Los ojos violetas de Ashara Dayne se veían resplandecer desde donde Ned estaba sentado, centelleando como una estrella al amanecer de un día de verano. Reflejaban alegría, emoción, y una pasión por la vida que Ned jamás vió en otra mujer, fuese del Norte o sureña.

"Deberías hablar con ella," dijo Lyanna con su vocecilla burlona. "¿O el Lobo Silencioso enmudece aún más ante tal belleza?"

Ned no le contestó a su hermana, pero frunció el ceño al escuchar el apodo por el que ya era conocido. No le gustaba para nada.

"Estoy segura de que te concederá un baile, hermano," dijo Brandon súbitamente, malicia inocente en sus palabras. "Hablaré con ella para que bailen."

Pronto, Ned se puso de pie.

"No hace falta," dijo apresurándose. No quería que Brandon fuera y la encantara como a tantas otras mujeres. "Iré."

Podía ver las caras de sorpresa de sus hermanos, incluido Benjen que no había hecho más que conversar con Howland Reed. Se sintió enrojecer, pero con determinación caminó hasta la mesa en que Ashara hablaba con la Princesa Elia.

"Alteza," saludó e hizo una reverencia a la Princesa, quien sonreía traviesamente.

"Te dije que vendría, Ashara," dijo la Princesa, levantándose de su asiento para darles un semblante de privacidad. "Rhaegar me requiere."

Ned volvió a reverenciar ante la Princesa antes de fijar su mirada en Ashara.

"Lady Dayne," dijo, ofreciendo su mano ante ella.

Cuando ella se levantó, con gracia pero una clara prisa por tomar la mano de Ned, él dejó ver una sonrisa.

"¡Vaya! Los norteños sí sonríen," pronunció ella con voz más grave de lo que Ned imaginaba pero tan melódica como la música del arpa del Príncipe. "Elia estaba segura de que me pediría un baile, Ser Stark. Por mi parte pensé que no se animaría."

Ned sabía que nuevamente enrojecieron sus mejillas cuando Lady Dayne miró hacia el piso, con un asomo de sonrisa en su boca. ¿Qué podía responder a eso?

"No soy un caballero," dijo al fin, mentalmente reprendiéndose por no ser más como Brandon, o incluso Lyanna, con la facilidad de tratar con cualquier persona. Pero ninguno de ellos ha tratado con una mujer como Ashara Dayne, pensó.

A ella no pareció importarle su forma de expresarse. Sonrió y asintió.

"Claro. En el Norte no llevan a los Siete. No pueden ser bendecidos por el Guerrero."

Ned asintió, y el silencio los inundó a ambos. A Ashara no le incomodaba, pero Ned buscaba la manera de seguir conversando, segur escuchando su perfecta voz.

"Los Antiguos Dioses," soltó de pronto. "Guardamos a los Dioses de los Primeros Hombres. Nuestros ancestros."

La sonrisa de ella se iluminó como si fuera la misma Albor.

"Compartimos ancestros, entonces," comentó ella.

Ned pudo ver sus ojos entrecerrándose un momento, su mirada dudosa. Durante unos breves segundos se sintó evaluado, como si ella buscara algo en él.

Fuese lo que fuese, Ashara lo encontró. O eso le pareció a Ned por su sonrisa.

"Me pregunto," comentó ella, juguetona y seria a la vez. "Me preguntó cómo sería casarse frente a un arciano, con los Antiguos Dioses bendiciendo esa unión."

Ned trastabilló ante sus palabras, logrando que una pareja que bailaba junto a ellos riera. Pero eso no importaba ahora.

"Tal vez..." comenzó a decir, pero no acabó porque en ese momento fue interrumpido por los labios de Ashara sobre los suyos. Fueron segundos, un instante que acabó demasiado pronto, pero fue suficiente.

Los dos sonrieron. Otros los veían, pero ya no importaba.

"Tal vez," confirmó Ashara.


Esta es una muy atrasada participación en el Reto Especial de Navidad del foro "Alas Negras, Palabras Negras". Se sentó en mi pc por meses, y hasta hoy lo publico, atrasado, pero igual con mucho cariño para Nymph Malfoy. Espero que te guste :)

Obviamente, los personajes son del abuelito George R. R. Martin.