Sólo fue un movimiento suave, pero no se dio cuenta. Por eso, él decidió seguir, una pincelada más no haría daño a nadie.
Aún recordaba lo sucedido la noche anterior. Kurt había llegado a la puerta de su departamento pidiendo ayuda para destapar una botella de vino, él lo ayudo extrañado y vio como el castaño se bebía el contenido en un par de segundos. Luego, sólo recuerda el sabor a vino en sus labios y escucho la puerta cerrarse, esta seguro de eso.
Después todo fue caminar a su habitación entre besos y caricias.
Realmente no había daño en pintar un poco más. Se había dedicado a la pintura cuando sus sueños con la música se perdieron porque no era suficientemente bueno para nadie. Le dijeron que el piano no sonaba bien en sus manos.
Desde entonces sólo pintaba lo que veía, y en este momento era Kurt durmiendo entre las sábanas. Lo amaba como en sus mejores años de escuela y sabía que el ojiazul lo amaba a su modo, si no fuera así ¿Por qué otra razón estaría en su cama la misma mañana del día en el que se casaba?
No dudaba que también amaba a su futuro marido. Pero el amor entre ellos siempre había sido intenso y no menos obsesivo, sin embargo, no servían como pareja.
Cuando finalizó el cuadro lo dejó en una habitación donde los ponía a secar. Luego arregló la ropa de Kurt y la dobló impecablemente. Dejó dos aspirinas en la mesita de noche junto a una nota.
Nuevamente tuviste ánimos de nudista. Por eso estas sin ropa. La dejé sobre la silla. Buen día y éxito con tu matrimonio.
Esas pocas palabras bastaron para sentirse miserable. Seguía amando a un hombre que se casaría con otro, uno con el que no podría estar más. Es por eso que decidió salir temprano en la mañana y no volvió hasta entrada la noche.
Cuando abrió la puerta de su habitación vio el papel y las aspirinas en su mismo sitio. Se acercó a mirar si seguía todo igual, pero el papel tenía una respuesta.
No estaba ebrio, cancele ayer mi compromiso.
¿Feliz? Cómo nunca antes, pero no por eso Kurt lo elegiría a él. No por eso se quedarían juntos.
Aún sujetaba el papel cuando escucho la puerta del baño abrirse y entre el vapor que salía apareció Kurt enfundado en una bata color rojo, lo miro con una sonrisa brillante, expresando todo su amor en ese sólo gesto.
-Vino sin alcohol, un excelente invento a mi modo de ver.
Desde ese día no necesito la excusa del vino para acostarse con Blaine.
