantener viva esa ilusión de los días más bellos.

—¿Eso lo dices tú o te lo escribió Helia?

—¡Musa!—la reprendió—No, lo dije yo.

Y hubieran seguido charlando de no ser porque el celular de Bloom comenzó a sonar, seguido del de Stella, y el de Tecna… ¡Todos los aparatos sonaron! Y, para colmo, eran sus propios novios quienes llamaban. Contestaron extrañadas para recibir como respuesta gritos desesperados de auxilio, cortándose las llamadas.

—¡Sky!—gritaba la pelirroja—Responde ¡Sky!

—Nabu ¿Dónde están?

—Riven. ¡No me hagas esto! Di algo…

Pero no respondían.

Entre ellas se miraron, desconcertadas. Era extraño que los chicos las llamaran pidiendo ayuda y que sonaran así de desesperados. Había pasado algo muy, pero muy malo si no se pudieron defender bien. Por no mencionar que era de noche ¿Les habían atacado cuando sobrevolaban el bosque?

—Rastreare el origen de la llamada—informó Tecna de inmediato, preocupada por Timmy, mientras tecleaba como poseída sobre su computadora.

No se dieron cuenta que habían parado en medio de un corredor. Tecna se recargó en la pared, mientras tecleaba, las chicas a su alrededor guardando el más absoluto de los silencios. La tensión era palpable, demasiado, y movían nerviosamente sus manos, retorciendo mechones de cabello o trozos de sus ropas.

—¿Chicas?—las llamaron. Roxy se les acercaba, levantando una de sus manos y saludando. Tenía puesta la pijama y se le veía cansada—Las estaba esperando ¿Por qué están aquí en plena noche?

—Oh Roxy creemos que ha pasado algo malo—le informó Bloom.

—Es sobre los muchachos—agregó Musa, con voz aguda y entristecida.

—Oh—fue su respuesta—¿Puedo ayudarles en algo?

Bloom le sonrió colocando una mano sobre su hombro.

—Gracias Roxy, pero es mejor que te vayas a descansar. Mañana tienes clases ¿Recuerdas?

—Lo sé, pero puedo serles útil.

—Nosotras lo sabemos. Pero en estos momentos nos haces mejor favor quedándote a explicarle a Faragonda sobre nuestra ausencia ¿Bien?

Roxy se quedó callada, meditando la situación unos minutos. Después contestó:

—Está bien Bloom—le sonrió—Iré a recostarme. Mucha suerte chicas.

Todas le sonrieron a modo de agradecimiento. Apenas fue desapareciendo si silueta a lo lejos del pasillo, Tecna expresó llena de emoción.

—¡Los encontré!—y les enseño la pantalla del computador—Están en medio del bosque, muy cerca de las montañas.

—¿Por el lago Rocaluz?—preguntó Flora.

—Más profundo.

—¿Y qué hacían allá?—se preguntó Musa en voz alta—Fuente Roja no está tan al norte.

—No lo sé, quizás un conjuro los desvió o una tormenta…

—Sea como sea, debemos irnos ya—declaró Bloom con firmeza.

Las chicas corrieron y se transformaron dentro del castillo, salieron volando por la puerta y fueron lo más rápido que sus alas les permitían hacia el bosque. No era tan oscura la noche y el resplandor de sus polvos mágicos les ayudaba bastante. Renuentes a detenerse, sobrevolaron el lago Rocaluz y anduvieron, mientras Tecna las guiaba por medio de sus aparatos.

Había una gran cantidad de formaciones rocosas en un claro donde los altos árboles apenas permitían el paso de la luz. Las rocas, altísimas y de curiosos colores, formaban una especie de cueva. Estaban tan adentro del bosque que apenas y podían reconocer la fauna y vegetación. Hacía frío. Y no había rastro de los especialistas.

—¿Dónde andarán?

—Ni siquiera veo su nave.

—Esto es imposible—decía Tecna—El rastreo indica que la llamada provenía de aquella cueva.

Seguía viendo en su computador, analizando y tratando de encontrar el error. Por desgracia, no pudo saber cuál era. Y quizás nunca lo sabría, porque apenas las chicas se distrajeron para ponerle atención, unas entidades malignas emergieron de las tinieblas esbozando terroríficas sonrisas.

Todo ocurrió demasiado rápido.

o-o

La mañana era hermosa. El sol alumbraba desde lo más alto el cielo celeste más claro que Roxy jamás hubiera visto. Lo contemplaba desde las ventanas mientras caminaba hacia la Dirección de la escuela, para hablar con Faragonda, como había prometido a sus amigas. Le parecía extraño que no hubiesen vuelto en toda la noche.

Aún no terminaba de acostumbrarse a su vida como hada y estudiante interna de una escuela tan encantada. Ahí, en Alfea, siempre había luz y color. La magia era algo tan normal como respirar y era común verlas usar un poco de magia solamente para acerca el tenedor durante la hora de comida. Roxy, que había crecido en la tierra, encontraba eso muy extraño.

Mientras crecía iba aprendiendo que los cuentos de hadas eran un mito y la magia pura fantasía. Descubrirse en una tierra donde la ilusión eran la realidad y ésta, a su vez, se conformaba de los sueños, era de lo más maravillosamente anormal que alguna vez pensó experimentar. No podía negar que le fascinaba ser un hada y aprender cada vez más sobre sus poderes, pero tampoco le era fácil.

Bloom era quien más la comprendía porque pasó por el mismo cambio y siempre la apoyaba. Hablar con ella le resultaba reconfortante, Bloom entendía todos sus sentimientos y sabía exactamente qué decirle. Las demás no se quedaban atrás y como buenas amigas y maestras la ayudaban siempre que ella lo necesitaba, en todo tipo de cosas.

El toparse con la puerta de la dirección, dejó sus vacilaciones para tocar suavemente con sus nudillos. La suave voz murmuró desde el otro lado un quedo: "Pase" y Roxy abrió la puerta, entrando.

Faragonda estaba sentada en su escritorio, revisando unos cuantos papeles. Se veía tan amistosa como siempre y la confianza hizo que se acercara hasta quedarse a menos de un metro de distancia. Faragonda alzó la mirada y al ver quién era se puso de pie.

—Oh, Roxy, no te esperaba ¿Puedo ayudarte en algo?

—Buenos días Directora—saludó—No en realidad. Solo vine a decirle que las Winx se ausentarán hoy porque tuvieron una emergencia por la noche.

Faragonda no escondió su asombro.

—¿Emergencia?

—Sí, me dijeron que algo había ocurrido con los chicos de Fuente Roja y salieron a investigar. Es hora que no han llegado, creo que lo harán en la tarde.

—Pero, Roxy, los chicos sí llegaron a Fuente Roja, y muy bien.

Ahora era Roxy la sorprendida.

—¿Ah sí?

—Claro. Me comuniqué con Saladino en la noche, como siempre hago para estar al pendiente. Me dijo que saludó a los muchachos, estaban todos bien y sanos.

—Pero las Winx recibieron una llamada urgente de ellos, la rastrearon.

—¿No sabes a dónde fueron?

—No—se quedó pensando—Mencionaron algo acerca del bosque, pero no sé que más.

—Esto está mal…

Faragonda se quedó pensativa. Luego, fue hacia su esfera de cristal. El objeto resplandeció un poco antes de que la imagen de Saladino se mostrara en ella, sonriente y afable.

—Hola Faragonda ¿Puedo ayudarte en algo?

—Sí, Saladino. ¿No sabes si los muchachos salieron en la noche, tras dejar a las Winx?

—No Faragonda, ellos fueron a sus habitaciones ¿Por qué la pregunta?

—Me parece que alguien les puso una trampa a las chicas.

—¿Involucraba a las muchachos?

—Me temo que sí—respondió la mujer con aflicción—Ven con tus estudiantes por favor Saladino, necesitamos ponernos en acción.

—Desde luego. Nos vemos en un rato.

Su figura desapareció.

—Roxy—dijo Faragonda a la chica—Creo que faltarás a clases hoy, necesitaremos de tu ayuda ¿Te parece bien?

—Claro maestra. Lo que sea por ayudar a mis amigas.

Lo dijo con fuerza y convicción, pues pensaba lo que decía. Roxy sabía que las Winx tenían fama de aventureras salvadoras de la galaxia y ahora, como parte del grupo, no le quedaba más que ser valiente y usar todo lo que estuviera a su alcance para rescatarlas si de eso se trataba.

Aunque, muy en el fondo, esperaba que no les hubiera pasando nada malo.

o-o

Los Especialistas de Fuente Roja llegaron en una de sus naves acompañados del director Saladino en muy poco tiempo, como veinte minutos. No habían sido realmente informados de la situación, más que había problemas en Alfea. Apenas ayer habían tenido una agradable cita con sus novias y esperaban que no fuera algo muy grave.

Faragonda estaba en uno de los umbrales con Roxy al lado. Caminaron hacia el grupo con expresiones preocupadas, cosa que no les gustó en lo más mínimo. Lo que más les preocupo, desde luego, fue no ver en ningún lado a sus novias.

—Buenos días Faragonda—saludó.

—Buen día Sladino—fue la respuesta de la mujer—Te agradezco por venir tan rápido.

—Directora ¿Dónde están las chicas?—preguntó Sky.

—Es lo mismo que nosotras queremos saber—dijo la susodicha.

Esa respuesta sólo les causó espanto.

—¿Cómo?—dijo Helia—¿No saben dónde están?

Roxy dio un paso adelante.

—Anoche recibieron una llamada, dijeron que eran de ustedes pidiéndoles ayuda. Rastrearon el origen del llamado y se fueron por la noche para ayudarlos, encargándome que les diera ese recado a Faragonda.

—Pero—interrumpió la directora—Ya que ustedes están perfectamente y no hay rastro alguno de las chicas, creemos que todo eso fue una trampa.

—¿De quién?—dijo Riven—Hasta donde sabemos no tenemos enemigos cerca.

—Muy bien dicho Riven, "hasta donde sabemos"—reprendió Saladino—Deberemos buscarlas, no pueden haber desaparecido como si nada.

—He pensado hacer un conjuro rastreador.

—No perdamos tiempo.

Faragonda los escoltó hacia su propia dirección. Ella y Saladino se pudieron frente a frente, recitando palabras en un extraño idioma mientras sus cuerpos brillaban por la energía. Ambas fueron combinándose, formando una esfera radiante que se alzaba y de pronto…

¡Bum!

El humo salió gracias a que Timmy pudo abrir la ventana de par en par. Todos tosían y trataban de respirar, con los ojos cerrados. Helia abrió la otra ventana y pronto el aire ventiló la sala. Faragonda y Saladino yacían en el suelo, lastimados y semi-conscientes, inmediatamente les ayudaron a ponerse de pie.

—¿Qué pasó?—preguntó Brandon.

—El conjuro falló.—respondió Roxy.

—Hay una especie de barrera—comenzó Faragonda—Una muy grande y fuerte donde rebotó nuestra energía.

—No nos permite ver exactamente dónde están—agregó Saladino.

—¿Ni un poco?

—Vimos un bosque, muy oscuro, pero nada más.

—Anoche las chicas hablaron sobre el bosque cercano al Lago Rocaluz—dijo Roxy animada—¿Creen que estén por ahí?

—No perdemos nada con buscar.

—¡Vamos chicos!—mandó Sky.

Los especialistas estaban ya prestos a irse cuando Faragonda los detuvo.

—Un momento—extendió sus manos, liberando de ellas esferitas rosadas que se posaron en cada uno de ellos, integrándose a sus cuerpos—Con este conjuro tendrán más fuerza y audacia. Pero es limitado.

—Iré yo también—declaró Roxy.

—Pero puede ser peligroso—le advirtió Nabu—¿Segura?

—Son mis amigas, haré todo por ellas.

—Mucha suerte chicos.—les deseó Saladino.

Los especialistas le agradecieron con un gesto y se fueron casi corriendo de ahí. Muy pronto vieron a la nave emprende vuelo, y alejarse de Alfea para perder en los bosques.


Eso es todo, por ahora. No sé si les haya gustado o no, me encantaría saberlo por medio de un lindo review :D

¡Nos leemos luego!

chao!