Silencio, Te va escuchar ella-
-¡¿DONDE ESTAS?¡
Los gritos y las cosas que salían volando con violencia, rompían toda la poco tranquilidad que teníamos hace unos momentos, tenía a mi hermana menor entre mis brazos estreche más el abrazo y murmure muchas cosas en su oído, lo sabía, No, ambas sabíamos que eran inútiles, pero aun así si cada palabra podía tranquilizarla, un poco, aunque sea un poco, era más que suficiente.
-¡¿DONDE ESTAS FATE?¡ - tomo las cobijas y sabanas y las levanto, en unos segundo la pequeña cama termino totalmente tirada en el piso
Levante mi mano para tocar su boca y toparla, había empezado a llorar.
Ella sabía lo que venía, Ohh… claro que lo sabía, yo le temía y ella también,
Mi cuerpo no había parado de temblar desde que ella había entrado por esa puerta, pero ahora que ella, había gritado su nombre, comencé realmente a temer lo que podría pasarle.
Maldición…
Porque demonios no era mí a quien ella descargaba su odio, porque en ella, a mi hermanita, ella solo tenía 6 años, era muy pequeña, ella no merecía esto.
Algo de cristal se estrelló contra el closet en el que estábamos, apenas toco con la puerta se hiso pedazos, unos cuantos pedazos entraron en las ranuras, causado unas cuantas cortadas en los brazos.
SE ESTA ACERCANDO
¡Aléjate! ¡Vete!
Se veía realmente enojada, tenía que hacer algo rápido, piensa, piensa, PIENSA, se demandó y obligo a su cerebro pensar en algo, se golpeó la cabeza con un brazo.
Podía salir con Fate y hacerla razonar… una vez funciono… sabía que no funcionaria, se le veía demasiado enfadada siquiera para escucharlas y Fate no paraba de llorar y temblar dudaba que pudiera hablar con Madre en ese estado… No tenía que pensar en algo más.
¿Huir?
No, No funcionaria, ella estaba bloqueando la puerta, y siempre que lastimaba a Fate, cerraba la puerta principal con llave…
¿Enfrentarla sola hasta que se tranquilizara?
Podría funcionar, ya la había golpeado en ocasiones pasadas, pero eran contadas las veces que la lastimaba de verdad, en otras veía que se contenía con ella o solo la empujaba, pero que podría hacer una niña de 10 años…, tenía que ganar tiempo, eso hare.
Primero esconder a Fate.
En tantas esas ocasiones en que Madre se iba y las dejaba totalmente sola en la casa por días, había tenido la fantástica idea de hacer un compartimiento en el closet, había colocado una madera plana muy larga que tapara muy bien una parte del closet, quedando una parte escondida entre la pared y la ropa, si este plan funcionaba estaba segura que le enviaría una carta diciendo que era su gran Fan a ese mago de la Tv que muestra cómo hacer los trucos.
En ese compartimiento cavia alguien pequeño, ella no, pero Fate cavia perfectamente ahí.
-Hay que hacer magia Fate… serás mi eterna cómplice- murmure todo muy bajo, coloque a Fate en el espacio y le bese su frente y seque sus lágrimas, ella no dejaba de negar con la cabeza y no soltaba mi mano- el hechizo se rompe si sales, canta una canción muy bajito para que ella no te escuche y veras que el hechizo funciona y ella no te lastimara- me solté de su mano y coloque la madera asegurándome de que no se viera y tapándolo un poco con ropa.
-Nube que atajas sol,
Sol que derrites nieve,
nieve que cortas patita,
¿por qué sois mala?
Madre estaba revisando gavetas y aventado el contenido… algo buscaba.
Salí del closet rápido y de un brinco me coloque a unos metros de ella, ella me miro pero su cara no cambia, seguía con la misma ira…
Se acercó a mí y me tomo de los hombros y me sacudió, sentía sus uñas clavándose contra mi piel.
-¿Dónde está?
-¿Dónde está quién?- le respondí altaneramente, tenía que cambiar al objetivo que iba dirigida su ira… aunque el nuevo objetivo fuera yo, no importaba.
-Yo no soy mala;
el viento es malo,
que me lleva a mí.
Apenas me di cuenta en el momento que ella había levanto la mano fue cuando, me vi a mi tirada en el piso y ella lo mantenía totalmente arriba, nunca me había golpeado de esa manera…
No se iba a tranquilizar tan fácil.
-¡ME VES CARA DE ESTUPIDA!
Me contuve a responder, pero esperaba que ella entendiera mi mirada, su mirada de endureció mas y me sujeto de la ropa y me tiro dos golpes con más fuerza que el ultimo anterior.
-Alicia, no me provoques, sabes que no te quiero hacer daño, ¡¿SOLO DIME DONDE ESTA FATE DE UNA MALDITA VEZ?
-NO LO SE – Yo apenas era capaz de mantener las lágrimas por el tremendo golpe que había dado, Ella me sujeto con más fuerza y me aventó lejos de ella.
-Pared que atajas viento,
viento que llevas nube,
nube que atajas sol,
sol que derrites nieve,
nieve que cortas patita,
¿por qué sois mala?
Camino hasta el closet y empezó a ver dentro de él, movió la ropa, la aventó maldigo y golpeo todo a su alrededor.
Yo rezaba con que Fate no se moviera ahí, rezaba para que Madre no pudiera escuchar el seguro llanto que tendría exactamente en este momento Fate.
Madre se volvió a acercar a mí, yo todavía continuaba en el piso, pero en ningún momento desvié mi mirada de su persona.
Le temía…
Pero no permitiría que le hiciera daño a su hermana, eso no lo permitiría, Ya no.
-¿Dónde está? ¿Dónde la escondiste?- sonreíste internamente, tenías un punto a tu favor, ella estaba empezado a creer que ella ya no se encontraba aquí.
-¡Se largó de este infierno que le causa una maldita bruja!
-Yo no soy mala;
mala es la rata
que me cava a mí
Me soltó otro tremente golpe que me aventó directamente contra el piso, haciendo chocar a mi cabeza y dejándome totalmente aturdida y mareada.
-Alicia, no volveré a preguntar, ¿Dónde escondiste a Fate? – me sujeto del cuello de la playera y me levanto un poco.
Todo me daba vueltas aun, pero de alguna me logre sentar y trate de centrar mis ojos en ella.
Estaba sangrando…
La sangre escurría y nublaba mi vista.
Cuando logre verla bien me di cuenta de sus pupilas dilatadas, ojeras y lo pálida que estaba.
Esta drogada…
Ella era capaz de muchas cosas en estos.
-Ni aunque lo supiera te lo diría.- escupí cada silaba lentamente y con todo el odio que me permitía mi voz en ese momento, aunque en ese momento mi voz era baja, era muy clara, ella solo frunció el ceño, ella solo me soltó asiendo me caer.
-Rata que cavas pared,
pared que atajas viento,
viento que llevas nube,
nube que atajas sol,
sol que derrites nieve,
nieve que cortas patita,
¿por qué sois mala?
-Sera a la mala entonces…- Ohh, conocía ese tono de voz, era cuando ella sacaba… no se atrevería ¿Verdad?, no, si se atrevería y lo haría.
Sabía lo que vendría ahora y no era nada bueno, el solo imaginarme lo que empezaría en breves momentos, no paraba de temblar, estaba empezando costale respirar… y ni siquiera había comenzado
Lo vista a ese látigo en sus manos, no era momento para dudar, tenía que soportar, a ella se le veía cansada se aburriría en un rato si mantenías cerrada tu boca.
O eso esperabas.
Se acercó a ti con pasos cortos y pausados y jugando con el objeto en sus manos, deslizando lentamente sus dedos sobre el.
El látigo era de color café claro, se encontraba oscurecido por manchas de sangre, la tuya y de Fate.
El simplemente recordar lo que ella te había hecho antes te hacía temblar y querer tirar la toalla, PERO NO, NO PODIA, el solo imaginar a Fate en esta situación le revolvía lo más profundo de las entrañas, no se permitía debilidad en un momento así, no le iba a dar el gusto.
