Hola chicas. Comenzaos una nueva historia. Se llama Operación True Love. A mí me gustó mucho, es una historia sencilla, bonita, sin grandes dramas (aunque alguno hay). Espero que os guste. El fic original es en francés, se titula Operation True Love y su autora es Misslow.
Espero que os guste.
Capítulo ón
Tres meses habían pasado desde que Henry fuera salvado de las garras de Greg y Tamara antes de que abrieran el portal. Pues Regina, gracias a un acto de verdadero genio, había recuperado, gracias a su magia, la judía que Greg estaba a punto de lanzar al agua, impidiéndoles de esa manera escapar. Greg y Tamara habían sido inmediatamente arrestados y encerrados en el ala psiquiátrica del hospital del pueblo, de forma temporal, hasta que el consejo se pusiera de acuerdo sobre su sentencia.
En Storybrooke, la vida había seguido su curso. Regina y la familia Charming habían arreglado sus diferencias, y la calma reinaba en el pequeño pueblo. Henry iba y venía de casa de sus madres, una semana con una y otra, con la otra, y además pasaba mucho tiempo con su abuelo paterno, el señor Gold, alias Rumpelstiltskin, para que el muchacho conociera más cosas sobre su padre, al que Emma vio desaparecer algunos meses antes.
Hablar de Bae con su nieto reconfortaba a Rumpel, tenía la impresión de honrar la memoria de su hijo, y en un sentido, era como hacerlo revivir. Y aunque Regina no estaba muy segura de aprobar esta decisión, así como Emma, no podía impedir que su hijo conociera a su padre, las dos le debían eso.
Y aunque los personajes de cuentos de hadas habían visto los cambios en la Reina caída, permanecían aún escépticos en cuanto a su sinceridad. ¿Tendría ella una idea maligna en la cabeza? ¿Preparaba un malvado plan con el fin de recuperar a su hijo? Muchos se lo preguntaban, pero nadie hablaba de ello. Y Regina lo sabía. Lo sentía.
Ella tampoco se atrevía a aventurarse por las calles que ella misma había edificado cuando lanzó la maldición. Las veces que salía de su casa eran para ir a hacer la compra o para asistir a las reuniones del consejo que presidía ahora el pueblo. Felizmente, todavía tenía algo que decir, no lo había perdido todo.
Sus contactos con el mundo exterior eran entonces limitados. Su vida social se había resentido. Su hijo no estaba con ella sino una semana cada dos, y cuando él no estaba, el tiempo parecía alargarse, la casa ya no tenía vida, y Regina se sentía terriblemente sola.
Sus días, felizmente, eran más ajetreados cuando Henry estaba en la casa. Había cambiado considerablemente de comportamiento con él. Lo mimaba cuanto era posible. Al casi perderlo cuando se había asociado a su madre, ahora fallecida, se había dado cuenta de hasta qué punto su hijo era toda su vida. Que ella solo lo tenía a él.
En cuanto a Emma Swan, ella aprendía a vivir en familia. Al no haber más "malvados" en el pueblo, podía abandonar su papel de Salvadora en el armario para finalmente vivir su vida con sus padres y su hijo.
Vivía sus días adulada por Hook, afrontando cada uno el duelo de Neal a su manera y reconfortándose mutuamente, pasando las tardes en el Rabbit Hole riendo, bebiendo y bailando. Y aunque, desde hace varias semanas, Hook intentaba mostrarse más atrevido con la rubia cuando se movían por la pista de baile, Emma acababa siempre por crisparse y por buscar una excusa para separarse.
Tres meses pasaron y Henry, mientras que todos parecían felices y completos, no podía dejar de percibir que no era el caso de su madre.
Cuando su madre biológica lo dejaba en casa de su madre adoptiva, ella siempre estaba el tiempo justo y necesario. Teniendo siempre una excusa para no demorarse, Henry había acabado por percibir que su madre parecía siempre desilusionada cuando la rubia le anunciaba, en el umbral de la puerta, que se iba.
Él sabía que Regina ya no sentía ningún odio hacia su madre biológica. Al principio, pensaba que Regina había terminado por apreciar a la rubia, que ya la consideraba más como una amiga que como una enemiga.
Después, una tarde, Emma acababa de dejarlo en la casa después de pasar un día disfrutando en la nieve. Regina había mandado a su hijo a tomar una ducha caliente para que no enfermara y apenas lo hubo hecho, Emma se marchó. Entonces, ella había cerrado la puerta, se había dirigido al salón, servido una copa de sidra. Se había sentado en su sillón, se había tomado un trago y se había hundido en lágrimas.
Henry, que estaba en lo alto de las escaleras, podía escuchar muy bien a su madre llorar. Había sentido pena por ella. Pero no se había atrevido a acercarse y preguntarle lo que le pasaba.
Entonces decidió resolver ese misterio. ¿Por qué diablos su madre parecía tan infeliz cuando todo se estaba arreglando y él estaba en casa durante una semana? Y como por azar, cada vez que la veía en ese estado, era cuando Emma lo dejaba con ella. Decidió llevar a cabo la investigación. Estaba dispuesto a descubrir lo que tanto entristecía a su madre.
A lo largo de la semana, él había observado el comportamiento de Regina y no vio nada de "anormal". Regina parecía feliz cuando su hijo y ella compartían momentos de complicidad como la vez que había hecho un muñeco de nieve en el jardín o cuando se habían puesto, al calor de la chimenea, a ver una película en la tele. Su madre sonreía, como nunca antes lo había hecho en su presencia. Desgraciadamente, tenía que ir a clase esas dos últimas semanas antes de las vacaciones de Navidad. Su tiempo de observación era limitado, ya que no tenía sino una semana para pasar con la morena.
Después de esa semana en casa de la morena, y después de la otra en casa de la rubia, llegaron las vacaciones. Le tocaba a Emma dejarlo en casa de Regina, y entonces él observó de nuevo el comportamiento de Regina y en ese momento vio un cambio. Ahora estaba seguro, todo tenía relación con su madre biológica. Porque desde que Regina abría la puerta la sonrisa que ella enarbolaba iluminaba su rostro. Pero esa sonrisa desaparecía en el segundo en que Emma se marchaba.
Él entró en la casa después de que la rubia le despeinara los cabellos, siguió a su madre que cerró la puerta suavemente.
«¿Todo va bien, mamá?» preguntó él inocentemente
«Sí…¿por qué no iría bien?»
«No lo sé, tú pareces…triste»
«Te aseguro que estoy bien. ¿Subes tus cosas a la habitación? Voy a preparar la cena»
La morena se alejó para entrar en la cocina, mientras que el pequeño subía las escaleras para dirigirse a su cuarto para dejar la maleta en los pies de la cama antes de bajar otra vez rápidamente. No iba a dejar que su madre se saliera por la tangente otra vez.
Cuando bajó, se dirigió a la cocina donde la morena, que lo había escuchado bajar, se había secado sus lágrimas con el dorso de la mano e intentaba más mal que bien sonreír.
«Mamá, me he dado cuenta de que estás triste desde hace algún tiempo…» dice sentándose en uno de los altos taburetes de la cocina.
«¿Triste? En absoluto…» dice falsamente, poniéndose derecha. Típicamente ella.
«Entonces, ¿por qué lloras?»
«Yo no…»
«Mamá, sé que has llorado, incluso tu mejilla está aún húmeda…»
«No es nada, no te lo prometo, estoy bien»
«Es Emma, ¿es eso no?»
«¿Qué pasa con Emma?» dice ella abriendo los ojos desorbitadamente y mirando a su hijo.
«¿La amas, eh?» pregunta con una sonrisa sincera
«Yo…¡yo no amo a Miss Swan! ¡Es verdad que nuestra relación ha cambiado, pero no hasta ese punto! No, ¿cómo se te ocurren esas cosas?»
«Mamá…Negarlo no servirá de nada. Yo lo he entendido y no te juzgaré. Pero, te lo ruego, no me mientas más. Me lo prometiste…»
Regina, que ya estaba harta de tener siempre que mostrarse fuerte y entera, acabó por derrumbarse estallando en llanto. Entonces, Henry se echó a sus brazos. Permanecieron así algunos minutos, para dejar que la morena exteriorizara el mal que la corroía antes de enjugar de nuevo sus lágrimas.
«¡Soy una causa perdida! Emma nunca querrá nada de mí, Henry…Para ella solo soy la mujer que la privó de una infancia feliz al lado de sus padres. ¡Y lo merezco! Emma es una persona buena, ella merece algo mejor que yo, cariño…»
«¡No digas eso, mamá…tú has cambiado, tú ya no eres la Evil Queen!»
«¿Pero que cambia eso, Henry? He hecho daño a mi alrededor, mucho daño…y no puedo borrar todos mis errores con un chasquido… ¡Y además Emma está muy ocupada paseándose con Hook! No tengo ninguna posibilidad con ella…y…creo que es mejor así…Además, ¿imaginas?¿La Salvadora y la Evil Queen? ¿Por qué no Ruby y Leroy en todo caso?»
«¡Y bien, es justo por eso por lo que yo creo en ello! Mamá, Emma y tú estáis unidas, yo lo veo, desde que estáis juntas hay…hay ese algo que pasa y…si estar con Emma significa que tendrás tu final feliz, entonces quiero que estéis juntas…»
«Yo no merezco mi final feliz, Henry…yo…yo he hecho mucho mal a mi alrededor…»
«Sí, es verdad. Has hecho mal, mucho mal, pero ahora intentas redimirte. Tienes esta segunda oportunidad y la estás aprovechando. No arruines todo mamá, necesitas amor para avanzar… Y si es Emma a quien tú has escogido, debes decírselo»
«¿Te estás escuchando? ¿Me ves buscándola y deciéndole "Miss Swan, ¿aceptaría cenar conmigo, porque quiero que sepa que la amo?" No. Seguramente no…porque no es amor. Solamente un capricho…quizás inconscientemente tenga envidia…»
«Mamá, sabes…Emma quizás siente lo mismo por ti…»
«Yo no lo creo…Ella prácticamente no me habla, salvo cuando se trata de ti. Nunca acepta tomar una copa cuando viene a traerte. Y además si yo le interesara verdaderamente, no mantendría cierta relación con ese pirata…»
«Son amigos…Emma me lo ha dicho. Y antes que digas cualquier otra cosa, ella también me ha prometido que siempre me diría la verdad…Me ha prometido que no hay nada entre ellos…que solamente le hace bien tener un amigo con quien charlar»
«Aunque ese sea el caso…no quiere decir que la persona con quien ella quiere estar sea yo»
«Y si intentamos descubrirlo, ¿qué te parece?»
«¿Ah sí? ¿Y cómo, pequeño pícaro?
«Dentro de tres días es Navidad, y como vamos a celebrarlo tú y yo en casa de los abuelos, es la ocasión para acercarte a ella»
«¿Acercarme a ella? ¿Con tus abuelos en la misma habitación? Henry, ¿te has dado en la cabeza, o qué…?»
«¡No, hablo en serio!» la interrumpe. «Pero si tienes miedo de su reacción, ¿podemos intentar otra cosa?»
«¿Qué?»
«Mañana, vas a invitar a Emma a comer aquí, y le dirás que soy yo quien quiere teneros a las dos para mí solo. Ella no dirá que no…»
La morena pareció reflexionar algunos segundos antes de cerrar los ojos y mover la cabeza positivamente
«¡Super!»
«Pero eso no cambia el hecho de que no sé qué decirle…»
«Solo tienes que preguntarle cosas, ¡demuéstrale que te preocupas por ella!»
«¿Podrías decirme desde cuándo has crecido tanto?» dice ella acariciándole afectuosamente la mejilla
«Mamá, voy a cumplir 12 años…Ya no soy un bebé…»
«Es verdad. Pero ¿estás seguro de que…es lo que lo que tengo que hacer?»
«¡Segurísimo! ¿Y tú sabes qué? Vamos a darle un nombre secreto a nuestra misión…»
«¿Nuestra misión?»
«¡Sí! ¡Como lo hacía con Emma para romper la maldición sin que tú te enteraras!»
«Ah…y ¿tienes una idea en la cabeza?»
«Sí…¡tan evidente que Emma no se dará cuenta!»
«...»
«Operación True Love»
