Disclaimer: Ni Fairy Tail ni sus personajes me pertenecen, puesto que pertenecen a Hiro Mashima. Esta historia esta hecha sin fines lucrativos.

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1.- Neblina

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(Soundtrack: Akira Senju – Violoncello's Lament)

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—Mou~ Natsu… —Lucy resopló con suavidad, haciendo que un mechón de su flequillo se balanceara—, deberías ser un poco más precavido.

Esperó ver alguna reacción en el muchacho, parando su tarea momentáneamente para mirarle, obteniendo únicamente un refunfuño de parte de él, mientras seguía mirando con ahínco una de las paredes de aquella habitación. Suspiró por enésima vez, volviendo a su tarea.

Aquella misión, se les había complicado más de lo que esperaban.

En principio, debían reducir a una banda de magos que estaban causando estragos en una provincia no muy lejana. Natsu, Happy y ella habían aceptado el encargo, puesto que Erza, Gray y Wendy, junto a Charle, habían salido a otra misión hacia un par de días. Todo había ido bien, hasta que un desquiciado usuario de magia de corte, los había intentado reducir literalmente a pedacitos.

Su compañero, se había lanzado contra aquel mago con todo lo que tenía, como era habitual en él.

Habían salido vencedores, no sin esfuerzo, aunque obteniendo como recuerdo bastantes cortes; algunos que, de seguro, dejarían cicatriz.

Se mordió el labio con suavidad, al ver el corte que Natsu tenía ubicado en la parte superior de una de sus piernas.

"Maldito inconsciente"

Aplicó la pomada con cuidado de no hacerle daño. Y es que, ¿por qué demonios tenía que ser así? Sabía como era. Lo conocía muy bien. Demasiado tal vez... Pero por ese mismo motivo, sufría. Sufría por la idea de que pudiera no salir tan bien parado como siempre esperaban. Porque entonces, ¿Qué haría? Sabia que aquel tema escabroso punzaba en su cabeza desde hacia algún tiempo. Y es que no lo había visto venir.

Bueno, tal vez si. O no…, seguía sin saberlo muy bien. Porque, ¿desde cuando Natsu había crecido tanto para sus ojos? Es cierto que hacia un tiempo habían dejado atrás la adolescencia, para convertirse en jóvenes hechos y derechos. Y Natsu no había sido para menos. Seguía conservando aquella sonrisa suya alegre y socarrona, y aunque ahora lo tuviera un poco más largo, su cabello rosa lo mantenía tan salvaje como siempre.

Pero ahora, Lucy tenía que alzar la cabeza hacia arriba para poder mirarle a la cara. Su espalda, conservando esa firmeza, se había vuelto mas ancha. Los brazos, más firmes y delineados, predominaban en su figura. Su cara, también se había perfilado, con los ojos ardiendo en ese verde jade profundo que, cuando se descuidaba, la dejaban aturdida. Contuvo un suspiro, parando de aplicar la pomada paulatinamente.

Era perfectamente consciente de ello. Sus sentimientos, habían evolucionado sin haberlos podido frenar, de una manera demoledora. Y ella, que siendo más adolescente se había preocupado por las citas, sin saber cuando encontraría a su persona especial. Irónico…

Abrumada, había intentado ocultarlos en lo más profundo de si misma. Porque estaba asustada. ¿Que pasaría si se lo contaba, y el no sentía lo mismo por ella? Levy, con mucha paciencia, le había repetido hasta el cansancio que ella era especial a los ojos de Natsu. Muy especial. Pero había decidido estancar el tema. Prefería estar al lado de Natsu que perderlo para siempre, porque eso si que no podría soportarlo.

Saco una de las gasas de la bolsa, desenrollándola con paciencia.

—¿Qué ocurre?

Lucy pegó un leve respingo, y paró momentáneamente su tarea para mirarlo. La había sacado abruptamente de sus pensamientos. Se veía un poco cansado, aunque seguía destilando aquella seguridad que siempre predominaba en él. A veces le daba la sensación de que esa mirada le taladraba.

—Nada —empezó a enrollar la gasa con suavidad encima del corte, para evitar que se infectara—. Deberíamos aprovechar y descansar —vislumbró como Happy se había quedado dormido hecho una bolita encima de la almohada de aquella cama, y no pudo evitar una sonrisa—. La verdad es que no hemos parado hasta hace un rato.

Natsu bufó y apartó la mirada de ella, para posarla nuevamente en la pared.

—Ya te he dicho que estaba bien, podía haber continuado hasta Magnolia. Hubiéramos llegado en unas cuantas horas. Eres tú, la que se ha empeñado en pasar la noche en una pensión.

—¡Estas herido! —Lucy, con la ira subiéndole a la cabeza, se arrodilló encima de la cama para confrontarle a la vez que apretaba el puño—, ¿Te has visto detenidamente? —le agarró una de las solapas del chaleco, aguantando a duras penas las ganas de zamarrearle—. Si hubiéramos continuado, ¡Podrían haber empeorado! ¿¡Porque tienes que ser tan terco?! —cogió aire con impotencia—. ¡Te estoy hablando! —alzó la voz, al ver que él seguía mirando a la pared.

Espero por su respuesta, mas solo obtuvo su silencio. Happy se removió en su improvisado lecho, inquieto, por lo que le dieron ganas de morderse una mano de la frustración. Desde hacía un tiempo, Natsu se había vuelto brusco y hasta un poco distante con ella, cosa que la tenia con los nervios de punta. ¿Por qué se comportaba así con ella? No habían peleado, ni siquiera habían tenido una de sus miles de estúpidas discusiones, y cuando empezó a comportarse así con ella, pensó que era algo temporal. Desde el terrible suceso de la perdida de Igneel, Natsu había estado ensimismado durante un tiempo, aunque luego regreso a lo que, en él, era habitual. Si bien era cierto que sus rasgos habían adquirido un matiz más serio, desde entonces solo relucían cuando la ocasión lo ameritaba.

Preocupada, había consultado hacía solo unas semanas con Gray la actitud de su amigo, el cual se limitó a mirar con profundidad la cerveza de su jarra durante un momento, para luego apoyar una mano en su hombro y, con voz inquieta, decirle que todo iría bien. Ella, que no había querido importunar a su compañero, había esperado pacientemente a que aquella actitud empezara a remitir, y todo volviera nuevamente a la normalidad, con el ambiente ligero y fresco entre ellos. Pero la verdad, es que había ido de mal en peor. Y ya no sabia que hacer.

Soltó con cansancio el chaleco, mientras notaba como le ardían los ojos por aguantarse las ganas de llorar. Bajó la mirada, que se cubrió con su rubio flequillo, y lentamente bajo de la cama. Mecánicamente, reunió algunos utensilios de baño, e impávida, se dirigió al aseo y cerró la puerta con delicadeza.

Y el cuarto se volvió a sumir en un silencio sobrecogedor.

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Observó por el rabillo del ojo como aquella puerta se cerraba, y quiso destrozar la colcha que estrujaba de manera salvaje con su mano.

Se estaba comportando como un imbecil, y era perfectamente consciente. Pero no podía evitarlo. Tenía tanta ira consigo mismo que, inconscientemente, se lo estaba haciendo pagar a ella también, cuando no tenia culpa de lo que le ocurría. Porque ella, no tenia culpa ninguna de que él la deseara de manera tan indómita de hacia un tiempo atrás. Cuando lo único que deseaba, era deslizar su mano ladrona y comprobar cuan suave era su piel de la espalda.

¡Por un demonio! Había intentado arrancarle la idea de la cabeza de pasar la noche en una pensión, porque, ¡encerrarlo con ella en cuatro paredes no era la cosa más segura en aquellos momentos! No cuando él no terminaba aún por acostumbrarse a aquella ansiedad que le retorcía las venas de tocarla por pura necesidad. Jamás hubiese esperado que el tema de las parejas fuese tan… particular con los Dragon Slayers.

Su mano dejo de estrangular la colcha, y posó su vista en su palma, dejando que el recuerdo le invadiera.

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(Soundtrack: Naoki Sato – Sakabatou)

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Tuvo que apoyar una de sus rodillas en el suelo, sintiendo que el aire que llegaba a sus pulmones no era suficiente. Aquel sádico cabronazo lo había traído prácticamente de cabeza desde aquel encuentro que habían tenido en aquella ciudad portuaria.

Erza, con la parte superior de la armadura medio en pedazos, y Gray con un hombro dislocado y una costilla rota, habían respirado con tranquilidad al ver que el mago que se tenía en pie no era nadie salvo el tragafuegos. Había conseguido dejar al bastardo hecho migas, aún teniendo una ceja y una muñeca partidas. Se volteó con seguridad, esperando ver a todos sus compañeros esperándole, pero no fue así.

Hasta que aterrizó en la idea de que no veía a Lucy. Demonios, ¿dónde estaba? Miró con curiosidad a Happy, que hasta ese momento tampoco se había dado cuenta de la falta de la maga celestial, preocupado en su mayor parte por la intensidad de la batalla que se había desarrollado. Cuando la polvareda empezó a disiparse, vislumbró un destello cerca del suelo. Las llaves. Esas eran las llaves de Lucy. Se acercó con presteza, y contempló, paralizado, a una inconsciente maga celestial.

¡Lucy!

Con los nervios recorriéndole los huesos, se agachó hasta la rubia e intentó despertarla. Hasta que observó, aterrorizado, como una de sus manos se teñía de un plomizo oscuro y un fuerte olor metálico y salado inundaba sus fosas nasales. Descendió su mirada por donde su olfato le indicaba la situación de la herida, hasta que reposo en el abdomen. Su mirada se mantuvo fija en la herida, mientras su garganta se cerraba en un doloroso aprieto.

Una de las lanzas de ese hechizo ha debido perforarla —comentó Erza con gravedad, tras llegar donde ellos dos se encontraban—, debemos llevárnosla —anunció con premisa—, necesita atención especializada, y la necesita ya. Se está desangrando.

¡No la toques! —bramó con ferocidad—, …no la toques.

El brazo sano de Gray se paralizó ante aquella orden y miro a su amigo, estupefacto. Lucía como si le hubieran arrancado la vida, con la mandíbula y los hombros irradiando tensión, e intentara protegerla incluso del roce del viento. Se acercó con cautela a su amigo, que se veía a punto de arremeter contra cualquiera que se acercara.

Natsu —llamó su atención suavemente, puesto que mantenía la vista fija en un punto a la nada—, necesitamos llevarla —acució, como quien habla con un niño pequeño, con toda la suavidad del mundo—. Es grave, y necesita atención. Lo entiendes, ¿verdad? —preguntó sabiendo la respuesta—. No vamos a acercarnos a ella, tú la llevarás.

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Recordó con pesadez como había tenido que esperar hasta que la anciana loca salió, y les aseguró que la rubia se encontraba fuera de peligro, aunque había estado muy cerca, y que necesitaría un tiempo de reposo. Según Erza le comentó después, parece ser que la anciana había tenido que repetirlo tres veces intentando llamar su atención, ya que él seguía sin moverse, mirando fijamente aquella puerta como si fuera un enemigo a combatir.

Apretó el puño con fuerza. Jamás había sentido un terror parecido. Si bien era cierto que eran magos, y que su gremio había pasado por muchas dificultades, habían conseguido salir victoriosos de las situaciones menos favorables. También era cierto que se perdían compañeros y valiosos amigos, aunque supieran a lo que se enfrentaban.

Lo cierto era, que él no había estado preparado, para verlo en ella. Y aquello, fue el detonante.

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Muy bien —Gray se sentó en el taburete de enfrente, lanzando sin cuidado el gin-tonic encima de la mesa—, vas a explicármelo, y vas a hacerlo ahora —aseguró con tono calmado de voz.

Natsu no pudo evitar una mueca, mientras seguía dando vueltas a su whisky de fuego. ¿Qué quería exactamente que le explicara, si ni siquiera sabía él lo que le había pasado? Únicamente era consciente de que le había invadido una posesión tan arrolladora, que no podía si quiera acariciar la idea de que otra persona la tocara, en aquel estado tan indefenso. Y era una cosa que lo tenía completamente aturdido. Porque ella no era un objeto, ni era algo de su propiedad. Aunque ese pensamiento fue como un puñetazo a la boca del estomago.

Incluso Happy había huido los últimos días de su compañía, y últimamente revoloteaba con Charle y Wendy, a causa del humor que portaba.

No estoy de humor, muñeco de nieve —respondió con cansancio—. Ni siquiera sé que es lo que debería explicarte —susurró de malas pulgas, mirando hacia otro lado.

Natsu —el aludido alzó la cabeza, un poco asombrado de que lo llamara por su nombre—, tú no te viste. Pausó por un momento, para continuar. —Parecía como si quisieras arrancarme un brazo en caso de que hubiera llegado a tocarla —su tono de voz disminuyó a medida que hablaba, dándoles un ambiente de privacidad—. Jamás había visto nada igual, pareciera que ni me reconocieras.

Cerró los ojos con cansancio. ¡Por un demonio! Desde entonces tenía aquel olor metálico incrustado en el cerebro y era incapaz de sacárselo. Pasó una mano por su cabello, despeinándolo más de lo que ya se encontraba, y poso su vista en su whisky de fuego, aún intacto.

No sé qué ocurrió exactamente —acuñó el whisky de un trago, y bajó el vaso con fuerza en la mesa, dejándolo boca abajo—. No sé si fue un efecto secundario por la pelea, o incluso los ácaros de la polvareda. No lo sé —aseguró con amargura—. Y pretendo dejarlo tal cual está.

Gray descargó un puño en la mesa, haciendo saltar tanto el vaso vacío como su gin-tonic —¿Qué dices, cabeza de cerilla? —pegó su frente contra la de él—, ¿Tal cual está? Una decisión muy lógica, si señor —masticó las palabras, como si le dieran dolor en la boca—. ¿No te has planteado porqué has reaccionado con ella, y no con nadie más, bastardo?, ¿Cuánto tiempo más vas a seguir haciendo que no hay nada?

Natsu se paralizó por un momento, para luego desviar su mirada a la adorable Mirajane en la barra. Le hizo un gesto simple para avisarla. Necesitaba otro whisky de fuego. Gray, con irá, soltó un juramento, para después acuñar su gin tonic de un golpe y bajarlo también con fuerza a la mesa, dejando el vaso boca abajo.

Me aburres, pedazo de carbón —escupió con ira, sin mirarle—. Pienso muchas cosas de ti, pero una de ellas no es que fueras un completo imbécil.

Observó como se marchó con paso decidido, pasando al lado de una emocionadísima Juvia sin hacerle ningún caso, dejando a la maga de agua con una cara total de preocupación. Resopló con cansancio, y se revolvió otra vez el cabello. Joder…

¿Un mal día?

Desvió la mirada a la camarera de melena blanca y sonrisa amable. Intentó devolverle la sonrisa, pero le dio la sensación de que solo pudo conseguir una especie de mueca.

Eso parece.

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A medida que el recuerdo se desvanecía, apretaba el puño con fuerza. ¿Qué no había nada? Soltó una risa irónica en su cabeza. Joder, ese era el puto problema. Había demasiado. Le había golpeado con una fuerza demoledora. Siempre había estado allí, dormido. Y deseaba que nunca hubiese despertado. Siempre había habido una mirada de reojo, o un roce mas alargado de lo normal. La preocupación más profunda y siempre pendiente a su vista. Desde hacia un tiempo era consciente de que ella había empezado a notarlo también, aumentando la tensión entre los dos. Casi quiso darse un golpe en la cabeza cuando cayó en la cuenta que ni Gray, ni Erza, ni Wendy, los acompañarían en esta misión.

Miró a Happy que reposaba tranquilo mientras murmuraba sobre pescaditos a la plancha. Nunca había reparado demasiado en temas amorosos, porque nunca habían sido de su preocupación. Tenia a Happy, a Lucy, a sus amigos y compañeros de batalla, y ese afán de superación y determinación que le impulsaba, para que su padre siempre estuviera orgulloso de él. Y aunque al principio fuera una situación llevadera, últimamente se estaba volviendo insoportable.

Porque los dedos le picaban cuando la tenia cerca, solo por la idea de querer acariciarle la piel del brazo.

Porque dormir se había vuelto un reto, cuando sus sueños estaban inundados con ella en todas partes. Ella en la ducha, ella en la encimera de la cocina, y ella en su cama, con los brazos abiertos, y siempre invitándole de manera sugestiva. Y en todos ellos apretándola contra él, y arrasándole la boca con desesperación, con una sensación irritante y punzante de la ropa estorbando.

Porque los huesos le retorcían de la necesidad, aumentándole el pulso frenético de las venas.

—Joder.

Porque, según presentía, las cosas iban a empeorar.

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N/A: Bueno, aquí esta. Recién salido de un tirón. He de declarar que me encanta Fairy Tail, aunque nunca me había puesto con la idea de sacar algo de ellos. Me encanta esta pareja, y supongo que seréis conscientes de que la historia girará alrededor de Natsu y de Lucy, aunque puede que demás parejas también los utilice de pasada.

Como autora de esta historia, he decidido profundizar en este aspecto. Si bien es cierto que el hecho de las parejas respecto a los Dragon Slayers no está muy claro, he decidido que tome un punto más maduro por parte de los personajes, puesto que tendrán que pasar por ello en algún momento, aunque puede que no se muestre en el manga original, claro.

Así mismo, voy a intentar que sus personalidades sean lo mas fieles posibles, obviando el hecho de que van creciendo, y las preocupaciones y los sentimientos son mucho más duros, realistas y complicados.

Bien, dicho esto y un bizcocho (?) espero que os guste la historia, y aviso de antemano que puede que haya escenas bastante subidas de tono y posibles lime o lemons, para que os vayáis preparando.

Las actualizaciones dependerán del tiempo que disponga, aunque siempre intentaré que sea lo mas rápido posible. Así mismo, también dependerá del grado de aceptación que tenga.

Aún así, agradezco de antemano todos los que lean mi historia, dejen un review o no (aunque siempre se agradecen las opiniones y los comentarios, puesto que al escritor nos guían y nos animan), y sobre todo, espero hacerles disfrutar, igual que disfruto yo al escribir.

Nos leemos!

Nindë.