Aclaraciones:
Es mi primer AU, me da miedo xD.
Oso, Kara, Choro, Ichi y Jyushi tienen diferentes edades. Un año de diferencia. Van de los 22 a los 18.
Totty es la única chica, Todoko, de 17.
Mi hermana es muy bonita y tenía que sacar ventaja de aquello. Tenía que entrenarla a ser dócil, y aprovechando que ya era linda de manera muy natural aunque fuera una perra que nos desconociera de repente. Contaba con un enorme potencial para ser una perra que me diera dinero. Y sí quieres que algo funcione, tienes que hacerlo por ti mismo, o intentarlo, por si falla, salir corriendo antes de que se den cuenta de que es tu culpa.
Todoko era la menor de nosotros seis. Apenas cumplía los diecisiete como para saber que era putear. Ya puteaba, quiero hacerme al que no me doy cuenta de su don. Los chicos le mandaban mensajes, le regalaban cosas y estaban atentos a ella. Tengo envidia, como el hermano mayor, tendría que recibir esa clase de trato, pero mis hermanos son demasiado idiotas como para respetarme y Totty demasiado puta para hacerlo.
—Totty, ¿has pensado en la prostitución?— me atreví a preguntarle una noche donde el resto de los miembros de la familia se encontraban haciendo algo útil: Karamatsu surcía los calcetines de Jyushi. Choromatsu estudiaba para un importante examen, ¿y de que sirve la escuela? El pachinko deja dinero sin siquiera saber matemáticas o leer, sólo le jalas a la palanca y ya estuvo. Ichimatsu leía un extraño libro y Jyushimatsu le sacaba brillo a su bate favorito. A veces me pregunto si no soy adoptado.
Mi hermana me miró asombrada y me dedicó una de sus sonrisas "kawai" que parece tener efecto en extraños. En nosotros, ni un poco. Sabemos que es una hipócrita con gran cuidado facial.
—¿Por qué preguntas eso, Osomatsu nii-san?— Todoko me preguntó al bajar su teléfono. Demasiado rosa, como ella y con un conejo de adorno. Para todo era adorable, hasta cierto punto me gustaba y solía mirarla de reojo. Lo siento, es inevitable, está bastante buena.
Digamos que me quedé sin aire. Esperaba que se comportara como una chica normal y diera uno de esos grititos agudos y dejarme la cara irreconocible por la bofetada poderosa que me regalaría. Entonces, Karamatsu preguntaría "¿Qué le hiciste a nuestra lady?" y Totty le respondería: "Nii-san me está diciendo cosas sucias. Es un pervertido". Todos me verían con odio y me dejarían en coma por unos cuantos días. No pasó, lo cual me dio confianza para seguir conversando con ella. Sonreí de lado y me le acerqué. Está clase de platicas debían de ser íntimas.
Ella fue sútil, se sentó como toda una señorita y recargó su rostro sobre sus manos. La miré con una ceja alzada, pero no dejé que su aura de perra angelical me dominara.
—Es que me gusta el dinero fácil— mi sinceridad fue innata, tuve que ponerme el dedo debajo de la nariz. Tenía que demostrar que no me importaban los métodos para llevar una vida sin problemas. Me gustaba ser un parásito para la sociedad. —Y conozco a alguien con dinero que se acaba de pasar al vecindario— seguí hablando por impulso. Si Todoko se enojaba y les pedía a mis hermanos que me linchasen, estaba bien. Creo. Lo podía negar, aunque no diera resultado.
—¿Atsushi-kun?— Todoko me dijo al acercarse más a mi rostro. Era obvio que supiera de quien se trataba, era una arpía buscando a quien dejar pobre. Ya tenía los ojos puestos en el nuevo vecino.
Le sonreí de lado y asentí. Todoko se llevó un dedo al mentón y meditó sin dejar de ser adorable. Ya me estaban dando ganas de vomitar.
—Déjame lo pienso— me respondió y se puso de pie. Alisó su falda y se peinó el cabello que traía suelto metiendo los dedos entre las hebras. —Karamatsu nii-san— me sorprendió que lo llamase a él. Por inercia, volteé a ver a mi hermano, quien se quitó las gafas oscuras ¿quién diablos usa lentes de sol para costurar? Y observó a Totty con una enorme sonrisa.
—¿Qué sucede a my lady? Estoy a tus pies— Karamatsu demasiado galante para no variar. No evité girar los ojos, me hartaba que fuera así.
—¿Crees que soy bonita?— eso fue un giro en la trama. Vi a mis dos hermanos, giraba el rostro como desesperado. Pero me dediqué a atender más las reacciones de Karamatsu. Vaya, quedó completamente rojo y se picó los dedos un par de veces mientras pensaba en darle una respuesta.
—Oh... ¡Clar...
—Gracias, Karamatsu nii-san— Totty me ahorró un discurso de lo bonita que era, pero ambos comprendimos que si Karamatsu, siendo su hermano se ponía de ese modo, ¿cómo se pondría un extraño que se enamorara de ella?
Karamatsu parpadeó y cuando me di cuenta, Ichimatsu ya no estaba leyendo. Miraba a Todoko, de igual modo que Choromatsu dejaba de rasgar el papel con extrañas ecuaciones. Teníamos a nuestro Gohan. El único que tendría un futuro a base de esfuerzo y no peleando en las calles por dinero de dudosa procedencia.
—Oi, ¿por qué hiciste eso?— le pregunté a Totty con algo de duda. Ya me estaba dando miedo.
—Para ver si aceptaba o no tu propuesta, Osomatsu nii-san— la maldita me guiñó un ojo. —¿O sería mejor llamarte Jefe?— esto último me dejó asombrado, que no me di cuenta de que mi hermanita me abrazaba por los hombros y me besaba una mejilla. —Por favor, cuida de mí y esforcemonos mucho.
Ya que, le asentí. A quien engaño, estaba emocionado de que mis planes fueran escuchados. Todo sea por el dinero rápido.
