Illidan miraba su plato de comida. ¿Como había terminado así? El era un demonio ahora. El corrompía a sus rivales. Él podía hacer que terminen peleando por lo que juraron destruir. Él había hecho que Kaeltas en vez de buscar la cura a su adicción al arcano se vuelva más adicto. Volviéndolo algo más fácil de controlar. Él había hecho que los tullidos terminen defendiendo la corrupción contra la que tanto años pelearon. También había logrado que los naga… bueno Vash se había unido voluntariamente sabiendo lo que venía. Pero también cuenta ¿No?
El ex-elfo levantó la vista para ver a los illidaris sus illidaris que comían junto a él.
Pero Maiev no, Maiev no se doblaba ante el. Él había corrompido su cuerpo, su mente. Él había manipulado su alma destruyendo las prejuicios que la volvían una mala sirviente. ¿No?. Ahora debía ser ella la que le sirva a él. ¿Porque sentía que era al revés? ¿Por qué estaba comiendo con sus soldados?
Illidan se llevó una mano a la cien ¿Como había terminado así? Hace unos días Maiev se pasó por su oficina con una idea para lograr un mejor lazo con sun tropas. Decía que al estar de igual a igual con sus tropas en los momentos comunes le daría más estatus. Que sus tropas no lo verían como un ser "superior y tyranico" el cual los usa como mera herramientas. Que lo verían como un igual, solo que el manda. Así como los buenos líderes tribales que todos repartan solo por ser el líder. No por fuerza o por habilidad. El naturalmente le dijo que no, a él le gustaba sentirse superior. Entonces.. entonces la desgraciada elfa sacó su arma secreta. "Así demostraras que eres mejor que tu hermano y notarás una traición ante que pase. A diferencia de tu hermano que no las nota llegar ni sabe lo que le pasa a su pueblo" ¿Cómo no iba a decir que si ante esa oferta? A él le encantaba sentirse más que su hermano… no solo sentirlo, demostrarlo y aparte tenía un miedo tremendo a ser traicionado.
El plan era bueno y funcionaba. Sus soldados lo respetaban más, se esforzaban más. El los conocía mejor sabía sus problemas. Sabía si algo andaba mal. Él podía ver una traición antes que incluso pase. El era superior a su hermano. Pero ese no era el problema.
Maiev era el problema, ella había logrado otra vez que EL haga lo que ELLA quiere. Siempre era igual cuando ella entraba en su oficina. El decía que si. No importaba cual fuera la idea él decía que si.
