Nada es mío.


Los cuerpos tendidos sobre los catres, inconscientes.

El proceso que había repetido ya varias veces ahora lo horrorizaba, sentía pequeñas lágrimas rodar por sus mejillas. Antes no podía entenderlo, pensaba mal sobre ellos; se empeñaba en pensar que eran malos, crueles. Pero ahora, que sabía como eran en realidad, le dolía; le dolía mutilarlos, maltratarlos de esa manera.

Porque para él ya no eran simples parásitos que le habían quitado su hogar. Ahora entendía que eran también personas, como él.

Porque él sufría, el dolor que él mismo les producía.


Tal vez no esté bien, tal vez haya desfigurado todo, pero yo necesitaba escribir algo de The Host.

¿Reviews? Esto está tan desolado que lo más probable es que no, yo sé.