N/A: este es mi primer fic de este fandom, debo decir que me enganche bastante con este anime y como sentí que ni el manga ni el anime me eran suficientes vine buscando consuelo al mundo de fanfiction, algunas historias ya las lei y me parecieron bastante interesante, así que mientras estaba en eso, se me ocurrieron algunas ideas, así que espero las disfruten :3
CUIDA TU SOMBRERO MÁGICO, NO SABES CUÁNDO PUEDEN SALIR ZAFIROS EN LUGAR DE CONEJOS
CAPÍTULO I: LA MUERTE DEL ZAFIRO
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La media noche marcaba su inicio, la hora justa en la que Kaitou Kid anuncio su atraco al museo de Tokio donde se exponía la gran colección de joyas del heredero del gran ducado de Luxemburgo. Pero el objetivo principal de Kaitou Kid era la corona de la duquesa Stéphanie de Lannoy que está siendo exhibida, ya que en ella se encontraban varias joyas de gran tamaño.
Pero algo no estaba previsto en los planes del gran ladrón bajo la luz de Luna, justo en el techo donde había aterrizado con su ala delta se encontraba rodeado. Oficiales de la policía por su derecha y unos molestos hombres vestidos de negro a su izquierda, cada grupo con su respectivo líder.
−Vaya, vaya. Parece que tenemos unos grandes fans de la magia aquí reunidos −expresó Kaitou Kid mientras agarraba su sombrero de copa para reducir la visión de su rostro −. Bueno antes que nada debería presentarlos. Debo dar a entender al inspector Nakamori que ellos son gente malvada que mata a sangre fría. A mi derecha esta, el ya conocido localmente, inspector Nakamori; el hombre que siempre intenta atraparme. Y a mí izquierda está, alguien que se oculta en la oscuridad con su único objetivo de quitarme de su camino, Snake −exclamó mientras hacía fanfarrias con su brazos para dar énfasis a sus indeseables compañeros de la noche que arruinaban el acto de magia.
−Dejaste de tus juegos Kaitou Kid, esta noche serás atrapado por la policía −gritó una joven animada que había llegado sigilosamente al encuentro de los rivales.
−Aoko ¿se puede saber qué haces en un lugar tan peligroso? −pensó Kuroba mientras observaba las acciones de su amiga, intentando mantener siempre su cara de póquer. Pero su cara le traicionó mostrando un rostro de sorpresa, que no paso desapercibido por el líder de los hombres vestidos de negro.
−Hija no deberías estar aquí −le reprendió el inspector, mientras ordenaba a algunos de sus hombres rodearla para protegerla de los hombres de negro frente a él. Mientras observaba a los enemigos de su enemigo noto que portaban armas de fuego y en este momento ellos eran más peligrosos que el mismísimo ladrón.
−Vaya, veo que esa joven es muy importante para ustedes, −dijo mientras señalaba a ambos hombres con su arma de fuego −. Inspector si su hija muere por culpa de Kaitou Kid, usted seria consumido por la venganza y vería la forma de hacerle pagar, se mataran entre ustedes, así que me imagino que solo deberé gastar una bala.
−Pa... −Antes de que alguien pudiera hacer algo una bala le atravesó la cabeza a la joven que había estado en el lugar equivocado en el momento equivocado.
El plomo perforo la cabeza dándole una muerte instantánea y en consecuencia haciendo que el cuerpo cayera del edificio por perder su fuerza.
−Aokooo −gritaron ambos hombres mientras intentaban agarrar el cuerpo sin vida de la joven antes de que se estampara con el piso. Pero fue demasiado tarde, desde el balcón del museo ambos hombres observaban el estrellado cuerpo de la mujer de sus vidas en el asfalto.
−Inspector Nakamori, me temo que dada las situaciones, este será mi último robo. No quiero que más gente muera por mi culpa. Personas importantes para mí. −dijo en una voz donde se palpaba la tristeza.
El ladrón dejo su chistera, su monóculo y una nota donde iba pegada una rosa azul
"Inspector Nakamori mi más sentido pésame a lo que acaba de pasar hoy. Si quiere culpar a alguien hágalo a mí, porque después de todo yo soy el objetivo de esos hombres. Aunque ahora mi mayor deseo es verlos tras las rejas, así que dejare de ser un ladrón para poder impartir justicia como se debe. Siendo un buen ciudadano. Se despide Kaitou Kid".
−Parece que han arrinconado a Kid, inspector −dijo uno de sus hombres mientras tomaba los objetos dejados por el mago ladrón.
−Parece que he cambiado de meta al ladrón que debo atrapar. Antes perseguía a un criminal que robaba joyas sin matar a nadie. Ahora debo atrapar al criminal que me ha robado mi joya más preciada −exclamó con rabia palpable en su voz. Volteo a sus alrededores y ya no estaba nadie más que sus hombres, ni el de blanco ni los de negro.
Una reunión se estaba llevando a cabo en la casa Nakamori, todos vestían de negro, los hombres más afectados por la pérdida estaban sentados a los lados del monje que se encargaba de hacer sonar la campana para guiar el alma del cuerpo sin vida yacente en el ataúd de madera. Los de la funeraria hicieron lo que más pudieran para que la chica se viera igual de hermosa cuando sus ojos aún se abrían.
Los invitados variaban en sus edades, desde jóvenes de instituto hasta personas adultas, cada una le daba su respectivo pésame a su conocido. El funeral dio por concluido y las personas más cercanas a la difunta y a los dos organizadores se quedaron con ellos.
−Gracias por ayudarme Kaito kun –dijo el inspector intentando forma una sonrisa, que resulto más como una mueca.
−No se fuerce inspector Nakamori, todos estamos igual tristes –respondió Kaito mientras señalaba a las personas detrás de él que también se encontraban limpiando el lugar.
−Muchas gracias por haber sido amigos de mi hija –dijo el hombre del bigote mientras les hacia una reverencia.
−Por favor inspector Nakamori levante la cabeza eso no es necesario −. Se puso a su lado y le ayudo a pararse recto.
−Kaito kun tiene razón. Aoko era una joven muy adorable y risueña que nos atrapo a todos –expresó Hakuba su sentir hacia la fallecida.
−Me sorprendió que tú fueras amigo de mi hija, Hakuba kun.
−Todos vamos en el mismo salón, así que es por eso –comentó la joven con matices rojizos en su cabello.
−Por su ayuda permítanme servirles un poco de té –expresó el inspector mientras se dirigía a la cocina.
−Me sorprende que hayan matado a Aoko para arrinconar a Kid –expuso Keiko mientras se sentaba en enfrente de la mesa para esperar la bebida que les habían ofrecido. Era la única que había permanecido callada en todo el rato. Haciendo que los otros tres jóvenes la voltearan a ver sorprendidos.
−Tal vez Nakamori san sabia algún secreto y la vieron relacionada –dijo Akako mientras tomaba lugar junto a la joven de coletas y volteaba a ver el alter ego del ladrón con una mirada acusadora.
−No creo que Aoko haya sospechado de mi cuando nos vimos implicados en el caso de la estatua de buda –pensó Kaito mientras a su mente llegaban los recuerdos de esa anécdota vivida −. Yo opino que tal vez era para que el inspector Nakamori abriera fuego en contra de Kaitou Kid.
−Pienso lo mismo que tú, Kaito kun –dijo el hombre mayor mientras llegaba al comedor con cinco tazas de té.
−Inspector, me permite hacerle una pregunta con respecto a Kaitou Kid –cuestionó Sagaru mientras era observado por los demás.
−Adelante Hakuba kun –respondió mientras le entregaba su líquido.
−¿Por qué nunca le disparo a Kaitou Kid? –Esa pregunta asombro a todos, incluso a los implicados.
−Muy simple, respeto.
−¿Respeto? –cuestionaron todos los presentes sorprendidos.
−Si a una vida se le debe tener respeto no importa lo que haga, además siempre he querido atraparlo y ver que rostro se oculta tras de ese sombrero y monóculo, ha de ser un hombre de mi edad, ya que llevo persiguiéndolo dieciocho años.
−Además de que Kaitou Kid nunca le disparo, ¿o me equivoco? –argumento Kaito hacia su favor.
−Si me disparo, pero con esa extraña arma suya que dispara bajaras, el mayor daño que me hizo fue una cortada en la muñeca –comento con alegría en su rostro −. Es un buen rival.
−¿Y cree que Kid cumpla su promesa del retiro? –cuestionó Keiko −. Sera aburrido ya no ver sus actos de magia durante sus robos.
−Pues … −Un silencio absorbió a los presentes −. Siempre ha cumplido lo que estipula en sus cartas –dijo mientras bajaba la mirada; y la bruja y el detective voltearon a ver al mago.
−Inspector Nakamori, tengo una duda –Rompió el silencio.
−Dime Kaito kun.
−Si alguien se va a estudiar al extranjero y regresa, ¿puede entrar al cuerpo policial?
−Tendría que quedarse un poco de más tiempo en la academia policial, pero sí –resolvió la duda del joven −. ¿Estas interesado en la policía Kaito kun?
−Algo así –respondió mientras se rascaba la parte trasera de su cabeza.
−No me imagino a ti de policía, te queda más el sombrero de ladrón –comentó Akako con una sonrisa pícara mientras volteaba a ver al mago.
−Es cierto que Kuroba kun es un mago como Kaitou Kid –expresó Keiko.
−¿Pero por qué te irias a estudiar al extranjero? –interrogó el oficial.
−Tal vez acepte la propuesta de mi mamá de ir a Las Vegas y tener un show de magia allá antes de trabajar en un oficio de verdad –respondió el joven con determinación en su rostro.
−Bueno creo que es hora de que me vaya yendo –dijo la chica de coletas mientras se levantaba y hacia una reverencia.
−Nosotros también ya nos vamos –dijeron al unísono la hechicera y el detective.
−¿Quiere que le ayude a limpiar la habitación de Aoko, inspector Nakamori? –cuestionó cuando se habían quedado los dos solos.
−No gracias Kaito kun, quiero dejarla de momento así –manifestó con un tono melancólico.
−Bueno entonces yo me voy yendo también. Hasta luego inspector Nakamori.
−Hasta luego Kaito kun.
Al salir de la casa de su mejor amiga fue interceptado mientras le tapaban la boca y era guiado a la fuerza a su hogar. Cuando la luz se encendió, pudo ver el rostro de sus atacantes.
−¿Entonces si es cierto que dejaras de ser Kaitou Kid? –interrogaron con gritos.
−Sí, he decidido que mejor quiero hace las cosas bien. En lugar de ser un justiciero solitario seré un oficial con compañeros. Además la capa de Kaitou Kid esta machada por la sangre de las personas que tanto quise. Claro eso diría si yo fuera Kaitou Kid.
−¿Y con la ayuda de quiénes? –cuestionaron otra vez al mismo tiempo.
−Vaya parecen parejita diciendo las mismas costas –comentó Kaito entre risas. Haciendo que ambos se voltearan a ver entre ellos.
−¡No nos cambies el tema! ¡Responde!
−Ustedes, si quieren. Además de que hay otro detective que me debe un favor.
−¿Otro detective?
−Pero no pienso empezar a moverme hasta que sea un miembro activo de la policía, y el anuncio del regreso de Kaitou Kid llegue a las televisoras.
−¿Seras policía y al mismo tiempo Kaitou Kid? ¿Cómo lograras eso?
−Ya me las ingeniare, de momento llevare una vida tranquila, para que se confíen y piensen que Kaitou Kid se siente culpable por la muerte de una joven. Pero seré yo quien los lleve tras las rejas; ya sea como Kaitou Kid, el ladrón fantasma; o Kuroba Kaito, el policía mago.
