Tres niñas Pecosas

Evangelion pertenece a Gainax, este es un fanfic sin fines de lucro.

Contenido adulto

Desde la muerte de su madre, Shinji Ikari se la pasaba huyendo de las situaciones desagradables. Su padre lo había abandonado prácticamente al dejarlo con sus tíos. Sus tíos no lo maltrataban o le pegaban. Solo eran fríos e indiferentes. Su profesor particular era estricto con la disciplina y el muchacho aprendió que la mejor forma de lidiar con él era siempre disculpándose y pidiendo perdón por todo. El niño tenia pesadillas por las noche… el muchacho solo recordaba que eran referente a su madre desaparecida… ¿muerta?... Shinji trataba de recordar a su madre, pero el rostro de ella se le hacia difuso y borroso con el tiempo.

¿5?, ¿4?, ¿3?... ¿tenía 3 años acaso o menos? Gritos, sirenas, alarmas sonando era lo que escuchaba siempre en sus pesadillas. Su padre lo había dejado al cuidado de sus tíos y de vez en cuando veía a sus abuelos. Todos eran su familia por parte de madre, pero todos ellos no lo querían. Su padre les pagaba para que se hicieran cargo de él como si fuera una molestia. Ellos a su vez sospechaban que había sido Gendou Ikari el que había asesinado a su esposa. Shinji se sentía como si estuviera en un limbo.

Cada año, en el aniversario de la desaparición de su madre el niño iba a Tokyo-03 a estar con su padre frente a la tumba de Yui. Los dos solos guardaban silencio. El niño estaba cohibido y atemorizado ante ese extraño hombre que era su padre, ¡un total y completo desconocido! Fuyutsuki y otros empleados de confianza estaban a una respetuosa distancia de ellos.

-¡Vámonos!- Ordeno en forma escueta el padre al niño. Su tono de voz era suave y triste.

-Si- le replico el niño siguiéndole.

Gendou Ikari, ensismimado en sus pensamientos y en sus recuerdos, miraba por la ventanilla de la limousina mientras Fuyutsuki trataba de hablar con el niño. Shinji estaba diciendole al anciano cuantos años tenía, como estaba de salud, si sus tios lo trataban bien. El anciano hablaba en forma dulce y bondadosa con una calida sonrisa. El niño estaba entre los dos adultos. Armandose de valor el niño se dirigio a su padre.

-Padre…

-¿Qué?- Dijo el hombre en forma directa y seca mirando a Shinji a la cara. El niño sintio entre ellos un muro infranqueable.

-Nada- le replico Shinji bajando los ojos. Fuyutsuki solo guardo silencio mostrando su desaprobación con la mirada a su antiguo alumno

-Tendra que quedarse una temporada contigo… ¡sus tios se van de viaje!… - Le comento esperando ver su reaccion.

-Me estoy ocupando de eso- Dijo el comandante- se quedara en casa de Horaki… él tiene tres hijas de más o menos su edad…

Fuyutsuki solo fruncio el entrecejo. Gendou Ikari sonrio en forma sardonica.

-El funeral de una suicida no me parece un lugar apropiado para un niño y los dos vamos a estar muy ocupados con todo el circo que monto Naoko antes de pasar a mejor vida… en cuanto a sus tíos, vera que regresaran de su viaje en lo que todo se calme… ¡no pienso pagarles más si siguen insistiendo en pedirme más dinero!... Horaki puede ser su tutor permanente si lo veo necesario

El niño estaba algo confundido. Trataba de recordar en donde había escuchado la palabra "suicida" y su significado. ¿En la televisión o en algún libro?

-¿Un suicida no es alguien que se quita la vida a si mismo?- Pregunto con inocente curiosidad, pero no hubo respuesta por parte de los adultos.

La casa de los Horaki le pareció a Shinji muy grande en comparación con la casa de sus tíos. Era de dos plantas, con un amplio jardín de piedra japonés por el frente y otro de plantas en el patio. La casa lucia acogedora. La limosina se detuvo y los dos adultos bajaron primero del auto. Shinji fue con Fuyutsuki después de un momento de vacilación. Era la primera y ultima vez que vería al anciano hasta después de muchos años. No recordaba su nombre, pero le inspiraba mayor confianza que su progenitor.

Fuyutsuki se encargo de hacer las presentaciones. El señor Horaki llamo a sus tres hijas, les presento al nuevo huésped. Shinji se escondía detrás de las piernas de Fuyutsuki. El señor Horaki parecía incomodo. Al parecer su papel de tutor había sido impuesto por su todopoderoso jefe muy a la ligera y sin contar para nada con su consentimiento. Pero el niño no le parecía travieso, ni revoltoso. Al parecer era muy tímido.

-Shinji, ella es Nozomi, Hikari y Kodama ¡son mis hijas!

Las tres niñas eran pecosas y muy lindas. La mayor tenía una cola de caballo y una actitud más machorra. La segunda tenía su pelo dividido en dos coletas y era mucho más femenina. La menor tenía sus coletas levantadas como si fueran las orejas de un travieso animal. Shinji parecía que había perdido la facultad del habla y prefería mirar a las tres niñas desde las piernas del anciano. El anciano lo empujo con suavidad para que les estrechara las manos.

-Horaki ¡este listo! Pasaremos por usted más tarde…- Dijo el Comandante Ikari como despedida. Para Shinji fue igual a cuando lo dejo con sus tíos. El muchacho sabia que nada le valdría llorar, de pedirle, ni rogarle que no lo abandonara. Padre e hijo se separaron sin mirar atrás, ni decirse adiós.

El señor Horaki era cuando menos más afectuoso que su tío. Le enseño su habitación, al lado de la suya y en frente de las tres habitaciones de sus hijas. El hombre le ayudo a desempacar y a ordenar sus cosas y luego fue a su habitación a cambiarse. Al salir vestía de negro luto.

-Llegare tarde en la noche por cosas del trabajo, ¡sean amables con nuestro invitado!... Hikari y Nozomi háganse cargo de la casa mientras no estoy y tu Kodama ¡hazle caso a tus hermanas!

Shinji estaba presente en la despedida. El padre del muchacho esperaba a su subordinado vestido formal y lúgubre. Las niñas y él quedaron solos en esa casa ajenos a ese problemático mundo adulto.

Nozomi sonrió cuando se quedaron a solas. Había un montón de hojas secas en el patio y se tiro de espaldas sobre él. Kodama se le unió y entre risas se revolcaron entre las hojas. Hikari vio con severidad a sus hermanas mientras ponía sus puñitos en sus caderas.

-¿Pero que están haciendo? ¡Yo amontone esas hojas esta mañana sin que ustedes me ayudaran! ¡No se ensucien que ya vamos a cenar!

-Eres una aburrida Hikari… ¡lo volveremos a recoger después de jugar y antes de que llegue papa!

Hikari solo bufo muy digna dando a entender que mejor que así fuera. La niña fue a la cocina a preparar la cena. Shinji solo se limito a ver como las hermanas se tiraban las hojas secas una a la otra. El niño se preguntaba si debía unirse a su juego, pero al rato todo había terminado. Nozomi le daba un rastrillo y ella con otro recogía las hojas. Kodama recogía las hojas en una bolsa negra de basura.

-Ven, ¡toma un baño con nosotras!-Dijo Nozomi una vez que hubieran terminado

Shinji no puso objeciones y se dejo llevar por las hermanas. Había una gran tina de baño y los niños estaban desnudos, pero totalmente carentes de malicia. Kodama solo dijo en forma inocente al notar que el cuerpo de Shinji y el de ellas era diferente en solo una parte.

-¡Parece que tuvieras otro dedo!-

Los niños exhibían sus cuerpos asexuados y arranados sin pudor ni vergüenza. Las dos niñas apenas tenían una imperceptible rajita vertical entre las piernas. Nozomi poseía apenas dos chichones que le empezaban a sobresalir del pecho, una cinturita estrecha y caderas que estaban ensanchándose. Shinji estaba viendo a las dos hermanas reír y chapotear en la tina desde el otro extremo. Nozomi creía que Fuyutsuki era el padre de Shinji.

-¿Ese hombre malo también se llevo a tu mama?- Pregunto de pronto. Shinji replico:

-¿Cuál hombre malo?

-¡El jefe de tu papa y mi papa! ¡El Comandante Ikari!

-El comandante Ikari es mi padre…

-¡En serio! ¿Es verdad que mato a tu mama por que la sorprendió con otro hombre?- Casi grito Kodama. Los dos niños se le quedaron mirando. Nozomi solo entrecerró los ojos.

-Kodama… ¡ves mucha televisión!-Luego miro a Shinji con ojos acusadores-Tu papa es un hombre malo… ¡se llevo a nuestra madre hace como un año!…

-¡No sé nada de eso!... yo no vivo con mi padre desde que mi madre murió… vivo con mis tíos…- Trato de defenderse Shinji.

-Nuestra madre también trabajaba en GERHIN… ¡ella desapareció!… nos dijeron que murió en un accidente del trabajo… tu papa estaba en el funeral- Dijo Nozomi cabizbaja- ¡Papa nunca volvió a ser el mismo!…

-Yo estaba con mi padre en el cementerio, frente la tumba de mi madre… ¡ella también murió en un accidente!

-Y la muerta que estarán velando ¿será la mama de quien?- Se pregunto Kodama en voz alta. Nozomi solo le replico.

-¡No sé!... es mejor no comentarle nada a Hikari, ¡ya sabes como se pone!

Las niñas perdieron toda animación y alegría. ¿Qué clase de accidente y que trabajo hacían sus madres? Era la pregunta que los tres tenían en la cabeza. Como niños no tenían poder, ni forma de influir en los adultos para saber la verdad… o tal vez era la verdad a lo que temían. Era mejor creer que sus mamas iban a volver y que solo estaban desaparecidas.

Los niños fueron a sus cuartos respectivos a cambiarse. Al sentarse en la mesa Shinji se dio cuenta de que Hikari era la que llenaba el vacío de la madre en esa casa. Las niñas fueron a ver televisión mientras Hikari se ponía a lavar los platos. Ella tenía su edad y para llegar al fregadero tenía que montarse en una silla con un delantal de alguien del doble de su tamaño.

-¿Quieres que te ayude?-Pregunto tímido

-¡Gracias! ¡Eres muy amable!... solo limpia la mesa mientras yo lavo los platos… ¡esas hermanas que tengo!... ya ni me molesto en pedirles que me ayuden…

Cada quien se fue a su cuarto. Kodama tenía un cuarto de pequeña princesa y le enseño a Shinji sus muñecas y peluches. El niño se quedo jugando con ella al té y los bizcochos. El cuarto de Hikari estaba pulcro y ordenado, el niño lo veía desde la puerta sin atreverse a entrar. Shinji escuchaba a Hikari regañando a su hermana mayor por el estado de su cuarto mientras esta la ignoraba olímpicamente. Nozomi tenía su cuarto sucio y desordenado, más parecía el cuarto de un chico que el de una chica decía Hikari. Shinji sintió que su cuarto de huéspedes era sin personalidad. Se puso arreglarlo no solo para que fuera más cómodo, si no que reflejara lo que él era.

Esa noche Shinji fue despertado por un rayo. Una furiosa tormenta rugía y aullaba afuera de la casa. El muchacho sintió algo de miedo. Al ir a prender la luz se dio cuenta de que no había electricidad. El niño escucho sollozar a Kodama y a esta tocando la puerta del cuarto de su hermana Hikari. Shinji entreabrió la puerta de su cuarto. La niña entre sollozos llamaba a su hermana mientras abrazaba un peluche.

-Hikari… ¡déjame dormir contigo!... ¡tengo mucho miedo!... tuve un sueño feo…- lloriqueaba

Hikari le abría soñolienta la puerta a su hermana menor.

-¿Papa no ha llegado?-Pregunto. Kodama negó con la cabeza. La niña agarro de la mano a su asustada hermanita y la metió a su cuarto cerrando la puerta. Un violento relámpago ilumino las ventanas mientras el trueno estallo a escasos segundos de diferencia haciendo vibrar con su sonido a todos los vidrios de la casa. Nozomi salió asustada de su cuarto envuelta en una sabana como si esta la fuera a proteger. Shinji salió también de su cuarto. Los dos se miraron y sin decir palabra fueron a la puerta de Hikari. Los dos niños escuchaban retazos de la conversación de las dos hermanas

-…Los rayos son producidos por la carga positiva de la tierra y la carga negativa de las nubes, el relámpago es la luz y el trueno es el sonido producido por la onda de choque… -Le explicaba Hikari con dulzura a su hermanita. A Kodama la calmaba más la voz de su hermana mayor que la explicación.

-Por eso lees mucho y estudias ¿verdad?... para no tenerle miedo a nada- dijo ella más tranquila en los brazos de su hermana mayor. Shinji y Nozomi escuchaban afuera con algo de envidia. Shinji era muy tímido, Nozomi demasiado orgullosa, para tocar la puerta y pedirle a Hikari dormir con ella.

-Nozomi… ¿podría dormir contigo?- Dijo el niño- Yo… este… ¡no le tengo miedo a la tormenta!... es que es mi primera vez que duermo en esta casa…

-Claro… ¡por supuesto!...-Dijo Nozomi haciéndose la valiente- Yo tampoco le tengo miedo a la tormenta… ¡Kodama es una bebe miedosa!... yo solo salí de mi cuarto para cerciorarme que todos están bien.

Hikari y Kodama dormían plácidamente abrazadas mientras Shinji y Nozomi trataban de dormir pegados, espalda contra espalda. La tormenta aullaba con toda su furia. Los truenos estremecían los ventanales mientras el golpeteo de las gruesas gotas de lluvia parecía ser de granizo plomizo. El viento silbaba y aullaba como un animal herido. Los dos niños se sentían aliviados al sentir la espalda del otro.

-Shinji… ¿Tu papa no mato a tu mama? ¿Verdad?... son solo habladurías de la gente… ¿tampoco se llevo a mi mama? ¿No es cierto?

Shinji se hizo el dormido para no contestar preguntas de las que no sabia las respuestas. La niña se incorporo y vio que Shinji tenía los ojos cerrados y la boca entreabierta. Nozomi solo se acurruco contra él dándole la espalda y trato de conciliar el sueño.

-Ella sabia que se iba a morir- susurro- le pidió a Hikari que nos cuidara a nosotras y a papa un día antes… yo la escuche sin querer ¡estábamos todos juntos en un parque de diversiones! Kodama estaba con papa en los carros chocones… mi papa se puso furioso esos días y le dio un puñetazo a tu papa o eso escuche… sé que ese hombre vino a la casa con un ojo morado y hablo con papa en su despacho todo un día… papa nos dijo después que mama había sufrido un accidente…

La niña tembló a rememorar todo eso de nuevo, pero se sintió mejor al sacarlo de su interior. Lo que la carcomía por dentro era el no saber que había pasado en realidad. En intuir que había algo más que nadie quería decir. Shinji se termino de dormir de verdad. Era el mismo sueño, la misma pesadilla… pero esta vez no tenía miedo. "Solo quería mostrarle a mi hijo su brillante futuro" escucho como una voz lejana dentro de su cabeza. Nozomi también se había quedado dormida. Al final era mejor creer que su madre había desaparecido y que algún día iba a regresar.

En la mañana Shinji y Nozomi se quedaron dormidos hasta tarde. Hikari les tenía preparado el desayuno. La pecosa prefería hacer las labores de la casa o ponerse a leer y a estudiar en su tiempo libre. Si jugaba con sus hermanas era al escondite o a saltar a la cuerda. Shinji la encontraba muy seria para su gusto. Kodama prefería jugar a las muñecas todo el tiempo o estorbar a Hikari con la excusa de ayudarla a mantener limpia la casa o hacer la comida. Nozomi era más bien de gustos rudos y Shinji fue para ella como el hermano varón que nunca tuvo. Kodama era muy modosita y prefería imitar en lo posible a Hikari.

El señor Horaki llego al medio día muy cansado. Almorzó con sus hijas y su nuevo huésped. Shinji sintió por primera vez lo que era ser parte de una familia. El señor Horaki le dio una bolsa de caramelos a Hikari para que se los repartiera equitativamente y fue a dormir a su cuarto. Los caramelos eran caros y exquisitos. Hikari le dio cuatro a cada uno y guardo la bolsa en la alacena para merendar otro día.

Shinji y Nozomi estuvieron jugando en la mañana todos los juegos de video violentos que la niña coleccionaba y que siempre había tenido que jugar sola. Los dos jugaban una versión nueva de Halo después de almorzar. Luego jugaron futbolito en el patio. Nozomi era muy agresiva y su dominio del balón era abrumador. Aunque Shinji daba pelea no había logrado meter ni un gol. Tenía el cuerpo magullado y el orgullo herido por ser vapuleado por una niña. Nozomi no perdía oportunidad de jactarse y vanagloriarse.

-¡Esa es mi campeona!- Escucho Shinji a sus espaldas, al girarse se dio cuenta de que quien había hablado era el señor Horaki. El hombre continuo- ¡pero no me parece justo que la capitana del equipo y jugadora estrella del colegio se ensañe así con un principiante! ¿Qué te parece si te enfrentas con alguien de tu tamaño?

Nozomi estaba más que de acuerdo. El padre hizo sus calentamientos y luego se puso a jugar con su retoño. Nozomi jugaba muy bien y el tamaño del padre solo equilibraba el juego, no era una gran ventaja a la hora de la verdad. Estaban empatados y las otras dos hermanas vitoreaban a su padre cada vez que este metía un gol y abucheaban a la mayor cuando era esta. A Nozomi no le importaba y les sacaba la lengua diciéndoles perdedoras y fracasadas. La familia se divertía unida, pero Shinji no se sentía como parte de esa diversión.

El timbre de la puerta sonó y el juego fue interrumpido. Los niños seguían al señor Horaki hacia la puerta y al abrirla se encontraron con un hombre de sombrero y gabardina. Lo acompañaban dos policías. El hombre le mostro su placa a Horaki y se identifico como detective de Homicidios.

-Solo vine a hacerles algunas preguntas… no le tomara mucho tiempo…

-Niños… ¡vayan a jugar!... Hikari, prepara un poco de café y unos aperitivos ¡llévalos a mi despacho!- Dijo el señor Horaki sombrío y serio de golpe.

Shinji y Nozomi se pusieron a jugar un videojuego en la sala. Kodama se puso a jugar cerca de ellos con sus juguetes. Hikari preparaba café y los aperitivos en la cocina. Todos estaban muy serios. Hikari fue con una bandeja y se anuncio primero antes de entrar. Luego salió y subió a su cuarto. La puerta del despacho estuvo cerrada por una hora más. Luego los policías se fueron. El señor Horaki se veía cansado y deprimido. Llamo por teléfono y pidió una cita para hablar con el comandante Ikari por la mañana.

Esa noche las tres niñas fueron al cuarto de su padre y le pidieron dormir con él. Shinji los escuchaba con claridad desde su cama. El padre acepto y las niñas se pusieron muy contentas. Shinji sabia que no formaba parte de esa familia. Solo trato de conciliar el sueño. Las niñas charlaban y reían con su padre. El señor Horaki les dijo que tendría mucho trabajo esos días y que estaría poco en casa.

-¿Es por la mujer que se suicido? ¿Verdad?- Pregunto Hikari por fin

-Ustedes no entienden nada… ¡no es algo que unas niñas puedan entender!... estaré ocupado por el trabajo, ¡eso es todo!

Shinji no escucho nada más. Las niñas se callaron y se dispusieron a dormir.

El tercer día transcurrió normal para Shinji y las hermanas Horaki. Hikari hacia la colada mientras Shinji hacia zapping con el televisor. Kodama y Nozomi se le acercaron con aire conspirativo.

-Shinji… ¡ven un momento!- Dijo Nozomi. Shinji así lo hizo. Nozomi sonrió con malicia y eso le dio al niño mala espina-¿quieres un caramelo de los que trajo mi papa ayer?

-Hikari los guardo en la alacena y son para merendar después del almuerzo-Shinji era muy reacio a desobedecer.

-¡Aquí tengo uno! Solo no digas nada…- Nozomi mal disimulaba una malvada sonrisa. Kodama estaba expectante. El caramelo estaba envuelto en papel multicolor, entorchado en sus extremos a mano. Shinji lo desenvolvió con cuidado y se quedo mirando el caramelo mientras lo hacia girar entre sus dedos. ¿Cuál era la trampa? Shinji lo olisqueo y dio unas lamiditas exploratorias con la punta de la lengua aumentando la expectación de las dos hermanas. Finalmente se lo metió a la boca y dejo que el caramelo se deshiciera degustándolo con evidente placer.

Kodama arrugo la carita e hizo gestos de desagrado. Sus ojos saltones mostraban su incredulidad. Tuvo arcadas y ganas de vomitar. La niña se tapo la boca horrorizada y se fue corriendo al baño seguida de su hermana que se partía de risa. Shinji se quedo de una pieza. El delicioso caramelo seguía en su boca. El niño solo se encogió de hombros.

Después de almorzar Nozomi y Kodama volvieron. Hikari les había dado galletas para merendar, pero a Shinji le gustaban más los caramelos. Su galleta no la había tocado y seguía en su envoltorio. Nozomi empujaba a Kodama, esta se armo de valor y dijo:

-Shinji… ¿quieres otro caramelo?

-¿Qué se traen ustedes?-Pregunto Shinji con suspicacia. Nozomi salió corriendo para reírse a gusto en la cocina. Kodama tenia el caramelo en la mano y al quedar sola se acobardo. Nozomi regreso tratando de fingir seriedad.

-No nos traemos nada- Dijo Nozomi, ella saco un caramelo de su bolsillo y le dio otro a Kodama- Si no quieres ¡mejor! Más caramelos para nosotras…

-No, ¡No!... ¡si quiero!-Dijo Shinji sin poder reprimir su gula infantil. Kodama le dio el caramelo que tenia para él. El niño no lo masticaba, solo dejaba que se deshiciera mientras lo hacia girar sobre su lengua y lo movía de un carrillo a otro. Las dos niñas se le quedaron mirando como si Shinji hiciera algo extraordinario, ¡digno de un fenómeno de circo!, al degustar el caramelo en su boca. Shinji esta vez no hizo caso.

-¿Tienen más?-

Las dos niñas rieron entre ellas.

-Si tenemos más… te daremos una cada una… ¡solo espéranos aquí!- Dijo Nozomi mientras jalaba de la mano a Kodama.

Shinji no las espero. Las siguió sin que estas se dieran cuenta. La verdad era que las dos niñas estaban eufóricas por su travesura. Desde la esquina de la pared Shinji vio como Nozomi sacaba dos caramelos de su bolsillo y le daba uno a su hermana. Las dos se bajaron sus Short y sus braguitas y se pusieron en cuclillas como si fueran a orinar. Shinji se sintió asqueado al ver como las dos niñas "aliñaban" su caramelo respectivo con sus coñitos

-¡Las voy a acusar con su papa!... ¡se lo voy a decir a Hikari!- les grito apareciéndoles de repente.


Estaba lloviendo a cantaros y Shinji se había perdido. Iba por la calle vestido con pantaloncillos cortos y camisa a rayas. Trataba de recordar cual era la casa y la calle en donde vivían las hermanas. En su espalda llevaba un morral. El niño vio un paraguas abandonado en un basurero y fue por el con la esperanza de no mojarse más. Pero lo habían desechado por que no servía, las varillas de metal cedieron bajo la presión de las gotas de lluvia. El niño tiro el paraguas a un lado y volvió a la búsqueda de la casa de las hermanas.

A medida que caminaba se empapaba más y más de agua. Ya estaba oscureciendo. Al niño todas las casas y las calles le parecían iguales. Había poca gente por los alrededores. El niño les preguntaba por la familia Horaki a quien se encontraba y las personas le decían que no sabían. Finalmente una señora mayor parecía ser vecina de ellos. Al principio dijo no saber nada de los Horaki, pero Shinji tuvo la ocurrencia de preguntar si conocía a tres niñas pecosas que eran hermanas. La mujer sonrió y le dijo que siempre las veía pasar por el frente de su casa. La mujer le dijo que la siguiera, que iba para su casa y al lado vivían las tres hermanas.

Hikari regaño a Shinji por haber salido sin permiso. El niño guardaba silencio mientras Kodama y Nozomi le suplicaban con los ojos que no dijera el por que se había ido de la casa.

-¡Lo siento Hikari!

-¡Lo lamentas! ¿Crees acaso que con eso arreglas todo?... ¡¿Para que saliste en primer lugar?

-Salí un momento para dar una vuelta… ¡estaba aburrido!- Mintió el niño bajando la vista.

-¡No podemos salir de esta casa y mucho menos sin permiso!... ¡mi papa te lo dejo muy claro desde el primer día que llegaste!...

-Hikari, ¡lo lamento! No se volverá a repetir…

-¡Mas vale que a si sea o le diré a mi padre que no puedes vivir con nosotras! ¡Que te devuelva con tus tíos! ¡Nadie te quiere aquí si no vas a obedecer las reglas!- Hikari no se dio cuenta que había tocado la llaga de la herida. Shinji sintió que las lágrimas perlaban sus ojos. Sin piedad contraataco donde sabia que iba a doler más:

-¡Tu no eres mi mama!, ¡Ni la mama de nadie!… ¡no te hagas la madura conmigo solo por que eres una aburrida que se le olvido como ser una niña!

Hikari le dio una bofetada y Shinji le jalo una coleta. En el suelo se jalaron de los cabellos y se agarraron a golpes, patadas y mordiscos como si estuvieran en el patio del colegio. Nozomi y Kodama los separaron.

-Le voy a decir a mi papa que te corra de mi casa…- Le grito Hikari mientras Kodama la empujaba

-¡Pues yo le voy a decir lo que tus hermanas me hicieron con los caramelos que tienes en la alacena!... ¡Fue idea de ellas que saliera de la casa!

Hikari pareció apaciguarse. O mejor dicho, su enojo tenía otro objetivo. Con sus puñitos en las caderas encaro a sus hermanas

-¿Qué le hicieron ustedes dos y que tiene que ver con los caramelos?

Nozomi, a pesar de ser la mayor, prefería dejarle la responsabilidad de mujer de la casa a Hikari. Ella siempre había sido más apegada a su padre y le gustaba ser más el primogénito varón que responsable hija quisquillosa o tierna niña consentida. Kodama quería ser como Hikari, pero siempre secundaba a la mayor para la travesura y la diversión. Las dos confesaron cabizbajas y en forma entrecortada la travesura.

-¿Y para que salió de la casa Shinji?

Las dos niñas guardaron silencio.

-Se nos ocurrió que para estar en paz teníamos que chuparle su "pipicito" con leche condensada…-Dijo Kodama mirando para el otro lado y jugueteando con sus dedos

-¡Queeeee!-Grito Hikari en el colmo de la indignación.

-Yo salí a comprarla, ¡pero me perdí!- Confeso Shinji enseñándole las latas de leche condensada a Hikari. La tenía en su morral. Hikari se encaro a sus hermanas.

-¡Se dan cuenta de que hubieran metido en líos a papa si algo le hubiera pasado a Shinji! ¡Es nuestro invitado!

-¡Lo sentimos!- Dijeron las dos niñas a dúo

-¡Vayan a bañarse y hagan su cochinada para que estén en paz los tres! ¡Ahora mismo!- Sentencio Hikari en forma inapelable señalando con su brazo extendido las escaleras. Las dos niñas no se atrevieron a rebatir. Shinji se limpiaba a conciencia su pipicito con agua y jabón en el baño. Los tres niños estaban desnudos destilando agua. Nozomi y Kodama insistían en que Shinji se limpiara una y otra vez.

-¡Nada de eso!- Dijo Shinji- ¿Cómo se que no se metían el caramelo en sus agujeros después de orinar? Vamos a mi cuarto…

-¡Pero te echas bastante leche condensada!-Le replico Nozomi.

El pipicito de Shinji era apenas un moco de pavo. Una salchicha canija que colgaba de entre sus piernas. Cada niña estaba envuelta en su toalla. Shinji aderezo su pipi con un hilo espeso de la leche azucarada. Finas hebras caían al suelo. El niño se untaba con las puntas de sus dedos y luego chupaba de la lata. Las dos niñas se empujaban y discutían sobre quien iba a ser la primera. Shinji estaba de pie con las piernas abiertas.

-¡Hazlo tu Kodama!…

-¡Fue tu idea y nos descubrieron por tu culpa!-replico la niña. Con este último argumento Nozomi cedió. Ella se puso de rodillas y cerró los ojos con fuerza. Shinji le sujetaba la cabeza con una mano mientras con la otra levantaba la punta de su pipi. El niño sintió un cosquilleo al sentir la punta de la lengua de Nozomi tocar la punta roma de su pene. La niña echó la cabeza hacia atrás con violencia, se puso a escupir y a gargajear con la cara congestionada de asco y repulsión mientras se limpiaba la lengua lamiendo la toalla que colgaba de sus hombros. Kodama y Shinji rieron con ganas al verla.

-¡Ya cumplí!, ¡estamos en paz!

-¡Nada de eso! ¡Ni la tocaste!-replico Shinji

-¡Si la toque!

-¡No duraste nada! ¡Otra vez!... pero te lo metes en la boca y lo chupas hasta que yo te diga…

-¡No me pienso meter eso en mi boca ni loca!…

-Lámelo entonces- Dijo el niño sujetándole la cabeza con las dos manos- ¡Lame toda la leche condensada y estamos en paz!... después te tocara reírte de Kodama cuando sea su turno

La susodicha se puso seria de golpe al recordar que tendría que estar de rodillas como estaba su hermana y haciendo lo mismo.

-¡Pero te lavas tu "cosita"! No pienso lamer nada que tenga la saliva de mi hermana…

-Esta bien-Shinji encontraba todo muy divertido. Más que venganza era un juego para él. Ya no sentía ni odio, ni rencor contra las hermanas.

Nozomi empezó lamiendo las líneas de leche que se escurrían en las entrepiernas del niño. La niña trataba de evitar lo más posible el desagradable momento de lamer esa cosa que los niños usaban para orinar. Shinji sintió comezón y escalofríos, pero no dijo nada. Sujetaba con sus manitas la cabeza de Nozomi. La húmeda lengua se deslizaba por sus muslos como seda. La niña encontraba la leche condensada rica y dulce.

La niña sopeso con sus manitas las bolitas y la salchicha canija que imperceptiblemente se estaba empinando de a poquito. Nozomi se chupo la punta de sus dedos y luego empezó a lamer con la punta de su lengua en breves roces exploratorios. El pipicito del niño no sabia diferente a sus muslos. Con más confianza la niña empezó a lamer el pipicito y las bolitas con la punta de la lengua o con su lado plano mientras sus manitas le levantaban el pene para lamer por debajo o hacia a un lado sus bolitas buscando rincones o pliegues azucarados. El miembro del niño solo se dejaba manipular.

-¡Échate más leche condensada!-Dijo Nozomi

-No… ¡No!... ¡es mi turno y te echas bastante leche condensada!- Brincoteo y pataleo Kodama. La niña tomo de la mano a Shinji y fueron al baño. El niño estaba algo atontado. Entre las piernas sentía un hormigueo agradable. La niña le lavo su cosita con sus manitas, agua y jabón. Shinji cerró un ojo y se mordió los labios al sentir por primera vez en su vida una erección. Su miembro había aumentado de tamaño, grosor y largura. Kodama y Nozomi se asustaron al ver como la salchicha canija se inflaba y endurecía.

-Shinji… ¡Tu cara se puso roja!... ¿Te duele?-Pregunto Nozomi

-No… no es que me duela…

Kodama le toco en la punta de su pene con la punta de su dedo con algo de miedo. Luego lo toco del todo bajándolo para luego este saltar como tabla de piscina al soltarlo. ¡Estaba duro y firme!

-¡Esta tieso y caliente!-Dijo Kodama en forma inocente

-No me duele- Dijo el niño- ¡se siente bien!- El niño hizo como Kodama con su dedo. El niño estuvo blandiendo su palito de carne como si fuera una espada moviendo sus caderas. El aire acariciaba su miembro en forma agradable. La puntica de su glande se asomaba apenas de entre la piel de su prepucio. Su miembro se fue desinflando solito hasta volver a la normalidad.

-Kodama, ¡haz lo que hiciste otra vez para que se vuelva a poner duro y grande!- Dijo Nozomi

-No-Negó Shinji- Falta Kodama y estamos todos en paz… ¡ya mi pipicito esta limpio y como antes!

-¡Pero te echas mucha leche condensada!- Exigió Kodama agarrándolo de la mano para volver a la habitación. Nozomi estaba detrás de ellos.

Kodama, con lo que había visto hacer a Nozomi, no estaba para nada reacia a lamer y chupar del pipicito del niño. Para Shinji esta vez fue mucho más agradable que con la mayor. Como Nozomi, ella le levantaba el pipicito para lamer por debajo o hacia un lado sus bolitas. La niña no tuvo reparos de lamer a pasar a chupar el flácido y esmirriado pene del niño.

Kodama, con los labios apretados alrededor del pene, chupaba sonoramente bajando y subiendo su cabecita. Shinji sintió su pene inflarse y endurecerse de nuevo, pero eso no pareció importarle a la niña. Ella abrió más la boca y se trago también las bolas sorbiendo y chupando con más fuerza. El gusanillo del niño se iba empinando y Kodama tenía que retroceder meneando la lengua alrededor. Shinji tenía la cara completamente roja y la rajita de su pene se asomaba de su prepucio como un ojo. Su erección era completa y total. Al niño le dolía los esfuerzos que hacia su glande de salir de su estuche de piel.

-Kodama… ¡apártate!... creo que voy a orinar

La niña se aparto como el rayo. Shinji sintió los estertores y las convulsiones de algo que quería salir, pero no salía. Al niño su pipicito se había convertido en un mástil de carne. Los niños ya estaban por completo reconciliados. Se sentaron en la cama desnudos a esperar que a Shinji se le bajara la hinchazón tomando por turnos de la lata de leche condensada hasta que esta quedo vacía.

Las niñas fueron a sus cuartos respectivos a vestirse. Shinji se quedo acomodando el estropicio que habían hecho en el cuarto y en el baño. Se había vestido y su pipicito hacia un bulto en sus pantaloncillos. Al rato se fue encorvando y volviendo a la normalidad. Kodama y Nozomi le contaban con pelos y señales a Hikari todo. Estaban muy contentas y se habían divertido mucho. Shinji se les unió, Hikari aprovecho para decirles:

-Papa llamo… ¡estará ausente por unos días!… solo me dijo que no saliéramos, ni que le abriéramos la puerta a nadie…

Las niñas se pusieron alicaídas con la noticia. Ya era tarde y todo el mundo se fue a acostar. Shinji no podía conciliar el sueño en su habitación. Bajo a la cocina para beber un vaso de agua. Hikari leía un libro en la sala. El niño sintió que le hacia falta hacer las paces con ella.

-Hikari-Le dijo- ¡siento mucho lo que te dije!... pero me dio mucho miedo que me dijeras que me iban a mandar de nuevo con mis tíos… ¡ellos no me quieren, ni mi papa tampoco!... para ellos soy un estorbo…

-Shinji, ¡yo no lo sabia!-le replico ella con el mismo tono. Se hizo un silencio entre ellos.

-¿Qué estas leyendo?

-"Orgullo y prejuicio" de Jane Austen

Shinji torció el gesto. La película la habían dado por televisión y el se había aburrido a los 15 minutos. El libro parecía un ladrillo e Hikari ya había leído las ¾ partes de él

-Hikari, ¿No sabes hacer cosas divertidas?

-¡Leer es divertido!

-Leer y estudiar no es divertido, ¡por eso nos obligan!- Shinji le conto sobre su profesor particular y lo estricto que era con él.

-Shinji, ¿Te gustaría jugar conmigo a algo muy divertido?- Dijo la niña después de pensarlo un poco

-¿Tengo que leer?

-No

-¡Mmmm!- El niño se rasco detrás de una oreja pensándolo un rato. No creía que Hikari supiera de juegos que no fueran aburridos o peor… ¡educativos!... Pero si quería hacer las paces con ella era mejor seguirle la corriente y jugar con ella- ¡Bueno! Esta bien…

Los dos niños fueron a la habitación de Hikari. La niña apago la luz y tranco la puerta. Estaban en penumbras mientras la claridad de la luna y las estrellas entraban por la ventana. Hikari dijo:

-Es un juego de gente grande… mi mama y mi papa a veces dejaban la puerta de su cuarto entreabierta por la noche… ¡ellos creían que todos estaban dormidos!... yo los veía jugar… ¡vamos a quitarnos la ropa!

Shinji e Hikari se desnudaron por completo. Era la primera vez que Shinji veía a Hikari desnuda. La niña tenía un par de hinchazones en el pecho para sus futuros senos. Entre las piernas sus labios vaginales eran gruesos y en forma de grano de café. Los dos niños se veían el uno al otro sin malicia, ni pudor. Shinji estaba expectante.

-Ahora nos besamos en la boca…- Dijo Hikari

-¿Cómo en la televisión?

-Si… yo siempre jugaba sola y me besaba la mano así- le mostro Hikari cerrando su puñito y mostrándole a Shinji. El niño la imito con su manita. El dedo pulgar era el labio inferior y el índice el superior. Hikari se dio cuenta por la cara que ponía el niño que encontraba su juego secreto aburrido. La niña pensó que tendría que ser más audaz.

-¡Ven!- le dijo tomándole de la mano y acercando su carita a la cara del niño.

La niña le dio un tenue roce con sus labios con algo de miedo y timidez. Shinji sintió que los pelos de su nuca se erizaban. A Hikari por el contrario le molesto el cosquilleo de sentir la respiración del niño entre su nariz y la boca.

-¿Te gusto?-Pregunto la niña

-Si… ¡me gusto mucho!-Confeso el niño.

-Hagámoslo otra vez, ¡pero cierra los ojos como en la televisión y contén la respiración!

Shinji cerró los ojos y contuvo el aliento. Hikari volvió a rozar sus labios contra los de él con suavidad, desde una comisura de la boca hasta la otra. Shinji abrió los ojos y exhalo el aire. Hikari tenía la cara colorada.

-¡Ahora me toca a mí!- Dijo la niña. Ella cerró los ojos y contuvo el aliento. Shinji la beso con torpeza en su primer intento, pero en el segundo le fue mejor. Los dos niños se besaban con total inocencia, sin tener idea de que fuera erótico o sensual. Lo que sentían era agradable, dulce y tierno. Shinji sintió como su pequeño pito se iba empinando.

-Hikari… será mejor que paremos y esperemos a que se me pase- Le dijo el niño

-No, ¡Esta bien!... tu cosita tiene que ponerse bien grande y dura para que sigamos jugando-Dijo la niña-¿Todavía no te sale esperma verdad?

-¿esperma?

-Si, de ese esperma vienen los bebes… en el esperma están los espermatozoides que al unirse al ovulo forman el bebe que crece en la barriga de la madre- Hikari paro con la explicación al ver la cara que ponía Shinji- ¡te lo explico después!... ¡acuéstate aquí conmigo en mi cama!…

-¿No te va a crecer después un bebe en la barriga? ¿Verdad?

-No, ¡tonto! Te tiene que salir esperma en tu cosita y a mí tiene que venirme la menstruación…

Los niños dejaron su cháchara mientras volvían a besarse. Empiernados y abrazados buscaban frotarse y rozarse lo más posible. Hikari hasta ahora solo había tenido sexo solitario y lo que había leído sobre la sexualidad y el embarazo le quitaba todo miedo o escrúpulo. Era una niña sin un sentido moral desarrollado. Lo que hacia con Shinji era placentero y rico. Para ninguno de los dos niños era algo más que un inocente juego. Con las bocas abiertas y enroscando sus lenguas eran más atrevidos con los besos, pero solo imitaban lo que habían visto por televisión inconscientemente.

Shinji empezó a sentir dolor cuando su pito estuvo completamente erecto. Su glande forcejeaba para salir de su pellejo. El niño sentía ardor en la punta de su prepucio. Hikari hizo que se sentara en su cama y con su manita trato de echar hacia atrás la piel. La joven apretaba con sus dedos anillados alrededor del falo mientras que con un movimiento de muñeca subía y bajaba la piel. Ella sentía calentura entre las piernas y se hacia dedos mientras le hacia a Shinji su primera paja. El niño hecho la cabeza hacia atrás cuando su pito quedo totalmente expuesto y en carne viva.

-¡Ahora me lo metes con cuidadito!… mi papa se pone encima de mi mama cuando juegan y él le mete "eso" en su agujero…-Le explico la niña mientras se acostaba de espalda a su lado. Shinji sentía un hormigueo agradable en todo el cuerpo. La almejita de Hikari estaba abierta de par en par para él mostrando su húmedo color rosado salmón. Hikari tenía los labios vaginales más gruesos e hinchados que sus hermanas. Tenía una pepita rosada y redonda como una perla. En su agujerito se veía como una tela de carne en toda la entrada. El niño trato de meter su incipiente virilidad como le había explicado su amiguita. El niño en ningún momento la llego a penetrar del todo, pero el roce entre la carne viva de sus sexos era rico para ambos, ¡exquisito!

Estaban panza a panza. Shinji sentía las hinchazones de los pechos de Hikari contra su pecho. Los niños buscaban la forma de aumentar el roce frotándose con fuerza. Más de una vez la niña sintió dolor al estirarse su tierno himen ante las embestidas del niño, pero Shinji no tenía ni la intención o el conocimiento para llegar más allá. Su miembro no estaba lo suficientemente desarrollado y se doblaba con frecuencia. Para la niña era mejor que su dedito. El niño prefería jugar con su punta haciendo que subiese y bajase por entre los labios vaginales de la niña o poner su esmirriada salchicha entre la zanja de Hikari como si este fuera pan de perro caliente.

Los niños estaban divirtiéndose de lo lindo con su juego. A Hikari su coñito no se lubricaba todavía por si solo y le tenía que pedir a Shinji que parara para chuparse un dedo y ensalivar su coño para luego seguir jugando. Al niño se le ocurrió que ella le hiciera "una leche condensada" y con su pipicito ensalivado volvían a la joda. Los niños en un momento determinado sintieron una oleada de placer intensa que los dejo en el sitio. Temblando como si tuvieran frio, yacía uno al lado del otro. Hikari ya estaba más acostumbrada a esa sensación de paz y completa languidez por que se masturbaba con frecuencia para liberarse del stress de ser la mujer de la casa a tan corta edad.

-Entonces… ¿te parecen mis juegos aburridos?-exclamo triunfalmente la niña con su arrogancia pedante de sabelotodo.

Shinji no podía responder por que hacia esfuerzos por recuperar el aliento mientras sentía su cuerpecito convulsionarse. Sus pipicito palpitaba, pero empezaba a encorvarse y a volver a su tamaño normal. La niña fue a buscar sus ropas y se las puso. Le dio las ropas del niño y le dijo:

-¡Ni una palabra de esto a nadie!... podemos volver a jugar en la noche ¡cuando todo el mundo se duerma!… ¡vete para tu cuarto!

Shinji asintió.

El niño durmió por completo algunas horas. Fue un sueño reparador que lo lleno de energía. Pero la sensación de euforia era muy intensa y se levanto en la madrugada. Todos estaban dormidos en sus cuartos y en sus camas, menos Kodama que jugaba con sus muñecas al Té y a los biscochos. Al ver al niño levantado se alegro mucho.

-¡Shinji! ¿Quieres jugar conmigo mientras esperamos a que todo el mundo se despierte?

-¡Bueno!- Dijo el niño sin segundas intenciones. El juego era muy "de niñas pequeñas" y al rato Shinji le pidió a Kodama jugar a otra cosa.

-¿Qué te parece si jugamos un videojuego?

-Los videojuegos no me gustan tan temprano por la mañana…-Dijo la niña- ¿Y si jugamos a "los caramelos y a la leche condensada otra vez"?... ¡pero no se lo decimos a nadie! ¡Ni a mi papa, ni a Hikari o a Nozomi! ¡A nadie!

Shinji no puso objeciones. Se fueron a bañar primero los dos juntos en la tina. Estuvieron chapoteando y echándose agua por un buen rato. Luego fueron al cuarto de la niña envueltos en sus toallas. Kodama era muy cosquillosa. Tumbada de bruces en su cama se retorcía de la risa cuando el niño apenas le rozaba los muslos con la punta de los dedos. La niña entre sus blancas piernecitas tenía su imperceptible línea vertical. Entre risitas la niña dejo que el niño separara sus tiernos labios vaginales. Como Hikari ella también tenía una pepita rosa y una tenue telita de carne en todo su agujerito.

-¡Mmmmm!... se siente rico- dijo la niña al sentir el dedo índice del niño dentro de su almejita.

Shinji la masturbaba sin saberlo. La niña se mordía los labios y era pura risitas. Sus músculos vaginales se enroscaban en el dedo del niño. El sabor del chochito de la niña era agridulce, Shinji se chupaba el dedo para lubricarlo y luego meterlo a explorar en su húmedo calor. El niño paso a usar su boca, labios y lengua para beneplácito de la niña que se relamía los labios y temblaba como si tuviera fiebre. Sus risitas eran ahora jadeos. Con la punta de la lengua el niño rozo sin querer la pepita rosa que estaba hinchada y redonda como una perla.

-¡Aaaaaah!- exclamo Kodama sintiendo un escalofrió recorriendo su columna vertebral. Ella cerró sus piernecitas de golpe, pero la cabeza del niño estaba en medio. La niña empezó a sollozar quedito mientras Shinji jugueteaba con su clítoris. La niña se retorcía y lloraba mientras echaba la cabeza hacia atrás con fuerza. La niña tuvo su primer orgasmo en poco tiempo. Shinji ya lo sabía y a su vez estaba muy excitado. Su pipicito estaba completamente erecto.

-¿Te gusto como jugué con tu pepita Kodama?

-¡Siiiiiii!... ¡fue bien rico!

-Ahora me toca a mí que me hagas "una leche condensada" igual de rica-

A Kodama no le gusto que Shinji se echara su cubierta de piel hacia atrás. La apariencia del falo del niño a carne viva le pareció repugnante. Al principio solo se limito a bajar y subir el pellejo del niño con sus manitas sin atreverse a metérselo en la boca. Shinji sintió que su miembro estaba bien duro.

-Kodama, ¡así no juego más contigo!... métetelo en la boca…

-¡No quiero!... ¡no dijiste nada de hacerlo así!- protesto la niña sin parar de hacerle la paja. Shinji le puso sus manitas sobre las suyas.

-¡Bueno!... ¡yo te hago lo que tu me hagas!... juego con tu "pepita" con mi boca si tu chupas y lames mi "cosita"…

Los niños improvisaron un 69 con Shinji debajo y Kodama arriba. La niña reanudo su paja con una mano mientras que con la otra se sostenía. Shinji le hacía dedos en su chochito para luego iniciar una comida de coño en toda regla. El niño sintió la calidez de los labios de Kodama y la humedad de su lengua enroscada alrededor de su pito. Shinji le acariciaba las nalgas y la cabecita de Kodama subía y bajaba. La niña degustaba ya sin asco el miembro del niño como si este fuera una piruleta y en retribución Shinji jugaba con su clítoris. Los niños explotaron de nuevo de placer.

Shinji le pregunto a Kodama si quería seguir jugando. La niña, entre jadeos y con la cara colorada, le contesto que sí. El niño sonrió y le dijo que se que cerrara los ojos y contuviera la respiración. La niña así lo hizo y Shinji la beso en los labios como Hikari le había enseñado. Los dos niños estaban en la cama acariciándose y besándose. El miembro del niño estaba erecto de nuevo y Shinji aprovecho para hacerle a Kodama lo mismo que a Hikari en la noche. Pero el coñito de la niña era muy apretado y estrecho. Shinji tenía miedo de lastimarla y solo se conformaba con rozar al ras su zanja y humedecer la cabecita de su miembro en su coñito ensalivado sin intentar penetrarla.

-¿Así no te duele?

-No, ¡me hace cosquillas!- dijo la niña entre risitas. Los niños no llegaron al orgasmo esta vez, pero era agradable el roce de sus sexos. El miembro del niño se desinflo por completo poco a poco y Shinji no tuvo forma de que se volviera duro otra vez.

Ya el resto de los habitantes de la casa se habían despertado y los dos niños se les unieron en el desayuno. Los niños estuvieron haraganeando el resto del día. Hasta Hikari se puso a jugar con ellos al escondite. Ya no estaba tan seria y rígida. Se reía y divertía en forma muy espontanea. Entre todos prepararon el almuerzo. Hikari y Kodama fueron a tomar una siesta para pasar el calor de la tarde y digerir la comida. Nozomi era muy hiperactiva y le dijo a Shinji que jugaran futbolito en el patio. Shinji negó con la cabeza:

-¡Eres muy buena y no estoy a tu nivel!... si quieres podemos jugar a otra cosa…


-¡Ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!... ¡que rico!... ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!- Jadeaba la mayor de las Horaki bajo la sombra de un árbol en un discreto rincón del patio. Shinji bufaba sobre ella y pensaba lo mismo. ¡En verdad era muy rico meter y sacar su pipicito en el coñito de Nozomi!

Nozomi estaba de bruces y desnuda sobre la hierba con sus piernitas al aire mientras apretaba o separaba convulsamente sus deditos de los pies. Shinji estaba desnudo sobre ella bombeando con fuerza mientras ella lo abrazaba y su tierno culito amortiguaba el subir y bajar de las caderas del niño. Shinji caía sobre ella con todas sus fuerzas y todo su peso. Los chichones en el pecho de la niña estaban aplastados por el pecho del niño mientras sus pancitas patinaban en una película de sudor que había entre ellos. Las ropas de los niños estaban desparramadas alrededor. Shinji penetraba por completo a la niña, pero el himen de esta era muy elástico y flexible. El tierno capullo de virilidad del niño no era lo suficientemente fuerte y grande para rasgarlo, no era más largo o grueso que uno de sus dedos.

El placer era tan intenso que les permitía ignorar el dolor. A diferencia de Hikari o Kodama, Nozomi no se retorcía, ni ponía cara de sufrimiento al sentir las embestidas del niño contra la tierna y delgada barrera de carne que protegía su virginidad. ¡Todo lo contrario! El endeble ariete era el que se doblaba o deformaba al chocar con la barrera ¡produciendo dolor en el niño! Shinji prefería ignorarlo al sentir su miembro asido por completo por el coñito de Nozomi. Con ella no tenía que reprimirse, o ser delicado o preocuparse de si la estaba lastimando. ¡Solo de gozar y de pasarla bien tirándose a Nozomi con ganas!

La niña puso un pie sobre otro y apretó los cachetes del culo del niño con sus tobillos para que este la penetrara hasta el fondo de sus entrañas. Los niños sorbieron con fuerza de los labios del otro y sus lenguas se enlazaron. Los cuerpecitos se movían con unos suaves compases mientras se rozaban la piel contra la piel. El miembro del niño estiraba hasta su límite el himen de la niña y se mantenía inmóvil dentro de ella.

Shinji estuvo a punto de desvirgarla, pero el gusto les llego a los dos al mismo tiempo en forma fulminante. Para Nozomi fue su primer orgasmo y para Shinji el más intenso. Llevaban 15 minutos completos de pura joda, ¡estaban agotados! y con sus cuerpecitos perlados de sudor. La tensión en sus cuerpos fue cediendo mientras un sentimiento de languidez y modorra se apoderaba de ellos. La niña sintió como el miembro del niño se iba encogiendo y arrugando en su interior. Shinji se tumbo a un lado de ella totalmente exhausto. Su pipicito no daba para más para frustración de Nozomi que quería otra tanda. Shinji le dijo que lo sentía, pero su pipicito parecía que estaba "dormido" pero que mañana podrían volver a jugar.

-¡Bueno!... pero yo arriba para la próxima- convino la niña. Shinji le tuvo que hacer dedos y jugar al "caramelo" con ella para contentarla. ¡Pero ella estaba encaprichada con el juego del "mete y saca"! de malos modos se puso sus ropas y se fue exigiéndole al niño que no le dijera nada a sus hermanas, ni a su padre. ¡Que tuviera más aguante para mañana a la misma hora!

El padre de las niñas volvió para la hora de la cena. Los niños jugaban a saltar la cuerda en el patio. Kodama y Shinji sostenían cada uno una cuerda en su extremo mientras el otro estaba atado a un poste. Shinji e Hikari hacían equipo contra Kodama y Nozomi. Hikari competía contra su hermana mayor y el señor Horaki no podía creer como ella perdía toda su seriedad y decoro para comportarse como la niña que era. Las dos niñas se echaban puyas mientras trataban de tocar el piso o dar la vuelta mientras sus compañeros de equipo mantenían la cuerda en movimiento y marcaban el ritmo con una canción infantil que cantaban a dúo y decía lo que las niñas tenían que hacer.

Las niñas dejaron sus juegos y dieron brincos de alegría al ver a su padre. Shinji se sintió por primera vez desde que había llegado a esa casa como parte de esa alegría y felicidad, pero el señor Horaki destruyo ese momento feliz para el niño, ¡sin querer y para siempre!, con solo decir:

-Shinji… ¡tengo que llevarte a casa de tus tíos en este momento por orden de tu padre!… recoge tus cosas…


Espero que les haya gustado y me dejen sus comentarios. Perdonen el contenido Lolicon-Shotacon de la narración, ¡no suelo escribir relatos de ese tipo! Solo espero que sirva cuando menos como moraleja de la historia que a los niños hay que estarlos supervisando. Una vez me toco quedarme todo un fin de semana con unas primas nosotros solos en la casa de mi tío mientras los adultos se iban de viaje. Cualquiera que haya tenido que arreglárselas solo de niño por que sus padres se iban a trabajar podrá identificarse con esta historia. Dentro de poco la segunda parte con ellos más crecidos.