Para Diosa Luna, es cortito pero escrito con cariño. ¡Muchísimas felicidades!
NOTA: Utilizo la forma apocopada, Cass, de la versión en inglés.
Descargo de responsabilidad: Supernatural le pertenece a Eric Kripke, a Bobby Singer (el otro Bobby Singer, of course) y a la Warner Bros. Television, entre otros. Este drabble sí es mío.
FREE WILL
Cass es un alma vieja, llena de abismos de obediencia y sumisión, siempre con las alas manchadas de sangre. Es un guerrero. Recibe órdenes, las ejecuta. Nunca cuestiona nada, tan solo obedece porque no sabe hacer otra cosa…
Hasta el día en que todo cambia.
De Dean aprendió el libre albedrío, curioso don que Dios le negó a los de su especie. Entre demasiada televisión, muchos chistes malos y todavía más cerveza, Dean le enseñó a pensar por sí mismo, a tener una opinión a la que llamar propia, y a dudar de falsas lealtades que atentaban contra la creación de Dios.
Cass tiene ahora ojos de niño. Todo es nuevo, hermoso y terrible, oscuro y lleno de luz. Y los pequeños simios de antaño se le revelan complejos, intrincados, pero también de una simplicidad maravillosa, capaces de lo más horrible, pero también de lo más sublime. Y Cass aprende a reír (más o menos…), a sufrir y a decidir. Pero sobre todo, aprende a amar.
Y de los Winchester aprende qué es el sacrificio. Es un amor tan grande que desafía los estrechos límites de la envoltura carnal de los efímeros humanos. Y a pesar de todo, ahí está, ese dar y dar, lleno de pérdidas, de errores y de muerte.
Por eso, el día que apuñala a Billie para proteger a esa pequeña familia, rota tantas veces, lo hace porque así lo ha decidido. Porque quiere.
El Vacío de la muerte eterna sería preferible a eso. O peor aún, a vivir viendo el dolor en los ojos de Dean.
Y Cass ha elegido, sí, elegido, que no quiere más de eso.
