Capítulo 1

EL DESPERTAR DE HARRY

Estaba de rodillas en el suelo, cruzando los brazos sobre el resquicio de la ventana y dejando caer la cabeza sobre ellos; contemplaba el bosque melancólicamente a través de los empañados cristales. Hacía tanto viento y nevaba con tal intensidad que Harry apenas podía distinguir nada, y se alegró mucho de estar en aquel dormitorio tan confortable. Llevaba un buen rato despierto, un ruido le había sobresaltado hacía mas o menos una hora y, a pesar de tener sueño, ya no había podido volverse a dormir. Era la víspera de navidad y aunque aun faltaba para el desayuno ya tenía hambre.

No podía dejar de pensar que eran las primeras navidades que no tendría noticias de Sirius y lo injusto que era no poder volver a Grimmauld Place y pasar las fiestas juntos. No quería entristecerse, pero el silencio siempre le hacia perderse en esos pensamientos… además, aquella noche era especialmente silenciosa, seguro que el era el único que estaba despierto, aunque de todas formas, apenas vivía gente en Hogwarts durante la navidad. La mayoría de los alumnos y profesores se iban a pasar las vacaciones a sus casas con su familia y, cada vez que pensaba en ello, se alegraba de tener tan buenos amigos como Ron o Hermione, con quienes poder celebrar estas fiestas. Eso le hizo alegrarse un poco, así que se apartó de la ventana, se levantó y tirándose sobre la cama, bocabajo, cogió la foto de sus padres que tenía debajo de la almohada. Pasó los dedos por encima, suavemente, con ternura, sonrió y volvió a guardarla. No era día para ponerse triste, sino para ser feliz.

Para el ya había comenzado el día, así que no podría volver a conciliar el sueño, y se dirigió decidido a despertar a Ron, aunque no creía que a su amigo le sentara bien empezar el día tan temprano.

-¡Ron¡Ron!... ¡despiértate hombre que ya es Navidad¿No quieres que bajemos a ver que nos han regalado?

-Eeehmms Haarry… peero si aun es de noche y me gusta mi sueñoo (decía sonriéndose)… además… ya tengo muchos jerseeiis…

-¡Jajajaja¡Bueno hombre¿Y lo que te han regalado los demás¿No quieres saberlo?

-Uhmm… bueeeno… vamos -Dijo Ron entre bostezos… aunque sonó muy poco convincente.

Dejó a Ron en la cama y salió corriendo escaleras abajo. Al llegar a la sala común Harry se sorprendió de lo bonita que estaba con todos los adornos navideños que habían puesto, la chimenea estaba encendida y el calor era de lo mas acogedor. De las paredes colgaban guirnaldas con flores y de las antorchas caían unas cintas de color rojo y dorado atadas con un lazo. Sobre la mesa había cestos con ranas de chocolate, pasteles de caldero, grajeas de todos los sabores y todo tipo de caramelos mágicos. De la chimenea colgaban cuatro calcetines, el primero era el suyo, como para no verlo, era de unos colores llamativos, pues lo había tejido Dobby para el como regalo de navidad hace dos años, podía ver sobresalir un pequeño paquete y un sobre rojo, a su lado había dos mas pequeños, uno rosa y otro verde, eran los de Ginny y Hermione y por último el mas grande de todos… y es que con lo que había crecido Ron últimamente ¡no se había parado a pensar cuanto tendrían que haber crecido sus pies! Todos los demás alumnos volvían siempre a casa por navidad, pero con el regreso de Lord Voldemort, los Weasley pensaron que no había un sitio mas seguro para sus hijos que Hogwarts, a si mismo, los padres de Hermione tampoco sabían como proteger a su hija ante las fuerzas mágicas así que los tres se habían quedado a pasar las navidades en el colegio… aunque de todas formas… hubieran buscado cualquier excusa para pasarlas con Harry, o al menos eso es lo que hacían cada año.

Los personajes de los cuadros lucían sus mejores galas, y las dos armaduras de la sala llevaban una capa de terciopelo roja… parecían sonreír. En el centro de la habitación, suspendido a una altura considerable, flotaba un poco de muerdazo, y soltó una carcajada al pensar que alguien debería empujar a Ron y a Hermione ahí debajo. Lejos de recordar su propia experiencia con el muerdazo… se distrajo un poco pensando con quien le gustaría que le empujaran a el, y después de dar vueltas entre las chicas que conocía… se sonrojó al mismo tiempo que se entristeció, pensando que había cosas que era mejor no plantearse…

-¡Eyyyyy Harry! Esta más adornada que nunca ¿no crees?

Se volvió para mirar a Ron que tenía una pinta la mar de divertida, con el pelo despeinado, la bata al revés, el pijama metido dentro de los calcetines y con las zapatillas en la mano.

-Anda Ron adecéntate un poco, no querrás que baje Hermione y te vea asi¿No?

-¿Qué¡A mi eso me da igual!... ahms… Pero vamos… tienes razón… debería ponerme esto al derecho... –Respondió sonrojándose.

-Ha sido una idea genial poner los regalos en la sala común… así podremos abrirlos con Ginniy y Hermione¡aunque tendremos que esperar a que se despierten!

-¡ESO NO VA A HACER FALTA! – Se oyó una voz desde el fondo de la habitación.

Detrás de ellos, Hermione les miraba divertida, estaba sentada en su sofá favorito, al lado de una mesita con una luz brillante, acurrucada y envuelta en una manta verde de lana, Crookshank dormía a sus pies mientras sostenía un libro gordísimo entre las manos.

-Llevo aquí un buen rato. Me desperté y al ver que Ginny no estaba baje a buscarla, pero no la he encontrado, así que me senté aquí a esperarla.

-¿Ya estas preocupándote por todo el mundo Hermione? -Dijo Ron con una sonrisita sarcástica -Ginny sabe cuidarse solita.

- Ya, ya lo se, además en esta noche, es mejor no preguntarse donde estarán tus amigos, quizás puedas estropear alguna sorpresa…. Aunque a decir verdad… también me he quedado despierta porque tenía mucha curiosidad por ver los regalos, y ya que los he visto… ¡no me podía dormir! -Se puso colorada, y muerta de risa, se tapó la cara con un cojín..

-Bueno¿entonces a que esperamos? -saltó Ron impaciente.

-A Ginny ¿no te parece¡Qué es tu hermana hombre! Que poca consideración.

-Jajaja, tienes razón. A si que aprovecharé para comer esas ranas de chocolate, que tengo un hambre -y se dirigió directo a la cesta.

-Como siempre Ron… ¿por qué será que no me sorprende?

-Es normal tener hambre cuando uno se levanta Hermione, para eso inventaron el "desayuno"-Explicó Ron con un tono musical.

-Pensé que te preocuparía un poco saber que está sola en el castillo, de madrugada, al fin al cabo es tu hermana ¿no? –Preguntó Hermione arqueando una ceja.

-Sabes perfectamente que no puedo preocuparme por nada con el estómago vacío Hermione, es la primera norma del día.

-¡Eres insufrible Ron!

-¡Y tu eres peor que mi madre! Ni en vacaciones puedo estar tranquilo, que crees que puede pasarle a Ginny en Hogwarts el día de navidad¡Relájate Hermione¡Estará dando un paseo nocturno!

-¡Apóyame Harry! –Le dijo fulminándolo con la mirada

-Ehms… -Dijo Harry mirando al techo… y pensó que ni siquiera una tonelada de muérdago serviría para casos tan desesperados… -¿Hace mucho que salió Ginny? -Preguntó por salir del paso.

-Pues hace más de una hora, porque me desperté y ya no estaba, pero a saber cuanto tiempo puede llevar. Al principio no le di importancia, pero es que ya llevo un rato esperando… No es que ahora me de por pasarme los días preocupándome por todo el mundo. De todas formas aunque así fuera¡esa es la labor de los prefectos¿No¡Preocuparse por los demás alumnos!...

Hizo una pausa para mirar inquisidoramente a Ron, que en ese momento se le escapaba una rana de chocolate de las manos, que saltaba de forma suicida desde la mesa hacia la chimenea. Tras negar un par de veces la cabeza, Hermione volvió a mirar a Harry y siguió hablándole, dejando a Ron por perdido.

-…Además Ginny esta muy rara últimamente, yo no se que le pasa, pero esta muy seria. Cada vez está menos tiempo con nosotros, siempre anda por ahí con Luna. De todas formas, tampoco solemos vagar solos por el castillo durante la noche, aunque sea navidad sigue estando prohibido…

Mientras hablaba, Ron cargó el peso en los brazos y se puso de pie sobre la mesa en búsqueda y captura de la pobre rana, pero en cuanto levantó las manos resbaló rápidamente, cayendo de culo sobre la alfombra.

-Ron, deberías saber, que aunque sea gracias a la esclavitud de los elfos, se enceran las mesas todas las noches -Dijo Harry entre risas, rehuyendo la severa mirada de Hermione, castigo por tomarse a broma el trabajo de los elfos domésticos. Ron parecía no escucharle, mirando absorto como se abrasaba la rana en el fuego de la chimenea, y Harry también se quedo mirando fijamente el chocolate, como se fundía sobre la piedra, perdiendo la magia que había en el… es como si la rana hubiese muerto, era un pensamiento bastante absurdo, pero al mismo tiempo le entristeció un poco.

Un fuerte golpe le sacó de su ensimismamiento, Ginny había entrado en la sala común y acababa de tropezar con un sillón. Estaba cubierta de nieve, debía estar helada.

-¿Dónde estabas Ginny¡Nos tenías preocupados! -Dijo Ron levantándose del suelo, Hermione le hizo una mueca de incredulidad y luego se volvió hacia ella.

-¿Estás bien? –Dijo preocupada.

Ginny estaba muy colorada, se agarraba la rodilla, debería haberse echo daño, levantó la vista y clavó su mirada en Harry durante unos segundos.

Harry sintió una patada en el estómago, algo horrible debía de haberle pasado a Ginny, tenía los ojos bañados en lágrimas. Al cabo de unos instantes aparto la mirada bruscamente y salió corriendo hacia los dormitorios de las chicas.

-¡Dejadme en paz! -Gritó, y desapareció.

Harry miró desconcertado a sus amigos, que se habían quedado con la boca abierta. Los dos se levantaron rápidamente y corrieron detrás de ella pero enseguida las escaleras se volvieron rampas y cayeron rodando. Hermione se levantó despacio, dirigiéndose hacia sus amigos.

- ¿Qué le ha ocurrido¿Le habrán echo algo? - Dijo Ron con ira- Seguro que ha sido Malfoy, como ahora no puede ir a fastidiar a su casa, habrá estado metiéndose con Ginny. -Pensó Harry en voz alta.

- Dirás ahora que no tiene casa ¿no? - Dijo Ron entre dientes -Algunos se libran de Azkaban solo por tener dinero. Ni toda la fortuna de los Malfoy debería de poder librar de los delitos a su padre, debería pudrirse en Azkaban con los demás mortifagos. ¡Maldito Malfoy! -Dijo Ron mientras golpeaba el suelo con rabia.

- No creo que haya sido nada de eso – Dijo Hermione melancólicamente -yo hablaré con ella chicos -y comenzó a subir lentamente, mientras las rampas se volvían escalones a medida que Hermione las pisaba.