23, Marzo-2018

Los ojos frios y duros de la joven de diecisete años estaban fijos en el cadaver delante suya de un hombre de treinta y cinco años quien por la expresion de terror con la que habia muerte debio descubrir algo milagroso a la vista del ser humano.

Mas la joven no pensaba ni daba importancia a ello mientras se daba la vuelta y salia de lugar dejando con cada paso esa zona del bosque cada vez mas atras hasta que llego al pequeño pueblo de Chersbuk donde todos sus habitantes, tanto visitantes como del lugar, seguian con sus vidas normales sin saber, por el momento, que uno de los muchos turistas que suele recibir el pueblo se encontraba muerte lejos aunque no tanto como parecia de ellos y ellas.

Su largo pelo rubio se agitaba al son del viento formando una armonia hermosa entre ambos de ellos al combinarlos mientras se oia el ruido que hacia con cada fuerte pisda proporcionad por las botas negras de cachuelas, tan tipicas suyas, que llevaba actualmente.

Sus ojos azules iban medio abiertos medio cerrados mientras se dirgia camino al motel donde se hospedaba le prestaba atencion, habia varias adolescentes en el pueblo y no era cosa rara ver a una chica joven de fuera del lugar venir de algunos algo que daba pena , para otra algo que aprobechar.

Asi pues, la joven llego al motel y se fue directa a su habitación donde empezó a recoger todas sus cosas con una rapidez digna de una estrella fugaz para, tras ya tenerlo todo, salir del lugar despidiendose de la mujer del mostrador por supuesto, tras pagarle y devolverle la llave de la habitacion en la que habia hospedado.

Seguidamente se dirgio a una zona aislada del pueblo donde los chicos y chicas mayores solian reunirse para beber, fumar , , a continuacion miró que no habia nadie antes de que desapareciera de allí con un sonido de alas.

Sin saberlo ella atras quedo una tarjetita en la que ponia...

Eva Maria Sherley,
cazadora