Disclaimer: Sainte Seiya LC no me pertenece o ya seria rica... mentira, tampoco xD

Notas: Feliz Cumple Sca!

El fic lo hice cuando el Face me dijo que era tu cumple y en ese momento las manos me picaban y decidí escribir algo, me encontraba releyendo el manga de LC nuevamente asi que por esto esta pareja.

Advertencias: Exceso de azucar, y bueno pareja Yaoi e incesto pero leve. Lo suficientemente leve para decir que mi nombre es Angeles XD


Dulce...

Lo había comprobado y probablemente siempre lo supo, el ser que más amaba era su hermano, su otra mitad, siempre desde que eran pequeños había sido así y estaba seguro que lo seguiría siendo.

-Te he traído esto Defteros, espero te guste.

El menor al ser llamado salió de entre las sombras para aproximarse a su hermano y enfocar su vista en lo que traía y le estaba ofreciendo.

-Fresas... ¿me has traído fresas?-

Defteros ladeo la cabeza para enfocar su vista en las profundas facciones que adornaban el rostro de su hermano, sonreía y eso le hacía feliz. Se aproximó a él y sostuvo las manos de Aspros al mismo tiempo que este colocaba los frutos en las suyas propias.

El mayor aun sonreía y mientras lo hacía se acercó para retirar la fea mascara que le impedía a su hermanito probar lo que le había traído.

-Me las ha dado una de las doncellas del lugar a cambio de ayudarle con el mandado y como andaba desocupado porque el maestro no estaba, decidí hacerlo. Ven, vamos al cuarto. –

Sostuvo entre su mano izquierda la máscara mientras que con su derecha tomaba del brazo a Defteros; quien aún hacia un pozo con sus manos para sostener las fresas; y así guiarlo.

Una vez dentro, ambos se sentaron en el suelo apoyando sus espaldas en una de las camas, mirándose sin perder la sonrisa, porque ese tipo de momentos eran muy escasos, casi no compartían el tiempo juntos desde que llegaron al santuario y Aspros prefería disfrutar de ellos como si fuese el ultimo de su vida, acomodándose en el hombro del menor se decidio el tomar una de las fresas de las manos ajenas y la llevo a sus labios para así morderla.

Dulce, esa era una de las fresas más dulces que había probado y quizás esta iba a ser la mejor cosecha de Rodorio, enfoco su mirada entonces en la de su hermano quien se encontraba observándole fijamente con un leve sonrojo en las mejillas. Una sonrisa maliciosa apareció en sus labios.

-Esta te aseguro es la más dulce, ¿Quieres probar?-

El menor asintió un poco cohibido, estaba seguro que le habían pillado por Aspros mirándole bobamente cuando este saboreaba aquella fresa, ¿Acaso su hermano siempre comía tan sensual?

-Bien-

El mayor de los gemelos tomo la fresa entre sus labios y la acerco a los de su hermanito, este correspondió sin necesidad de palabras, mas por deseo que por otra cosa, quería saber cuál era ese sabor tan dulce del que su hermano hablaba. También, no se engañaba, quería probar los labios de Aspros. Se sintió bien cuando se encontró engullendo el fruto, tocando al fin aquel que creyó prohibido. No supo si era la fresa, pero los labios de su hermano le supieron tan azucarados, tan paradisiacos.

- Si, es lo suficientemente dulce para perderte en su sabor-

Hablo después de separarse, observando aquellos orbes que reflejaban su propio rostro. Aspros sonrió satisfecho, no creyendo completamente las palabras del menor, porque él sabía lo que aquel pensaba, el creía lo mismo. Más dulces que las fresas y que el azúcar mismo eran los labios de Defteros, el ser al que más amaba en la tierra.