Mientras se acercaba a su puerta, ella se encontró con un camino se pétalos de rosas que llegaban hasta a habitación que compartía con su esposo.

Al entrar se encontró con una pieza iluminada solo por velas y la luz se la luna. En el centro estaba la cama, también cubierta de pétalos. Él hizo uso de su magia e hizo desaparecer el techo dejando a la vista un claro cielo cubierto de estrellas. A Sus oídos llego la misma canción de su boda, que simbolizaba su primer encuentro.

Ella recorrió la habitación con sus ojos hasta que estos se posaron el los suyos. Legolas estaba sentado en el sillón con un bool de frutillas con chocolate en la mano y solamente vestido con un pantalón beige holgado. Su pelo estaba suelto y despeinado. Su mirada azul era dulce y profunda.

Él se levantó y caminó lentamente hacia ella, la rodeó con sus fuertes brazos y la llevó al cuarto de baño. Allí él había llenado la tina con agua caliente con esencia de lavanda. La despojó de sus ropas y la sumergió dentro del agua. Él también se desnudó y entró con ella. Luego la lavó, parte por parte, su pelo, espalda, sus piernas como también lo hizo ella. Se quedaron allí hasta que sus dedos se arrugaron.

Después él la sacó de la tina y se secaron, el uno al otro y él le puso su capa para que no le molestara el frío. La rodeó denuevo con sus brazos y la llevó al sillón. Ella se dejaba llevar, sumisa, encantada por el roce de su piel y su calor.

Ella vio las frutillas a su lado y mientras él se sentaba a su lado las tomó y de dio una con sumo cuidado y delicadeza. Él también le dio algunas seguidas por cortos besos en los labios. Sus miradas eran intensas, llenas de amor y pasión, revelaban el deseo y necesidad que sentían el uno por el otro.

Ella le tomó la mano y lo guió hacia la cama, donde se despojó de la capa. Él la rodeo con sus brazos y le dio un beso lleno de sentimiento y lujuria. Poco a poco puso su fino cuerpo entre el suyo y la cama para luego recorrer a besos su cuerpo haciéndola estremecerse y arquear cada ves más su espalda. Cuando llegó a la flor de su cuerpo, la observó extasiado para luego besarla y recorrerla con su lengua arrancando fuertes gemidos de su boca.

Ella quería darle el mismo placer a él, y recorrió el mismo camino que el llegando a su sexo, llegando a cada parte de este, descontrolándolo y haciéndolo gritar.

Cuando él ya no pudo más, ella subió nuevamente sobre él, esta vez dejándolo entrar en su cuerpo y se comenzó a mover hacia delante y hacia atrás. Sus cuerpos se fueron tensando y su ritmo se aceleró, sus miradas llenas de emoción, sus besos llenos de pasión y sus fuertes gemidos, así tocaron el cielo, juntos.

Luego se separaron sonriendo, él la miró con una ternura infinita y ella tenia los ojos llenos de alegría. Él la movió al lado suyo y la abrazó mientras ella apoyaba su cabeza en su pecho, abrazándolo también. Así se quedaron dormidos, con el corazón hinchado de felicidad.