Capítulo 1
Natasha había visto muchas facetas de Steve; lo había visto preocupado por los civiles, concentrado en algún plan que tendrían que elaborar antes de que algo explotara o mucha gente muriera y también lo había visto sonreír, pero ella era demasiado inteligente y conoció, estudió y analizó a mucha gente como para saber que aquellas sonrisas no eran las que se podrían considerar plenas. Había hablado con Sam en muchas ocasiones de aquella situación, y es que ambos eran buenos amigos de Steve y se preocupaban por el constantemente. Sobre todo en momentos como aquel, en los que no había ninguna amenaza inminente contra el planeta y ellos, los Avengers tenían que enfrentarse a la cotidianidad de una vida sin la adrenalina que traían las amenazan y la acción constante. Era duro para algunos de ellos adaptarse a la sociedad, sobre todo a una tranquila y lograrse hacer de una rutina que no fuera aburrida, pero el que parecía tener más dificultades para ello era Steve. Él jamás lo admitía, no enfrente de ellos (era demasiado noble y reservado como para hablar de sus sentimientos y preocupar a los demás), pero tampoco tenía que hacerlo; muchos de aquellos sentimientos estaban escritos en su rostro. Las noticias y los periódicos lo habían nombrado the man out of time y Natasha comenzaba a estar de acuerdo con aquel título. Porque cuando Steve no se encontraba con el uniforme de Capitán América puesto o no estaba distraído tratando de salvar al mundo, el resto del tiempo parecía como un hombre fuera de lugar, su transición al siglo XXI debió de haber sido un gran choque emocional para él. Muchas veces se preguntó si se debía a Peggy Carter o a la nostalgia de dejar todo un mundo y una sociedad atrás, también habló de ello con Sam.
Pero la respuesta de Falcon fue una firme y decidida negación con la cabeza.
-He hablado de Peggy con Steve y aunque la extraña mucho y la quería, no creo que sea ello la razón por la que está así. Es algo que todavía no puede decirme -entonces Sam le relató aquella ocasión en la que trató de persuadirlo de hablar un poco más "tienes que hablar de ello para que puedas superarlo", pero la respuesta de Steve fue clara y quizás un poco agresiva "tal vez no quiero superarlo".
-Entonces debe ser una persona -murmuró Black Widow-, o quizás un evento importante en su vida.
-¿Qué hacemos entonces? -preguntó Sam, un poco más desesperado esta vez-. Leíste sus archivos, sabes como yo lo que hizo en esa ocasión... por eso terminó en el hielo.
Natasha asintió y se dio cuenta de que ninguno de los dos quería decirlo en voz alta; sí, era cierto que Steve se había sacrificado para salvar la vida de miles de personas y tratar de terminar con una organización genocida, pero tanto ella como Sam sabían que pudo haberlo hecho sin sacrificar su vida; fuera cual fuera la razón que lo impulsó a ello, Steve Rogers había decidido terminar con su vida en ese momento.
-Yo creo que necesita a alguien con quien pasar su tiempo -soltó ella, después de unos momentos que se habían llenado de pesado silencio.
Sam puso los ojos en blanco.
-Por supuesto Nat, como si ambos no supiéramos que le has presentado a muchas mujeres y nada de eso ha funcionado -comentó él.
Black Widow suspiró, un poco cansada; era cierto había intentado hacerle una cita con muchas jóvenes y cuando creyó que el problema tal vez se debía a otra cosa lo intentó con hombres, aún así, Steve Rogers no parecía interesado en lo más mínimo en tener una pareja.
-¿Qué hacemos? -cuestionó Falcon.
-Tenemos que averiguar qué es lo que le sucede y después pensar en cómo ayudarlo -respondió ella y vio la determinación en los ojos de Sam cuando lo vio asentir con la cabeza.
Lo que ella no se imaginaba, era que la respuesta llegaría por sí sola aquella misma tarde.
Tony los reunió en la sala principal del edificio de los Avengers, Natasha tuvo que resistir la necesidad de poner los ojos en blanco cuando lo vio colocarse frente a todos ellos como si fuera a dar un discurso de vida o muerte y estaba segura que no se trataba de nada grave, porque ella hubiera sido la primera en enterarse. La necesidad de ese hombre de ser el centro de atención y hacer un drama de todo era desesperante, aunque, en ciertas ocasiones, divertida.
Y, aunque Tony trató de hacer su mejor expresión de seriedad, ninguno de ellos parecía muy preocupado; Wanda y Vision estaban sentados en el sofá, Clint y Sam en frente de ellos, con Rhodey de pie cerca de ellos y Steve... por lo menos él parecía prestarle atención a Tony, aunque Natasha sospechaba a que solamente lo hacía con la esperanza de que aquello significara una nueva misión, Steve necesitaba distraerse. Por supuesto Peter también prestaba atención, pero él se había unido a ellos hace poco y todavía parecía demasiado fascinado con la idea que todo lo que saliera de la boca de Tony sonaba en sus oídos como lo más interesante del mundo. Natasha encontraba eso muy divertido.
-Después de meses sin dirigirnos la palabra -comenzó Tony, observando su reloj de mano, el cual probablemente tenía la información que les iba a comunicar-, nuestro amigo Fury va a venir al edificio para presentarnos a un nuevo recluta.
-¿Recluta? -Rhodey arqueó una ceja hacia él.
-Sí, al parecer Fury quiere que conozcamos a este... soldado y lo incluyamos en nuestro equipo, si es que estamos de acuerdo -continuó Tony.
-¿Cuántos años tiene? -preguntó Peter, abriendo los ojos con esperanza. Había pasado mucho tiempo esperando que se añadiera alguien más joven que él para no sentirse tan fuera de lugar, además, el resto del equipo le gustaba bromear con él debido a ello.
-Petey, deja de hacer esa cara, no podemos reclutar a menores de cinco años, sólo teníamos una vacante para ello y esa la llenaste tú -respondió Tony, quien ya sabía qué era lo que estaba pensando el joven.
El adolescente frunció el ceño y se cruzó de brazos, Wanda le acarició el cabello con ternura, pero eso sólo pareció molestarlo más.
-¡Tengo quince, casi dieciséis! -exclamó, a lo cual Tony respondió poniendo los ojos en blanco.
-Gran diferencia, sí... ahora cambiando de tema, nuestro nuevo soldado -Tony silbó apreciativamente mientras observaba algo en su reloj, algo que no se molestó en mostrar a los demás-, vaya el hombre tiene lo suyo... pero bueno, esperemos que se vea tan bien en persona como en las fotos...
Natasha resopló.
-Stark...
-Lo siento, me perdí en los ojos de nuestro nuevo soldado -bromeó, sonriendo. Natasha, y probablemente todos en la habitación, sabían que bromeaba, ya que el hombre estaba demasiado enamorado de Pepper como para pensar en alguien más, pero nunca podía evitar hacer comentarios como aquel, sobre todo cuando alguien lo impresionaba. Aquello sólo la hizo sentir más curiosidad.
-De acuerdo, sí -se aclaró la garganta, cuando notó que todos comenzaban a perder la paciencia-. Nuestro soldado es como tú, Cap. Nació en tu época, pero se perdió en combate y todo el mundo pensó que estaba muerto...
Y, por primera vez, Natasha notó que Steve reaccionaba visiblemente ante las palabras de Tony, algo de lo que había dicho parecía haberlo puesto tenso. Tal vez no le gustaba que mencionaran la época que perdió, reflexionó la pelirroja.
-Perdió un brazo en el accidente que tuvo y fue capturado por Hydra... fue... -la voz de Tony se hizo más débil- torturado, le borraron todas sus memorias, lo modificaron para convertirlo en algo de utilidad para sus propósitos (su brazo perdido fue reemplazado por una extremidad metálica) y fue usado como arma hasta que SHIELD lo encontró en una cámara cryo en Siberia, donde lo mantenían congelado para usarlo después...
La sala se llenó de silencio, cada uno trataba de procesar aquella información a su modo, había muchas preguntas en el aire que no se habían mencionado todavía y la incertidumbre de que tan peligroso podría ser un hombre así para ellos. Pero, también aquellos pensamientos no mencionados eran acompañados de compasión y pena por aquel hombre a quien todavía no conocían.
-SHIELD lo despertó hace dos años y lo mantuvo en secreto hasta que lograron neutralizar la programación que Hydra había puesto en él, también parece que está recuperando su memoria...
-Pero, ¿cómo podemos saber si es seguro que esté aquí? -preguntó Rhodey; era un pregunta válida, concedió la pelirroja; era mejor medir e inspeccionar el terreno antes de embarcarse en un viaje.
Sin embargo, ella tenía una respuesta para ello.
-Confío en Fury -dijo y todos los ojos en la sala se posaron sobre ella-, él no traería a alguien aquí si no estuviera seguro que está completamente curado o que, en caso de que algo salga mal, nosotros podamos controlarlo.
Notó como todos asimilaban aquella información y la aceptaban, después de un rato de reflexionar. Ella estaba segura que aquel hombre no representaría un problema, ellos eran un equipo, además, tenían a Wanda y a Vision, quienes eran los más poderosos de todos ellos.
-Nat tiene razón -opinó Clint entonces y, después de un rato añadió:- además todos merecemos una segunda oportunidad.
Y todos, o casi todos, por lo menos, supieron a lo que se refería; Clint había sido manipulado por Loki con el cetro y había sido forzado a asesinar a muchas personas bajo su control, nadie mejor que él sabía lo que era estar en aquella situación. No, no sólo él, ella misma sabía lo que era ser controlada por alguien más...
Steve simplemente asintió y después de eso, todos parecieron estar de acuerdo en darle una oportunidad al misterioso soldado.
-Me alegro que hayamos llegado a un acuerdo, ya que Fury está entrando al edificio en este momento con nuestro nuevo soldado -anunció Tony y Natasha no pudo evitar sonreír ya que el genio no paraba de mencionar "nuestro" cada vez que se refería a él.
Steve, contrario a todos los demás se dirigió a la cocina a prepararse un café, parecía decidido a mantenerse alejado de la situación, desde donde se encontraba no podría ver al soldado cuando llegara.
Natasha se acercó a él.
-¿Estás bien?
-Por supuesto -respondió él y su voz sonaba tan hueca que por un momento ella sintió dolor por él. Ese hombre no sabía mentir.
-¿Quieres hablar de ello? -insistió la pelirroja, haciéndole notar claramente que no se había tragado una mentira tan evidente. Lo escuchó suspirar, pero él jamás levantó la vista de la máquina de café.
-No.
-De acuerdo, pero estaré aquí... si me necesitas o a Sam, si es que prefieres hablar con él -dijo ella, antes de acercarse a donde se encontraba Clint.
Todo ello tenía que ser debido al soldado, Steve sabía que él había vivido en su época y era evidente que los recuerdos de ella lo hacían sufrir, pero Natasha no estaba segura si aquel dolor era por algo o por alguien, ¿era un recuerdo doloroso? ¿o algo que había perdido que tal vez no podría recuperar?
Sin embargo, sus pensamientos se vieron bruscamente interrumpidos cuando vio a Fury entrar por la puerta de cristal, ya que conducía directamente al centro de la sala. Detrás de él se encontraba el soldado. Y Natasha tuvo que admitir que Stark había tenido razón, aquel hombre era atractivo; su postura definitivamente era de alguien de la milicia, pero el resto de su apariencia no tanto; tenía el cabello debajo de la oreja, castaño y brillante, además en su firme y fuerte barbilla comenzaba a crecer un poco de barba, pero no mucha, apenas parecía una sombra atractiva sobre su piel. Y sus ojos; sus ojos eran verdes y amables, incluso brillantes, como si invitaran a quien los mirara a perderse en ellos, como había dicho Tony. Por un momento, a Natasha le pareció que aquellos ojos inspeccionaban la habitación como si buscaran a alguien.
Entonces, aquel hombre sonrió y detrás de su cálida sonrisa se podían adivinar los horrores y el dolor que había sufrido para llegar hasta donde estaba; fue una expresión tan sincera y desamparada que Natasha casi estaba segura que el resto de los Avengers lo habían adoptado como uno de ellos y el soldado ni siquiera había movido los labios para hablar.
-¡Tu brazo de metal es asombroso! -exclamó entonces Peter rompiendo el silencio, sus ojos se abrieron un poco más de la emoción-. ¿Puedo tocarlo? -hizo ademán de levantarse, pero Wanda lo tomó del brazo con cariño y lo hizo que se sentara nuevamente.
-Tranquilo -le murmuró ella y aunque Peter hizo caso, no parecía muy contento.
El soldado le sonrió al joven y Natasha casi podía jurar que el rostro de Peter se enrojecía por completo. Casi quería llamar a Steve para que saliera de la cocina y viera de todo lo que se estaba perdiendo, pero sabía que si todavía no se acercaba era por una razón y no quería molestarlo.
-Mi nombre es James Buchanan Barnes, pero mis amigos me llaman...
Y esas fueron las primeras y últimas palabras que logró decir el soldado antes de que todo se volviera confuso. Su voz se detuvo cuando un ruido en la cocina los hizo a todos girar la cabeza, algunos, como Natasha, alcanzaron a ver que el sonido había provenido de la cocina, Steve había dejado su taza de café al suelo y mientras el líquido caliente se escurría por el suelo, el rubio se las había arreglado para salir de la cocina y colocarse en medio de la sala, su respiración era agitada y todo su cuerpo estaba temblando. Antes de que alguien pudiera preguntarle qué era lo que sucedía o incluso que se acercaran a él, Steve habló:
-¿Bucky? -soltó y su voz había salido tan destrozada que Natasha casi podía sentir el dolor que se escuchó en ella. En sus ojos habían tantas emociones que era difícil tratar de adivinar que tantas cosas más pasaban por su cabeza.
-Steve... hace tiempo que... -pero el soldado parecía haber perdido su habilidad para hablar, sin embargo, sus rasgos se habían suavizado más ahora que sus ojos estaban sobre el hombre frente a él.
-¿Ustedes se conocían? -preguntó Tony, sorprendido, observando nuevamente su reloj como si le reprochara no haberle dado esa información.
Pero fue ignorado completamente; Steve parecía haber olvidado todo lo demás, era como si nada más tuviese ojos para el soldado. Natasha alcanzó a distinguir lágrimas escapando de sus ojos y comenzó a pensar que estaba viendo una escena que no le correspondía, pero todos, incluso ella, estaban tan sorprendidos que todavía no podían reaccionar correctamente.
-Bucky -la siguiente vez que escapó ese nombre de los labios de Steve fue más como una plegaria; acortó la distancia entre ellos como si fuera algo detestable y con manos temblorosas pero gentiles, comenzó a tocar el rostro del otro hombre con cuidado, casi con miedo de que se le escapara entre los dedos como agua-. Estás... vivo... ¿cómo puede ser posible? ¿Estoy soñando? Dime que eres real y que no estoy soñando otra vez...
No era sólo el hecho de que la voz de Steve sonaba entrecortada o de que sus ojos estaban completamente rojos por las lágrimas, sino las palabras que había elegido para terminar aquella frase "otra vez", eso significaba que Steve había tenido un sueño similar en muchas ocasiones y el despertar seguramente había roto su corazón todas y cada una de ellas. Natasha le lanzó una mirada a Sam, quien le devolvió la misma mirada de tristeza. Steve había sufrido demasiado y ni siquiera se había atrevido a mencionarle nada a ellos.
Las piernas de Steve no parecieron poder soportarlo más y el rubio cayó de rodillas ante Bucky, pero se abrazó con firmeza de su cintura, sin embargo, el soldado rápidamente se liberó de ese firme agarre para poder arrodillarse frente a él. Los dos quedaron, por fin, a la misma altura.
-Por supuesto que estoy aquí -le aseguró, sonriéndole, luchando contra sus propias emociones-, apuesto que en ninguno de tus sueños salgo de esta forma, ¿me sueñas siempre con ese viejo uniforme, no es cierto?
Natasha casi no podía creer cuando vio a Steve ruborizarse, pero, lo que más la sorprendió fue cuando escuchó la risa que escapó de sus labios, todavía había rastros de lágrimas sobre sus mejillas, pero parecía que ya se estaba recuperando. Sin embargo, Bucky parecía preocupado. Después de unos momentos, ambos se levantaron.
-Lo siento... no debí venir así, no pensé que mi visita te causaría esto... yo... creí que ya sabías -trató de explicarse.
-¿Qué? -Steve parpadeó, dolido ante aquellas palabras. Su mano derecha tocó el rostro de Bucky y lo acarició-. Yo jamás, Bucky si yo hubiese sabido que estabas con vida, si hubiese tenido una señal, la que sea, sabes que no habrías descansado hasta verte otra vez.
Por la mirada que le lanzó Bucky, la pelirroja supo que le había creído a Steve, aunque, probablemente, todos en la habitación lo habían hecho, nunca había escuchado tanta devoción en tan pocas palabras. Sintió que Sam se inclinaba más cerca de ella.
-Por lo menos ya sabemos por qué nunca quiso salir con nadie todos estos años -murmuró él y ella asintió. Sí, estaba más que claro que Bucky era... no una pieza, porque aquello sonaba débil... era más como la mitad que Steve había perdido y que por fin había encontrado.
-Sí, porque eres tan testarudo... siempre lo fuiste, nunca escuchaste los consejos de nadie -se quejó Bucky, pero sus palabras no tenían la fuerza del enojo, sino que demostraban un gran cariño.
-Siempre lo fui -y Steve tuvo el descaro de sonreírle aún más, como si fuese algo de lo que se debería estar orgulloso. Sin embargo, su sonrisa no duró mucho-. Pero... cuando comenzaste a recordar... ¿por qué no me buscaste?
-No podía salir del edificio en el que me mantenía SHIELD -contestó Bucky-, todavía era peligroso y... yo no supe que tú estabas vivo hasta hace unos días, al principio ellos me dijeron que habías...
Pero Bucky no pudo decir más y la pelirroja pudo ver que todo el cuerpo de Steve se había puesto tenso. Cuando se giró hacia Fury, ella pudo ver en los ojos de Steve un fuego que jamás había pensado iba a ver en él; era una profunda ira.
Las manos de Steve se convirtieron en puños y aunque el súper-soldado se veía amenazante y todos en la habitación experimentaron una repentina sorpresa y temor, Fury no se movió del lugar donde se encontraba, sus manos estaban detrás de su espalda y en el ojo que no estaba cubierto por el parche se notaba la calma de alguien que sabía perfectamente lo que sucedería a continuación, era como si la reacción de Steve fuera lo más lógico y normal en ese momento.
-Tú lo sabías -las palabras de Steve se acercaban a lo que parecían gruñidos-, desde que SHIELD lo trajo, tú sabías quien era... y lo encerraste -parecía que la ira le impedía hablar correctamente-, lo mantuviste lejos de mí todo este tiempo...
Por la expresión de Steve parecía que aquello era el pecado más grave que un humano podría cometer, Natasha estaba segura que todos en la habitación hicieron una nota mental de no meterse entre ellos dos, ni por accidente...
-Tú reacción sólo me hace confirmar que fue la mejor decisión, Rogers -contestó Fury tranquilamente-, Barnes no era consciente de sus acciones y era peligroso para cualquiera que estuviese cerca de él.
Steve dio un paso adelante, las aletas de su nariz se inflamaron como si estuviera absorbiendo aire caliente. Por instinto, la pelirroja se levantó del sillón, así como Clint. Estaba segura, casi, que Steve no le haría daño a Fury, pero no quería arriesgarse a que sucediera algo que seguramente él también lamentaría.
-Steve... Stevie -Bucky puso una mano sobre el hombro del rubio y, poco a poco, la tensión en los hombros se fue perdiendo. Y, sorprendentemente, cuando Steve se giró hacia él, la furia se había evaporado de sus ojos por completo. Bucky lo tomó del brazo y se acercó al sillón, todos los que se encontraban ahí se alejaron inmediatamente y les permitieron sentarse.
Natasha sabía que él estaba tratando de calmarlo.
-Me alegro que hayan hecho eso -dijo por fin y trató de ignorar la expresión dolida de Steve-, porque yo era más una máquina que una persona y te habría hecho daño y lo peor es que tú te habrías dejado porque eres lo suficientemente testarudo e idiota como para permitir eso...
Steve parecía querer protestar, pero Bucky negó con la cabeza.
-Mírame a los ojos y dime que te habrías enfrentado a mí, que habrías tratado de detenerme, sin importar el daño que me hubieras hecho...
Steve lo miró casi con desolación en los ojos, Natasha casi pone los ojos en blanco, era casi como ver a un cachorro triste.
-No puedo hacerte daño, Buck. Nunca podría.
-Lo sé, porque eres...
-Un idiota -terminó Steve por él, sonriendo y no permitió que el otro respondiera lo tomó de la cintura y lo levantó con facilidad para ponerlo en su regazo. Era como si Steve necesitara estar lo más cerca posible de él.
Bucky se ruborizó, parecía que era el único de los dos que era consciente de que tenían audiencia.
-¿Qué haces? -protestó y trató de liberarse, pero los brazos alrededor de él eran fuertes en insistentes.
Steve le sonrió nuevamente y enterró su rostro en el cuello de Bucky, lo que debió causarle cosquillas al otro porque se rió.
-Ya no tenemos quince años, Steve, ya no podemos hacer esto...
-No me importa -contestó él, sin levantar el rostro.
Bucky observó a su audiencia y les sonrió como si quisiera disculparse por todo aquello.
-Tal vez... esto tomará más tiempo del que había pensado -comenzó-, si nos permiten unos minutos...
Steve gruñó y acercó más a Bucky hacia sí. Barnes puso los ojos en blanco.
-Sabes que casi tenemos cien años, ¿verdad? ¿No crees que ya deberías dejar de comportarte como si tuvieras cinco?
Otro gruñido.
-De acuerdo -suspiró Bucky-, tal vez unas horas...
Pero Steve gruñó nuevamente y Bucky resopló, hizo otro intento por liberarse, pero con los mismos resultados.
-Todavía no puedo creer que haya olvidado lo exasperante que eras y lo peor es que lo sigues siendo.
El cuerpo de Steve se agitó y Natasha alcanzó a escuchar su risa, Steve estaba riendo porque estaba feliz y lo peor era que Bucky no entendía lo sorprendente y maravilloso que era aquello para todos ellos.
-Creo que eso significa que nos veremos hasta mañana -intervino ella, finalmente-, ustedes necesitan mucho tiempo para hablar.
-Sí, uh... me dio gusto conocerlos a todos -dijo él finalmente.
-El placer fue nuestro -respondió Sam y le guiñó un ojo, Natasha tuvo ganas de chocar su mano con la de él, pero decidió que eso sólo confundiría más a Bucky.
-¿Alguien podría explicarme exactamente qué fue lo que sucedió? -preguntó Tony, cuando se encontraron fuera de la sala, pero el resto parecían tan confundidos como él. Sólo Natasha y Sam tenían más o menos una idea de la situación, pero ellos tenían sus propios planes.
-¿Entonces, qué piensas? -le preguntó Sam, después de un rato, cuando se encontraron solos en el pasillo-. ¿Crees que Steve le dijo? ¿Crees que ellos eran...?
Pero la risa de Natasha fue mejor que una respuesta.
-Creo que conocemos a Steve lo suficiente como para saber que no le diría nada ni aunque fuese cuestión de vida o muerte y creo que Bucky es del tipo que no se da cuenta de nada hasta que se lo gritan en la cara.
Sam suspiró.
-Supongo que entonces tendremos que ayudar...
-Sí, pero primero vamos a esperar un tiempo -dijo ella-, si la situación se torna insoportable, entonces intervenimos.
