Prólogo

Observé la puerta de madera que se encontraba delante de mí, suspiré y respiré hondo con la esperanza de que de esa manera mi corazón dejaría de latir tan rápido, lo admito, estaba asustada. Aún con las manos temblando, y con mi respiración agitada, entré al despacho sin tocar la puerta si quiera.

—¡Dije que no quería interrupciones!—la voz de la Hokage sonó con fuerza en la habitación, ella no me prestó atención en un primer momento y siguió con la cabeza entre sus montañas de papeles.

—Tsunade-sama—nombré con una firmeza que jamás creí tener—¡entreneme, por favor!—pedí en una reverencia.

La rubia por fin dejó lo que estaba haciendo para dedicarme un mínimo de atención, levanté mi cabeza y la miré fijamente a los ojos.

Tsunade sonrió vagamente y entrelazó los dedos encima de la gran mesa del Hokage.

—¿Por qué?—me preguntó con lo que a mi me pareció diversión.

—Porque esta vez quiero ser yo quien los salve—respondí con seguridad.


Y ya han pasado cuatro años de eso…

Me posicioné en el exterior de lo que parecía una cueva, miré alrededor con mucho recelo, no podía permitirme errores, aún que confiar en un Akatsuki era uno de ellos, y de los grandes cabe añadir.

—¿Qué es este lugar?—pregunté con desconfianza mirando las paredes de tierra y siguiéndolo al interior.

—Mi escondite—contestó con simpleza.

—¿En serio quieres que me crea eso?—pregunté directamente.

—Hay tres cosas fundamentales que debes saber de mí—dijo con indiferencia antes de empezar a enumerar—Número 1: odio esperar, número 2: odio hacer que me esperen, y número 3: odio las mentiras.

—Lo dice el que se ha unido a la organización con más secretos de la historia—repliqué con sarcasmo.

—Dudo mucho que mi organización tenga más secretos que tu inmunda aldea—contraatacó sin mostrar sentimiento alguno—Además tener secretos y mentir no es lo mismo—aclaró.

—Omitir la verdad también es una forma de mentir—debatí con clara molestia—Y mi aldea no es inmunda.

—Deseo ver como cambia tu forma de ver a tu "querida" aldea, después de lo que tengo que enseñarte—susurró.

—¿Por qué me ayudas? Sigo sin entenderlo—decidí preguntar.

—No te ayudo, te recompenso—empezó a decir—no recuerdo la última vez que alguien me hizo suspirar siquiera en un combate, debo admitir que tu fuerza, resistencia, habilidades e inteligencia me impresionaron de sobremanera, sin embargo, tu velocidad, ninjutsus y taijustsu dejan mucho que desear, deberías centrarte en mejor eso, con un poco de entrenamiento serías increíblemente más fuerte.

—Lo tendré en cuenta—asentí.

—Aún sigo preguntándome como demonios hiciste para crear un antídoto a mi veneno, tarde tres años en desarrollarlo y tu tres días en encontrar la cura—creo que fue la primera vez que mostró algo de sentimiento en su forma de hablar, parecía molesto, incluso.

—No fue fácil—admití.

—Aquí es—se paró delante de una pequeña puerta de metal y la abrió.

—Parece una guarida de Orochimaru—susurré para mí.

—Lo era—respondió ante mi asombro, lo dije tan bajito y a pesar de eso pudo escucharme.

—Tu oído no es ninguna broma—confesé adentrándome en la habitación.

—Esto es—cogió un sobre de color marrón claro y me lo puso en mis manos.

—¿Y ya esta? ¿Así de fácil?—pregunté con desconfianza.

—Ya te lo dije, no digo mentiras, no debo lealtad a Akatsuki y no hay nada en ese sobre que pueda interesarme.

—Tampoco tienes motivos para entregármelo—asumí.

—Me curaste cuando ya estaba con un pie al otro lado, y…

—Y ya te dije que sólo lo hice por Chiyo-baasama—lo interrumpí.

—Creí haberte dicho que odio las mentiras, quizás una parte de ti sí lo hizo por mi abuela pero los dos sabemos que no fue sólo por eso—replicó.

—Gracias por esto, Sasori—dije levantando el sobre en señal de agradecimiento y dándome la vuelta para irme.

—Espera—me detuvo agarrándome del brazo—me gustaría entrenarte—soltó sin rodeos.

—¿Qué?—exclamé con confusión.

—Los de Akatsuki creen que estoy muerto, y has roto mis preciosas marionetas, quiero entrenarte como si fueras mi marioneta, sacar más de tu potencial, saber hasta donde puedes…

—Adiós, Sasori—me despedí sin dejarle continuar yendo hacia el exterior.

—Vuelve cuando quieras más poder—soltó con claridad.

Salí de la cueva aún con sus palabras revoloteando en mi cabeza y me dirigí al bosque para seguir con mi camino. Mientras saltaba sin dirección alguna, las primeras gotas de lluvia empezaron a caer sobre mi cabeza. Por suerte había un pequeño pueblo cerca y me dirigí a el para encontrar una posada donde pasar la noche. Encontré una pequeña posada pero bastante acogedora y fuí a la habitación que me correspondía.

Dejé mis cosas en el sofá de la diminuta habitación y saqué el sobre que me dio el pelirrojo, nada más empezar a leerlo mi cabeza empezó a dar vueltas como una peonza.

—¡¿Qué es todo esto?!—exclamé con indignación ante toda la información—Entonces, si esto es cierto...Sasuke-kun está a punto de cometer el mayor error de su vida—deduje—Debo proteger esto hasta saber si es verdad—decidí mientras sacaba un pergamino prohibido que lo mantendría bajo una protección poderosa, aunque ne guardé una página de ellos como prueba y mediante sellos, sellé aquellas hojas de papel que tanto daño podían hacer.

Me levanté, me quité las ropas y me bañé para después irme a dormir.

—Esta vez seré yo quien os proteja, y no fallaré, lo juro—pensé antes de caer rendida en la cama.

Los rayos del sol me despertaron con violencia, me levanté de la cama y me alisté para irme de la posada.

—Vuelva pronto—se despidió la amable anciana antes de que saliera por la puerta.

—Hasta pronto—me despedí sin dejar de mirarla.

La distracción casi me cuesta una linda caída al tropezarme con un chico de pelo naranja, aunque el no corrió con la misma suerte y se cayó de culo contra el suelo.

—Lo siento, estaba distraída y…—no pude continuar con mi disculpa cuando este individuo arremetió contra mí sin ningún tipo de aviso.

Por suerte pude esquivar el golpe que estalló contra la pared de la posada, miré a aquel muchacho y observé con sorpresa que tenía el sello maldito, como para no reconocerlo.

—¡Matar! ¡Matar! ¡Matar!—repetía una y otra vez antes de correr hacia mí.


—¡Sasuke!—el grito de Karin llamó la atención del pelinegro—Juugo está…

Sasuke asintió y se dirigió con suma velocidad a detener a Juugo antes de que arrasara con el pueblo entero, o mucho peor.

—Se suponía que tu tendrías que vigilarlo—la atacó Suigetsu con burla.

—¡Calla, cara anchoa!—exclamó la pelirroja sonrojándose de la rabia, sabía que Sasuke no dejaría esto pasar.

Tengo que admitir que ya estoy empezando a cansarme de sólo esquivar sus golpes, y la verdad no creo tener mucho tiempo que perder, debo encontrar a Sasuke y…

—Basta, Juugo—una figura se interpuso entre nosotros dos.

Era él, era Sasuke.

—Anda, no creí que fuera tan fácil—dije sin pensar.

En un segundo Sasuke estaba delante de mí y dándome la espalda y al otro segundo, ya estaba detrás mio.

—Sakura—casi no reconocí su voz, nunca la había oído tan…¿fría?

—Sasuke-kun—salí de mi ensoñación y me di la vuelta para mirarle a los ojos, me asusté un poco al hacerlo, jamás los había visto tan vacíos—Volvemos a vernos, te estaba buscando.

Sasuke ni siquiera pestañeó, siguió impasible, daba hasta miedo.

—Tan hablador como siempre, al parecer—me dí el lujo de decir—Iré al grano, tengo en mi posesión algo que te seguro te interesará.

—Nada de lo que poseas, me interesa—soltó con altanería—Vamos, Juugo—ordenó dándome la espalda.

Saqué del bolsillo una página del sobre y empecé a leerlo en voz alta.

—Informe ANBU, barrio UCHIHA—hice énfasis en su apellido, logrando exactamente mi objetivo, Sasuke giró tan rápido su cuello que puedo jurar que casi se lo rompe.

Y en una abrir y cerrar de ojos tomó la página de mi mano y con desconfianza empezó a leerla, y fue así como conseguí su primera reacción, sus ojos se abrieron ligeramente por la sorpresa, luego me miró e inmediatamente se posicionó detrás de mi con un kunai en mi cuello.

—Explicate, ahora—ordenó activando su sharingan.

—Al parecer si que tengo algo que te interesa, ¿no?—dije con seriedad mirándolo a los ojos, no me importó que tuviera el sharingan activado.