Gracias por leer personitas!
Aclaro, Todo lo que puedan reconocer pertenese a JK Rowling, nada mío.
En este capitulo hay mucho de JK, todo lo que este en letra Italic.
Espero que les guste. Reviews por favor!
Una única y gran chimenea era lo que distinguía en el lejano horizonte. Dos niñas se columpiaban hacia delante y atrás, y un niño delgadísimo las observaba desde detrás de unos arbustos. Su cabello negro era largo, y su ropa era tan desastrosa que parecía a propósito: jeans demasiado cortos, un abrigo lamentable y demasiado largo que podía haber pertenecido a un adulto y una extraña polera que parecía un delantal. Parecía tener unos nueve o diez años, pálido, pequeño y rudo. Había codicia sin disfrazar en su delgado rostro, mientras observaba a la más joven de las dos hermanas columpiarse más y más alto que su hermana.
- ¡Lily, no hagas eso! - Gritó la mayor, pero la chica se había soltado del columpio en el punto más alto de este, y voló por los aires (literalmente, voló) y se lanzó hacia el cielo con una gran carcajada, y en vez de estrellarse contra el asfalto de patio, se elevó como un trapecista por el aire, manteniéndose arriba por demasiado tiempo y aterrizando suavemente.
-¡Mamá te dijo que no lo hicieras!- Petunia dejó de columpiarse hundiendo sus sandalias en la tierra, provocando un crujido, y luego se puso de pie, con las manos en la cintura. - ¡Mamá dijo que no tenías permiso para hacerlo, Lily!-.
-Pero estoy bien - dijo Lily, aún riendo - Tuney, mira esto. Mira lo que puedo hacer.-
Petunia miró alrededor. El patio estaba vacío, a excepción de ellas mismas y, a pesar de que ellas no lo sabían, el niño. Lily recogió una flor que se había caído del arbusto detrás del cual el niño se escondía. Petunia avanzó, evidentemente dividida entre la curiosidad y la desaprobación. Lily esperó a que Petunia estuviese lo suficientemente cerca como para ver bien, y luego abrió la palma de su mano. La flor se sentó ahí, abriendo y cerrando sus pétalos, como si fuera una ostra extraña y bizarra, con muchos labios.
- ¡Detenlo! - chilló Petunia.
No te hace daño - replicó Lily, mas cerro su mano y arrojó la flor. - No está bien - dijo Petunia, pero sus ojos habían seguido el vuelo de la flor hacia el suelo, y los mantuvo fijos en ese lugar - ¿Cómo lo haces? - añadió, con una voz que indicaba cuanto quería saber.
- Es obvio, ¿no? - el niño ya no podía contenerse, y saltó de detrás de los arbustos.
Petunia gritó y retrocedió corriendo hacia los columpios, pero Lily, aunque claramente asustada, permaneció donde estaba. El niño pareció lamentar haber aparecido. Una sobre de rubor se posó en sus pálidas mejillas mientras miraba a Lily.
- ¿Qué es obvio? - preguntó Lily.
El niño parecía nervioso y exaltado. Mirando a Petunia, que se asomaba por detrás de los columpios, bajó la voz y dijo:- Yo sé lo que eres.
- ¿Qué quieres decir?-
-Eres… eres una bruja - susurró el niño.
La niña se mostró ofendida.- ¡Eso no es algo muy agradable para decirle a alguien!- Se dio vuelta, con la nariz en el aire, y se alejó hacia su hermana.
- ¡No! - dijo el niño. Ahora estaba completamente colorado. Aleteó detrás de las chicas, pareciéndose grotescamente a un murciélago.
Las hermanas lo examinaron con una mirada desaprobatoria, y se colgaron de las poleas de uno de los columpios, como si ese fuera un lugar seguro.
- Lo eres - le dijo el niño a Lily - Eres una bruja, te he estado observando desde hace tiempo. Pero no tiene nada de malo, mi mamá también lo es, y yo soy un mago.
La risa de Petunia era como agua fría.- ¡Un mago! - Exclamó, recuperando el coraje ahora que ya había superado el susto la aparición repentina - ¡Yo sé quién eres! ¡Eres ese tal Snape! Viven al terminar El Fin del Hilandero, cerca del río - le dijo a Lily, y era evidente por su tono de voz que consideraba la dirección muy poco recomendable - ¿Por qué nos has estado espiando?-
-¡No he estado espiando! - dijo Snape, acalorado, incómodo y con el cabello sucio bajo la luz del sol - No te espiaría a ti, de todas formas - añadió con desprecio - eres una muggle.-
Aunque claramente Petunia no entendía la palabra, intuía lo que era por el tono.- ¡Ven, Lily, nos vamos! - dijo fríamente.
Lily obedeció a su hermana de inmediato, mirando a Snape mientras se iba. Él no dejó de mirarlas en su camino hacia el portón de la plaza. Snape había estado planeando este momento desde hace mucho, y que había salido completamente mal…
Después de esa extraña experiencia, al llegar a casa lo primero que hizo Petunia fue ir a decirle a su mamá todo lo que había hecho Lily que se supone que se lo habían prohibido. Y también contarle del niño Snape que las había espiado y dicho un montón de blasfemias además de ofenderla con una palabra que quien sabe que era "algo así como mugele" les había dicho a sus padres.
Luego los padres habían ido a hablar en privado con Lily y decirle que de preferenca no mostrara su "habilidades" en frente de su hermana, ya que la asustaba. Lily solo había asentido a todo lo que decían, pero su mente estaba en otro lado, en ese chico extraño Snape y todo lo que le había dicho de que era una bruja y el un mago. La verdad es que cada ves se convencida de que el chico estaba diciendo la verdad ya que todo encajaba, todo lo que ella podía hacer y su familia y las demás personas que conocía no podian.
Ya al día siguiente que se le había pasado el alboroto a su hermana y la preocupación a sus padres, ya a eso de las 6 de la tarde, Lily salió de su casa procurando que no la vieran para encontrarse con Snape y sacarle todo lo que supiera de los magos y brujas y que la convenciera de que era cierto, y no falló al encontrarlo solo en los columpios con la cabeza gacha.
-Hey Snape!- le llamo Lily,
Como un resorte a su vos Snape levanto la cabeza e inmediatamente apareció una sonrisa en su cara, se levanto y corrió hacia ella gritando - Lily! Lily! Sabía que regresarías-.
-Si Snape no te emociones - respondió Lily cortante- Quiero que me cuentes sobre lo que según somos tu y yo, que me expliques todo y más vale que yo te crea.
-Ok yo te explico todo pero primero... Dime Severus.
-Ok Snape- Le dijo Lily sin confianza y después sonrió por como Severus había puesto los ojos en blanco.
-Ven mañana y te explicare todo- Dijo Severus feliz al verla visto sonreír- porque ahora ya se está haciendo tarde y tengo que volver o mis padres volverán a pelear, bueno eso es común... - dijo con un toque de tristeza en la cara.
Lily no pudo evitar tenerle un poco de compasión (aunque le pareció que eso es lo que quería Snape, y le dijo - No te preocupes Snape, nos pasa a todos- Y le dio una sonrisa, y luego se le ocurrió una pregunta antes de que se fuera- Oye Snape…
-Si Lily- Dijo el niño más que feliz por lo que le acababa de decir.
-¿Los magos y brujas van a la escuela?-
-Claro Lily, hay colegios para magos en diferentes partes del mundo, a nosotros nos tocaría Hogwarts que según mi mamá, envían cartas a cada mago a los 11 años para invitarlos a la escuela, y que el 1ro de Septiembre te llevan en tren!- Dijo Severus súper emocionado por la pregunta de Lily.
-¿En serio? ¡Tengo que contarle a Tuney! Me voy Snape, ¡nos vemos mañana!- y la pequeña salió corriendo hacia su casa dejando al niño de pelo grasiento y complexión huesuda con una sonrisa esperanzada para el día siguiente.
Al llegar a su casa Lily le conto todo a Petunia, pero no respondió como ella esperaba, si no que le dijo que ese niño estaba loco, que no se juntara con él y que esa tonta escuela no existía y que más bien ella era rara. Después se encerró en su cuarto enojada, y Lily se fue triste al suyo teniendo la esperanza de que su hermana estuviera equivocada.
Al día siguiente Lily, aún triste por lo de su hermana, se fue al parque a buscar Snape, y ahi estaba esperándola, en ese bonito parque que estaba a la vuelta de casa de los Evans y con el hermoso cielo despejado que se veía ese día.
-Lily! pensé que no vendrías- dijo un poco avergonzado.
-Snape, necesito saber que esto es real- dijo Lily convencida mientras se acercaba a él.
-Lo es, y te voy a contar más, pero aquí no, hay un lugar al que quiero ir.
Después de caminar mientras platicaban, llegaron a un pequeño bosque donde se veía el agua del río brillando a través de los troncos. Las sombras que daban los árboles dejaban un claro verde y fresco.
Lily y Severus se encontraban sentados en suelo, cara a cara y con las piernas cruzadas.
Snape se había quitado el abrigo, y su delantal parecía menos peculiar a media luz.- … y el Ministerio puede castigarte por hacer magia fuera de la escuela, te envían cartas.- le decía Snape cuando llegaron.
-¡Pero yo sí he hecho magia fuera de la escuela!-
-Estamos a salvo. Aún no tenemos nuestras varitas. Te dejan en paz cuando eres un niño y no puedes evitarlo. Pero cuando cumples once - y asintió, dándose importancia - y te comienzan a entrenar, debes ser más cuidadoso-.
Hubo un pequeño silencio. Lily había recogido una ramita caída y la hacía girar en el aire, pensando que era una varita sacando chispas. Luego dejó caer la ramita y se inclinó hacia el chico.- Es verdad, ¿cierto? ¿No es una broma? Petunia dice que me estás mintiendo. Petunia dice que no existe Hogwarts. Es verdad, ¿cierto?-
-Es verdad para nosotros - dijo Snape - no para ella. Pero recibiremos la carta, tú y yo.-
-¿En serio? - susurró Lily.
-Definitivamente - dijo Snape, e incluso con su mal corte de cabello y su extraña ropa, su figura pareció enaltecerse en frente de ella, lleno de confianza en su destino.
-¿Y de verdad me llegará por lechuza? - susurró Lily.
- Normalmente - dijo Snape - pero eres hija de muggles, así que alguien de la escuela tendrá que venir a explicarle a tus padres.-
- ¿Existen diferencias por ser hija de muggles?-
Snape dudó un instante. Sus ojos negros, impacientes y repentinamente abatidos, recorrieron la pálida cara y el cabello rojo oscuro.- No - dijo - No existe ninguna diferencia.-
-Que bueno - dijo Lily, relajándose. Era claro que eso la había estado preocupando.
- Tienes mucha magia - dijo Snape - pude verlo. Todo el tiempo que te observé…- Su voz fue desapareciendo, ella no estaba escuchando, pero se había estirado en el suelo frondoso y miraba hacia las hojas en las copas de los árboles que había sobre ellos. Él la miró con tanta intensidad como la había mirado en el patio de juegos.
- ¿Cómo van las cosas en tu casa? - preguntó Lily.
Snape frunció un poco el entrecejo.- Bien - dijo.
- ¿Ya no pelean?-
-Oh, sí. Sí pelean - dijo Snape, recogiendo un montón de hojas y rompiéndolas, aparentemente sin darse cuenta de lo que estaba haciendo - Pero no falta mucho para que me vaya.-
-¿A tu papá no le gusta la magia?-
- Creo que no hay nada que le guste mucho - dijo Snape.
- ¿Severus?-
Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Snape cuando ella mencionó su nombre.- ¿Si?-
-Cuéntame sobre los dementores otra vez.-
-¿Qué quieres saber de ellos?-
-Si yo uso magia fuera de la escuela…-
- ¡No te enviarán con los dementores por eso! Los dementores son para gente que ha hecho cosas realmente malas. Son los guardianes de la prisión mágica, Azkaban. Pero tú no irás a Azkaban, eres demasiado…- Snape se sonrojó nuevamente y destrozó más hojas. Luego, un ligero crujido detrás de los arbustos: Petunia, había perdido el equilibrio.
- ¡Tuney! - exclamó Lily, con una voz llena de sorpresa y bienvenida, pero Snape se había puesto de pie de un salto.
- ¿Quién espía a quién ahora? - Gritó - ¿Qué es lo que quieres?-
Petunia había perdido el aliento, alarmada por haber sido atrapada. Luchaba por encontrar algo hiriente que decir.- ¿Y tú, qué traes puesto? - dijo, señalando al pecho de Snape - ¿Una blusa de tu mami?
Escucharon un "CRACK": una rama sobre la cabeza de Petunia se había caído. Lily gritó, la rama golpeó a Petunia en el hombro, quien retrocedió y se echó a llorar.
- ¡Tuney!- Pero Petunia había salido corriendo. Lily se volteó hacia Snape.- ¿Tú hiciste que pasara eso?-
-No - el chico parecía desafiante y asustado.
- ¡Fuiste tú! - la niña se alejaba, sin darle la espalda - ¡Fuiste tú! ¡La lastimaste!-
-No… ¡no lo hice!- Pero la mentira no convenció a Lily: después de una última mirada fulminante, se fue corriendo del bosquecillo, detrás de su hermana, y Snape se quedó allí, miserable y confundido.
Lily siguió persiguiendo a Petunia hasta la casa.
-Tuney! Ven por favor!
-No! Seguramente tú y tu amigo fenómeno hicieron que me callera esa rama! Le voy a decir a mamá.-
Y dicho y hecho, lo primero que hizo al entrar a la casa fue ir a decirle a sus papas que Lily y su amigo "el fenómeno" le habían tirado una rama al hombro, así que Lily tuvo que soportar otras 2 horas escuchando a sus papas diciéndole que ella y Severus no debían hacer a su Petunia creer cosas raras porque la asustaban. Pero como el día anterior, Lily estaba concentrada en lo que había hecho Snape. No quería pensar que su hermana se lo merecía por haberle dicho tantas cosas ayer y haberlos espiado, pero tampoco sentía tana culpa como ella quisiera. Aún así, más vale que Snape se disculpara porque a pesar de todo, Tuney era su hermana.
Paso una semana tranquila, Severus se había disculpado con Lily al día siguiente de lo de Tuney con una buena razón, y también diciendo que a veces, cuando se molestaba su magia se salía de control.
Lily había cumplido los 11 años en enero, así que esperaba su carta diario desde que Snape le había contado todo, al día siguiente seria 25 de Julio y aún no llegaba nada y Lily empezaba a dudar del mundo del que la había ilusionado Severus. Pero ella no imaginaba que ese sería el último día que tendría que esperar…
Al día siguiente Lily se encontraba en su habitación cuando escucho el golpetear de una ventana, salió de su cuarto y bajo a la cocina, de donde venia el golpeteo, y se dio cuenta de que su mamá también había bajado a ver que era el ruido y venía detrás de ella, dándose una gran sorpresa al ver a la gran lechuza marrón con un sobre blanco en el pico. Al contrario de Lily, quien corrió hacia la ventana, la abrió y recogió el sobre del pico de la lechuza marrón y lo abrió inmediatamente.
-Hija pero que es eso?- pregunto su madre.
-Mamá es la carta! La de Hogw…- Din, Don, Lily fue interrumpida por el timbre y su madre fue a abrir. Una señora y un señor alto estaban en su puerta vestidos de una manera muy extraña para Lily, y más para su madre, que no supo que decir hasta que ellos hablaron.
-Buenas tardes permítanos presentarnos señora Evans- dijo el hombre alto vestido con una túnica color mostaza- Somos Fergus y Florencia Bloxam, venimos a comentarle sobre su hija Lilian Evans, tenemos un plaza para ella en nuestro Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
"Eso es un golpe rápido para mi mamá", pensó Lily.
-¡Que Como?!-dijo sin creerlo la señora Evans después de un rato de haber estado en silencio.
-¿Jamás se ha dado cuenta de algunas habilidades que posee su hija que no puede explicar? ¿Que nadie más puede hacer?- Le dijo la señora Florencia
-Si mamá- interrumpió Llily- ve esto, es la carta que traía la lechuza- le dijo a su madre entregándole la carta de dos páginas, y su mamá sorprendida leyó:
COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA
Director: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore
(Orden de Merlín, Primera Clase, Gran Hechicero, Jefe de Magos, Jefe Supremo, Confederación Internacional de Magos).
Querida señorita Evans:
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.
Muy cordialmente,
Minerva McGonagall
Directora adjunta
Segunda Página:
COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA
UNIFORME:
Los alumnos de primer año necesitarán:
Tres Túnicas sencillas de trabajo (negras).
Un sombrero negro puntiagudo para uso diario.
Un par de guantes protectores (piel de dragón o semejante).
Una capa de invierno (negra, con broches plateados).
(Todas las prendas de los alumnos deben llevar etiquetas con su nombre)
LIBROS:
Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:
El Libro Reglamentario de Hechizos (Clase 1) Miranda Goshawk
Una Historia de la Magia, Bathilda Bagshot
Teoría Mágica, Adalbert Waffling
Guía de Transformaciones para principiantes, Emeric Switch
Mil Hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore
Filtros y Pociones Mágicas, Arsenius Jigger
Animales fantásticos y dónde encontrarlos, Newt Scamander
Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentim Trimble
RESTO DEL EQUIPO:
1 varita.
1 caldero (peltre, medida 2).
1 juego de redomas de vidrio o cristal.
1 telescopio.
1 balanza de latón.
Los alumnos también podrán traer una lechuza, un gato, una rata (ratón) o un sapo.
SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS ALUMNOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS
-Lo sabía…-susurro la señora Evans mas para ella misma- Edward! Edward!- llamo al señor Evans gritando.
Lily dejo de prestar atención y se metió en su mundo mientras el señor Evans bajaba y junto con la mamá de Lily se les iba explicando todo, Lily pensaba en todo lo que le esperaba y se pregunto si a Severus ya le habría llegado la carta. Definitivamente era el mejor día de su vida Todo era cierto, ya no tendría que aguantar la vida normal, con todas esas personas esperando que seas igual que ellas. Con todas esas burlas por no tener lo del estereotipo deseado. Ya no se aburriría con lo "normal".
Al fin la suerte de Lily empezaba a cambiar.
Era un Martes lluvioso de aquel 25 de agosto, Lily Evans estaba observando cómo caía la lluvia en aquel jardín hermoso que la Sra. Evans se había encargado de mantener.
Tenía sentimientos encontrados, estaba más que feliz de que en menos de una semana estaría en Hogwarts de la que apenas hace un mes y medio se acababa de enterar de su existencia, pero no podía evitar sentirse mal por dejar a su familia por tanto tiempo (unos meses, pensaba ir en navidad), y claro estaba también enojada por la actitud de su hermana Petunia y como se había puesto cuando se entero de que todo lo que había dicho Snape era cierto y de que Lily iría a esa "tonta escuela de raros", como solía denominar.
-Flashback-
Luego de que se habían ido los dos magos del ministerio informando sobre la plaza de Lily en Hogwarts, sus padres no habían hecho más que sonreír y llamar a Tuney para que se enterara de la nueva.
Al bajar Petunia y verlos a todos tan felices puso cara de sorprendida y abrió la boca para seguramente soltar alguno de sus comentarios sarcásticos, pero antes de poder decir nada su madre hablo.
-Tuney! Tu hermana a recibido una plaza en un colegio de magia, es una bruja! - comento más que feliz.
Petunia solo se quedo mirando el sobre que su madre traía en las mano y asimilando lo que le acababa de decir "así que todo había sido verdad" pensó con un horrible sabor de boca.
Y enojada dijo -Siempre ah sido una bruja- Y subió las escalera corriendo a encerrarse en su cuarto dejando a Lily con lagrimas en los ojos, y a sus padres con una gran decepción.
-Fin del flashback-
Claro que después de eso los señores Evans habían ido a hablar con Petunia para que se disculpara, y ella lo hizo (aunque un poco de mala gana). Aún así Petunia ahora siempre parecía distante y fría con Lily cuando tenía que estar más de 5 minutos con ella y ese día a la hora de cenar tampoco había sido la excepción, por eso era que Lily se encontraba tan sentimental ahora que faltaba poco para separarse de ella.
El día anterior Lily y sus papas habían ido al callejón Diagon (Petunia se había negado a ir), habían comprado todo lo que necesitaba e incluso una hermosa lechuza marrón. Se había emocionado tanto observando a todos los niños y por como vestían los magos y brujas, y más al ver todos los artículos de magia y todas las miles de cosas que se hacía con ella. Sus papas habían estado igual de emocionados y con la misma sonrisa que ella durante toda la aventura.
Al día siguiente se encontró con Severus en la tarde como habían acordado.
-Hola Lily -la saludo este
-Hola Severus!- le contesto la pelirroja feliz- Oye, antes de que se te ocurra algo, mejor ven a mi casa, Tueney no está.
El pelinegro solo asintió feliz porque nunca había ido, y la empezó a seguir de camino a la casa de los Evans. Llegando Lily había presentado a Severus con sus papás y luego habían subido a la habitación de juegos que tenían los Evans.
-Wow Lily es impresionante- susurro el niño con admiración- Y esas tres puertas de que son? - pregunto mirando hacia el pasillo donde se encontraban otras tres puertas color hueso cerradas.
-Ese es el cuarto de mis papas, ese el de Tuney y ese el mío- respondió la pelirroja señalándolos respectivamente.
-... dices que Petunia no está?-dijo Severus con ojos traviesos.
-Que estarás pensando hacer Severus...- Lily le sonrío con los mismos ojos traviesos.
Cinco minutos más tarde los dos pequeños se encontraban admirando un sobre que habían encontrado sobre el escritorio de Petunia, después de haber esculcado todo el carto.
-Hay que abrirla- susurro Snape
-No Sev que dices! eso es violar la privacidad de mi hermana- le dijo muy seria Lily
-Tiene el sello de Hogwarys, ¿por qué un muggle le escribiría a Dumbleore? Y sobre todo, ¿Por qué Dumbuldore le respondería?
Lily lo volteo a ver con cara de estarlo regañando -Hay Severus... pero bueno, la verdad si da curiosidad... Está bien ábrela pero rápido. – termino convencia.
Snape le sonrió y enseguida abrió el sobre, desdoblo la carta y los dos empezaron a leer.
Su sorpresa fue encontrar el contenido de la carta con una petición de Petunia al director de que ella también recibiera plaza en el mismo colegio, ya que eran hermanas. Más se sorprendieron al encontrar la respuesta del director diciéndole amablemente que plaza se le había dado a Lily porque ella tenía magia en su interior y que por eso era requerida y que Petunia lamentablemente no poseía las mismas habilidades, pero que estaba seguro de que también lograría grandes cosas siendo como era.
Después de quedarse sorprendidos por todo aquel embrollo Severus se fue a su casa y Lily a dormir.
¿Por qué Tuney había hecho aquello? ¿No decía que era una escuela de gente extraña, y que solo entraba gente loca? Y si no es así, ¿por qué le decía esas cosas tan hirientes a Lily cada vez que podía? Y con ese último pensamiento, Lily se quedo profundamente dormida, soñando con el mundo al que en verdad quería pertenecer.
Hoy era el día. Hoy iría a Hogwarts. Lily se levanto temprano, demasiado temprano en realidad; ya tenía todo listo ya que lo había arreglado la noche anterior, bajo a desayunar con sus padres y, obligando a Petunia, los Evans subieron a su coche y apretaron el acelerador hacia King's Cross.
No hubo experiencia más aterradora que aquella que paso Petunia al atravesar la barrera entre los andenes 9 y 10 mientras agarraba la mano de su padre que a la vez agarraba la de su madre, que a la ves agarraba la de Lily. Así es como los muggles padres de magos podían entrar a la barrera, les habían explicado el mago y la bruja que habían ido a informar sobre la plaza de Lily.
Lo único que pudo decir Lily al entrar fue -Wow- y aunque Petunia no lo manifestara, ella también estaba sorprendida, pero como no quería admitir nada enfrente de Lilian, empezó a discutir con ella.
Snape en lo mientras, se encontraba ligeramente encorvado, junto a una mujer delgada, pálida y con una mirada amarga, que recordaba mucho a él. Miraba a una familia de cuatro miembros que se encontraba a una escasa distancia. Las dos niñas estaban un tanto alejadas de sus padres.
Severus veía como Lily estaba discutiendo con su hermana.
.- ¡…lo siento mucho, Tuney, lo siento! Escucha - tomó la mano de su hermana, y la sostuvo, a pesar de que Petunia trataba de soltarse - Tal vez cuando llegue (¡Escucha, Tuney!) Tal vez cuando llegue, podré ir a hablar con el profesor Dumbledore y convencerlo para que cambie de opinión.-
- ¡Yo - no - quiero - ir! - dijo Petunia, forcejeando por quitar su mano de entre las de su hermana - ¿Crees que quiero ir a un estúpido castillo a aprender a ser una… una…?- Sus ojos claros recorrieron la plataforma, por sobre los gatos maullando en los brazos de sus dueños, por sobre las lechuzas ululando y aleteándose unas a otras en sus jaulas, por sobre los estudiantes, algunos ya vestidos con sus largas túnicas negras, cargando sus baúles al interior del tren escarlata o saludándose felices unos a otros después de un verano sin verse.- ¿…crees que quiero ser un… un… fenómeno?-
Los ojos de Lily se llenaron de lágrimas mientras Petunia conseguía recuperar su mano.
- No soy un fenómeno - dijo Lily - Es horrible que digas eso.-
- Ahí es a dónde vas - dijo Petunia, ardientemente - A una escuela especial para fenómenos. Tú y ese Snape… raros, eso es lo que ambos son. Es bueno que te separen de la gente normal. Es por nuestra propia seguridad.-
Lily miró a sus padres, quienes miraban la plataforma con un aire de dicha total, disfrutando la escena. Luego volvió a mirar a su hermana, y su voz se volvió baja y fría.
- No pensabas que era una escuela para fenómenos cuando le escribiste al director rogándole que te aceptara.-
Petunia se puso escarlata- ¿Rogando? ¡Yo no le rogué!-
-Vi su respuesta. Fue muy amable.-
-¡No debiste haberlo leído…! - susurró Petunia - Era algo privado… ¿Cómo pudiste?-
Lily se delató a sí misma al mirar hacia donde se encontraba Snape. Petunia jadeó.
- ¡Ese chico la encontró! ¡Tú y ese niño han estado entrometiéndose en mi habitación!-
-No… no entrometiéndonos - ahora era Lily quien estaba a la defensiva - ¡Severus vio el sobre, y no podía creer que un mago fuera capaz de contactar a Hogwarts, eso es todo! Él dice que deben haber magos trabajando encubiertos en el servicio postal y que ellos se encargan de…
- ¡Aparentemente los magos meten las narices en todas partes! - dijo Petunia, ahora tan pálida como antes sonrojada - ¡Fenómeno! - le espetó a su hermana, encaminándose luego hacia sus padres.
James Potter corría por todo el andén con sus padres tratando de alcanzarlo.
-James! ven acá y por lo menos despídete pequeño! - Le grito la señor Potter a su pequeño hijo de pelo negro e incontrolable con gafas cuadradas.
-Si mamá- Le dijo el pequeño poniendo los ojos en blanco y regresando hacia sus padres.
-Adiós pequeño, cuídate- le dijo el señor Potter agachándose a la altura de su hijo- Y recuerda mostrar todas tus habilidades, más no las que no posees.
-Si papá- le prometió el niño y le dio un abrazo.
Luego recibió un gran beso de su madre y subió al tren color escarlata. Camino unos cuantos pasos y llego a un vagón donde solo se encontraba un pequeño de ojos grises con el cabello negro un poco antes de los hombros, con cara de ser amigable.
-Hola, ¿puedo sentarme? - pregunto James
-Claro - respondió el otro muchacho mostrando una sonrisa- Soy Sirius-.
-James- le dio la mano- James Potter.
Los chicos siguieron charlando animadamente sin darse cuenta de que una linda ojiverde pelirroja entraba con cara triste y se sentaba en una esquina. Cuando James se dio cuenta le pregunto. -Hola, ¿estas bien?-
La pequeña solo asintió y le dio una pequeña sonrisa para luego voltearse de nuevo hacia la ventana. James se encogió de hombros y volteo con Sirius nuevamente.
Mientras, Snape al fin se detuvo, fuera de un compartimiento en el cual unos chicos muy ruidosos conversaban. Encogida en un asiento de la esquina, junto a la ventana estaba Lily, con su cara apretada contra el cristal de la abrió la puerta del compartimiento y se sentó frente a Lily. Ella lo miró y luego volvió la vista hacia la ventana. Había estado llorando.
- No quiero hablar contigo - dijo con la voz contraída.-
-¿Por qué no?-
-Tuney m-me odia. Por ver la carta que Dumbledore le envió.-
-¿Y eso qué?-
Lily le lanzó una mirada de profundo desprecio.- ¡Que es mi hermana!-
-Ella es sólo una… - Snape se contuvo rápidamente, pero Lily, demasiado ocupada en secarse las lágrimas sin que nadie se diera cuenta, no lo escuchó.- ¡Pero nosotros vamos! - dijo él, sin poder contener la emoción en su voz - ¡Este es el gran momento! ¡Nos vamos a Hogwarts!-
Ella asintió, restregándose los ojos, pero muy a su pesar, sonrió ligeramente
.- Más te vale estar en Slytherin - dijo Snape, envalentonado por el hecho de que se hubiese alegrado un poco.
- ¿Slytherin?- Uno de los chicos con los que compartían el vagón, que no había demostrado el menor interés en su conversación hasta ese momento, miró a su alrededor al escuchar esa palabra.- ¿Quién quiere estar en Slytherin? Creo que mejor me voy, ¿acaso tú no? - preguntó James al chico tendido en los asientos al frente de él.
Sirius no sonreía.- Toda mi familia ha estado en Slytherin - dijo.
- Rayos - dijo James - Y a mí que me parecías normal.-
Sirius sonrió.- Tal vez rompa la tradición. ¿A dónde te irías, si tuvieras que elegir?-
James levantó una espada invisible.- ¡Gryffindor, donde habitan los valientes de corazón! Igual que mi papá.-
Snape hizo un ruidito de disgusto. James se giró hacia él - ¿Tienes algún problema con eso?-
-No - dijo Snape, aunque el desprecio en su voz daba a entender otra cosa - Si prefieres ser un musculoso a un cerebrito...-
-¿A dónde esperas ir, viendo que no eres ninguna de las dos cosas? - interrumpió Sirius. James se echó a reír. Lily se puso de pie, un tanto sonrojada, mirando a James y a Sirius con desagrado.
- Vamos, Severus, busquemos otro compartimiento.-
-Oohhhhh…-James y Sirius imitaron su voz arrogante. James trató de empujar a Snape mientras pasaba.- ¡Te veo luego, Quejicus! - gritó una voz, mientras la puerta del compartimiento se cerraba de un portazo.
