CAPÍTULO 1:
Hace mucho, mucho frío. El gorro, la chaqueta y los guantes no son suficientes para cortar el frío aire de invierno, mucho menos la nieve. Llevo mis manos a mi boca y soplo un poco de aire caliente mientras doy pequeños brinquitos sobre mis pies, intentando hacer que la sangre fluya rápidamente por mi cuerpo y me caliente. Siento mis dedos entumecidos, mi quijada temblando y mi cerebro congelándose; el aire es pesado, y mis pulmones duelen, y quiero llorar, pero no deseo lágrimas hechas hielo en mis mejillas.
Camino sola por los abandonados callejones de Nueva York con mis manos en los bolsillos, cubriéndolas del frío. Grandes contenedores de basura, luces titilantes, y gatos y perros callejeros escarbando entre los desechos son todo mi panorama. Sé que a unos cuantos metros más, junto al graffiti del lobo aullándole a la luna, se encuentra mi nuevo hogar. Tengo suerte, porque las tablas, el cartón, las tejas y el periódico me protegen del frío en días como estos.
- Hola, peque. - Saludo a mi bebé, mientras levanto el plástico que cubre la entrada a mi "casa".
Él se levanta, se acerca a mí y besa mi cara con su larga y húmeda lengua, logrando sacar una pequeña pero sincera sonrisa de mi parte. Y así, mi día de mierda mágicamente se ha arreglado.
Tian no es un perro de raza fina, pero es enorme e intimidante, lo que mantiene alejados a aquellos visitantes no deseados; él es, literalmente, mi perro guardián. Tian llegó a mi vida en el momento en el que más lo necesitaba, y desde ahí nunca me ha abandonado; somos los dos contra el mundo. Su nombre viene de un carácter chino que vi en uno de mis libros y significa "lo que hay sobre los seres humanos"; hace referencia al cielo como espacio físico y como concepto religioso (1). Para mi, Tian representa a mis padres en más de un sentido: ellos me protegían ante todo peligro, ellos me transmitían su calidez con tan solo una mirada o un toque, ellos eran todo lo que tenía y amaba, y ellos están en lo que el nombre de Tian representa.
La muerte de mis padres le ha dado a mi vida un giro de 180 grados; con esto no solo me refiero a que antes tenía una familia, amigos, un hogar y un futuro asegurado - y ahora ya no - sino al hecho de que, para sobrevivir, tuve que estrellarme contra el mundo y abrir los ojos ante una realidad que llevaba tiempo ignorando porque pensaba que jamás me iba a afectar a mi.
Error. Esta realidad asesinó a mis padres y me dejó en la calle.
Hace poco pensaba que la ignorancia era felicidad; ahora, que duermo en la oscuridad de un callejón bajo el cobijo de tablas y tejas inestables, solo pienso en cuán estúpida y ciega fui.
Saco de mi maleta unas croquetas que he logrado robar de un supermercado cerca al Central Park. Mientras hago un agujero en la bolsa que las envuelve, Tian sacude su cola y pasa su lengua repetidas veces sobre el hocico, expectante.
- Paciencia, chico. Toda espera tiene su recompensa - le sonrío mientras saco un puñado.
Escucho los pasos y casi al mismo tiempo veo el cuerpo de Tian tensarse, con sus orejas hacia atrás y sus colmillos a la vista; sé que gruñirá en cualquier momento.
No puedo evitar gritar cuando un hombre de labios azules y cuerpo tembloroso cae frente a mis pies, en un claro estado de hipotermia.
(1) Lo que digo sobre el nombre es cierto (chino: 天, pinyin: Tiān); para más información, consulten wikipedia.
Bueno, hola :)
Aquí yo arriesgándome con esta tierna y un poco dramática historia dedicada a todos los que se tomen el tiempo de leerla.
Ehem.
Ahora... teorías.
¿Quién es el tipo con hipotermia?
¿Qué hará Bella para ayudarlo?
Los reviews son bienvenidos.
