Cap. 1 "La verdad"
Me sentía exhausta. Después de una semana fuera de casa, regresaba con el %100 menos de mi energía; los viajes misioneros me consumían a tal punto que me daba jaqueca. Y como si lo necesitase me quedaban cinco horas de viaje por delante de Seattle a Forks. Suspiré internamente; los viajes en automóvil no me incomodaban siempre y cuando tuviera buena música para escuchar, pero hoy me sentía esencialmente irritada.
Viajaba con mi hermano Emmett, mi novio Mike, y dos amigos más, y realmente no me sentía bien como para unirme a sus payasadas; la cabeza me palpitaba, y mi único deseo era llegar a casa y descansar.
- ¿Bella, en qué piensas amor?- me dijo Mike al verme fundida en mi ensoñación.
- En nada- mentí– Solo estaba recordando las buenas experiencias del viaje.
-Pero pareciera que estas demasiado concentrada en tomar una decisión- insistió.
-No, de verdad- mentí de nuevo –estaba recordando cómo nos divertimos durante el viaje.
-¡Ah! Está bien- Mike depositó un beso en mi frente y continuó concentrado en su reproductor de música.
Y lo cierto es que sí, estaba demasiado concentrada tomando una decisión. Durante el viaje algo en lo muy profundo de mi me alertaba que las cosas con Mike no funcionaban bien. Después de nuestra primera ruptura y luego de jurarme que no volvería a mentirme, durante este viaje lo volvió a hacer. Fue en un asunto insignificante, pero cada mínimo error valía para mí como uno gigante.
***Flashback***
-Mi amor, iré a jugar básquetbol con los amigos que he conocido- me susurró al oído
-¡Ay Mike por favor! Ya sabes que soy tu novia y no tu mamá, no tienes por qué pedirme permiso para salir.
-Ya lo sé. Es solo que en realidad no quiero ir, pero Félix me ha insistido mucho y me da pena decirle que no- me dijo con cara de inocencia
-Pues si no quieres ir nadie te puede obligar- contesté irritada, me chocaba que se dejara manipular por las personas. –Pero es mejor que vayas, porque si no lo haces, Emmett andará diciendo por ahí que yo te controlo y que eres una gallina.
Mike se lo pensó por varios minutos y luego agregó –Tienes razón, además debo relajarme, me siento muy tenso, te veré luego ¿sí?, Te amo.
Me dio un beso y se fue.
Al día siguiente, mientras desayunaba, Félix se me acerco a saludarme.
-¡Buenos días Bella! ¿Ya estas lista para el día de hoy?- me dijo con gran simpatía.
-¡Hola Félix! -respondí- Por supuesto que estoy lista, me siento un poco cansada pero ya sabes que en este tipo de viajes el cansancio no cuenta.
-Tienes razón- me contestó con la boca llena de comida.
-Por cierto, ¿Cómo estuvo el juego de ayer?– pregunté con la curiosidad en la boca.
- Bien- me dijo –entre Mike y yo anotamos la mayoría de los puntos -presumió- pero lo mejor fue la oportunidad de compartir, fue genial; si Mike no hubiese organizado ese juego creo que tendría bastantes nudos en mi nuca en este momento…
Eso fue como un bote de agua fría en la espalda; no creía lo que escuchaba.
-Un momento- lo interrumpí -¿Fue Mike quien organizó todo?
-Si– respondió temeroso –El mismo fue quien le dijo a todos que habría un juego de básquetbol y que todos estaban cordialmente invitados.
-Yo tenía entendido que habías sido tú quien lo había invitado a él a jugar- le respondí con vergüenza.
-¡Ups! Creo que no ha sido sincero porque él fue la mente maestra detrás de todo esto- me dijo Félix reflexivo –Creo que deberías hablar con él.
-Sí claro- respondí furiosa por su intromisión –eso es lo que haré
***Fin del Flashback***
A este momento ya nos encontrábamos a medio camino y decidimos hacer una pequeña parada para utilizar el baño, y para comprar algo para comer.
-Mi amor ¿me compras algo para comer?- me preguntó Mike con todo el descaro posible.
Puse cara de pocos amigos y me dirigí a la ventanilla para hacer mi pedido; compré dos trozos de pizza y dos chocolates calientes; le entregué sus porciones algo irritada y en silencio.
-Gracias mi amor, eres la mejor novia del mundo- me dijo tratando de suavizarme con sus palabras.
Solo le sonreí con todo el sarcasmo que pude. "A parte de mentiroso, aprovechado, se supone que deberías ser tu quién me invite ¿no?" Pensé llena de furia.
Devoró su pizza y bebida en lo que yo le di el primer mordisco a la mía. Puse los ojos en blanco. Detestaba ese tipo de actitudes en él pero también debía aprender a no ser tan controladora como lo fui en el pasado.
Nos sentamos de nuevo en el auto, Mike quiso tomar mi mano pero de inmediato la retiré y desde ese momento comenzó a notar mi indiferencia. Mientras yo miraba por la ventanilla el me miraba fijamente como buscando encontrar respuestas en mi rostro.
No lo miré en el resto del camino y solo despegaba mis ojos de la ventanilla para mirar mi reproductor y cambiar de canción.
-Mike- rompí el silencio –no quiero que vayas hoy a visitarme, me siento muy cansada y necesito dormir.
- Si por supuesto mi vida- dijo con un tono demasiado meloso – de todos modos tu hermano Emmett me invito a jugar videojuegos y a cenar- perfecto, lo que necesitaba.
Por fin llegué a casa, saqué mi equipaje del maletero y cerré la puerta con cuidado.
-¿Te veré mañana? -me preguntó Mike aun tenso.
-Sí, mañana si podrás venir– contesté entre dientes.
-Bueno hermanita hemos llegado a tu destino- me dijo Emmett en un tono burlón
- Muchas gracias por darme la oportunidad de viajar contigo- respondí –este viaje me ha enseñado muchas cosas y en definitiva me ayudará a tomar nuevas decisiones.
-Me alegro- respondió desinteresado como todo en él – Te veré el domingo, ¡Hasta pronto!
Aceleró el motor y a lo lejos escuché el festival que armaron después de que me bajé del coche.
"Hombres" Pensé y luego suspiré.
Me dirigí a mi casa y entré. Bernie mi perrita corrió a mi encuentro meneando la cola.
-¡Hola beba! ¿Cómo estás? Sabes que te extrañé ¿verdad belleza? Le repartí besos por todo el lomo, y me correspondió lamiéndome el rostro.
-Ya, ya ¡basta! Me estas babeando toda. ¡EWWW!
Renée, mi madre se encontraba en la cocina, y al entrar olía deliciosamente bien.
-¡Hola hija! ¿Cómo te fue?- gritó desde la cocina.
-Bien mamá- le contesté de la misma manera, y huí a mi habitación; Alice, mi hermana menor, me esperaba en la puerta del mismo y me recibió con la efusividad de siempre.
-¡Cuéntamelo todo!- me dijo sin siquiera saludarme.
-Yo me encuentro bien, gracias por preguntar Alice- respondí de manera sarcástica.
-¡Oh vamos! No te pongas sentimental, ya sabes que me pica la curiosidad por saber si conociste galanes en tu viaje- me dijo entre risas.
-No empieces con eso de nuevo, ya sabes que tengo novio- respondí ofendida.
-De ese tarado ni me hables, no lo soporto y bien lo sabes- "ahí va de nuevo" –Aun no puedo creer que estés con él después de todas las mentiras que te dijo.
-Estoy con él porque todos merecemos segundas oportunidades y yo decidí darle una a él- respondí –Pero no te preocupes que pronto todo va acabar; me mintió de nuevo.
-¿QUÉ? No te lo puedo creer- dijo con la mandíbula hasta el suelo –Ves, yo te lo advertí, personas como Mike no cambian, Bella, solo a una persona como tú se le ocurriría darle una oportunidad.
-¿Y tú crees que no sé todo lo que me estás diciendo Alice?- comencé con un nudo en la garganta –No sabes cuán herida estoy Alice, no debí perdonarlo, me volvió a lastimar hermana me siento lastimada, humillada.
-Tranquila hermana, no llores por ese patán- me abrazó
-¿Ahora qué pasó?- intervino mi madre – ¿Por qué lloras Bella?
-Porque el Mike que tanto quieres, y por el cual luchaste tanto para que regresara con él, me volvió a mentir, mamá.
Renée solo guardo silencio y junto con Alice me abrazaron permitiendo que me desahogara.
Eran las dos personas en las que más confiaba, y sentía como si yo fuera una gaseosa a la que Alice agitó antes de abrir; en el mismo instante que ella tocó el dichoso tema de Mike, fue como si abriese la pequeña tapa de la botella: explosión, dolor, y a la vez liberación en pocos microsegundos
¿Cómo Mike pudo ser capaz de lastimarme de nuevo? ¿Qué acaso le parezco de piedra? Sentía como si Mike hubiese tomado mi corazón y hubiera jugado con él al futbol. Había algo que tenía muy claro: No amaba a Mike, pero si le tenía un gran aprecio, lo amé por un tiempo, pero el sopló ese amor al viento cuando me mintió por primera vez, luego de eso, continuó soplando y soplando, hasta que perdí la cuenta de cuantas veces me había mentido. Ya sus acciones no me dolían tanto como la primera vez, lo que en realidad me dolía era que me vieran como un objeto y sentirme utilizada.
¿Tenía razón Alice al considerarme tonta por darle una segunda oportunidad a Mike? Yo creo que sí, y ahora cuando analizaba la situación con ojo clínico, veía todo con más claridad.
La decisión de perdonar a Mike provino de la presión de Renée y muchas otras personas aliadas a él. "Él te ama de una manera inmensurable" me decía mi madre; "Tal vez cuando lo veas perdido te darás cuenta de lo que él vale" me decían sus amigos.
Ahora lo entendía todo, no había sido yo quién había decidido perdonarlo, sino el ser en mi que deseaba complacer al "camino correcto" que todos me indicaban.
Pero ya no permitiría que nadie más controlara lo que yo sentía, "En esta ocasión seré yo quien decida" Pensé convencida.
En estos y muchos otros pensamientos utilice el resto de la tarde escondida entre lágrimas y mantas.
"Ya deja de llorar, Bella" me dije a mi misma "Si ya no lo amas ¿por qué te afecta tanto?" preguntó la Bella fuerte de mi interior.
"Porque no me gusta sentirme utilizada" respondió la Bella débil de mi interior "Porque no me gusta que me vean como un juguete" continuó armándose de valor
-Silencio a las dos- dije en voz alta y exasperada "genial, perdí el control y ahora todos creerán que el viaje me convirtió en loca"
-¿Con quién hablas hija?- preguntó Charlie con curiosidad mientras asomaba la cabeza por la puerta de mi cuarto.
-Con nadie papá- respondí con la voz ronca de llorar – solo estaba pensando en voz alta.
-Hmm digamos que te creí- me dijo poco convencido – Mejor cuéntame ¿cómo te fue en tu viaje princesita?
- Muy bien papá- no había levantado la vista para mirarlo hasta ese momento y de inmediato notó mis ojos hinchados.
-¡Hey! ¿Qué te ha pasado hija? ¿Por qué has estado llorando?
Yo solo bajé la vista y guardé silencio; por más que amara a Charlie no confiaba en él como para contarle mis problemas.
-Ya sabes que puedes confiar en mí para lo que sea que te está sucediendo hija- me dijo como si pudiese leer mi mente.
-No es nada papá- murmuré – es solo que tuve un problema con Mike, pero no es nada de lo que debas preocuparte.
-¿Ese blandengue de Mike te ha hecho daño de nuevo verdad? Ahora si me las va a pagar ese condenado- dijo enojado y rojo como un tomate
-¿Ya ves por qué no quería contarte papá? ¡Tranquilízate por favor!
-Lo siento hija, pero no voy a permitir que te vuelva a lastimar, espérate que lo vea, no le quedará ni un hueso entero en todo su cuerpo.
-¡Papá! De verdad deja que sea yo quien lo ponga en su lugar papá- dije en tono tranquilizador -Ya lo he pensado lo suficiente y ya sé lo que voy a hacer.
Mis palabras parecieron tranquilizar a Charlie un poco, que se acercó y me abrazó muy fuerte.
-No quiero que nadie rompa este pequeño y frágil corazón, pequeña.- dijo besando mi frente -No quiero a patanes como ese cerca de ti o de Alice; me he esforzado lo suficiente todos estos años para mantenerlas a salvo y no permitiré que nada ni nadie venga a destrozar mi trabajo.
-Tú siempre tan sobreprotector papá- dije con ternura en la voz –Anda, ve a comer antes que mamá se enoje, además debes estar muriendo de hambre.
-Te doy un punto nena- dijo sonriendo –De verdad muero de hambre. –Continuó dándose golpecitos en el estómago -¿Dónde está la comidita de Charlie? ¡Aquí taaa!
Me eché a reír, solo Charlie lograba hacerme reír de esa manera. Me sentía mejor, la conversación con mi padre me había dado nuevas fuerzas.
El verlo con esa tranquilidad y ese gozo me inyectaban nuevas esperanzas en las venas para enmendar mis errores.
El viaje y mi padre eran los motores que me invitaban a ser valiente y decirle "no" a Mike, Hoy más que nunca estaba segura que ninguna de sus lágrimas me conmovería…
Me fui a dormir llena de paz, me acurruqué con Bernie y dormí plácidamente…
