Prólogo

En plena noche de navidad, un hombre con sombrero, gafas, mostacho y una gabardina gris, se dirigía a comprar un cartucho para su hijo. Sus pasos lo llevaban entre nieve, edificios propios de una ciudad, árboles decorados con bolas y desgracia, cuando llegó el juego se había agotado.

-Sígueme...-Tras la decepción de la noticia, escuchó una voz y, aunque en un principio era escéptico, su niño interior le hizo decidir ser guiado por sus palabras. Acabó entrando en una tienda esotérica, con grimorios, sustancias en botellas, muñecos vudú, velas, cartas de tarot entre otras cosas. Entre lo que miró algo le llamó más la atención que otra cosa. Un cartucho de 3DS con una P amarilla.

-¿Le interesa eso?-Le preguntó el dependiente, persona que escondía su cara en una túnica negra.

-¿Es el último juego de pokémon?-

-Sí, no encontrará nada mejor-30 yenes-Contestó el vendedor y el hombre acabó comprando.

A la víspera de navidad, Tsutomu Kaguja, un chico pálido, con gafas y pelo negro, abrió el papel de regalo y metió el juego en la consola y la pantalla se lo tragó mientras estaba en su habitación. Acabó en los cielos y empezó a caer mientras gritaba de miedo. Cayó a un río y un marill lo salvó y lo llevó a tierra.

-Me has salvado la vida... Muchas gracias-Dijo Tsutomu y marill empezó a seguirle.

Al mirar al frente se encontraron con Pueblo Paleta, pero como si fuera un lugar real, aquél juego daba esa sensación de inmersión que ninguno le había dado. Incluso le pareció que ese mundo era real, aunque la villa era más grande y le costó encontrar el laboratorio del profesor Oak. De repente se tropezó con alguien. Era un anciano calvo, de nariz ganchuda, piel clara y bajito, vestido de brujo que le miraba atónito.

-Tú... Eres un real. ¡No puedo creerlo! ¡Uno en mis ojos! ¡Y decían que estaba loco!-El viejo estaba maravillado. Rápidamente le llevó a su casa en las afueras. Pronto, Tsutomu notó que el pokémon de agua le seguía.

-Oiga, esto... Quisiera ser entrenador ¿Como puedo capturar al marill que me sigue?-Le preguntó al brujo.

-Mírame a mí y te enseño-La voz procedía del mismísimo profesor Oak, cuyo rattata dejó cansado al ratón con placaje y luego le lanzó una pokéball atrapándolo.

-Considera esto, como tu primer pokémon ¿Como te llamas?-Le preguntó al real.

-Tsutomu-Respondió este-Vengo de...-

-¡Del Mundo Origen, Samuel!- Le interrumpió el otro viejo-¡Es un real, Samuel! ¿Ves como era cierto? ¡Mira sus colores oscuros, no son como los nuestros! ¿Como es el mundo origen?-Le preguntó.

-Se te olvida presentarte Ésoter, pero ya lo hago yo: Tsutomo, este es Ésoter, el brujo de las teorías... Algo disparatadas... Pero, tal vez esta vez haya dado en el clavo, pero ¿Como lo llevamos a su mundo?-

-¡A la porra eso! ¡Yo quiero ser entrenador y vivir aventuras, paso de volver!- Protestó Tsutomu.

-¡Eso! ¡Todo el mundo debe conocer al Real! ¡Por fin me haré famoso! ¡Además, sabes tan bien como yo, que solo podría volver con el portal de un hoopa! ¿Donde vamos a encontrar a un pokémon tan raro?-Dijo excitado Ésoter.

-Puedo encontrarlo en mis viajes-Sugirió Tsutomu.

-Pero para un real es muy peligroso ¡Tengo una idea! ¡Venid conmigo!- Oak los llevó a una casa y llamó a la puerta, saliendo segundos después una anciana con moño negro y bajita.

-Hola, Samuel ¿necesitas mi ayuda?- El profesor pokémon le explicó a la mujer todo lo que había pasado y la presentó a Tsutomu.

-Tsutomu, ella es luna, curandera del pueblo ¿Por que no vas con ella durante tus aventuras? Eres un novato, no puedes ir solo-

-Bueno... ¡Como Ash!-Eso le gustó.

-Puedo dejar a una de mis aprendices al cargo de las curas ¡Espero ayudarte, Tsutomu!- Samuel le dio al real 5 pokéballs y una pokédex ya completada-

-Con ella, puedes saber todo sobre los pokémon que encuentres- Tras eso, se despidieron, dirigiéndose a la ruta 1.