Naruto no creía en el destino, pero en ese momento él debía de admitir que si había acabado en el pasado probablemente había sido con un poco de ayuda.
| TRADUCCION |
Esta historia no me pertenece, está escrita por JanieP, quien amablemente me dejó traducirla. Intentaré hacerlo lo mejor posible.
s/7436692/1/The-Hardest-Part
También está traducido al alemán, así como curiosidad.
.de/s/4ec972c60000ff9e0660a029
Traduciré también sus comentarios y le traduciré los reviews respecto a la historia que pongáis.
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¡Hola a todos!
Bueno, aquí estamos, mi primer fanfiction en fanfictionnet :D *emocionada* Lo sé, todo el mundo está emocionado también.
Obviamente Naruto no me pertenece, pero si asi fuera, si Kishimoto leyera UN solo mensaje que le he mandado, el manga terminaría con NaruSasu y con mucho drama xD
Eh, avisos… de momento ninguno, después… jeje
Sin más demora, ¡disfruten de la historia! :3
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Naruto no creía en el destino.
Él no creía que todo lo que él había hecho y todo lo que haría estuviera manejado por una invisible, caprichosa fuerza; le molestaba pensar que el camino por el que andaba fuera el camino por el por el que tenía que andar y no por el que había elegido. Y si iba más allá, cuando él pensaba en Sasuke y en sí mismo, y por todo lo que ambos habían pasado, él rechazaba aceptar que todo estuviera destinado. Si fuera así, todo sería inútil, todo lo que había hecho y por todo lo que luchó tan desesperadamente valdría tanto como un pequeño grano que cae por un reloj de arena.
A pesar de todo, esos pensamientos siempre debían estar preparados para una dura batalla: la duda que a veces se levantaba en su corazón - algo que raramente sentía, y cuando esto ocurría, se forzaba a sí mismo a regresarlos al lugar de por donde vinieron.
Sin embargo, en este momento, mientras jugaba con un pergamino de mediano tamaño que sostenía entre las manos, limpiando las últimas motas de polvo y dejando al descubierto un colorido forro que lo rodeaba, empezaba a sentir eso que él odiaba sentir: esa duda aumentando en su corazón, como si fuera una mordedura de un insecto venenoso.
Había encontrado ese pergamino en una choza unos pocos kilómetros más allá de la todavía dañada Konoha; en realidad él la había encontrado por pura casualidad, cuando había estado caminando para aclarar su cabeza de todos los pensamientos que le molestaban. No había podido resistirlo, había cedido a su curiosidad y había tenido que mirar dentro. A primera vista, había pensado que sólo se trataba de una pequeña cabaña abandonada, pero cuando había mirado más de cerca, algunas cosas hicieron que su corazón parara de latir.
Junto a la puerta había un armario abierto con una blanca capa con llamas, una colección de kunai de sellado alineados en la pared, una pequeña y desordenada cama en el centro y justo al lado una mesilla de noche con una fotografía de las dos personas por las que haría cualquier cosa por ver otra vez.
Estar en la casa que hace tiempo fuera de sus padres hizo que sus sentimientos volvieran y se multiplicaran, hasta tal punto que podría haber jurado que se le había salido el corazón del pecho, simplemente porque su jaula mortal no tenía suficiente espacio para asimilar toda la felicidad que sentía.
A pesar de que el interior de la pequeña cabaña estuviera cubierta de polvo y suciedad, a pesar de que el aire que respiraba fuera húmedo y rancio, e incluso aunque nadie se hubiera preocupado por ella en los pasados dieciséis años, Naruto pudo sentir la presencia de su padre y de su madre aquí: los vio pasar en los momentos relajados, los vio en los malos tiempos, los vio en los momentos desesperados y aun con todo felices de la noche de su nacimiento. Sintió que algo le ahogaba, haciendo sentir su garganta estrecha y su corazón lleno de pesar y pérdida.
No hubiera habido manera de que se pudiera evitar que explorara la habitación: dejó que su mano se deslizara por las superficies polvorientas, hurgó en las estanterías y armarios; encontrando lo que ellos habían dejado, recuperando cosas del pasado que él probablemente hubiera vivido y amado. Le llenó una felicidad agridulce, y el tiempo se le pasó volando. Él sentía más que nunca que era parte de una familia, había encontrado algo que podía llamar suyo, algo que había pensado que se había perdido antes de que él existiera.
Y entonces había encontrado el pergamino.
El mismo pergamino que sostenía ahora. Se preguntó por qué había tomado ese pergamino en particular y no cualquier otro de los muchos, pero muchos más de los que allí había. ¿Tal vez porque le había gustado el color? ¿Tal vez porque era lo suficientemente grande para contener información relevante, pero no tanto como para confundirle?
¿Por qué había tomado el pergamino? ¿Por qué había dejado la fotografía de sus padres de nuevo donde estaba, por qué había cogido un pergamino de ninjutsu con todas las cosas que podía haber tomado? ¿Por qué había dejado la casa cómo estaba, por qué no lo limpiaba y la convertía en una pequeña y agradable casa para vivir?
¿Por qué había tomado el pergamino?
Con el tiempo, Naruto encontraría la respuesta.
En ese momento, él se preguntaba si había sido el destino.
"Bueno, digamos que tal vez mi padre querría que yo aprendiera algún jutsu impresionante", Naruto se había colocado delante de Tsunade, que le miraba-con toda razón-con fastidio, porque no sólo le impedía trabajar, sino que encima le estaba atacando a los nervios. "Y, digamos que, si él hubiera dejado algo para mí, ¿qué sería?"
"¿Aparte de un poco de inteligencia?", cortó ella, volviendo la mirada de nuevo a los documentos que ella había estado mirando cuando escuchaba al joven shinobi, "Probablemente nada. Tu padre pensaba que le vería crecer, así que dudo que guardara alguna cosa en una caja de zapatos que pusiera 'Para Naruto, porque estoy muerto', o algo así."
Él le hizo un mohín y cruzó sus brazos frente a su pecho. "¡No subestimes a mi padre!", se defendió, "Apuesto a que era más listo que nadie, así que estaba listo para todo. Sino, mira el Rasengan."
Tsunade frunció el ceño, un pequeño signo de la furia que crecía dentro de ella, "Si quitamos que no había podido terminarlo porque, Naruto, en caso de que no te hayas dado cuenta, él murió muy joven. Lo que a lo mejor te pasa a ti también si me continuas molestando."
"¡Te equivocas!", acusó enfadado, apuntándola con el dedo, "El sabía que no podría terminar el Rasengan, porque le faltaba chakra y eso, y él sabía que si yo tenía al Kyuubi entonces yo-"
"¡Naruto!", intentó interrumpirle, sin éxito.
"¡No me interrumpas! Y mira, mira lo que hice. ¡Sí! ¡Dilo! ¡Diiii~lo! ¿Eh? ¿Eh? ¿Qué es lo que hice?"
Ella rodó sus ojos. "Lo terminaste."
Naruto estaba orgulloso. "¡Lo terminé! Sí, no me mires como si solo yo te sacara de quicio, mujer."
La Hokage apretó los dedos alrededor de su lápiz, se podía notar claramente que estaba tratando de evitar matar al rubio. "Naruto, ¿cuál es el punto de tu visita?"
"¡Quiero saber si él podría haber dejado alguna información para mí!"
"¿Cómo voy a saberlo? Apenas conocía a tu padre. Pregunta a Kakashi. Él sabrá más y tiene la paciencia suficiente como para aguantarte, así que ahora déjame sola, que tengo trabajo que hacer."
"Como sea", murmuró, "No has sido de ninguna ayuda, baa-chan."
"Adiós, Naruto."
Mientras murmuraba maldiciones, Naruto salió de la tienda de la Godaime y metió las manos en los bolsillos. No hay que decir que él ya había abierto el pergamino, y con el poco conocimiento de ninjutsu que había conseguido mantener dentro de su cabeza, podía decir que el pergamino contenía un jutsu espacio-temporal. Naruto sabía que su padre había sido famoso por ese tipo de jutsu, pero él no tenía ni idea de qué hacer con el pergamino. No era del tipo de persona que se sentaba y estudiaba un pergamino, e incluso no tenía ni idea de qué hacer con todos los signos e instrucciones que había leído hasta el momento. Toda la información que había obtenido hasta el momento era que su padre tenía la letra más femenina y ordenada que había visto nunca, y eso le molestaba. Podía haberse dado el caso-ojalá pudiera saberlo, pero estaba convencido-de que su padre hubiera pedido a su madre que lo escribiera.
La estructura del jutsu le parecía bastante fácil: formaba los sellos jabalí, serpiente, rata y caballo, y después canalizaba su chakra hacía el sello del kunai. Pero a partir de ahí era cuando el pergamino dejaba de tener sentido. Naruto se preguntaba qué clase de jutsu sería; estaba seguro que no era el famoso Hiraishin, porque él no había necesitado sellos para ello. Además, estaba el hecho de que ponía concentra tu memoria y el chacra en el sello. ¿Memoria? Tal vez estaba equivocado y era un genjutsu o algo parecido. Viendo la explicación, parecía más plausible que su teoría del espacio-tiempo. ¿Y si era un jutsu que manipulaba, confundiendo al enemigo con alguna ilusión o algo parecido?
"Argh, ¡esto apesta! ¡Quiero saberlo! ¡Quiero saber qué tipo de jutsu es!". Naruto se revolvió su pelo, enfadado, molesto por todas las preguntas que tenía en su mente.
En vez de hablar con Kakashi como Tsunade le había sugerido, fue recto hasta su propia tienda y buscó el pergamino de su mochila. Lo abrió, lo desenrolló en el suelo y se sentó. Devanándose los sesos, intentó entender qué estaba viendo, pero era como si estuviera leyendo en un idioma extranjero.
"Maldito seas, papá. ¿Por qué eras un maldito genio?",murmuró, y abrió aún más el pergamino. "Formar los sellos, canalizar chakra… tener el sello preparado… blablabla… , suspiró profundamente e inclinó la cabeza hacia atrás, "Sé por qué soy tan malo en ninjutsu."
Dos horas después de estar mirando el papel como un idiota, Naruto decidió pedir ayuda. Enrolló el pergamino y se dirigió a la tienda de Iruka.
"¿Iruka-sensei?", preguntó mientras entraba, "¿Es un mal momento?"
El chunnin se volvió a su antiguo estudiante y le sonrió cálidamente, "Oh, Naruto, no, ¡en absoluto, entra!"
Naruto asintió con la cabeza y decidió no comentarle sobre el tema. "Escucha, encontré este pergamino el otro día y me preguntaba si podrías ayudarme."
Iruka frunció el ceño mientras tomaba el pergamino de su mano. "¿Eh? ¿Y por qué no le preguntas a Kakashi-san? Yo no soy tan eficiente con el ninjutsu como lo es él."
"Sí, sí, pero sentí que tenía que preguntarte a ti primero."
Sintiéndose orgulloso y feliz por esas palabras, Iruka agarró el pergamino, se acercó a la mesa y lo abrió. Después de echarle un vistazo a los símbolos y al texto por unos minutos, sus ojos se entrecerraron y miraron a Naruto con algunos matices oscuros. "Naruto, ¿dónde encontraste esto?"
El adolescente de repente se sintió nervioso bajo la forma en el que le miraba su antiguo sensei. "Eh, esto... en una… especie de… ¿choza? ¿En algún lugar… afuera?"
Iruka le miró por unos momentos con sospecha. "Esta es claramente la letra del Yondaime."
Su padre escribía como una chica.
"¿S-Sí?"
"Lo más que te puedo decir es que es un jutsu espacio-temporal inacabado. No es de extrañar que tengas problemas con él. El Yondaime era un genio cuando se trataba de desarrollar ninjutsu, y si él no pudo terminarlo, está claro que es un jutsu difícil de aprender."
"Sí, cuéntame algo que no sepa", murmuró Naruto, recordando todo el trabajo y tiempo que le costó perfeccionar el Rasengan, "Ne, sensei, ¿qué clase de jutsu espacio-temporal es?"
Iruka enrolló el pergamino y lo cerró antes de devolvérselo a Naruto. "No importa, Naruto, está inacabado. Eso lo hace peligroso de usar, no puede saberse hasta que se hace. Mejor será que lo devuelvas donde lo encontraste."
Naruto se preguntó si Iruka le creía tan estúpido como para creer que le había escuchado. Él actuó como si estuviera decepcionado y permitió que su cabeza bajara un poco. "Oh. De acuerdo."
Iruka agitó su cabello. "Hey, no estés triste-ya eres muy fuerte, no necesitas ningún jutsu que el Yondaime escribiera en un pergamino."
"Sí. Gracias, sensei.", dijo, "Ya nos vemos."
"Nos vemos, Naruto."
Así que Naruto regresó a la cabaña, se sentó en la cama y empezó a leer el pergamino por enésima vez. Algo le decía que él iba a entender en qué consistía ese jutsu, que podía hacerlo, como cuando había completado el Rasengan.
Averiguaría que tenía que hacer, no importaba cómo.
"Muy bien", Kakashi sonrió debajo de la máscara, "¿Estáis todos preparados para la misión?"
Sakura asintió mientras sonreía, Sai miraba como siempre lo hacía (indiferente) y ahora esperaban que Naruto levantara sus brazos al aire y gritara un motivador "¡Yasha!", pero no tenía energía para eso. Toda su energía la había usado la noche anterior para aprender ese estúpido jutsu espacio-temporal. La única cosa buena que había sacado era que había dormido en una cama de verdad en vez de un estúpido saco de dormir. Una segunda cosa buena es que al menos había memorizado todo lo que necesitaba para el jutsu. Quería practicar después de la misión, así que había cogido un kunai sellado también, dado que necesitaba una de las armas especiales que su padre había creado. El único problema era su falta de sueño, sentía que podía tumbarse en el suelo y dormir por años.
"¿Naruto? ¿Te encuentras bien?", Sakura le preguntó con genuina preocupación en su voz mientras se dirigía hacia él, "Te ves muy pálido."
"Eh...Creo que desayuné una taza de ramen que estaba caducada... ", lo que no era una mentira, se había quedado dormido y en su hambrienta desesperación se había tomado una taza de ramen que había en una de las estanterías de la choza. Y después de todo eran dieciséis años.
"¡Bueno, vamos a salir!"
Por fuera, probablemente Naruto pareciera que estaba realmente concentrado en tener una misión sin problemas. Por dentro, sin embargo, estaba procesando toda la información que había memorizado del pergamino. Esto le acercaba a la locura de una manera que no podía imaginar - había pasado toda la noche lanzando kunais sellados y formando sellos que, en primer lugar, no debería poder hacer.
En algún momento se había preguntado por qué estaba tan ansioso por aprender el jutsu. A veces había deseado ser más como Shikamaru para así poder dejarlo estar, pero él era pura determinación, y eso le empujaba a seguir hasta caer al suelo por el agotamiento.
"Bueno chicos, estamos en territorio enemigo", la voz de Kakashi era baja y grave, lo que alarmó a Naruto sobre la situación. Dejaron de saltar de rama en rama y todos bajaron para escuchar más órdenes del jounin peligris.
"Vamos a movernos en formación c", explicó, "Sai, tú te mantendrás en reserva. Naruto, recuerda no bajar tu guardia. Sakura, te necesitaremos para el golpe final."
Sakura y Sai hablaron como si tuvieran la misma boca. "Entendido."
Naruto, por otra parte, sólo contuvo un bostezo y asintió. No tenía humor para hacer la misión, todavía seguía obsesionado por el pergamino. Obsesión, esa era la palabra que había estado buscando - Dios, si alguna vez alguien le hubiera dicho que se volvería un obsesionado del ninjutsu, se habría reído hasta morir.
El equipo se movió, y Naruto sin darse cuenta empezó a quedarse atrás. Sakura le miró por encima del hombro, regañándole con la mirada, pero él no se percató. La única parte de su cerebro que no estaba dormida estaba centrada en cómo realizar el jutsu que su padre había creado hacía años.
Y antes de darse cuenta, lo inevitable ocurrió: el enemigo les envolvió en una dura batalla, que en realidad había sido más una emboscada para el shinobi rubio, dado que había hecho lo que Kakashi le había ordenado que no hiciera: bajar la guardia.
Los enemigos les dispararon una lluvia de kunais, y Naruto trató de esquivar todos. Sin pensar, agarró uno de su portakunai alrededor de su muslo, sin percatarse de que el que había cogido era el sellado.
"¡Naruto, cuidado!", gritó Kakashi y el rubio se dio la vuelta, notando el peligro detrás de él. Sus instintos le golpearon y él automáticamente cambió al Modo Sennin, lo que le permitió salir sin daño alguno del jutsu Katon.
"Guau, ése estuvo cerca... ", murmuró para si mismo, y rápidamente saltó a otra rama para ver la situación. Cinco enemigos estaban luchando contra sus compañeros, y podía sentir otros cinco escondiéndose, lo que significaba diez contra cuatro. El rápidamente creó siete Kage Bunshin y les mandó encontrar a los escondidos; y mientras él contemplaba cambiar al modo de la bestia con colas cuando se dio cuenta que había alguien tratando de emboscarle para atacarle desde atrás, podía sentir el chacra del shinobi preparándose para atacar. Naruto se volvió e instintivamente cambió al manto de la bestia con colas.
Lanzó el kunai que sostenía en su mano y escuchó a Kakashi gritarle que se apartara de su camino: estaba preparado para atacarle con el Raikiri, pero Naruto no se movió. En vez de eso, observó como el kunai sellado volaba hacia el enemigo, y de repente tuvo la sensación de que sabía qué debía de hacer - sus manos empezaron a hacer los sellos jabalí, serpiente, rata, caballo, mierda, eso era tigre, ¿qué demonios estoy haciendo? - y canalizó su chacra en el kunai, con la imagen de la cara de su padre en su retina, imaginándole realizar el mismo jutsu.
Entonces algo extraño sucedió. De repente se vio en su subconsciente, sólo por un pequeño momento - ni siquiera un segundo- y vio al Kyuubi abrir sus ojos, claramente queriendo saber qué estaba haciendo su anfitrión en ese momento, y Naruto pudo jurar que le vio sonreír alegremente.
Al volver al mundo real, escuchó las voces distantes de sus compañeros de equipo gritando su nombre, y el mundo a su alrededor se desdibujó en una mezcla de colores; su cabeza se sentía divertida, sus latidos de su corazón le ensordecían y su cuerpo se sentía cómo si hubiera sido aplastado varias veces. Antes de poder hacer nada - gritar, moverse o pensar - la oscuridad se lo tragó por completo.
"Creo que está muerto, otou-san."
Se escuchaba el sonido del viento a través de las hojas. Conocía ese sonido, porque en verano se levantaba con ese sonido cada mañana. Ahora que lo pensaba, el viento se sentía muy bien en su rostro, cálido y suave, como una mano acariciando su mejilla.
"No lo creo. Si lo miras suficientemente cerca, sigue respirando. Simplemente está inconsciente."
"¡Mira! ¡Tiene un hitae-ate de Konoha!"
Por supuesto que tengo uno, pensó perezosamente intentando darse la vuelta, sin darse mucha cuenta de que no podía moverse bien. Ahora que se fijaba, su cabeza se sentía como si estuviera llena de ladrillos, y por no mencionar el resto de su cuerpo, que lo sentía mucho peor.
"Hn."
Una mano lo agarró del pelo y tiró de su cabeza para arriba, intensificando el dolor que sentía y llevándolo a un nivel completamente nuevo. Gimió y se obligó a abrir sus ojos. Sólo pudo ver una mancha de colores, pestañeó y los colores se aclararon hasta ver una cara sombría.
"Mira. Está despierto."
Quien quiera que fuera el que le había levantado le dejó caer de una manera no muy gentil. Naruto gimió de dolor y trató de levantarse con sus brazos. Sintió un dolor punzante en la cabeza que le hacía parecer que le iba a estallar, y abrió los ojos de nuevo. Esta vez pudo ver el mundo a su alrededor más detalladamente.
Parpadeando para aclarar su vista, Naruto se sentó sobre sus rodillas y se llevó una mano a la cabeza, frotando la zona dolorida. "Owww... owww, mierda. ¿Qué ha ocurrido?"
"Otou-san y yo volvíamos de entrenar. Te hemos encontrado tumbado aquí." La voz pertenecía claramente a un niño, y cuando Naruto volvió a abrir los ojos vio a un pequeño chico agachado en el suelo delante de él, mirándole con curiosidad con sus grandes, oscuros ojos.
"¿Eh?"
"¿Cuál es tu nombre, chico?", la voz grave, probablemente del padre del niño, le exigía respuesta con firmeza, y Naruto miró a su alrededor. Mirando hacia arriba, vio la cara sombría de antes, sólo que esta vez con su visión más aguda la veía más taciturna que antes.
"Um-" tragó, parecía que tenía la garganta llena de púas, su mente era como una hoja en blanco, su respuesta parecía algo fuera de lugar en ese momento.
"¿Qué? ¿No puedes hablar? ¡Te hice una pregunta!" gritó el hombre, y Naruto notó vagamente la mueca que hico el muchacho al escuchar la voz grave y áspera del mayor. "Mejor contesta", susurró lentamente, "A padre no le gusta repetirse."
"Itachi, cállate", espetó el hombre a su hijo, y finalmente las piezas encajaron en la adormecida mente de Naruto - Itachi.
El nombre del chico... ¿es Itachi?
"¿Tu nombre... es Itachi?", murmuró, y se volvió hacia el niño. Su cabello negro le llegaba hasta la barbilla, su cara redonda tenía una piel sana y bonita. Debajo de sus oscuros ojos dos líneas moradas, y supo que la cara que estaba viendo era la misma que conocía de un hombre de unos treinta años, el que...
"Oh, mierda", se dio una bofetada en la cara cuando las piezas encajaron en una imagen, y esa imagen no le gustaba para nada. En resumen, era una catástrofe. Miró al hombre taciturno, y de repente supo que era el líder del clan Uchiha, Uchiha Fugaku, el hombre que años atrás planificó el golpe de Konoha.
"Maldición. Maldición, maldición, maldición."
Ahora, de una manera tan clara como el cristal, sabía qué clase de jutsu había logrado hacer. Ya sabía en lo que su padre había estado trabajando, pero que nunca había llegado a terminar. Todo tenía sentido ahora: eso de la memoria no se refería a crear una ilusión, sino crear un punto de referencia para teletransportarse.
Al pasado.
"¡Chico! ¡Contesta a mi pregunta!"
Naruto ignoró a Fugaku: tenía mayores problemas que un enojado Uchiha con una crisis de mediana edad. Había aterrizado en el maldito pasado - y viendo a Itachi, que no tendría más de cuatro o cinco años - lo había hecho dieciséis o diecisiete años atrás. Y cuando más lo pensaba, más se daba cuenta de cómo estaba en problemas, cubierto de mierda hasta arriba.
Maldición. Y esa era una buena palabra para describir su situación.
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Ah, el primer capítulo termina aquí - Lo sé, fue un poco corto, ¿no? Bueno, ¿os gustó? ¿lo odiáis? Tal vez deberíais contármelo... :3 Review!
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Yo también agradeceré los comentarios con respecto a la narración. He intentado hacerlo lo más fiel posible, y eso me ha dado algún que otro dolor de cabeza. "Thinking hard" no podía ponerlo como "pensando fuerte", así que lo cambié por devanándose los sesos. Puede que haya algo un poco desarmado, y es por eso. Avisadme si notáis algo, por favor :D
