DISCLAIMER: Estos personajes pertecen a JK, el lio en el que los he metido es mi culpa solamente.

Capítulo 1: Peggy.

Lleva muchas semanas sin noticias de Hans; es normal, ella está en constante movimiento y su batallón se encuentra muy lejos. Pero eso no lo hace más fácil, le echa mucho de menos; el trabajo, al menos, la mantiene ocupada.

La época en la que le daban asco los animales, y Pansy se esforzaba por no rebajarse a cuidarlos le parece lejana. Ahí está constantemente rodeada de sangre, miembros amputados y suciedad, y realmente no puede importarle menos.

Para cuando está decidida a preguntarle a algún general por el pelotón de Hans, el enfermo al que comprobaba una herida superficial la agarra y cuando ella le mira molesta –está muy harta de que la molesten soldados que casi no están ni heridos– se queda estática. Ojos grises, pelo rubio y las cejas juntas en una expresión de confusión. Le aprieta muy fuerte el brazo y mira hacia todos lados, parece decidirse a algo cuando la mira. Habla con dudas, con esa voz tan conocida y la vez tan extraña:

—¿Pansy? —susurra él casi con miedo, aunque tiene el toque justo de esperanza. Ella, todavía quieta sin poder apartar la mirada o cambiar de expresión, se estremece. En media décima de segundo su piel se eriza y siente algo en la nuca, solo puede susurrar:

—Draco. —Siente que al decirlo en voz alta abre una puerta que deja pasar algo que llevaba meses encerrado. Inevitablemente, nota que está llorando, no sabe cuándo ha empezado. Él parece aliviado, feliz. Un eco en su cabeza se aletea ante esa cara pero ella está demasiado confundida para sentir nada. ¿Draco? Inmediatamente suena una alarma en su cabeza: «¡Hans, Hans, Hans!»

Esa alarma desparece de pronto, y algo parecido a la felicidad revolotea en su interior. Todos esos meses asustada, llorando, esperando una señal que la sacara de esta nueva realidad vuelven. Todas las veces que había buscado una varita y había intentado sin éxito hacer cualquier tipo de magia. Las lágrimas de felicidad no dejan de caer.

—¿Eres tú? —Dice sin creérselo ella. Él sonríe, casi parece él. Ahora lleva el pelo corto y algo raro en la mirada, parece más humilde, más dulce. Algo en su interior se derrite cuando ve que él también tiene ganas de llorar.

—No esperaba encontrarte aquí, de enfermera. —Encarna una ceja a modo de gracia y ella siente como si volvieran a los pasillos de Hogwarts y, aunque están en guerra y hace siglos que no lo hace, automáticamente le ríe la gracia. Porque es Draco, porque siempre lo hace y porque no lo puede evitar.

—¿Sabes dónde están los demás? —pregunta esperanzado.

—No. —Ahora le toca a ella sorprenderse —. Eres un soldado. —Él parece encogerse ante esa afirmación, aunque ella lo ha dicho con orgullo. Entonces parece acordarse de algo y le dice muy asustado y bajito:

—Hay que salir de aquí. —Eso deja descolocada a Pansy.

—¿Cómo?

—Hay que buscar a los otros, encontrar la forma de volver a nuestro tiempo.

—Pero. —Se queda callada, iba a nombrar a Hans, pero por algún motivo no se atreve— La guerra, hay que seguir.

—¿La guerra? —Él se pone nervioso, se enfada—. Nosotros ya perdimos, ya luchamos.

—¡Hay que ganar! Es el Führer. Esta guerra es distinta… —Él la interrumpe.

—Es la misma, no, es peor, aquí nadie nos exculpará al final, aquí moriremos. —Entonces se da cuenta, él no quiere luchar, quiere irse, y empieza a revivir los otros meses, los buenos.

A Hans y ella besándose, a él siendo tan bueno con ella. A su familia y su granja. A esas noches a escondidas en el bosque y las fiestas con sus amigas en el pueblo. A esa ligereza y esa felicidad que había sentido, y se da cuenta de que no quiere renunciar a eso, y que si hay que luchar, se lucharía. Porque ahora esta es su patria, y no iba a tirar eso por volver a una vida en la que era una paria.

—Estás asustado. —Draco frunce el ceño— pero hay que sacrificarse, el Führer, tenemos que conseguir…

—Te han comido la cabeza. —Le interrumpe él, sorprendido y hablando para sí. Aunque parece divertido, como si le hiciera gracia, ella estalla.

—¡No lo han hecho! Esta es nuestra vida, nuestro país y…

—Pansy…

—¡No! Ahora soy Peggy, Pansy murió, esta es nuestra vida ahora y tienes que luchar, tienes que ganar. —Le está gritando y gritando, Draco se queda parado y mira a su alrededor, blanco como la leche y tan bajito como puede y sin mirarla le dice:

— Nada me gustaría más que luchar, que esta fuera mi vida y que ganáramos la guerra y yo volviera a casa—él pronuncia esa palabra con un tono que da a entender que se refiere su casa de aquí, a su hogar— pero no ganaremos… o al menos no deberíamos. —Entonces la mira y clava sus ojos grises llenos de verdad y compasión, algo que es extrañísimo en él—. Perderemos, seguimos a un loco, los judíos…

—¿Todo esto es por esa escoria? Ellos son nuestros enemigos. —Pansy casi tiene ganas de reír, parece increíble que Draco se refiera a los judíos así.

—¿Como los muggles? —contesta Draco, Pansy llora, y ve en él algo extraño, un cansacio y un derrotismo que le dan asco. Él encarna la debilidad el pasado que decidió dejar atrás cuando le entregó su corazón a Hans, a esta nueva vida, cuando se dio cuenta que era Peggy.

—Eres un cobarde —dice con todo el odio que es capaz de reunir, se da la vuelta y se marcha, él no dice nada pero nota su dolor. También siente su mirada clavada en su espalda y dentro de ella Pansy lucha por girarse y seguirle allá donde él vaya; por creer en lo que dice; por huir como le habría gustado hacer y él no quiso en su momento.

Pero es tarde, Peggy destroza a patadas esa parte y la sujeta mientras camina con la cabeza alta. Piensa en su vida, en su casa, en Hans y siente como la puerta de su antigua vida vuelve a cerrarse, tal vez para siempre.


Pues ya está, el primer cap de esta locura. Tengo la historia muy fragmentada en mi cabeza y quería subirla aunque fuera a cachitos tan pequeños como este. Agradezco de veras cualquier tipo de comentario, me ayudan a mejorar y animan bastante jajaja. Por cierto un aplauso especial para Lady ChocolateLover
que es una de las betas con más paciencia que conozco. Gracias.