Disclaimer: Esto debería venir incorporado en ff, algo así como una aplicación, porque después de casi dos años en el sitio, cansa xD
Claim: Paul/Rachel.
Advertencias: Nein.
Notas: Participa en el Reto Palabras para el recuerdo, del foro LOL.
La imprimación es para estúpidos
(57# Dependencia)
Paul.
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Sinceramente, para él todo aquello de la imprimación apesta, se ve mal, se siente mal, sabe mal y se oye mal, también. No se encuentra para nada atraído a la idea de quedar atado como estúpido a una persona que, para colmo, toma el hecho con gran naturalidad, aceptando cada palabra que sale de la boca del imprimado, sin importar que esté hablando de seres mitológicos que de verdad existen, que cuadriplican en tamaño a un simple mortal, que son capaces de asesinarlos de un simple golpe con sus patas o de un mordisco, y que además no envejecen sino hasta que lo deseen, sin olvidar la cereza del postre, ese «Oh, mi centro de gravedad ahora eres tú, estoy atado a ti por hilos invisibles y fuertes. Seré lo que quieras, te protegeré y te haré feliz; nada importa más ahora que tú, así que, pídeme, pídeme que yo lo haré por ti, mi amor» que sonaba realmente ridículo. Ridículo, estúpido e innecesario.
¿Para qué se necesita la imprimación? Para nada. Él no la necesita, ya es un lobo excelente sin ella, y hasta es mejor para él no estar imprimado, porque tener una ligadura de tal tamaño representa tener un punto débil que puede destrozar al lobo, y para ganar en las batallas no se pueden tener puntos débiles, él no puede permitírselo nunca.
Por eso es que está alegre de no haber imprimado, sin estúpidas ligaduras o planetas alineados o centros de gravedad que adoraban saltar de un lado a otro. Él es libre, puede estar con cuantas muchachas quiera, seguro de que ninguna va a volverse su principal debilidad en algún momento.
Pero todas sus ideas sobre el tema pasan a un segundo lugar (quizá un tercero, o hasta un cuarto, si se le permite aventurar), cuando ve a un ser que para cualquiera podría bien pasar desapercibido, un individuo, de carne y hueso, una persona ue se entromete en sus planes y le quiebra todo, le hace tragarse las palabras y callar. Rachel Black entra en su vida (o él en la de ella, quién sabe), y todo lo que no sea ella (o lo que no haya tocado, dicho, visto o sentido ella) se va por el mismísimo caño, que a él no le importará.
Y hasta que no ve el reconocimiento en los ojos chocolate oscuro de ella es que no se da cuenta del grado de dependencia en el que se encuentra, porque, maldita sea, todo lo que odiaba es lo que ahora ama, y sabe que por ella él dará cualquier cosa que pueda, cualquiera.
La imprimación es para estúpidos, sí, lo sigue creyendo, pero desde que tiene a Rachel, no le importa ser uno de los varios estúpidos que dependen de su imprimada como si ella respirase por ellos (y es que, en cierto modo, lo hacían).
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