Descargo: Los personajes utilizados en todos mis fanfics son propiedad de su autor original, yo sólo los utilizo para dejar fluir mi imaginación. No lucro con este escrito.
Advertencia: Aquí, más que nada, quería experimentar con el punto de vista de una persona ciega, así que mucha trama no hay. Se los comparto porque el fandom es pequeñito, así que todo cuenta.
Aceptar, apreciar y vivir
Irina tiene el cabello rubio, los ojos claros. Vive en una torre alta y gris, hecha de roca. Fuera, el pasto es verde y a veces amarillo, el agua es celeste. Irina no puede verlo, pero se lo han descrito. Hermes se lo ha descrito, con lujo de detalle, y ella le está agradecida. Le gusta saber del mundo que no ve.
Pero tiene el mundo que siente. Es radicalmente diferente, pero no menos bello. Las texturas, los olores. Hermes le ha dicho que ella los percibe más y mejor que él y que la mayoría. Él le ha dicho que no podría distinguir las flores por el tacto de los pétalos, o los tipos de tela sólo por su aroma.
Irina ha aprendido a aceptar que lo que no ve y a apreciar lo que siente.
Acepta que la piel de Hermes es clara, que su cabello es color café. Y aprecia el resto de sus sentidos, los que le permiten descubrir por sí misma la textura de la cicatriz de fuego, el olor a plata y tierra, el sonido de su voz cuando le describe el cielo, el mar...
(Los sentidos que le permiten percibir que entre ellos hay algo no dicho, pero que existe. Que no podrá ser hoy, ni mañana, ni pasado, pero algún día, cuando sus caminos se entrelacen de forma permanente y ella pueda sentirlo a su lado siempre...).
