Cuando supo la verdad sobre Snape, después de haber acabado con Voldemort, Harry decidió investigar sobre el pasado de Snape, quería conocer más. Por eso fue a la antigua casa de su niñez, después de una larga búsqueda. La casa estaba en muy precarias condiciones, vieja y sucia. Harry ingresó y se envolvió en ese ambiente sombrío muy propio de la oficina de Snape. Se movió de cuarto en cuarto, en búsqueda de fotos, cartas, lo que fuera que le contara a Harry más de él. Entró a la sala y en la mesa observó muchos pedacitos de papel esparcidos por toda la mesa y suelo, se acercó y vio escritura en ella, le dio curiosidad y comenzó a juntar los pedazos, busco meticulosamente esperando que no le faltara ninguno, cuando los tenia juntos apuntó con su varita y dijo "Reparo". El escrito estaba ahí, como nuevo, Harry decidió echarle una mirada.
Para ti, Lily
Este poema que nunca leerás
Se infla mi pecho y me causa dolor
Duele por un desamor
Duele como no había imaginado
Duele y me deja desconcertado
Ahora que no estás
Mis versos son tristes letras sinuosas
Mi lápiz escribe con letras llorosas
En sueños fantaseo volviendo atrás
Ahora que no estás
Solo vivo en el mundo del quizás
Quisiera volver a verte y hablarte
Quisiera decirte todo y por siempre amarte
Experiencia bella y embustera
Metáforas melancólicas tocan una sola canción:
"Se cae el cielo, se muere el sol,
La lluvia se hace corta y no toca mi corazón"
Ver tus fotos me causa una nostalgia amarga
Oler tu perfume en mis ropas es un vicio que aletarga
Cuando al fin entiendo lo que es el dolor,
Mi corazón comprende que eso es amor
Me enamoré de ti sin ti
No aproveché cuando debí y por eso perdí
No vi el modo ni el momento de hacerlo
Al final no era cuestión de verlo
Sino de desearlo, quererlo...
Algo que pudo ser y que dejó de serlo.
Discúlpame, con todo mi corazón...
- Severus...- dijo Harry luego de leer varias veces- cuánto sufriste...
Fue una agradable sorpresa toparse con ese talento escondido de Snape. Caminó lentamente hacia la ventana, se hacía tarde, la primera estrella hacía su aparición. Era momento de regresar a casa, volvería otro día. Caminó con la noche creciendo a sus espaldas mientras en su corazón el respeto por Snape aumentaba. Ese gran hombre que amó como ningún otro.
