-RIDÍCULO-

Lo cierto era que muy pocos conocían la personalidad del general Winter Sokkaro; puede que se tratara de un tirano, sería una excusa valida para explicar ese extraño atuendo pero lo cierto era que aun más tirano resultaba Marian Cross, de eso a muy pocos les cabía la menor duda en especial a Allen Walker.

Posiblemente detrás de esa mascara de hierro se escondiera un monstruo sediento de sangre, tan sanguinario y despiadado que nadie podría dar fe de esa teoría. No había que descartar la posibilidad que detrás de esa apariencia de hombre cruel se escondiera uno sentimental; sino, porque Lau Jimmin el monito de Klaud solía arrojarse a él cada que lo tenía cerca y mecerse sobre su brazo sin que Sokkaro dijera algo.

La verdad es que ni siquiera los demás generales o los exorcistas bajo su mando conocían al hombre; tan solo sabían que era rudo de modales y su atronadora voz se dejaba oír a varios metros, por no mencionar lo escalofriante y fría que esta sonaba, en definitiva prefería la soledad a encontrarse rodeado de un tumulto de personas.

Y ciertamente podría llegar a rivalizar con Cross por el titulo de insensible y cruel, Komui tuvo que reaccionar con rapidez al notar sus gestos tan despreocupados cuando le informó que dos de sus hombres habían muerto a manos de un Noah y el tercero se encontraba desaparecido.

-"No son más que una bola de perdedores"- Fue lo único que el jefe de la orden lo escuchó decir, antes de que le diera la espalda y se alejara de ahí soltando algunas peroratas.

Chasqueo la lengua molesto cuando se percató que había entrado a la capilla de la orden; era por demás absurdo que existiera un lugar así dentro de la torre, aunque al menos el tono lóbrego del lugar le animo un poco. Apartó la vista de la hilera de veladoras prendidas y noto a la mujer; con el rostro levantado, los ojos cerrados y sus mejillas cubiertas de lágrimas.

-"¡Ehh! Klaud así que tus estúpidos exorcistas también murieron"- Le habló restándole importancia a su mofa.

-"Esos estúpidos como tu los llamas combatieron y murieron como héroes, sacrificaron sus vidas para que personas como tu y yo podamos estar ahora de pie"-La voz de la rubia sonó pausada y melodiosa, algo a lo que no estaba acostumbrado.

-"Ridículo"- Le dijo. –"Es ridículo que llores por los muertos, eso no los traerá de vuelta. No entiendo porque las mujeres lloran por cosas tan insignificantes y por todo". Puntualizó antes de echar andar hacía la salida.

Pero entonces lo vio, entre las demás insignias marcadas con los nombres de aquellos que recién habían muerto por obra del Conde, reconoció las placas de mayor tamaño y que correspondían a los exorcistas, su mirada se fijo sobre tres de ellas pues conocía de sobra esos nombres, las miró con interés un tiempo como si quiera ver a través de ellas, pero entonces sonrió con ironía.

Porque le resultaba completamente ridículo esa opresión que se había formado en su pecho, algo dentro de él comenzó a molestarle y un sentimiento de vacío se formo en su interior, entonces sin saber porque le agradeció a los tres exorcistas por sus servicios prestados antes de abandonar el lugar.


Me gusta este general, es en cierta medida algo misterioso ¿no creen?. Bno pues una rápida idea que llego de la espontaneidad de mi mente XD.

Gracias por leer y por sus comentarios.

-Sherrice Adjani-