Disclaimer: Naruto, su mundo y personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.
Advertencias: What if, Ooc, Gaara's POV.
Agradezco: De antemano sus R&R
Apenas habíamos llegado a Konohagakure; estos viajes diplomáticos definitivamente acabarían conmigo, de no ser por el endemoniado consejo no estaría aquí, aun tenia papeleo que realizar pero en cambio todo eso se había delegado a otras personas de cargos inferiores para que pudiera seguir las instrucciones que, según el consejo de Sunagakure, fortalecerían nuestra alianza con Konoha: mi unión en matrimonio con una kunoichi de dicha aldea.
El cansancio del viaje aletargaba un poco mis respuestas así que deje todo el papeleo rutinario de migración en manos de Temari, después de todo ella era la embajadora establecida de Sunagakure para Konohagakure.
Mientras Temari se encargaba del papeleo Kankurō se encargaba del hospedaje y de mientras yo esperaba mi turno para reunirme de nuevo con la Hokage, odiaba esperar...
Súbitamente se abrió la puerta del despacho, no me moleste en ver quien salia de allí, no estaba allí para ellos, al salir ellos me dirigí hacia la oficina que ya conocía: amplia, llena de papeles apilados en el piso y el escritorio de la Hokage.
En el momento en el que cruzaba la puerta note que alguien se deslizo cerca de mi para encontrar su salida silenciosamente, cítricos, su perfume capto mi atención pero no podía dejarme llevar por el instinto, hacia mucho que no lo hacia...
Di mi reporte y las noticias de la decisión del consejo a la Hokage aunque mi mente no se despegaba de la tentadora idea de seguir a la persona que había pasado junto a mi, hacia el mayor esfuerzo por controlarme mientras la Hokage me informaba que estaba de acuerdo con la decisión del consejo y que para el día siguiente tendría listos para mi los perfiles de las kunoichis disponibles para desarrollar el rol de mi esposa.
Finalmente logre terminar con la reunión, mis instintos casi me hacían perder la razón, hacia mucho que no sentía ni el deseo ni la necesidad que estaba sintiendo ahora: había encontrado una presa...
Debía controlar mis impulsos, acababa de llegar, no debía complicar las cosas ni poner en riesgo una alianza tan importante como la que tenia actualmente, mucho menos por una simple presa, un capricho personal; definitivamente no era algo conveniente, después de todo ya no era el adolescente que mataba sin razón y que vivía para probar su existencia: ahora era el Kazekage de La Arena.
Transcurrieron algunas horas desde nuestra llegada, había decidido dar una caminata para despejar mi mente y deshacerme del deseo de perseguir a mi presa, creo que ahora podía saber lo que sentían los depredadores enjaulados...
Curiosamente y por azares del destino de nuevo capte la fragancia de cítricos, ya estaba anocheciendo, casi no había gente en las calles y el cansancio había hecho mella en mi sentido común; sin notarlo ya estaba siguiendo la esencia de mi futura victima; lamentable, después de tanto tiempo no había dejado de ser un psicópata, solo lo había controlado por un tiempo...
Sigilosamente la rastree y di con ella justo cuando caminaba sola por un callejón ensombrecido, que oportuno, no podía dejar de saborear la cacería, lo estaba disfrutando; lentamente deje que la arena se deslizara en silencio y antes de que ella se diera cuenta estaba totalmente inmovilizada contra una pared. Sin esperar ni un segundo me apresure a cubrir su boca para evitar que gritara y me acerque a su oído para susurrarle:
-Haz silencio y todo sera mas sencillo...-
Me aparte para conocer el rostro de mi victima, de inmediato reconocí sus ojos...
-Hyūga...-
Susurre antes de tratar de reconocer exactamente a quien tenia entre mis manos; a quien estaba a punto de matar. Dedique un momento mas para observarla, sus grandes ojos blancos mostraban confusión y temor, sus cejas tensas denotaban su sorpresa, sentía su respiración agitada sobre mi mano, su pequeña nariz casi enrojecía anunciando el llanto que aun no llegaba, su cabello negro con destellos índigo caía en cascada sobre sus hombros, su rostro en general me era familiar pero no lograba ubicarlo.
El tenerla frente a mi me enloquecía, pero aun no actuaba, aun no la había matado; definitivamente los años me habían ablandado o quizás me habían hecho mas sádico, sentía el deseo irrefrenable de jugar con ella.
Acerque mi rostro a su cuello e inspire profundamente, quería grabar en mi mente el perfume de su piel, ella se estremeció, vi como su piel se erizó como reacción y al apartarme note que sus mejillas estaban sonrojadas, suavemente aparte mi mano de sus labios entreabiertos y de nuevo mis instintos tomaron el control, presione suavemente mis labios contra los de ella...
Lentamente me aparte y susurre contra sus labios:
-Hyūga... nos veremos pronto...-
Sin permitirle decir nada la deje en libertad y desaparecí
Definitivamente no estaba en mis cabales.
A.W.
