Holo o3o (? xD Como están criaturitas del señor? (Frase del ElRubiusOMG xD) Bueno aquí otro fic; como dije que haría n_n Me alegro mucho de que les haya gustado mis otros 2 fics x3 los amo y me hicieron muy feliz x) Gracias por sus Reviews ;). Sin mas que decir –escribir mejor dicho- los dejo que lean ^^
•Diálogos
• Narración
Disclaimer: Fairy Tail no me pertenece, sino que es propiedad por el gran Hiro Mashima-sensei.
Esta historia esta basada en un libro que leí. En el libro el pasado de la personaje principal es idéntico al de Lucy o.O xD
The Winner
El abarrotado y estruendoso club reverberaba con el marcado golpeteo del bajo, y Lucy levanto una vez mas la mirada de la mesa. El número le desagradaba sobremanera. Sin lugar a dudas este podría continuar durante una hora, sin mejorar. Era un grupo malo, con equipo deficiente y un pésimo vocalista. Más aun, casi arruinaban la atmósfera de Fairy Hills, el principal lugar de reunión en Magnolia de los nuevos grupos sin contrato.
Por lo general, Lucy disfrutaba mucho su estancia en ese sitio y observaba con entusiasmo a los brillantes y talentosos jóvenes de Magnolia, mientras trabajaban teniendo como telón de fondo una pared de ladrillos rojos y duras mesas y sillas de madera. Esa noche estaba aburrida, inquieta y hastiada.
-¿Otra bebida?- pregunto Sting y señalo la copa, al tiempo que arqueaba una ceja.
Lucy negó con la cabeza. -Para ser sincera, preferiría irme- respondió ella. Su mirada recorrió el club y suspiro. –Creo que en esta ocasión Max escogió a unos perdedores. Esta banda nunca llegara a sitio alguno-.
-Estoy de acuerdo- comento Sting y asintió. Se puso de pie. –Vamos, te llevare a tu casa-
Salieron del establecimiento y caminaron por los callejones empedrados. Pasaron cerca de las oscuras aguas del rio que atravesaba la ciudad, en dirección al laberinto de calles que había cerca del Parque central.
Lucy trabajaba Fairy Tail; un prestigiosa y reconocida disquera, desde hacia mas de un año y parte de su trabajo consistía en asistir a las reuniones musicales de las bandas sin contrato, en los sitios de reunión de Magnolia.
Con frecuencia iba acompañada por Sting, quien también trabajaba para Fairy Tail. Aunque sus reportes no eran oficiales, eran escuchados con interés por el jefe Makarov, quien siempre estaba en búsqueda de nuevos talentos.
Sting abrió el coche y su cuerpo alto y robusto impactaba en la oscuridad.
Durante el trayecto a casa, el rubio comentó: -Hoy recibí una llamada telefónica de mis padres. Insiste en que consiga un empleo apropiado y en que deje en paz el negocio de la música.
Lucy sonrió y exclamó: -¡Padres!- su voz tenia un tono de camaradería.
Su madre murió cuando ella apenas tenia seis años de edad y la relación con su padre resulto un desastre. No le hablaba desde hacia cinco años.
-Actúan así por mi bien- explico Sting –al menos, eso es lo que dicen-.
-Siempre dicen lo mismo- indicó Lucy.
Su padre domino su vida durante años, la presiono con sus constantes ataques de ira e intento meterla en una caja marcada con la etiqueta "hija perfecta". Lucy se esforzó por vivir de acuerdo con lo que decía su progenitor, pero la caja cada vez se hizo más sofocante, hasta que ella la rompió en mil pedazos y se alejó sin mirar atrás.
-Por supuesto que menciono a las amigas- dijo Sting.
-Por supuesto- respondió ella.
Lucy apreciaba el anonimato que representaba Magnolia, y su libertad. Allí no había cajas que la oprimieran, ni ninguna presión para que ella fuera perfecta. En es ciudad podría ocultarse de todo eso, tomar un empleo cuando deseaba y vivir como si no fuera una Heartfilia.
-Quiere conocerte- manifestó Sting y su voz interrumpió los pensamientos de su amiga. –Supongo que no te interesara un almuerzo dominguero en 8-Island, este fin de semana-
Lucy se volvió y lo estudio con fijeza. El viento movía su cabello rubio sobre el blanco rostro. La ventana abierta dejaba entrar el frío y Lucy subió el cuello de su abrigo color escarlata para cubrirse mejor
Sting la vio y preguntó: -¿No?-
Ella se mordió el labio inferior antes de responder. -Bueno… pensé que habíamos acordado ser nada mas que amigos, ¿no es así, Sting?-
-Así fue- respondió el.
-Entonces, ¿esta invitación no modifica las cosas?-
Sting curvo su boca delgada. -Me encantaría que me invitaras un café…-dijo él, evasivo.
Estaciono el coche enfrente del apartamento de Lucy, en una calle tranquila bordeada de arboles y frente al río que atravesaba la ciudad. Ella observo que apaga el motor.
-Nos hemos visto durante seis meses, ¿no piensas que ya deberíamos movernos de la primera base?-
Lucy aclaro la garganta y sonrió. -¿Qué es la primera base?- Pregunto ella con tono inocente.
-Esto- respondió el. –Este trato social sin fin, con muy poco contacto físico, o mejor dicho sin contacto alguno-
Lucy cerró los ojos. -Comprendo. Quieres seducirme-.
El río y levanto sus delgadas cejas de color rubio, de las cuales una de ellas era atravesada por una cicatriz.
-¡Que invitación!- exclamo el. Abrió la puerta del auto y salió.
Lucy se mordió el labio inferior al darse cuenta de que él tomó sus palabras pronunciadas a la ligera, con mucha seriedad. ¿Cómo iba a salir ahora de esta situación?
Lo siguió por el sendero hasta llegar al edificio donde se encontraba su apartamento. Pensó en algo adecuado para desanimarlo, mas no podía pronunciar esas palabras en la puerta; tendría que dar la explicación una vez que estuvieran adentro. Sting de seguro se sentiría humillado al saber que ella solo bromeaba.
Lucy abrió la puerta y entro en el apartamento. Espero a que él pasara y dijo: -Preparare café. Siéntate-
Sting la tomó por la muñeca y sonrió. -No creerás que de verdad deseo tomar café, ¿o si?-
Lucy se puso tensa. -Sting…-
-No, cuando estas sola conmigo- dijo con voz muy baja. – ¿Te das cuenta de que es la primera vez que nos quedamos solos?- la atrajo hacia si y los ojos le brillaban al observar su rostro blanco. -¿No es increíble? ¿Cómo lo haces?-
-¿Cómo hago que cosa?- pregunto, intrigada e intentó pensar en la manera de librarse de ese abrazo indeseado.
-Mantenernos a todos a distancia- explico el al tiempo que posaba la cara en el cabello dorado de ella y aspiraba su perfume. -¡Hueles maravillosamente! ¿Es champú de vainilla?-
Lucy frunció el ceño e intento apartarse.- ¿Qué quieres decir con… "todos" ?-
El rió y deslizo las manos hasta la cintura de Lucy
-Todos tus acompañantes. Yo, Rogue, Hibiki, Ren, Eve… y quien sabe a cuantos mas has mantenido alejados. Hemos llegado al punto en que se hacen apuestas para ver a cual de nosotros deseas en realidad- la recorrió con la mirada y en seguida añadió con tono sensual: -Apuesto a que yo gano, pues pasas mas tiempo conmigo que con los otros-.
Lucy lo observo con incredulidad. -¡Ellos son solo amigos!-
El escucharlo decir eso fue como recibir una bofetada. ¡No podía hablar en serio! Eran hombres que vivían cerca y que se interesaban en las artes. A Warren lo conoció en la clase de arte que tomaba en las noches y a Laxus lo conoció debido a que tocaba en una banda local.
-Vamos Lucy- dijo él con cinismo, -no puedes engañarme- la observo de una manera como nunca lo había hecho. -¡Eres muy llamativa! Nada más hay que ver la ropa que usas: minifaldas, tacones altos y blusas ajustadas. Cualquier hombre que no este ciego puede darse cuenta de que necesitas que un hombre este a tu alrededor casi siempre. ¡Yo puedo notarlo!-
-¡No!- grito, impresionada. –Estas en un error. Mi ropa es como la que usan todas las jóvenes. Me gusta vestir a la moda…-
Bajo la vista para observarse. Vio la blusa negra con mangas, la minifalda con cuadros negros y blancos y los zapatos negros con tacón alto.
El levanto las cejas con incredulidad. - ¡Mentirosa! Se lo que deseas- al siguiente instante, la empujo contra la pared y la besó en los labios.
Lucy lo vio con los ojos abiertos como platos. Estaba tan sorprendida que no se movió durante un segundo. El beso fue apasionado por parte de él, mas no lo fue por parte de ella. Permaneció pasiva mientras consideraba que podría hacer, después de haber escuchado toda la información que Sting le dio.
¿Los compañeros de trabajo apostaban sobre ella? Todo su mundo se desmorono ante sus ojos. Ellos nada mas eran amigos… ¿acaso se equivocaba?
-Oh, Lucy…-Sting susurro sin ocultar que su deseo iba en aumento y sin importarle que Lucy permaneciera muy quieta y con los ojos desorbitados.
Lucy sintió su mano en su seno y se estremeció, apartándose de inmediato.
-¡No!- ordeno la joven
El la observo, sonrojado; en seguida su boca se tenso y atrajo a Lucy con fuerza. Ella gritó cuando su cabeza golpeo la pared.
-Quédate quieta- pidió Sting en un susurro. -¡Ya me canse de que te burles de mi! ¿Piensas que no me doy cuenta de lo que haces? Siempre me dices los guapo que estoy cuando salimos –otra vez deslizo su hasta su seno, de una manera agresiva, y la lastimo con deliberación. –Eres la mujerzuela que he conocido. Quieres que te obligue- su boca se apodero de la de ella y le dio un beso castigador. Luego murmuro: -Delicioso, Lucy… absolutamente delicioso-.
-¡Basta!- ordeno ella. Sin darse cuenta, empezó a luchar y a golpearlo. Comprendió que hubo un malentendido muy grande de parte de los dos. -¡Sting! ¡No!- exclamo Lucy, medio enfadada y medio asustada, al ver que él le tomaba los brazos y los colocaba atrás de su espalda. -¡Me lastimas!-
-¡Bien! Las mujeres como tu merecen ser…-
La puerta de la sala se abrió y sus rostros sonrojados se volvieron. Lucy esperaba encontrar a Levy y quedo sin aliento al ver en la puerta a un hombre algo moreno y alto, de cabello rosado.
-Deja a la señorita en paz- dijo una voz que ella había oído en su infancia.
Lucy observo que Natsu Dragneel daba un paso hacia adelante, como si saliera del pasado y entrara en el presente. De todas las líneas de ese cuerpo fuerte y delgado emanaba una amenaza, su rostro era en si una amenaza, parecía de acero; sus ojos jade tenían una mirada cínica y la boca formaba una línea dura.
Sting también lo observo y el ritmo de su corazón se alteró. -¿Quién diablos eres tu?- pregunto.
-Soy el hombre que va a tirarte los dientes de un golpe- respondió Natsu con tono amenazante. Cruzo los brazos en un gesto de autoridad y Lucy se estremeció, al igual que Sting, quien contuvo la respiración y la miró, alarmado.
-¿Quién es él?- le pregunto en un susurro.
Lucy estaba a punto de decir que no lo había visto desde que tenía seis años de edad, que él fue una de las figuras más apasionantes y misteriosas de su infancia y que no tenía la menor idea de lo que él estaba haciendo allí.
-Soy su amante- dijo el pelirosa antes que ella pudiera abrir la boca. –Además, soy muy celoso- avanzo despacio y entrecerró los ojos jade, Sting soltó a la rubia, abrió los ojos como platos y dio unos pasos hacia atrás. –A mi también me gusta colocarle los brazos detrás de la espalda, mas solo lo hago en la intimidad de nuestra habitación… y lo hago tres o cuatro veces en una noche-.
Sting buscaba a ciegas el picaporte. -Fue un error- balbuceo. –No volverá a suceder…-
Natsu le rodeo el cuello con una mano y lo acorraló contra la puerta.
-Soy un sádico- aseguro Natsu en un murmullo y sonrió al ver la mirada de terror de Sting. –Me gusta lastimar a la gente. Eso me enciende-.
Sting asintió. -Si, si, por supuesto. Comprendo, no volverá a suceder…-
-Bien- dijo el Dragneel y sonrió como psicópata. –Bien- abrió la puerta con la otra mano y con un movimiento rápido, sin soltar el cuello de Sting, lo coloco del otro lado y la cerró con rudeza.
Lucy escucho que Sting corría hasta su coche. Miro a Natsu a los ojos, con una mezcla de ira y agradecimiento. -No puedo creer que hicieras eso- comentó ella.
Natsu rió, se apoyó en la puerta y metió las manos en los bolsillos de su pantalón negro. -¿Viste su cara?- pregunto el pelirosa y los ojos jade le brillaron. -¡Desearía haberlo filmado!-
Lucy cruzo los brazos. En ese momento estaba demasiado agradecida para reclamarle que arruinara su reputación.
-¿Qué haces aquí, Natsu? ¿Cómo pudiste conseguir mi dirección?-
Él se apartó de la puerta y se acercó a la rubia.
-¿No te da gusto verme?- pregunto con voz fría, al tiempo que levantaba una ceja. Le recorrió el cuerpo con la mirada. –Debo decir que comprendo lo que quiso decir él al hablar de tu ropa. Te recuerdo peinada con una coleta al costado y usando vestidos rosas y calcetines blancos. No esperaba encontrar a un hada con botas negras y minifalda-.
Lucy se ruborizo y se apartó de él.
-¡Y yo te recuerdo usando pantalón de mezclilla y una chaqueta negra!- dijo ella a la defensiva. Observo el abrigo costoso y el traje oscuro que llevaba debajo de este, así como el chaleco y la bufanda blanca. -¿Debo asumir que tu motocicleta negra no esta estacionada allá afuera en este momento?-.
Natsu rió con ironía. -Correcto- dijo el Dragneel. –Vendí la motocicleta y compre un Ferrari con ese dinero-.
Lucy emitió un sonido extraño. -¿Hablas en serio?-
-Asómate, esta estacionado en la calle-.
Lucy lo estudio un momento y decidió que no le importaba si él decía la verdad o no. Se sintió mas relajada al empezar a olvidar el mal momento que paso minutos atrás.
Ahora que podía pensar con mayor claridad comprendió que Natsu no pudo haber conseguido la dirección con la familia, puesto que ignoraban donde vivía… ella se aseguro muy bien de que no se enteraran. Natsu debió contratar a un detective privado para encontrarla o hizo que la policía la localizara.
El la observo con intensidad y dijo entre dientes. -No pienses. Ven y siéntate, tengo algo que decirte-
El temor se apodero de ella y se sintió débil al contemplar ese rostro excitante y familiar.
-Algo sucedió…- señalo Lucy con voz ronca y al decirlo supo que era verdad. El pánico hizo que su corazón latiera con fuerza. -¿Hubo algún accidente?...-
El permaneció en silencio un momento con expresión seria.
-Natsu…- dijo ella.
Se sentía enferma y permitió que el la tomara de la mano y la condujera hasta la sala. Con la mirada recorrió el espejo dorado que colgaba en la pared, las pinturas colocadas a intervalos irregulares, la planta sobre la mesita japonesa, la fotografía del novio de Levy encima del televisor.
-Siéntate- ordenó él con vos profunda.
Sin pronunciar palabra alguna, Lucy asintió y su mano se aferro a la de él cuando iba a soltarla. No podía hablar. Con suavidad, Natsu la empujo hacia la silla y se coloco a su lado; en seguida añadió:
-Es tu padre, Lucy- noto que ella palidecía. –Sufrió un ataque cardiaco. No esta muerto, no te preocupes; sin embargo, es algo serio y esta noche debes regresar a Acalypha-
-¿Ataque cardíaco - repitió ella.
¿Su padre estaba muy enfermo? De seguro el clan Heartfilia lo rodeaba, como si fueran buitres, desesperados por poner las manos sobre el dinero, la casa y los negocios. La piel se le cubrió con un sudor frío.
-¿Cuándo sucedió?-
-Esta tarde- respondió Natsu. –Yo me encontraba con él en la sala de juntas. Estamos solos. El firmaba algunos papeles, se quedo sin aliento y coloco una mano sobre su pecho…- los ojos jade la recorrieron y vieron como le temblaban los labios debido a la fuerte impresión. –No necesito entrar en detalles. Todo sucedió con demasiada rapidez, no tuvo mucho tiempo para sufrir. Estábamos en la ambulancia antes…-
La mente de Lucy trabajaba de prisa y escuchaba esas palabras frías y calmadas sin prestar toda su atención. Parte de su mente luchaba con desesperación para no perder el control, al sentir que sus dos mundos chocaban con impacto, como si fuera un tren que de pronto se viera obligado a cambiar de vía y se precipitara hacia la destrucción.
¿Regresar a Acalypha? Ella no podía hacerlo. Su padre la odiaba, la desheredo cuando escapo de casa, la saco de Heartfilia's y la repudió. Respecto al resto de la familia… la joven resultaba una molestia, la heredera que no le permitía manipularla a su antojo y no se dejaba poner la camisa de fuerza marcada con la etiqueta "Futura Ama de Heartfilia's".
-Él no me verá- aseguro Lucy con un susurro fiero, y al ver que Natsu iba a hablar, lo interrumpió y añadió: -Créeme, lo conozco. ¡No me verá!-
-Él preguntó por ti- informo Natsu y levanto las cejas rosadas. El silencio reinó por unos momentos
-¿Preguntó por mí?- repitió ella. -¿Estas seguro?-
Una sonrisa sardónica apareció en la boca del Dragneel. -Yo viajé con él en la ambulancia. Me pidió que te encontrara y te llevara de regreso-.
Lucy trago saliva. -¡No lo creo!-.
-Eso depende de ti, mas no cambia las cosas- indico él. –Vendrás conmigo esta noche, aunque tenga que arrastrarte todo el camino-.
La rubia se puso de pie y lo observó. -¡Entonces… tendrás que arrastrarme!- exclamo con fiereza. –Conozco a mi padre mejor que tú. ¡Soy su única hija! ¡Puedo asegurarte que me odia!- las lagrimas calientes humedecieron sus ojos. -¡Siempre me aborreció!-.
La boca de Natsu se tensó. -Puede morir, ¿no te importa?-
-¡Por supuesto que me importa!- grito con furia. Lo miró, incapaz de comunicar su gran temor al pensar en volver. –Sin embargo, yo no le importo, nunca le importe. Él solía…-hizo una pausa llena de amargura. -¡Oh! ¿Qué objeto tiene? Tú no eres de mi familia. ¡Nunca lo entenderás!-
Le dio la espalda, cruzo los brazos y camino por la habitación con la mirada fija en e suelo, mientras intentaba calmar sus precipitados pensamientos. Papá… ¡Si pudiera creer que él deseaba verla! Si eso fuera verdad, correría descalza hasta Heartfilia's, pero lo conocía bien. El dejo todo muy claro durante su niñez.
Ella no era una Heartfilia, sino la viva imagen de su madre y el odiaba a su madre mucho mas de lo que la odiaba a ella.
-¿No entendería?- preguntó el pelirosado. –Haz la prueba-.
Lucy negó con la cabeza y permaneció en silencio. Natsu la tomó por los hombros y la volvió para que lo viera. Añadió: -Dije que hicieras la prueba, Lucy. No me iré sin ti. Deseo escuchar si piensas que hay una buena razón para todo esto-.
Lucy lo vio a los ojos. Sentía las lágrimas en los suyos. -¡Es una larga historia!- aseguro ella. -¿Tienes un par de días?-.
-Muy graciosa. Inténtalo de nuevo- dijo él y su boca se endureció.
Lucy lo estudio un momento, suspiro y bajo la vista. Paso una mano por sus hebras doradas. -¿Recuerdas a mi madre?- preguntó la rubia. Natsu asintió y entrecerró los ojos.
-Layla. Estuve muy molesto cuando ella murió-. Comento él. Lucy hizo una mueca.
-¡También lo estuvo mi padre!- hablo con amargura. –Estuvo tan molesto que no menciono su nombre desde entonces-.
Natsu frunció el ceño. -Eso noté, aunque nunca supe el motivo. Me fui… ¿recuerdas? Me fui poco antes de su muerte-.
-¡Ah!- exclamo Lucy y en su boca apareció una sonrisa que no llego a sus ojos. –Entonces, ¿No lo sabes?-
Natsu le oprimió los delgados hombros. -Deja de hablar con acertijos. Sé más explícita-
Lucy lo estudio un momento largo; en seguida aparto la vista y con voz apenas perceptible, respondió: -Mi madre murió en los brazos de uno de lo mayordomos. Viajaban en un tren, se encontraban entre magnolia y Hargeon. Estaban en un compartimento cuando el tren se descarrilo en las afueras de Magnolia, en un bosque. Cuando encontraron los cuerpos, ellos estaban desnudos… en la cama- la voz de Lucy se hacia mas fuerte con cada frase que pronunciaba. Hablaba con voz helada, tan helada como su piel. –Huían juntos. Ella había dejado a mi padre-.
Hubo un silencio un poco incomodo, Natsu la observo, calmado. Lucy lo miró; le temblaba la boca y añadió con voz ronca: -Él nunca la perdonó, a pesar de que esta muerta- se apartó y dejó caer las manos a los costados.
Natsu estudió el cuerpo delgado, notó la tensión en sus hombros, espalda y cintura y vio la manera en que inclinaba la cabeza. Era muy vulnerable y muy joven.
-El coloco todos sus retratos en el ático- continuo Lucy. –Cualquier rastro que pudiera quedar de ella en la casa, y no me permitía mencionarla. Cuando llegaba a nombrarla, me enviaba a mi habitación, me encerraba con llave y no me dejaba salir hasta la mañana siguiente-.
El Dragneel la observo con expresión muy grave. -Lo siento. No tenia idea-
-Debes de haber escuchado algo- dijo ella con enfado y miró por encima del hombro. –Acalypha en un pueblo pequeño. Sé de que manera murmura- le busco los ojos con ansiedad y temor. -¿Has escuchado algo… acerca de mi? ¿Algún rumor?-
Natsu la estudio en silencio y luego asintió. -No puedo negarlo- respondió. -Murmuran-
La rubia esperó, con el rostro pálido. Natsu permaneció en silencio un momento, después se acercó a ella, coloco una mano bajo su barbilla y la levanto para ver sus ojos llenos de lágrimas. El añadió:
-Ha transcurrido mucho tiempo, Lucy. Tienes que perdonar y olvidar- levanto las cejas. –Debes perdonarlo mientras aun hay tiempo-.
Lucy observo el rostro moreno y una lágrima corrió por su mejilla. -¡No puedo! ¡Duele demasiado!-
-¿Mas que la muerte?- preguntó el pelirosa. La rubia contuvo la respiración y lo vio, sin habla. Natsu le estudio el semblante. –Piensa en él, Lucy. Trata de ser mas madura- al escucharlo, ella se ruborizo, mas no pudo responder. Natsu agrego: -Eso es lo que él enfrenta ahora. La muerte es terminante; te guste o no, eres su hija. Es el único padre que tienes. Debes verlo o lo lamentaras durante el resto de tu vida-.
Lucy no podía apartar la vista del rostro del pelirosa y poco a poco iba aceptando lo que él dijo. Tenía que ir, no había opción.
Trago saliva pues sentía un nudo en la garganta debido a las lágrimas anteriormente derramadas. -Iré a hacer la maleta- dijo rendida.
Natsu asintió, la soltó y dio un paso atrás. La rubia camino con poca firmeza hacia la puerta. De pronto, un pensamiento pasó por su mente y se volvió para observar al hombre alto y fuerte vestido de negro, quien acababa de hacer un hoyo en el muro que ella misma había construido a su alrededor. Preguntó:
-¿Cómo entraste? ¿Rompiste una ventana?-
El soltó una carcajada y mostró sus blancos dientes. -No, Lucy. Llame a la puerta, como cualquier ser humano común y corriente. La joven que vive contigo me dejo entrar-.
-¿Ya se fue a la cama?- preguntó y abrió los ojos como platos.
Con frecuencia, ella y Levy se despertaban una a la otra en tiempos de crisis y charlaban hasta el amanecer. Lucy necesitaba con desesperación hablar en ese momento, más que nunca.
-Ella recibió una llamada de su novio a medianoche- explico mirando su reloj. –Se apresuró a salir para encontrarse con él en algún club-.
Lucy se desanimo. –Gajeel… si, a menudo se encuentra con él después de una sesión musical-
-Espero que él sea mejor que tu novio- manifestó el Dragneel.
En el rostro de la rubia se mostró la ira, salió y dio un portazo. Comprendió que tuvo mala suerte de que Natsu apareciera en el preciso momento en que Sting se convertía en un monstruo de dos cabezas. Por otro lado, fue afortunada, puesto que el Eucliffe resulto más fuerte de lo que ella pensaba y mucho más demandante. ¿Cómo era posible que seis meses de amistad terminaran por una escena tan horrible?
Entro en el dormitorio, cerró la puerta y se apoyó en ésta, al tiempo que fijaba la vista en el tocador y en todo lo que había encima de éste.
Su tocador, su dormitorio. El que debió haber tenido cuando era niña y en cuyo espejo debió reflejarse la pequeñita bonita, adorada y sonriente que ella nunca fue.
En la pared, arriba de su cama, Mirajane Strauss; una famosa cantante y modelo, sonreía desde su hermoso retrato.
Lucy se vio reflejada en el espejo y observo la imagen de una joven sensual, lista y autónoma, con cabello largo, y supo que su padre palidecería de ira al verla.
Los ojos se le llenaron de lágrimas. Él todavía tenía el poder de lastimarla, después de todos esos años. Desde hacia cinco años estaba ausente de ese mausoleo que era su casa y el dominio amenazante de su progenitor.
Nada había cambiado. Ella podría permanecer lejos durante diez o veinte años, puesto que el problema aun no se resolvía
Se acercó al armario y saco su ropa, la que su padre odiaría y la metió en la maleta pequeña. De pronto recordó las palabras de Natsu: "Piensa en el, Lucy. Trata de ser mas madura".
Despacio se dejo caer en la cama, coloco el rostro entre las manos y lloro. Pensó que ni siquiera conocía a su padre… ¿Cómo podría ponerse en su lugar? Lo único que conocía era esa sombra negra y aterradora que domino su niñez y que la obligo a vestirse con recato, a recogerse el cabello y que nunca le permitió llevar amigos a la casa.
Siendo niña, pudo soportar esa situación. Obediente y temerosa, hizo todo lo que le ordenaban y doblegó su personalidad para vivir dentro del molde que su padre le indicaba. La hija perfecta… al menos, él dejo de golpearla, perseguirla y censurarla.
Por desgracia, la mentira finalmente exploto. A los catorce años, ella ya tenia un cuerpo desarrollado y de pronto, los hombres empezaron a verla de manera abierta en la calle, estrellando sus bicicletas contras postes de luz o tropezando mientras la seguían con la vista.
Lucy disfruto de esta situación, puesto que era la primera demostración de agrado que recibía de los hombres y anhelaba tener atención.
La doble vida comenzó. En casa era sencilla, buena y obediente. En el exterior, libre. Libre para mover las caderas, soltar su cabello largo y sonreír a los hombres que llenaban el vacío de su vida, al mirarla y silbar, haciéndola sentir adorada.
Por supuesto, todo termino en desastre. Apretó los puños, y las lágrimas humedecieron sus ojos nuevamente. No fue culpa suya, no pudo evitarlo. Tenia que volver el rostro hacia la luz del sol, escapar de la terrible y sofocante oscuridad de Heartfilia's.
En su mente volvió a escuchar la voz de Natsu: "piensa en él…" de pronto recordó a su padre. Por un breve segundo lo vio, humillado por su joven esposa, sufriendo un devastador escándalo y teniendo que educar solo a su única hija… una niña que era la imagen exacta de su madre.
Esa imagen abandonó su mente y se sintió sola y confundida. ¿Por qué su padre nunca pensó en ella?
Natsu llamó a la puerta. -Quiero llegar a Acalypha antes del amanecer, Lucy- su voz la saco de su sueño. -Apresúrate-
La joven cerró la maleta y se puso de pie. –Ya voy-.
El abrió la puerta y la sorprendió. Estaba de pie a mitad del dormitorio y la luz iluminaba mas su dorado cabello.
Natsu recorrió con la mirada la habitación, noto la feminidad de ésta, el encaje, las perlas, el perfume, el retrato y Mirajane Strauss… y Lucy en el centro, con el cabello largo sobre hasta su cintura, grandes senos, pequeña cintura y caderas redondeadas; un verdadero paraíso erótico.
-Un fondo espectacular- comento él con voz suave, al tiempo que metía las manos en los bolsillos de su pantalón negro y separaba las piernas con un movimiento de autoridad masculina, el cual hizo temblar a Lucy. La observo con detenimiento y añadió: -Tú eres la estrella- La rubia permaneció en silencio. -¿Cuántos shows a la semana?-pregunto con malicia. -¿O acaso no eres de las que?... tal vez te gusta que tus hombres…-
-¡Natsu, no!- murmuro Lucy y aparto el rostro. Él se detuvo y la estudio en silencio.
La joven observo el cuerpo delgado, fuerte y muy masculino, el cual parecía dominar la habitación y su mente.
Lucy vio diversas imágenes que pasaron por su mente: la bufanda blanca en el suelo del dormitorio, el cuerpo fuerte que la obligaba a acostarse en la cama, los ojos jades que la miraban con ardor… Se aterró.
El Dragneel la observo un segundo y con seguridad pensó que estaba loca.
-De acuerdo- dijo él. –Vámonos-
Lucy camino hacia él sin levantar la vista, consiente de la presencia de Natsu y odiándose por eso. Al pasar por su lado, volvió a sentir atracción entre ellos. Su temor fue tanto que casi supero el que sentía por la vida de su padre.
¿Reviews?
Bueno aquí esta ^^ se que no es muy bueno el capitulo, pero denle una oportunidad; es el primero xD Y gomen si es muy largo o.o
Por cierto Feliz Dia de San Valentin ^^ (Luego subiré mi fic nalu de San Valentin que se me ocurrió la otra noche ._.) xD
Esta basado en una novela que me gusto mucho ^^
Bueno, me despido. Saldré a matar gente con mi "fierro golpeador de parejas felices" owo/
Se despide, Roci-chan (^w^)/
