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~BROKEN WINGS~
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Gritó, gritó todo lo que daban sus pulmones.
Golpeó las paredes, buscando algo como un hueco o una grieta, lo que sea. Trató de abrir la rejilla que cubría la entrada de aquel conducto de ventilación pero no había logrado más que lastimarse sus dedos y uñas.
Había tratado de abrir aquella puerta metálica, pero no había logrado moverla ni un milímetro. Había tratado de golpear aquel teclado por donde se introducía un código que permitía abrirla, pero no había logrado hacerle un rasguño...
También ya se había subido a un mueble para alcanzar la minúscula ventana que estaba cerca del techo, que era el único lugar por donde entraba luz natural, pero seguramente era un vidrio especial porque no había logrado siquiera quebrarlo.
Ya había intentado de todo...aquel lugar estaba perfectamente sellado.
Cuando no supo qué más hacer se arrodilló en el suelo y comenzó a llorar, hundió sus manos en sus cabellos y comenzó a llorar descontroladamente.
No había escapatoria...estaba atrapado...
Continuó llorando hasta que su llanto se volvió un murmullo moribundo, sintió frío y se abrazó a sí mismo. Negándose a utilizar la ropa o las mantas que ahí estaban, dispuestas para que él se pusiera cómodo...
Se preguntaba por qué le había pasado esto a él...de todas las personas que pudieron ser tenía que ser él... Se preguntaba por sus amigos, seguramente ya se habían dado cuenta de su ausencia y seguramente lo estaban buscando, pensó en su familia...seguramente estarían destrozados...se odiaba así mismo por lastimarlos...si no hubiera sido tan ingenuo...
Escuchó aquel sonido de la puerta metálica, alguien ingresaba el código para abrir la puerta. Era él.
Corrió hacia una esquina para esconderse, se golpeó con la esquina de un mueble ya que ahora todo estaba oscuro. No se había dado cuenta en qué momento había oscurecido y la habitación había quedado en penumbras. Se acurrucó en la esquina ignorando el dolor del reciente golpe y se quedó tieso ahí atento a cualquier sonido.
La puerta metálica se abrió con chirrido y se escucharon los pasos de alguien y luego la puerta se cerró. Todo seguía en penumbras.
"¿Dónde estás? -aquella voz hizo que se estremeciera, no era una voz tosca o dura, sino tranquila y hasta dulce, eso solo lo asustaba más- Así que quieres jugar a las escondidas entonces de acuerdo" -dijo con una risa.
¿Cómo alguien que parecía tan amable y gracioso podría haberle hecho esto?
Se quedó quieto donde estaba, esperando con todas sus fuerzas que no lo encontrase, que no lo hallase, quería desaparecer. Sin embargo después de unos instantes escuchó una voz en frente de él.
"Te en-con-tre" -soltó un grito cuando sintió que lo levantaban del suelo.
"¡S-suéltame!" -trató de apartarse y golpearlo, pero le agarraron las muñecas con fuerza clavando sus uñas en los vendajes que tenía puestos, sintió que sus heridas volvían a sangrar y dejó de resistirse encogiéndose de dolor.
"Ah mira, creo que volviste a abrir tus heridas -dijo como si no fuera consciente de que era él quien le lastimaba, aquel tono risueño había desaparecido y ahora era frío y cortante- no intentes nada o te irá peor"
Dejó que lo llevara hasta la mesa y lo sentara en la silla, no se movió hasta que las luces se encendieron y tuvo que cubrir sus ojos. Una vez se acostumbró buscó a aquel hombre en aquella habitación. Aquella cárcel. Su cárcel.
"Creí que habíamos quedado en un acuerdo -lo escuchó acercarse por detrás y se encogió en su lugar- te quitaba las cadenas para que pudieras moverte libremente y a cambio no hacías nada tonto -su voz era tranquila con un toque de reproche- no creo que quieras volver a estar encadenado ¿No?"
"N-no..." -murmuró. Había estado encadenado durante las primeras semanas de su encierro, se había hecho heridas en los tobillos y las muñecas donde tenía puestos los grilletes. Ese día aquel hombre había decidió quitárselos con la condición de que no intentara nada.
"De acuerdo, curemos esas heridas" -aquel hombre se sentó a su lado con un botiquín sobre sus piernas y agarró una de sus muñecas empezando a quitarle el vendaje ensangrentado.
Odiaba que lo toque, odiaba que le hablara, odiaba que estuviera tan cerca de él, odiaba todo de aquel hombre. Lo miró y pese a no tener sus lentes y ver con claridad, se dio cuenta de que era alguien de buena apariencia, alto, rubio, ojos claros... Cualquiera diría que era atractivo, cualquiera menos él...él lo aborrecía...
"¿Qué te hiciste aquí?" -le preguntó sosteniendo sus dedos con cortaduras y sus uñas partidas.
Apartó la vista negándose a responder. El otro pareció entender después de un rato y sin decir nada lo agarró del mentón obligándole a mirarle, le estaba sonriendo de una formo que le heló la sangre.
"No vas a escapar nunca de aquí cariño...vas a quedarte aquí...y tendremos nuestra pequeña y linda familia...como siempre quise" -susurró acariciando su rostro y un brillo aterrador en sus ojos.
Aquellas palabras calaron en lo profundo de su ser, hundiéndose e hiriéndolo...destrozándolo...
Aquello no era una cárcel...era un infierno...su vida ahora sería un infierno.
~o~
"En las últimas noticias, aun no se avanza en la búsqueda de Katsuki Yuuri, el patinador de nacionalidad japonesa que desapareció hace un mes. El muchacho, de 18 años, desapareció en el camino de su universidad hacia los dormitorios donde se alojaba alrededor de las 6 de la tarde cuando salió de sus entrenamientos. La familia del muchacho se encuentra terriblemente destrozada y piden la ayuda de todos para encontrar al muchacho. Las autoridades tienen fuertes sospechas de que se trata de un secuestro por un alfa descontrolado, puesto que el joven es un omega y en los últimos años se han visto muchos casos de ésta naturaleza..."
Estaba en todas partes, en los noticieros, en las redes sociales, en cientos de carteles en las calles. La fotografía de un muchacho japonés de cabello oscuro y tez clara, un par de ojos achocolatados que transmitían calidez y una sonrisa acogedora. La sonrisa de un muchacho inocente y con un futuro por delante. El muchacho era de otro país, pero cuando su historia se supo muchas personas se movieron para encontrarlo, después de todo, a nadie le gustaba la idea de un muchacho desaparecido que había venido a su país para seguir con su carrera.
A demás el muchacho era un omega y el secuestro por parte de algún alfa inestable o por tráfico de personas era la explicación más razonable. Había tantos casos como esos, donde un alfa descontrolado o muy territorial secuestra a su omega, o donde omegas eran llevados a lugares donde se convertían en meros juguetes sexuales. Era una triste realidad para los omegas. Su naturaleza los hacía blancos de actos como esos o peores...
Los meses fueron pasando, y la búsqueda se había estancado. No habían pistas qué seguir, no se sabía en qué parte exactamente había sido secuestrado, no se sabía cómo se lo habían llevado, no se sabía nada. Era como si el muchacho hubiera desaparecido por arte de magia. Y luego pasaron los años, y las personas perdieron esperanzas de encontrarlo, su familia se hundió en una tremenda tristeza cuando la idea de que no volverían a verlo se hizo casi una realidad...
Y cuando ya todos ya se habían olvidado de él...un milagro ocurrió.
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Notas de la autora:
¡Wow! No puedo creer que me esté animando a publicarlo.
Algunas aclaraciones, ésta historia está inspirada en el libro Room (La Habitación) de Emma Donoghue, quizás alguien haya visto la película. NO es una adaptación. La novela me gustó mucho y al investigar descubrí que se basó en un caso de la vida real. Y mi mente despiadada comenzó a crear una historia con YOI…soy cruel ;u;
Es un OmegaVerse, pero no se esperen una historia donde hay pasión aquí y allá. Habrá drama y sufrimiento especialmente por parte de Yuri, creo que él será quien peor la pase, pero al final tendrá su final feliz. Yurio igual tendrá sus malos momentos pero sabrá superarlos y ser el apoyo para Yuri.
Por supuesto aquí incluiré una relación romántica (Vikturi) aunque está no se desarrollara de inmediato, le tomará tiempo darse su lugar ;u;
Los capítulos serán medianamente largos y trataré de publicar día por medio, tampoco planeo meterle mucho drama, sino avocarme a algo similar al libro.
Gracias a quien le haya dedicado un poco de su tiempo a esta introducción.
Hasta una próxima.
Ray A KQ
