Este fic participa en el reto "Viñetas de emociones" para el foro En una tierra mítica y en una época mágica.

Disclaimer: Merlín y sus personajes no me pertenecen (por desgracia) sino a la BBC.


Cap. 1: Dolor

Le dolía todo el cuerpo, especialmente la cabeza, no sabía dónde estaba, se sentía muy, muy débil y no podía abrir los ojos, ni hablar por mucho que quisiera. Pero si podía escuchar.

No presto atención a lo que oía, se sentía demasiado cansada como para saber de que hablaban. Reconoció las voces, las escuchaba todos los días y las podía identificar fácilmente, podía reconocer a Gwen, Arturo, Merlín y Gaius.

Sabía que pasaba el tiempo, pero ella no lo sentía, era desesperante no tener la fuerza para moverse o abrir los ojos siquiera, aun le dolía la cabeza pero había aprendido a soportarlo.

De pronto escucho una voz nueva, una voz que reconoció, una voz que odiaba tanto. Esta vez Uther la visitaba.

Sentía la mano del rey acariciando su frente y sus negros rizos con ternura, diciendo cosas a Gaius.

-Es tan hermosa-decía Uther

-Si, señor-respondió el medico

Pero algo que dijo el rey le llamo la atención y la hizo sentirse, sorprendida y terriblemente molesta.

-Morgana es mi hija-había dicho el hombre-Fue cuando Gorlois se fue a luchar, en las Llanuras del Norte. Su madre...Vivian... Sentía soledad.

Ella sintió que la rabia la invadía, era la hija del rey y jamás lo había dicho, le había mentido todos estos años.

-Lo entiendo, señor-dijo Gaius

-La gente no puede saber quién es realmente Morgana, por el bien de Arturo-decía Uther.

-Le aseguro señor, que su secreto está a salvo conmigo.

Morgana se sentía más débil de lo normal, le costaba mucho respirar y el dolor de su cabeza, se había vuelto insoportable, se sentía morir.

Escuchaba las voces que la acompañaban y podía oír a alguien llorar, ¿Quien era? ¿Gwen?

Reconoció la voz de Merlín, amortiguada por el golpeteo de la lluvia en las ventanas, pero de pronto, todo desapareció, el dolor se fue, recuperó sus fuerzas, pudo respirar bien y su audición mejoró. Pero se sentía muy cansada y cayó en un sueño profundo sin poder evitarlo.

Pero a pesar de ese notorio mejoramiento, sentía una presión en el pecho.

Durante muchos años había creído que Uther solo era su rey y guardián y lo había querido como tal, pero de pronto tenía una nueva información que bloqueaba su mente y sentía un dolor, más allá de lo físico. Le dolía saber que Gorlois no era realmente su padre, el hombre que había amado y aun amaba con todo su corazón.

Le dolía reconocer que había querido a Uther, aquel hombre al que ahora odiaba y que la negaba como hija suya. Lo había querido, como lo más cercano a un padre, lo había querido, a él y a Arturo.

Pero lo que más le causaba dolor, era que Uther, su verdadero padre la negara, que nunca le hubiera revelado la verdad y que aun después de haberlo confesado ante Gaius, siguiera sin reconocerla, sin darle el lugar que merecía en una familia.

Despertó a la mañana siguiente con esos sombríos pensamientos y aun estaban en su cabeza cuando la llevaron a sus aposentos y Gwen la ayudaba a cambiarse.

Cuando se hubo sentado en su cama, vio al rey, parado en la entrada de su habitación.

-Gracias Gwen-dijo a su amiga para que se retirara

Se obligo a sonreír y extendió las manos hacia su verdadero padre.

-No podía dejarte morir-le dijo Uther con desesperación

Morgana en cierta forma le creyó, creyó que podía quererla, que le importaba.

-Siempre fuiste tan bueno conmigo-le dijo-Estoy tan agradecida

-Tú y Arturo-decía Uther-significan todo para mi Morgana

Un pequeño rayo de sol que había iluminado su antigua vida, donde ella aun se sentía querida por el rey y Arturo, y no se sentía sola y perdida, salió a relucir, en contra de su voluntad, por que Morgause le había advertido que no debía dejarse engañar.

-Se que no podría tener un guardián mejor-le dijo-Eres como un padre para mí-Trato un poco insegura de esperar la respuesta en que él la aceptaba y reconocía como hija.

-Si-fue todo lo que obtuvo

El rey se fue y Morgana agradeciendo su soledad, se sumió en sus pensamientos.

Le dolía lo que estaba pasando, le dolía más de lo que pudo imaginar y le dolía no poder encontrar su lugar, y a pesar de que tenía el apoyo de Morgause, deseo con todas sus fuerzas, tener una vida diferente.