Hola a todos :D. Bueno, este es mi primer fanfic de TLOZ, admito que sera dificil ya que este juego es de una temática un tanto más seria, tratare de aferrarme a eso sin perder mi esencia xD. Bueno, para lo que siguen mis fics de Bleach, no se preocupen, continuare con mis historias y definitivamente terminare el fic que tengo pendiente, no teman :3

Antes de que se aventuren a leer, este fanfic se ubica en Hyrule Warrior, el modo Leyenda lo he terminado como 4 veces xDD por lo tanto, cada que veia una escena surgia más inspiracion. ALERTA DE SPOILERS! si aun no has jugado el juego y no quieres una sorpresa, no lo leas, si quieres eguir, es bajo tu propio riesgo :3

Disclaimer: The Legend Of Zelda, Hyrule Warriors y sus personajes pertenecen a Nintendo. Este fanfic esta hecho con fines de entretenimiento y sin fines de lucro.


Destino decidido.

Prólogo

En un bosque oculto, que nadie conocía, muy lejos de los ojos de los mortales, se cernía con majestuosidad una hermosa construcción. Era un castillo magnifico digno de un gran rey, a su alrededor había bellos rosales y jardines bien arreglados, y las escalinatas, que era custodiadas por dos enormes estatuas daban un toqu sin igual al lugar. Las puertas eran grandes y en la entrada, iniciaba una alfombra de color morado, la cual parecía indicar el camino al interior. Dentro del castillo, en lo mas profundo, estaba una mujer. Vestía un hermoso vestido lila el cual cubría todo su cuerpo, las mangas tenia forma de campana haciendo que la tela se meciera con gracia ante cualquier movimiento de manos de la joven, tenia una piedra azul en el centro del pecho y lucia una capa larga que hacia juego con su conjunto. Su cabello liliáceo era cubierto por un sombrero del color de su vestido, todo haciendo armonía con el color purpura de sus ojos. Su nombre era Cya. Era una una hechicra que observaba el espacio y el tiempo desde una bola de cristal, podía saber el destino y propósito de cada alma que observaba, pero siempre sin intervenir. Era una tarea que le habían encomendado las Diosas Din, Nayru y Farore para velar por el balance de la reliquia mas importante de Hyrule, la Trifuerza.

-Lo mismo de siempre-dijo ella con aburrición mientras observaba-Me pregunto si pasará algo interesante en esta era.

Cya había sido fiel testigo de sucesos muy importantes desde la reencarnación de la Diosa Hylia; con el tiempo, ella se dio cuenta que ciertos eventos tendían a repetirse pero con algunos cambios, pero había algo en ciertas eras que llamaba su atención.

-Ese chico…-exclamó mientras observaba la esfera frente a ella-su alma renació una vez más…-ella veía como un joven rubio de ojos azules despertaba de su letargo después de 7 años tras retirar una espada sagrada de su pedestal-Déjenme adivinar… el enfrentará al mal ¿no?-continuó observando las peripecias del joven, que después de muchos meses, esfuerzo y obstáculos sorteados, logro encontrar a la Princesa y salvar su tierra, además de derrotar al mal una vez más-El mismo final de siempre-dijo ella aburrida-aunque… el alma de ese chico sin duda es especial-terminó sonriendo, estaba maravillada por el gran sentido de justicia de ese joven.

El tiempo seguía pasando, y ella comprendió que el alma del joven que capto su curiosidad, renacía una y otra vez cada vez que Hyrule le necesitaba; mientras más lo observaba, esa curiosidad se iba convirtiendo en un sentimiento más intenso.

-Ese muchacho sin duda es increíble, pese a que su alma renace una y otra vez, su esencia no se pierde-dio ella sonriendo frene a su bola de cristal-su corazón noble y generoso se reflejan en su mirada-continuó acercando su mano a la esfera, que contenía la imagen de aquel joven. No podía tocarlo, él nunca la conocería, pero por el momento eso estaba bien, ella siempre podría observarlo.

Lo único que había pasado por alto, era el hecho que el alma del héroe estaba ligada a la de una Princesa, aquella a la que protegía en cada era en que él renacía, aquella con la que estaría el resto de sus días cada vez que se encontraran.

-¿Qué?-pregunto Cya atónita-¡Es injusto! Yo debo quedarme aquí… ¡Solo observando! Y ella…-señaló con furia-Ella… solo por ser la Princesa… ¡¿Debe quedarse con el héroe?!-se recargó en una mesa cercana-No es justo…-se lamentó mientras una solitaria lagrima resbalaba por su mejilla-Ya no quiero esta vida.

Cya, que por mucho tiempo se mantuvo fuerte, observando las eras sin desear cambiar algo, por primera vez sentía tristeza, ira, celos, envidia. Quería salir y encontrarse con ese joven, pero su deber no se lo permitía, el mismo destino no se lo permitiría. Lloró un buen rato, dejo su deber a un lado por unos instantes para dedicarse a sus emociones, que era muchas, cualquiera diría que ella no conocía a ese joven y solo observaba, pero todos esos días, esos meses, esas eras, habían permitido que Cya viera desde lo más vanal hasta lo más profundo de la personalidad del Héroe, y que esa curiosidad de convirtiera en un sentimiento fuerte y honesto.

Algunas eras después, el Héroe volvió a aparecer para enfrentar al mal nuevamente, esta vez logrando partir el espíritu malvado en 4 fragmentos, 3 los selló en atravez del espacio y el tiempo, el ultimo, lo selló custodiado por la espada sagrada que repelía el mal. En ese momento, la Trifuerza del Poder paso a ser de Cya.

-A veces no las entiendo-dijo ella refiriéndose a las Diosas, estaba sentada frente a su bola de cristal, observó el fragmento que flotaba graciosamente sobre su mano-supongo que saben que aquí estará segura y alejada de los otros fragmentos-Cya seguía mirando el fragmento que ella ahora poseía, aquel que privilegió a un ser malvado dándole paso a causar terror y caoz en incontables ocasiones-Es increíble lo que una cosa tan pequeña puede hacer-mencionó ella mientras rodeaba el fragmento en una esfera de energía y lo guardaba dentro de ella-Ahora recuerdo… la Trifuerza concedería un deseo a aquel al que la poseyera-a su mente llegó la imagen de aquel héroe en ropajes verdes-No, no, no… Cya, ¿Qué crees que haces?-se regañó a si misma-Las Diosas te confiaron el fragmento, no puedes tomar decisiones deliberadamente-Y sin más regresó a su tarea: observar.

El tiempo pasó, lento y constante sin detenerse, y con esto, un nueva era empezó. Cya decidió que era hora de dar un vistazo nuevamente a Hyrule, ahí fue cuando se dio cuenta que el Héroe había renacido una vez más.

-¿El héroe de nuevo? Pero si Ganon ya no está-dijo pensando en el fragmento de la Trifuerza que ahora ella poseía, a la par que nuevas ilusiones y pensamientos se cernían en su mente.

-Seria increíble tener al Héroe para ti sola ¿No crees=-una voz se hizo escuchar, Cya se sorprendió puesto que en su castillo solo estaba ella.

-¿Quién eres?-preguntó ella desafiante.

-¿Quién dice que no puedes cambiar los designios del destino?

-¡Responde quien eres! ¡Muéstrate!

-No te preocupes… pronto aceptaras mi ayuda-y con una risa siniestra, la voz dejó de escucharse.

Cya no comprendía lo que acaba de pasar ¿Acaso después de tantos años, el encierro la estaba volviendo loca? Descartó la posibilidad y siguió con su tarea, esta nueva era en Hyrule había llamado su atención. No estaba poniendo mucha atención a su actividad, tenia muchos pensamientos en su mente. El destino decia que el Héroe y la Princesa, en cada era que se encontraran, terminarían juntos. Pero esa voz insinuó que se podían cambiar los designios del destino ¿Podría ser posible? Pensó en la Princesa de Hyrule. Desde que la Diosa Hylia decidió reencarnar en un cuerpo mortal, eligió un alma para que fuese su protector, desde ese instante el alma del Héroe quedó ligada a la de la Princesa. Inevitablemente sentimientos negativos volvieron a inundar su mente, esas dos almas estaban destinadas a estar juntas y todo por el designio de una Diosa. El tiempo siguió transcurriendo, seguía observando la actual era en Hyrule, pero la ira y los celos se habían apoderado de ella, no podía ver a la Princesa sin que esos esos sentimientos se intensificaran, tenia que hacer algo, hacer algo con la Princesa.

-Yo puedo ayudarte-dijo la voz misteriosa después de un largo periodo.

-¿Cómo podrías hacerlo?

-Yo te daría todo lo que necesitas para hacer tus sueños realidad.

-¿Todo?

-Todo, y así el héroe estaría contigo-dijo la voz cínicamente-¿Lo imaginas?

-Si… si puedo imaginarlo-dijo la hechicera con la mirada perdida. Algo dentro de ella le decía que no escuchara esa voz maligna, pero lo ignoro completamente.

-¿Y sabes que debes hacer para lograrlo? Debes deshacerte de la Princesa de Hyrule.

-¿D-deshacerme de la Princesa?

-Si, sin una Princesa a la que su destino este ligado, el héroe podrá estar contigo.

-Así es… el alma del Héroe será para mi-dijo Cya sonriendo aun con la mirada perdida, la oscuridad se estaba apoderando de lla.

-¿Aceptas mi ayuda, hechicera?

-¡Si! ¡La acepto!-un aura negra salió de lo alto y rodeó a Cya haciéndola gritar de dolor. Un haz de luz salía por entre su pecho, la cual luchaba contra la oscuridad alrededor de la hechicera, pero era inútil, la oscuridad era densa y maligna. Cya cayó de rodillas al mismo tiempo que el haz de luz salía expulsado de ella. Esa luz se materializó en una persona que observó con terror como la hechicera era consumida por la oscuridad.

El aura negra se disipó revelando a Cya cuyos ropajes ya habían cambiado. Sus ropas ahora eran de un color morado oscuro con líneas amarillas, tenia un pantalón de 1 sola pierna y en el torso un pronunciado escote. Su sombrero ahora tenia un antifaz que ocultaba la maldad de su mirada sorprendiendo a la persona nacida de su luz.

-¡Cya! ¡¿Por qué lo hiciste?!-exclamó la persona frente a ella-¡Esta no es la manera!

-Oye… ¿Acaso va a sermonearme?-preguntó la hechicera altaneramente.

-Cya… tu y yo somos una… y lo que antes fue un sentimiento puro en nuestro corazón se ha corrompido. Yo siento lo mismo que tu… por favor…

-Entonces, si sientes lo mismo que yo, ¿Por qué no me apoyas? Es lo que ambas deseamos ¿no? Y la única forma de conseguirlo es esa, deshaciéndonos de la Princesa de Hyrule.

-¡No! Cya, no cometas una locura

-¡Habla ahora! ¿Me apoyas o estas en mi contra?-preguntó Cya retóricamente, la persona frente a ella vaciló un poco, y cerrando sus ojos dio la vuelta.

-Lo siento, Cya, no cuentes conmigo en esto.

-Muy bien, entonces ¡Lárgate!-gritó la mujer señalando la enorme puerta-¡Tengo el poder que necesito para conseguir lo que quiero!

-¿Lo que quieres? ¿Acaso eso es la furia del Héroe Legendario?-preguntó la persona dando media vuelta encarado a la hechicera.

-¿De que hablas?

-El héroe no permitirá que dañes a la Princesa, Cya.

-¿Cómo lo sabes?-Cya rechinó los dientes en señal de enfado.

-Hasta un ciego lo vería… -respondió la persona nuevamente encaradno la puerta-la fiereza con la que el Héroe protege a la Princesa, hemos sido testigos de ello una y mil veces. Él no dejará que algo malo le pase a ella-dijo la persona empezando a caminar.

Cya vio con furia como su parte de luz se marchaba, ¿ella que sabia? Ahora tenia poder.

-¡Ja! ¿Qué importa? Nada se interpondrá ante mi objetivo-alzó sus manos para invocar un hechizo-¡Destruiré a la Princesa de Hyrule! ¡Y nadie podrá detenerme!-una risa maquiavélica salió de su boca mientras un ovalo se formaba frente a ella, era un portal que se conectaba con tres era pasadas que el Héroe había logrado salvar; moustros entraban desde el portal haciendo reverencia a su nuevo amo, Cya sonreía satisfecha al ver su obra, envió sus primeras tropas al castillo de Hyrule, mientras más rápido empezara, más pronto acabaría con la Princesa.

Mientras tanto, el ente maligno sonreía con cinismo mientras observaba a la Hechicera, la primera parte de su plan había funcionado.


Ahi lo tienen. el prologo. Adelante la narrativa original para llegar a este punto, la historia seguira la linea original con un poco de mi autoria, por supuesto. Se que no es muy largo, pero solo es el planteamiento de la historia :D Dejen revius, y con eso, pronto publicare el sig capitulo. Ya sale Link *-*