Capitulo 1: Un chico con problemas

Siempre me han dicho, que no tome conclusiones apresuradamente, que no me deje llevar por lo que otros me dicen y que yo forjo mi propio camino; bueno, eso me seria de mucha ayuda en este momento, pues ahora estoy entrando en un manicomio. Gracias familia.

Siempre he sido muy tranquilo, desde que recuerdo, siempre evitaba las peleas, aunque me estuvieran insultando o amenazando y, a pesar de que si quisiera podría matarlos, después de todo practico kung fu desde hace 6 años, no hago nada. He sido buen estudiante desde siempre, gracias a mis padres, y a pesar de los problemas que un chico de 15 años normalmente tendría, mi vida es tranquila, hasta se podría decir que aburrida. Creo que fue todo esto lo que me llevo a aquel día fatídico.

Todo era normal, un día aburrido, la misma comida, las mismas clases, siempre era lo mismo en Manhattan, una ciudad loca llena de problemas.

Llegando del último día de clases del colegio a mi casa me recibió mi mamá.

-Icy! como te fue en tu ultimo día de clases.

Yo tenía una mirada de total desinterés - pues bien, como siempre - a mi mamá no le gusta que sea así, dice que soy muy frio, y se enojo por eso.

Bueno en fin, fui a dar un paseo por la ciudad, estaba tan aburrido. Me comenzaron a entrar pensamientos de que podría haber un terremoto o algún desastre por el estilo.

-Eh? pero en que estoy pensando, yo no soy así - Empecé a pelear... ¿con migo mismo?

Bueno, ignore lo que paso y seguí caminando, aunque quede pensando en ello.

Tenia hambre, después de todo no almorcé al llegar ha casa, así que fui por algo de comer. Entre a un local de comida rápida y pedí una hamburguesa. Paso un rato, el tipo que las hacia se estaba demorando demasiado, me empecé a enojar y fui a preguntarle si ya estaba. Creo que al hombre no le gusto la pregunta y me grito diciéndome que no molestara. Yo no podía dejar de mirarlo, lo miraba con rabia y pensaba -nadie extrañaría a este sujeto si desapareciera.

-que estas viendo- me dijo con un tono de desprecio.

Yo no podía aguantar mas, tenia unas increíbles ganas de insultarlo, golpearlo y todo lo que merecía un bastardo como el. Olvide la orden y me fui del local azotando la puerta de vidrio que se rompió. Me gritaron que no volviera, igual no volvería.

Aun estaba irritado y no me di cuenta que pasaba al lado de unos tipos con muy mala pinta, estaban hablando de cosas sin importancia mientras fumaban. Cuando uno de los cinco me metió el pie asiéndome caer y los otros se empezaron a reír. Yo aun con rabia en mí mirada, ahora aumentada por esos cinco sujetos que solo se seguían riendo. Uno de ellos se dejo de reír y me dijo con una desagradable voz.

-Eh, tienes algún problema idiota

No me di cuenta en que me estaba metiendo – Es solo que tu horrible cara me distrae – dije en un tono burlesco

Los otros cuatro me rodearon mientras él se acercaba a mi, se veía en su expresión que no me dejaría ir solo así.

Le hizo un gesto a los dos que estaban atrás mio, ellos me sostuvieron los brazos mientras el que estaba frente a mi me dio un gran golpe en el estomago dejandome sin aire, los dos de atrás me soltaron crllendo que habian acabado conmigo. En ese momento senti algo que jamas habia sentido en mi vida, estaba lleno de frustracion, de odio, de maldad. Cada fibra de mi cuerpo, cada pensamiento estaba deacuerdo en lo que queria hacer, queria asesinarlos.

Mis ojos de color negro con una pequeña raya en el centro, habían perdido todo su brillo. Las nubes se empezaron a juntar y sonaron truenos de esos que se oyen en las películas cuando algo malo pasa.

Los cinco sujetos ya se iban riendo de su pequeña victoria. Cuando me recupere enseguida, muy decidido y casi inconscientemente, corrí hasta ellos y me abalancé sobre el que me había golpeado, lo reconocí por su ridículo cabello castaño encrespado. Estábamos ambos en el suelo, los demás solo se quedaron mirando sin saber que hacer. Comencé a darle puñetazos sin para, hasta que los que miraban estupefactos reaccionaron quitando me de el como pudieron. El peli castaño, totalmente asustado y en parte también confundido, ordeno desesperadamente a sus compañeros algo que no escuche, yo estaba totalmente concentrado en una cosa, acabar con ellos.

Los 4 hombres se fueron contra mi al mismo tiempo, mientras el otro seguía en el suelo con el labio sangrando.

Sin darme cuenta, la pelea se traslado a un callejón, donde solo nos iluminaba la luz de la luna llena. El sujeto de pelo castaño, ya recuperado, se unió a la pelea. Estaba completamente rodeado, pero sabía que yo podía ganar, tenia mas experiencia que ellos, había entrenado precisamente para defenderme en situaciones así.

Empezaron a atacarme uno tras otro, derivándolos con facilidad, pero mi objetivo principal era el tipo castaño. Me abrí paso hasta el y le di un gran golpe en el estomago, como el hizo con migo, pero se lo devolví con creces. Sentía como sus costillas se rompían en mis dedos, crujían de una forma que me hacia estremecer, era música para mis oídos.

La sonrisa en mi rostro que parecía la de un psicópata, desapareció cuando alcance a ver unos pequeños brillos en la oscuridad, eran 3 navajas.

Trate de reaccionar, pero un cuarto brillo salió desde atrás mio. Sentí un dolor punzante en mi espalda, la fría lamina de acero acompañada de sangre que brotaba cálida y la lluvia que comenzó a caer.

Seguido sentí otra puñalada en mi estomago y luego una gran cortada en toda mi espalda. Alcance a ver hacia atrás, era el peli café que se había levantado como pudo. Me volvió a cortar en el pecho y luego sentí un corte que vino desde arriba hacia abajo en la parte izquierda de mi rostro, sentí como la sangre salía de mi ojo, aunque no me lo había lastimado de gravedad.

Sentí mas cortadas, puñaladas y golpes en todo mi cuerpo. Pero no le puse atención al dolor, estaba cegado por el deseo de ver mas sangre correr.

Rápidamente me agache y barrí todos los pies que me rodeaban y fui uno por uno, empecé hacia atrás.

Cogí la navaja que tenia en su mano y le corte la garganta sin piedad, saboreando la sangre que corría por mi boca, aunque era la mía. Seguí con el otro que seguía en el suelo enterrándole el cuchillo en el pecho; ya solo quedaban 3.

Los que quedaban se alcanzaron a parar pero no alcanzaron a cubrirse de mí. Le di una patada a cada uno para que siguieran en el suelo. Antes de que el ultimo callera, lo sostuve por atrás y con un movimiento rápido le rompí el cuello. Luego caí sobre el otro con el codo sobre su garganta, fue un golpe certero que acabo con el.

Dejando lo mejor para el final, estaba el de pelo café.

-Solo quedas tu – dije con un aterradora sonrisa.

-¡Eres un monstruo! – el hombre, aterrorizado me suplico por su vida en el suelo.

-Que patético – le dije seriamente – ahora hay cinco basuras menos en el mundo – me encime a golpearlo con toda la energía que me quedaba. Finalmente, le di un puño que lo azoto contra el piso, acabando con su vida.

Me levante y camine hacia atrás. La lluvia se fundía con lágrimas en mi rostro, pero no lloraba de dolor o de ira, sino de tristeza y vergüenza de mi mismo y de lo que había hecho.

Ya no podía más, y colapse. Antes de perder por completo el conocimiento, alcance a ver una nueva figura corriendo hacia mí, de la cual solo pude distinguir una línea de color morado brillante.

Caí en el piso manchado de rojo intenso.